La economía en 3 minutos

La foto con Elon es un símbolo. Hasta no hace mucho la foto presidencial era en contra de la producción. Un paso adelante. La inflación dio relativamente bien, pero no todo lo que esperaba el gobierno. Bien en la núcleo y rebalanceo de precios relativos. Con el cepo, poca novedad. Bajó la tasa y la esperanza es que reactive un poco el crédito. Nueva versión de la ley bases. La política tiene la palabra

Milei se metió en la discusión por el tipo de cambio real. Tiene algún punto cuando usa al mercado como guía. Pero el mercado tiene que ir a donde vaya el gobierno en un loop infinito. La pregunta es si esto es sostenible en el mediano plazo. Caputo ahora esta en el brete de pensar cuál es el mix óptimo de recuperación y ajuste. Y el gobierno debería poner su aparato de comunicación para que salga por fin un buen impuesto a las ganancias.

La actividad parece haber parado de caer en marzo, aunque veremos como se contabiliza con una semana santa que cambió de mes y el feriado XL. Ahora a ver si recupera lento o rápido. La opinión pública por ahora se la banca. La pobreza no parece haber subido tanto, pero al ser semestral el promedio puede engañar al verdadero número de cierre del gobierno de Alberto, Cristina y Sergio. La inflación parece andar mejor de lo esperado en bienes, pero ojo los servicios. Vemos algo entre 11 y 12 para marzo y abril podría llegar al dígito, pero no es nada seguro. Lo cambiario entra en terreno delicado

El mercado la ve. El riesgo país bajó 1.000 puntos desde que Milei fue elegido. Subieron las acciones, el Banco Central recupera reservas y la brecha cambiaria cae. Hay mil "Ah Pero Toto", no obstante la economía le da satifacción genuina al gobierno. Hay motivos para el entusiasmo. El riesgo para las autoridades es creersela con estas victorias. Hay muchos temas a solucionar. El dilema más grande es el cambiario. Pero habrá otros. Los errores más grandes de política económica en la Argentina se hicieron en buenos tiempos.

Pese al ruido político la economía va para adelante. La inflación salió bien y el gobierno presentó el segundo superávit consecutivo. Se flexibiliza el cepo para importaciones de alimentos. Y la gente sigue bancando el cambio de Milei pese a la recesión a la que le quedan un par de meses. Es más desconcertante que el gobierno se enfrasque en discusiones con los supermercados por las promociones como si estuviera mirando el índice y no la inflación y yendo contra la libertad de las empresas de vender como les plazca. Sali de ahi Maravilla.

La inflación seguramente fue inferior al 15% en febrero y en marzo puede bajar algunos puntos más. La actividad sigue muy floja y algunos piensan que puede parar de caer entre marzo y abril. Puede ser, pero no es obvio. Veremos si la opinión pública se la banca. La baja del dólar se lleva todo los títulos. Hay varias razones para pensar esa baja. Pero ahora empieza el verdadero desafío para el gobierno. Tiene que pensar en cómo desarmar este esquema y como ir saliendo del cepo. No hay recetas mágicas. Mientras tanto la política siempre te da títulos.

El discurso de Milei generó mucho rating para una sociedad que votó la antipolítica. El presidente repartió palos para todos, pidió paciencia y pormenorizó la herencia. La comunicación es su fuerte. Su esperanza es que en los próximos meses, que seguirán siendo difíciles con alta inflación y bajo nivel de actividad, su popularidad se mantenga alta como pasó en febero. Para eso piensa seguir contando los desaguisados de sus antecesores, dosificando los anuncios y buscando llegar a mayo con un consenso que genere confianza a propios y extraños. Mientras tanto la política cambiaria entra en discusión con el Mingo Cavallo en escena. El alivio fiscal a los gobernadores es visto de distintas maneras. Despues de tantos palos tiene que haber alguna zanahoria.

La disputa con Chubut mostró capricho y torpeza de ambos lados. Pero el gobernador quedó más expuesto buscando asociarse al Kernerismo y buscando no hacerse cargo de una deuda heredada. La amenaza de no entregar más petróleo es burda y un tiro en el pie tanto si la cumple como si no la cumple. Milei debería ayudar a bajar los decibeles. Las variables financieras y cambiarias andan bien, pero la cuestión política puede hacer cortar la racha. El FMI tira contra la dolarización y el presi ya está ajustando el discurso.

Una buena semana en la economía. Bajó el dólar, la inflación dio algo mejor de lo esperado y el superávit de enero fue record. Si bien no es extrapolable al resto del año, es claramente una buena noticia. En política la cosa no estuvo tan fácil, pero Cristina le tiró un centro que le permitió a Milei seguir con el show.

Estamos pasando por el peor momento de la recesión. Pero no será para siempre. La economía tocará piso entre marzo y mayo. Se necesita que los ingresos empiecen a recuperar algo de lo que se perdió en diciembre y enero. La cosecha no viene tan mal. Ahora faltan datos para saber cómo será la recuperación. Hay muchos deberes macro y micro por hacer. En la micro hay que implementar el decreto y las desregulaciones y simplificaciones que ayuden a aumentar la productividad. En la macro falta la unificación cambiaria y saber más de cómo será la estabilización. Mientras tanto, a seguir la novela política.

El gobierno consiguió la media sanción de la Ley Omnibus, pero dejó un pulmón y algo más en el camino incluyendo todo el capítulo fiscal. La economía la manejo sin mayores sobresaltos, pero la política es el talón de Aquiles. Los gobernadores quieren forzar la coparticipación del impuesto país, lo que sería malísimo y complicaría la unificación cambiaria. Ahora se vienen los desafíos de cómo encontrar un régimen cambiario y ver cómo pega la recesión en la recaudación y sobre todo en la opinión pública que puede ser más volátil que lo que el 56% de la segunda rueda implica.

El DNU tiene muchas medidas que deberían ayudar a mejorar la productividad, reducir costos y aliviar consumidores. Puede ser controversial, pero el congreso seguramente lo hubiese licuado. Debe ser la mayor medida anti casta. En la economía sigue la licuadora y los pesos no tienen donde ir. La era Milei arranca con desempleo bajísimo, pero la actividad viene en caída. Que tengamos un gran 2024.

Arrancó el plan de estabilización. La primera parte es alinear precios relativos y un ajuste fiscal ambicioso. La inflación ayudará a licuar gastos y pasivos, pero será dolorosa. Puede ser 25% mensual o más en diciembre y enero. Las primeras impresiones han sido positivas entre los economistas y también en el mercado. Al plan le faltará la parte de estabilización propiamente dicha, pero no se puede lanzar ya si no se devalua primero y no se genera algo de credibilidad en donde lo fiscal es clave. Veremos como lo toma la calle y la política.

El primer discurso de Milei fue bueno. La mezcla de esperanza con el no hay plata y la estanflación es el tono correcto para lo que viene. También estuvo bien en explicitar la herencia. Lo que viene no es fácil. La inflación ya está desbocada y todavía no empezaron los cambios. En el corto plazo tocará terminar de armar los equipos y comunicar el nuevo esquema cambiario. Todo un desafío para un presidente que luce mucho más pragmático que durante su campaña. Veremos que hace el Kernerismo y el sindicalismo en su rol de opositores.

La sociedad está a un paso de librarse del Kerenerismo por al menos 4 años. Alberto sigue haciendo de las suyas. Mientras tanto hay debate sobre cómo tiene que encarar la cuestión cambiaria el equipo económico y qué hacer con las Leliqs. En cualquier caso, es una discusión profesional en donde nadie tiene la varita mágica. Si es clave que Milei consiga imponer su "no hay plata". Si lo fiscal se resuelve, habrá luz al final del tunel.

La primera semana dejó sabor positivo. Confirma Leon herbívoro y moderación más allá de la macro. El mercado se entusiasmó. El problema es que siguen obsecionados con las leliq, quizás creando un problema donde no lo hay. También se mostró algo de interna e improvisación. Nada que no pueda ser corregido. La infla pum para arriba y expectativas del viaje a NY y DC

Ganó Milei y empieza una transición difícil. Los mercados respaldan el cambio de guardia. Milei hasta ahora se mostró moderado sin hablar de dolarización. Tendrá que hacer cambios fuertes en una economía que está rota y que no tiene soluciones fáciles a la mano. Veremos cuanto espacio le dan la oposición y los sindicatos. Mientras tanto hay una ganancia geopolítica de abandonar alianzas con Rusia, Irán y Venezuela

A una semana de la segunda rueda, sigue la campaña del miedo y se esgrime que está en peligro la democracia. Quienes lo dicen bancan toda clase de fechorías. Hablar de esto no implica endosar a Milei. Lo bueno es que nos vemos a los candidatos llevando posturas extramas en la economía: ni "siga siga" ni motosierra y dolarización. Pero no estamos para más populismo ni para experimentos. Complicado ser optimista. Mientras tanto esperamos más dolarización pre-electoral y una economía que resite estancada, pero ya no cae.

Massa inventa cuentos y unos cuantos le creen como el de la causa del faltante de nafta. Ahora fue a la UIA a vender deva chiquita y cargos. No deberían ocurrir ninguno de los dos, pero con "Sergio" nunca se sabe. Milei nos llena de dudas. Pese a la baja al rango 9-10% de la inflación en octubre, vemos precios creciendo a doble dígito los próximos meses sin importar quien gana el ballotage. Hay que volver a revisar los ochentas. La inflación será un hábito difícil de quebrar.

La falta de nafta es sintomática de un gobierno que es un cúmulo de inconsistencias. Lo curioso es que con todo esto consigue un buen resultado electoral. A Milei le dicen que está desequilibrado, pero la sociedad parece tener idénticos problemas. Paradójicamente la Alianza de Mieli con un sector del PRO lo puede transformar en un leon hervívoro mientras que Massa sabe perfectamente que una vez que gane tiene que revertir el curso de lo que viene haciendo. Si eso se da el panorama económico no será tan malo. Pero la cuestión de reformas estructurales y la institucionalidad no parecen estar en la agenda del peronismo. Si Gana Massa, pasan a la clandestinidad.

Habra segunda vuelta entre Massa y Mieli, pero todo hace suponer que el Kernerismo seguirá 4 años más. Massa jugó bien dividiendo a la oposición que cometió demasiados errores. Puede bajar el dólar de mercado y el oficial se quedará quieto unas semanas más. Pero es muy difícil ver a esta altura un cambio de magnitud en la Argentina. La coalición que apoya a Massa es la del statu quo. Siras, proteccionismo, capitalismo de amigos. Habrá que rearmar la relación con el FMI para sobrevivir en una economía muy desequilibrada. La herencia no es fácil!

Tres días sin operaciones cambiarias salvaron al gobierno de una corrida peor. Veremos que pasa en los 4 días que faltan hasta las elecciones. La culpa es toda del gobierno, pero Milei le puso nafta al fuego. La inflación batió otro record y los pronósticos más benignos para el año pasan los 180%, pero podrían ser 200%. El Central sube la tasa y aguza el ingenio con regulaciones soviéticas para aguantar hasta el 22 y esperar el recuento.

El dólar no para de subir al tiempo que la credibilidad de todo el sistema está en caída libre. Es un tipo de cambio muy alto para épocas tranquilas, pero nadie puede pronosticar tranqulidad en el corto plazo. La economía real sigue de flojita para abajo con malos registros de ventas minoristas, producción de cemento y autos. La inflación viene de dos dígitos seguro en septiembre y quizás en octubre. Y encima tenemos unos cuantos factores en la opinión pública que celebra el terrorismo.

Los escándalos políticos ponen sobre el tapete historias que el establishment ya conoce. Pueden tener repercusiones electorales, pero también impactos económicos. Va a costar generar la legitimidad para pagar impuestos, por ejemplo. Mientras tanto la pobreza no dio todo lo mal que podía, pero es un tema gravísimo. Subió la indigencia y el 56% de los niños son pobres. La inflación difícilmente baje el 12% en septiembre y el dolar se volvió a escapar en un final de año que viene a toda orquesta.

Massa gasta lo que no tiene para intentar llegar al ballotage. No sabemos si lo conseguirá, pero deja una herencia descomunalmente dura con más inflación, más déficit y un tipo de cambio más atrasado. Está jugando a doble o nada. La política sigue juando a harry poter mientras mira de reojo que pasa con Chocolate. El desempleo bien, los núermos fiscales de agosto mejor de lo esperado, pero los números comerciales en rojo furioso. llevamos 20 años sin aumentar las cantidades exportadas. ¡Todos mejoran menos vos!

En esta campaña de locos, el gobierno decide regalar plata como si sobrara pero le pide a la gente que no compre dólares mientras le perdona impuestos al 5% más rico del país. Seguro funciona. Otra brillante idea fue publicar datos de inflación semanal, la señal que faltaba para que todos entiendan que la inflación del mes pasado es un dato viejo. Error no forzado de Sergio que se agranda porque la inflación semanal bajó a 2.1%, es decir 195% anualizado. Say no more.

El juicio por la estatización de YPF nos cuesta 3 puntos del PBI. Pero la sensación es que este país se volvió loco hace tiempo. La eliminación propuesta del impuesto a las ganancias no tiene pies ni cabeza. Es una propuesta regresiva y que además desfinancia a provincias y gobierno nacional. Estamos a contramano del mundo. Actividad flojita y tensa expectativa por la inflación de agosto que sería cercana al 12%.

La inflación de estos meses nos hace acordar a los ochenta. Se vienen al menos dos meses con subas de doble dígito. En la campaña sobresale el debate económico con la llegada del Melconían al cuadrilátero. Milei es atrapado por el teorema Baglini, pero igual pierde la chaveta y la seriedad. Massa insiste con el plan platita y otorga beneficios con plata de otro. Le dan poca bola igual. La economía cruje, pero los mercados aguantan

El ambiente está caldeado. El contado con Liqui sube aunque el FMI desembolsa y reclama más. Massa mete plan platita con la maquinita a más no poder. Bullrich sube a Melco al ring. Y Milei empieza a moderar sus planes y parece que nada de los slogans de campaña se van a aplicar si es que gana las elecciones. Necesita la casta para formar equipos. Mientras tanto la actividad sigue cayendo. Para agosto serán 6 meses seguidos de caída y para septiembre dos meses de inflación a doble dígito. No hay hiper por ahora, pero difícil ponerle fe y esperanza en este circo romano.

La elección está abierta. Massa tendrá que batallar contra una inflación galopante y menor actividad. Milei tendrá que bajar un tono y empezar a buscar un equipo que pueda llevar credibilidad. Patricia puede jugar la carta racional, pero enfrenta a un electorado muy enojado. Todos la tienen difícil y nadie tiene la ficha totalmente limpia de casta. La dolarización luce imposible en el corto plazo. Pero todos seguimos hablando de ella...

Las primarias sorprendieron con la victoria de Milei y las dos fuerzas principales sacando menos de lo previsto. Está todo abierto, pero en el mercado reina la incertidumbre. Milei es una gran incógnita. La gente desconfía de su falta de experiencia en sector público y que no tendrá gobernadores ni apoyo legislativo. El FMI desembolsará la semana que viene. Mientras tanto devaluación y baja de precio de activos locales. La inflación irá a dos dígitos en agosto y septiembre.

Massa hace malabares con la plata de Qatar y China para pagarle al FMI. Pero en la verdad está a merced del directorio, poque si no desembolsa se le desarma toda la arquitectura local e internacional. Es decir que el FMI está en condición de pedir. Además, sabe que el día siguiente al desembolso Massa no va a hacer nada de lo que prometa. La economía sigue pinchada y la inflación de agosto va pum para arriba como el dólar. ¿Mantiene las chances o se marchita el compañero? El domingo que viene tendremos una buena idea.

Casi en el último minuto la Argentina llegó a un acuerdo con el staff del FMI. Ahora evitaremos el default, pero no habrá plata para estimular la economía como quería el ministro-candidato. Se comprometieron metas que ambas partes saben que no cumplirán, pero que le hace una mancha más al tigre de Tigre. La economía está parada y se viene más inflación en agosto. No la tiene facil Massa, pero no se lo puede subestimar.

El gobierno sigue metiendo una distorsión tras otra. Ahora se viene la devaluación selectiva y lo que falta definir es quien se beneficia y quien pierde con esta medida. Habrá alguito más de dólares y también más inflación. El FMI finalmente llegó a un acuerdo en principio con la Argentina, lo que al menos evitará un desbande total de la economía. Mientras tanto el déficit comercial vuela y no sólo por la sequía y la economía pese a que caerá 3% este año muestra algo de resiliencia.

La inflación de junio le dio respiro a Massa. Lo ayudaron la carne y una estacionalidad ultra positiva. Pero se le abrió el frente cambiario y sigue sin aportar novedades concretas en el tema del acuerdo con el FMI. Mientras tanto manda fruta como si sólo existiera la campaña. El resto de la gente reacciona a las mentiras. La oposición se pelea y pierde tiempo cuando el Kirchnerismo ensaya una nueva versión de la campaña del miedo. El verdadero miedo es que vuelvan a ganar.

Massa se muestra como el hombre orquesta que todo lo puede. Pero el acuerdo con el FMI sigue sin salir y el déficit de reservas supera los 5.000 millones de dólares. La foto del gasoducto intenta comunicar unidad en el Frente de Todos, pero esas son señales de cúpulas que important relativamente poco en la sociedad. La actividad de mayo y junio fue flojita y el único consuelo es que sigue creciendo algo el empleo.

Se acabó la incertidumbre por el cierre de listas. El ministro de economía como candidato peronista genera controversias. Algunos dicen que todos los candidatos con chances son pro mercado y que esto acrecienta las chances de cerrar algo con el FMI. Mientras que otros dicen que al ser más competitivo puede dejar un congreso muy obstruccionista. También dicen que Massa es el paradigma del capitalmismo de amigos y no representa los valores que la Argentina necesita para dejar de ser el país de las excepciones.

La inflación de mayo fue menor a la prevista. Buena noticia. Y junio no empezó mal. Los medios ya no hablan tanto de hiper. Pero Massa no tiene mucho espacio para relajarse. En el segundo semestre habrá mucha emisión monetaria y dudamos que la demanda de dinero quiera esos crocantes. Del FMI seguimos sin noticias. Ahora se viene el sainete de las candidaturas que cierra el próximo sabado. El dedo oscilante de Cristina tiene a todos en vilo mientras Scioli trata de pelear contra el establishment de la AFA, la Conmebol y la FIFA toda junta. En JXC bajaron algo los decibeles y en lo de Milei recién empiezan a subir, porno incluida.

Las internas en la oposición y en el gobierno están a full. Es la temporada alta de rosca política. Cierran las alianzas en 3 días y en 13 las listas. Quien no figura el 24 de junio, no existe. La gente está en otra y el círculo rojo mira con preocupación. Massa una vez más amenazó con renunciar, pero nadie se asustó o nadie le creyó. El nivel de actividad aún no sintió la sequía, pero es casi imposible que pueda no sentirla. Los salarios se la bancan bastante bien. La cuestión externa es de extrema fragilidad y se vio con ventas del Banco Central cada uno de los días de esta semana. Se viene la inflación, el dato que marcará la agenda económica esta semana.

Finalmente Massa consiguió un anuncio relevante. Nadie conoce los detalles a ciencia cierta ni que nos piden a cambio, pero si se liberan 5.000 millones de dólares hay más chances de que el plan llegar deje el auto estacionado y no en estado de destrucción total. Incluso podría haber más dólares para asegurar el pago de la deuda. De todas formas, rigen restricciones para provincias y automotrices. La recaudación sigue cayendo como era de esperar, pero en algunos impuestos como el IVA y el débitos y créditos sorprendió positivamente. ¿Será el efecto "Mercado Pago", o la actividad se la banca más de lo que parece? ¿O la inflación de los productos formales es mayor?

En la puesta en escena del acto de La Jefa está todo cuidado hasta el mínimo detalle. Medias verdades para convencer a los propios que no se vayan. Mientras tanto Alberto quedó tocando la guitarra en la solitaria playa invernal. En seis meses será perdonado. El nivel de actividad muestra resiliencia y evita una caida en el primer trimestre. Muy dificil que dure. Las cuentas fiscales no mejoran y si no empeoran es por la licuadora de jubilaciones que funciona día y noche. Las reservas no mejoran y se viene la gira mundial para conseguir lque China o USA aflojen algún dólar. Mientras tanto Pesce vende futuros y la oposición entra en alerta. No es para preocuparse, por ahora.

Cristina Kirchner volvió a sus clases de economía y poderó al ministro porque agarró la papa caliente del ministerio. Massa sin embargo no le encuentra la vuelta. Tiene más problemas que soluciones. El dólar oficial no puede ser devaluado, pero al mismo tiempo la sensación es que ya no es ancla para ningún precio. Por caso los precios importados subieron más de 9% en abril contra una suba del oficial de "solo" 6.6%. El déficit comercial llegó para quedarse en 2023, parte por la sequía y parte porque con una brecha de 100% es casi imposible un superávit comercial, aún con controles soviéticos a las importaciones.

La inflación de abril y la que se viene en mayo están forzando una serie de medidas. Por lo que sabemos hasta ahora, no hay nada que pueda hacer bajar la inflación ni cambiar para mejor las expectativas económicas. La única que puede tener algo de entendible es la de subir tasas, pero aún así tiene efectos ambiguos en una economía en donde el mayor deudor es el propio Banco Central. En lo que tiene razón el ministro de economía es que la situación no admite más problemas. Un manejo coherente no le va a resolver el problema a esta altura, pero puede ayudar a no perder por goleada.

Las reservas internacionales ya están en terreno negativo. El gobierno empieza a estar en modo desesperado, mientras espera a ver si el FMI abre o no la billetera. Importar va a ser cada vez más difícil y no se descarta que el turismo pase al dólar MEP porque ya ni esos 400 millones mensuales se pueden gastar. Al gobierno le cuesta mucho generar crecibilidad y el bonus por el cambio de régimen no se siente, quizás porque Milei se metió en la conversación. Los números de actividad fueron flojos, pero no calamitosos. Pero los próximos meses serán más duros con salarios que no consiguen moverse al ritmo de la inflación y límites en las tarjetas que aprietan a la clase media.

El gobierno le quiere encontrar la vuelta a la crisis cambiaria, pero tiene pocos instrumentos y ninguna credibilidad. Está literalimente colgado del travesaño. Massa parece estar rogándole al FMI que suelte algún billete y Washington medio que ya no confía en Sergio Tomás. TIene miedo que venda los dólares baratos...una vez más. El Central subió la tasa fuerte. Es la herramienta de mercado para pelear contra crisis cambiarias. Pero está todo tan frágil que tapas un agujero y creas otro. Mientras tanto la economía se enfría y la inflación se calienta.

El dólar subió 11% en una semana y shockeo al sistema. El Banco Central subió la tasa, pero claramente no es por ahí porque además se le nota la poca convicción para atacar el problema. El dólar soja no termina de arrancar y ya no quedan trucos de magia. Es cierto que hubo rumores y operaciones, pero todas estas cosas tienen efecto cuando los planes están atados con alambre como es el caso de la Argentina actual. Contra la opinión de sus 5 hinchas, Alberto se bajó de la carrera presidencial. En la semana habla Cristina. La situación se empieza a ir de las manos y no hay algo a mano que pueda revertir la situación. Por eso empezó la temporada del juego de la culpa.

La inflación a 7.7% le pone otra dinámica a la economía. Empresarios y sindicatos buscan ajustar precios más rápido, la gente demanda menos pesos y se entra en un círculo vicioso. Es muy difícil no ajustar todas las proyecciones hacia arriba, aunque creemos que no están dadas las condiciones para pensar en una hiper, pero en la Argentina no se puede descartar nada. Lo que es seguro es que el gobierno no tiene idea ni por donde empezar. Lo unico positivo es que la inflación licua parte del gasto y ayuda con el déficit. La política no tira ni un centro como la gente tampoco.

El dólar agro no soluciona ningún problema, pero crea más distorsiones. La idea es remar el dulce de leche para llegar a las PASO sin devaluar, pero claramente no hay garantías. No se animan a tocar algunas cosas más obvias como el dólar turista. La piña a Berni parece haber dejado groggy a todo el mundo. El nivel de actividad fue flojo en febrero y quizás marzo no haya sido tan malo. Pero en el segundo trimestre no hay cómo levantar. La encuesta del BCRA dice que el PBI cae 2.7% en este año, pero eso puede ser una visión optimista del mundo. Esta semana se viene la inflación. La Ciudad de Buenos Aires ya reportó 7.1%, la nación no le va a pasar muy lejos.

Los datos de pobreza son demoledores para el relato: a las familias les faltan pesos. La cantidad de pobres subió pese a la baja del desempleo crecimiento económico y mucha generosidad fiscal con los planes. Para el 2023 eso solo puede empeorar. La pobreza de dólares es más acuciante para la política económica. Forzará al gobierno a un nuevo esquema cambiario que apunta auna devaluación parcial y en lo posible discimulada. Si bien no conocemos el esquema, presumimos que tendrá importantes costos tanto en materia monetaria como de inflación y aún así no garantiza que Sergio Tomás pueda estacionar el auto en el parking para diciembre. El FMI tolera todo, pero no se banca la traición de la moratoria previsional.