Ama y Sirve

La vida cristiana es, en efecto, respuesta al amor infinito de Dios, pero una respuesta personal del corazón y no una actuación exterior.

«Recibiendo tantas pruebas de cariño, aprendí a amar a los que conviven conmigo [...] yo te admiré en el rostro sereno de mi amigo» (santa Teresa de Calcuta).

Para que nazca una verdadera amistad no son necesarias dos personas ¡sino tres! Un tercero que precede y preside la relación.

Nuevas y antiguas formas de violencia y maldad no encuentran respuesta en el nihilismo, con su inmenso cansancio y vacío.

«Guíanos. Te lo rogamos, Señor. Vigila nuestros caminos. No te pedimos llegar al fin enseguida. Nos basta saber el paso que hemos de dar» (John Henry Newman).

Ante la dificultad que se presenta no nos preguntemos con rebelión el porqué, sino cómo me debo disponer a colaborar con Dios en la prueba.

Proteger es una función necesaria e imprescindible de los padres, pero puede ser nociva para el desarrollo cuando se vuelve desmesurada.

«Siempre nos es mejor tomar un consejo con humildad que darlo sin ella» (Carta 11)

Ser buen consejero requiere experiencia en dejarse aconsejar. Ser buen guía presupone la actitud de dejarse guiar, especialmente por el Espíritu Santo.

«Yo soy tu Padre, dice Dios, el del “Padre nuestro que estás en los cielos”. Mi Hijo se lo ha dicho a los hombres: que Yo soy su Padre...». Charles Péguy (1873-1911).

Nuestros jóvenes en ocasiones son víctimas de padres teóricamente perfectos que han olvidado cómo equivocarse.

Si los padres y los educadores desean abrir el alma del niño hacia la  contemplación y hacia la vida espiritual, deberán atender y enseñar a  gustar, a mirar, a oler, a tocar, a escuchar la Creación, que es la imagen más concreta y cercana que un niño puede empezar a abrazar sobre la realidad del ser de Dios.

Tener fe en Dios creador nos lleva no sólo a proclamar lo bello de su creación sino que nos une en una causa común: cuidar lo nuestro.

«La suave disposición de la divina Providencia pide cooperación de sus criaturas» (Proemio Constituciones)

Cooperar significa operar juntos, actuar juntos. Que Dios pueda hacer al hombre capaz de cooperar con él muestra su modo divino de ser y actuar.

Oración de Romano Guardini (1885 - 1968).

Nuestro mundo necesita el testimonio de la alegría, según Madeleine Delbrêl. El testimonio de quien sonríe y tiene siempre algo que celebrar. Podemos celebrar todo lo que se nos da, celebrarlo con los demás, con los que comparten nuestra existencia...

«Pienso que un servidor de Dios en una enfermedad sale hecho medio doctor para enderezar y ordenar su vida en gloria y servicio de  Dios nuestro Señor» (Carta 4).

Educar es presentar esa realidad que subyuga, atrae, mueve, abre horizontes, eleva. De esta actitud de alabanza puede surgir un diálogo entre el alumno y la realidad misma.

Himno para la fiesta de Santa Clara (1194 - 1253).

Es imposible ser cristiano sin percibir las heridas propias, los pecados personales, la falta de conversión y respuesta a la gracia.

«Tened buen ánimo y consolaos en Dios y en el poder de su fuerza, que es Cristo» (Carta 1.390)

El Concilio pide a los laicos que «desempeñando su propia profesión guiados por el espíritu evangélico, contribuyan a la santificación del mundo desde dentro, a modo de fermento. Que contribuyan eficazmente a que los bienes creados sean promovidos para utilidad de todos los hombres»

Oración de Santa Teresa de Calcuta (1910-1997).