Desarrollo profesional

Me costó tiempo entender esto:

Cuando quieres vender internamente un proyecto, una propuesta un cambio… no solo importa los argumentos que lleves sino cuándo lo propones.

Y es que lo que he descubierto es que el “timing” de las cosas es clave.

Es de sentido común, lo sé pero cuántas veces nos ha pasado a todos que hemos ido a presentarle una propuesta a nuestro jefe cuando era evidente que no era su día o que salía de una movida y tenía la cabeza en otro sitio.

Desde que entendí esto me puse a descubrir todos esos factores que hacen que el timing sea bueno o malo.

A veces no va de ser el mejor ni el más inteligente sino de saber cazar las oportunidades al vuelo.

El otro día dejé escapar una oportunidad muy buena por no pasar a la acción tan rápido como la oportunidad merecía.

Cuando llegué con lo que tenía que hacer, la oportunidad ya había pasado.

Así que escribo esta nota mental para mí pero la hago pública por si a alguien más le sirve:

Cuando surja una oportunidad que quieres cazar al vuelo y es fugaz, empieza a trabajar en ella en el mismo instante en que la detectas y haz lo que sea para cogerla.

Cada día detesto más los emails y prefiero que me escriban por whatsapp.

Te sonará loco pero a mí me ahorra unas cuantas horas a la semana y te explico por qué:

No sé qué ocurre en nuestra cabeza detrás de este fenómeno pero esto es lo que pasa.

Si ahora te pidiera que me explicaras las conclusiones de, por ejemplo, cómo te ha ido la semana pasaría lo siguiente:
Si me lo enviaras por email probablemente me llegaría una parrafada increíblemente larga y densa, de esas que a todos nos cuesta leer.
En cambio, si te pido que me lo envíes escrito por whatsapp porque no tengo acceso al email me lo enviarías en 3-4 líneas.

Trabajar como un burro NO es bueno.

Quitarte el ocio y dedicarle todo ese tiempo a trabajar NO es bueno.

Porque haya algún “gurú” con mucha visibilidad que te diga que el 100% de su día despierto lo pasa trabajando no significa que tengas que hacer lo mismo ni que sea la única forma de crecer profesionalmente.

El problema es que los que tenemos esa llama interior encendida que nos lleva a querer hacer más cosas y cada vez más importantes, estos mensajes de “trabajar, trabajar y trabajar” nos suenan muy bien porque somos unos motivados.

Como tienes mucho que hacer no tienes tiempo ni para organizarte.

Y como no te organizas vas a salto de mata. ¿Te suena este círculo vicioso?

Imagino que si porque le pasa a todo el mundo que tiene saturación de trabajo y poca gente conozco que me diga que tiene poco que hacer.

Hoy justamente quería hablar sobre ello porque he sido sufridor de este círculo vicioso muchas veces en el pasado y eso me ha entrenado el ojo para detectar gente que está ahora mismo en esa situación.

En el mundo profesional pasa como en los negocios: si haces cosas que van a favor de la corriente (el mercado, sector en alza, profesión con alta demanda…) las cosas salen más fáciles y puedes llegar más lejos.

O dicho de otra manera: No todo depende de tu esfuerzo, de tu talento y de tu cabeza sino de dónde pones todo eso.

Que te gusten los cambios y la incertidumbre es casi un superpoder profesional.

Porque a la mayoría les dan miedo y eso te permite cazar oportunidades que otros dejan escapar.

Hace años escuché en una canción una frase que me marcó y la he usado de mantra ante situaciones complicadas donde mi reacción natural es ponerme en modo defensivo:

“El miedo es normal pero rendirse ante él es de cobardes” (El Chojin).

Yo también me creí eso de que para ser más productivo hay que saber decir que NO.

Y tiene mucho sentido, pero también lo tiene decir que SI a mucho y esto es algo que ha aprendido con el tiempo. Me explico:

Decir que NO es necesario cuando necesitas priorizar.

Cuando tienes taaaaaaaaaaaaaantas cosas sobre la mesa que empiezas a valorar el impacto de cada cosa que haces o, como me gusta decir, cómo mueve la aguja.

Hay mucha gente cobrando mucho más de lo que se merece.

Y otra tanta que le pasa lo contrario y ambos son un problema para esas personas.

Que sí, que el que cobra de más pensará que

• sí que se lo merece realmente
• o aunque sepa que no es así, bendito problema

Y lo entiendo, pero es que si es un problema realmente porque tanto estar por arriba como por debajo de lo que se paga en el mercado es como una bomba de relojería que no sabes cuándo va a explotar.

Y es un problema tanto para la persona que tiene ese salario fuera de lugar como para el empresario o jefe del equipo que te ha contratado.

Así que hoy quería contar, en mi experiencia, lo peligroso de poner sueldos que no estén acordes al valor que aporta cada persona y cómo nos ponemos trampas a nosotros mismos y a esas personas cuando lo hacemos mal.

Poca gente hace lo que te voy a plantear hoy: un plan de mejora cada vez que algo no sale bien o, al menos, como esperábamos.

No voy a reinventar la rueda con lo que te voy a contar pero es que aún siendo muy fácil, sencillo y obvio, poca gente lo hace.

A más gente sabe lo que haces, más suerte profesional tienes.

Y digo suerte porque mucha gente piensa que lo es pero realmente es un tema de exposición.

Si trabajas como si vivieras en una cueva, sin que nadie sepa de lo que eres capaz, de lo que puedes hacer… ¿cómo crees que alguien va a pensar en ti cuando necesite a alguien como tu?

Es imposible.

Así que vamos a hablar sobre ello hoy.

El único trabajo que realmente existe es “solucionar problemas”.

A más grandes y jodidos sean los problemas que eres capaz de resolver, más dinero podrás ganar con tu trabajo.

Cuando entiendes esto, te aseguro que empiezas a ver todo con otros ojos.

Para dejar de ser un hombre orquesta he tenido que aprender, a la fuerza, a delegar. Y no me ha resultado fácil, cometiendo muchos errores por el camino y hoy os cuento los 3 que más veces he cometido para ahorraros tener que pasar por lo mismo.

Cuando gestionas un equipo frustra mucho ver gente buena que no aprovecha su trabajo ni la oportunidad que tiene delante.

Madruga o despiértate tarde. Lee mucho o no leas nada. Haz contactos como un loco o trabaja en la cueva.

Da igual como lo hagas mientras que lo hagas bien. Al final, todo vale.

Hoy vamos a hablar de la enorme diferencia entre la ambición genérica y la ambición específica.

La primera tiene una componente exploratoria importante pero que, a la vez, no todo el mundo es capaz de soportar.

Para mucha gente es mucho mejor que esa ambición se vuelque sobre algo mucho más concreto. Os cuento en el episodio de hoy las diferencias y por qué creo que no hay una única respuesta válida para todo el mundo en este área.

La gente buena quiere juntarse con gente buena tanto como la gente mediocre quiere seguir rodeada de gente mediocre.

Pero los motivos en este segundo caso no son tan obvios como en el primero y por eso le dedico un episodio. Para que entendamos los riesgos que corremos al crear equipo con gente que realmente no vale para la posición.

Gran parte de la frustración profesional que siente mucha gente con su trabajo y con su carrera viene de un desalineamiento claro entre su empuje y su ambición.

Y sobre esto planteaba la semana pasada un pequeño ejercicio a los apuntados a la newsletter con resultados sorprendentes.

Os voy a plantear el mismo ejercicio para que lo hagáis en el momento y vamos a reflexionar sobre ello.

Si estás en un proceso de selección y te piden una prueba de trabajo, algo que tengas que entregar, en el episodio de hoy vamos a ver cómo impresionar con ella.

Y es que este episodio viene de una conversación que tuve hace un par de semanas con un amigo que me mostró la prueba que iba a enviar y, suerte que lo hizo porque finalmente terminó entregando algo mucho mejor solo cambiando la forma de abordarlo.

No ir a la oficina aumenta el riesgo de despido.

Esa conclusión se destila del estudio sobre el teletrabajo realizado por Nick Bloom para la Universidad de Stanford.

Yo tengo una opinión muy fuerte y muy sesgada sobre el tema.

Cuántas veces has pensado en todo lo que trabajas, las horas que le metes, lo que ganas y si es justo con todo el esfuerzo y energía que inviertes pero…

¿Cuántas veces te has parado a pensar en el impacto de tu trabajo?

No en el resultado de tu trabajo sino lo que eso genera para la empresa.

Este ejercicio es raro de verlo fuera de equipos de ventas donde es muy fácil entender el impacto de tu trabajo porque traes tantos clientes este mes y sabes que has generado X cantidad de dinero en ventas para la empresa.

Hoy voy a enseñarte por qué si dejas de ser tan ordenado y pasas más a la acción vas a conseguir mejores resultados y mucho más rápido.

Y es que siempre se ha dicho algo así como que "o lo haces bien, o lo haces rápido" y esto no es así. A mi parecer es una excusa para ir lento, arrastrando los pies y siempre por el camino seguro evitando riesgos.

Nos guste o no tenemos muchas más reuniones de las que nos gustaría y muchas más de las que deberíamos, pero mientras trabajamos en dejarlas en las justas y necesarias podemos aprender a gestionarlas mejor.

Y es que no todas pero si algunas reuniones, si nos las preparamos realmente bien, pueden suponer una gran diferencia.

Me hacía esta pregunta un oyente y tiene mucho sentido. La respuesta no es simple y como tantas veces va a depender del contexto y de la persona pero voy a tratar de darle respuesta.

Quítame el café y la comida gratis, los jueves de afterwork y el welcome pack pero dame un lugar donde pueda crecer profesionalmente pongo lo necesario de mi parte.

El problema de las empresas meritocráticas es que todas dicen que lo son pero la realidad dista mucho.

Pero cuando realmente trabajas en una que si lo es, la diferencia es abismal. Y funciona tan bien que te pasa, como a mi, que ya no eres capaz de trabajar nunca más en una empresa que no sea así.

La formación reglada especialmente está muy alejada de lo que necesita el mercado laboral y da la sensación que cada vez lo está mal.

Por eso yo creo que es momento que asumamos que es inevitable que mucha gente no se dedique a aquello que ha estudiado y le toque reinventarse profesionalmente. Así que hoy os voy a contar mi experiencia teniendo que dar un giro 180 a mi carrera profesional aprendiendo a superar el miedo que ello genera.

Cuando trabajas junto a gente que vale mucho la pena aprendes de lo que funciona, de lo que se hace bien. Aprendes de gente que empuja como nadie, que ve las cosas diferentes.

Y sin darte cuenta, por cercanía, por ejemplo o por lo que sea tú también terminas trabajando de esa manera.

Overdeliver. Esa es la clave.

Y lo pongo en inglés a ver si así se graba más a fuego en la cabeza.

En los años que llevo trabajando y reflexionando sobre qué nos lleva a que nos vaya bien o no con lo que hacemos, gran parte de lo aprendido lo podría resumir con esa palabra.

No es la mejor traducción literal pero si práctica: supera las expectativas.

Si quieres centrarte solo en una cosa para que te vaya cada vez mejor en tu carrera profesional, yo me quedaría con siempre dar, al menos, un poco más de lo que esperan de ti.

Alcanzar el product / market fit es el sueño de cualquier negocio y hoy quiero trasladar este mismo concepto al mundo profesional porque nos ayuda a ganar perspectiva sobre lo que todos deberíamos perseguir como profesionales que trabajamos en una empresa.

El síndrome del impostor es eso que nos lleva a pensar "¿y quien soy yo para hablar de este tema?" o "¿quien va a querer escucharme a mi?" y tantas variaciones que existen.

Y es increíble su poder. Cómo nos impide hacer muchas cosas simplemente porque creemos que no somos las personas adecuadas, o por el qué dirán.

Por eso hoy vamos a aprender a identificarlo y después ver qué estrategias podemos seguir para evitarlo.

Hoy os traigo un episodio diferente porque simplemente me apetece compartir con vosotros un poco de lo que he hecho en mi vida profesional. Podríamos decir que esta es la historia de mi vida profesional.

Con sus cosas buenas y malas, con éxitos y fracasos.

Lamentablemente es bastante habitual encontrarte que lo que te ofrecen cuando te hacen una propuesta laboral después no coincide ni de cerca con la realidad del trabajo.

Ante este tipo de situaciones hay que entender por qué pasa esto, que a veces no hay mala fe en ello pero otras veces no es así.

Hoy vamos a ver a través del caso de una oyente que me envió la semana pasada qué podemos hacer en este tipo de situaciones.

Es difícil que con el tiempo la gente no te decepcione alguien en el trabajo. Especialmente cuando empiezas a gestionar equipo, que es cuando fijas las espectativas en la gente.

Por eso hoy quiero compartir cómo hago yo para evitar que la gente me decepcione y, así, vivir más tranquilo.

No existe una forma de hacer el currícululm o cv perfecto por más que la gente se empeñe en dar consejos de cómo tiene que ser.

Esto es como tratar de ligar exactamente igual con todas las chicas o chicos. No. Tienes que adaptar la forma de hacerlo según el contexto, la persona al otro lado, etc... ¿Verdad que esto es fácil de entenderlo? Pues pasa lo mismo con el currículum.

¿Crees que si fueras el dueño de la empresa en la que trabajas empujarías igual que como lo haces ahora?

Esta pregunta es importante para entender tanto la mentalidad del empresario como la del empleado, porque veces le pedimos peras al olmo.

Hoy vamos a ver cómo podemos hacer networking cuando nuestro entorno no es favorable profesional no es favorable para ello.

Y lo vamos a ver a partir de la duda de un oyente que me enviaba hace unos días.

Si estás empezando en el mundo de la productividad, habrás empezado casi seguro a trabajar con listas de tareas. Pero también hay mucho detractor de esta forma de organizar lo que tenemos que hacer.

Yo he pasado estar a favor a estar en contra de las listas de tareas pero con el tiempo me he dado cuenta que, como tantas cosas, depende de cómo las usemos y el tipo de proyecto donde lo apliquemos.

Este episodio va para todos los que viven enfadados con su empresa o con sus compañeros porque normalmente esto viene de no entender la realidad de las empresas o de las personas.

Me preguntaba el otro día un oyente cómo hacer para sacar provecho a la formación que nos paga la empresas porque muchas veces o es de dudosa calidad o ni siquiera sabemos que la tenemos. Cosa que por cierto pasa más habitualmente de lo que nos imaginamos.

Así que hoy reflexiono sobre ello en el episodio y voy a tratar de alentaros no solo a aprovechar esta oportunidad que os pueda dar la empresa sino a seguir sumando formación con sentido y cabeza.

Hoy os voy a comentar algunas (y solo algunas de las tantas que hay) creencias limitantes que nos impiden crecer profesionalmente.

Cosas que suceden en nuestra cabeza y que no dependen de nadie más que de nosotros mismos y, por lo tanto, es una fantástica noticias.

Vamos con ello.

Hoy os cuento el caso de un compañero que tiene una red de networking que le da una ventaja competitiva única en lo que está haciendo.

Un caso claro de cómo aportar un valor que pocos pueden aportar apoyándote principalmente en una habilidad como es el networking en este caso.

Igual lo de "Tutorial hell" no te suena pero te aseguro que alguna vez has caído en sus manos. Y es que hoy os voy a hablar de por qué es fácil caer en la tentación de seguir consumiendo información (libros, podcast, vídeos...) hasta el infinito y no hacer lo que de verdad tiene impacto en nuestra vida: hacer cosas.

Este episodio es una oda a hacer. A hacer más. Y más. Y más. Y consumir menos pero con más criterio.

Pero no me enrollo más por aquí y os dejo con el episodio.

Hace 3 años tuve mellizos y hace 1 año otra peque.

En 3 años 3 hijos y sigo vivo con un trabajo de alta exigencia, un negocio paralelo y pasando tiempo con mi familia.

No es un tema de superhéroes, es un tema de organización y exprimir cada minuto del día.

Os cuento cómo lo hice yo, con mis aciertos y errores.

Hace unas semanas preguntaba justamente esto en Linkedin en una encuesta que con 830 votos y unos resultados que me sorprendieron un poco.

Y es que solo al 32% de los encuestados su trabajo realmente les gusta mucho. Es decir, 1 de cada 3 personas.

¿Os parece mucho o poco? A mí, personalmente, poco la verdad. Y hoy os voy a explicar por qué.

Para mejorar puedes compararte con quien quieras pero antes de mirar fuera, mírate al espejo y empieza por construir una versión mejorada de ti.

Hay quien no entenderá este episodio porque lo verá innecesario pero para quienes tengan esa llama interior que les empuja a mejorar constantemente les resultará muy útil.

Hoy un oyente del podcast nos va a dar una bonita lección de lo que ocurre cuando tomamos las riendas de nuestro trabajo y de nuestra carrera profesional.

Hoy yo me aparto para dejarle protagonismo a él porque quiero dar cada vez más visibilidad a estos casos de éxito.

La gente con la que nos juntamos habitualmente influencia mucho en nuestras vidas y nuestra carrera profesional.

Rodéate de gente que se pasa el día criticando y enfadada con el mundo y ya sabes cómo terminarás tu. Pero rodéate de gente realmente buena e inevitablemente mucho se te pegará.

Por eso hoy vamos a ver cómo podemos hacer para rodearnos de este tipo de personas que nos ayudan a ser mejores profesionales.

Cuando tienes que meter gente realmente buena en tu equipo es vital saber cómo "captar" a estas personas porque, principalmente, no te necesitan.

Es casi como vender un producto a potenciales clientes. De hecho, la forma de abordarlo me recuerda a un concepto de marketing que me parece muy interesante y sobre el que vamos a hablar en el episodio de hoy.

Hay mil formas de hacer networking pero si que es cierto que algunas requieren que la mayor parte de tu tiempo te dediques a ello. Pero hoy te traigo la que yo creo que es la más simple de todas o casi.

Comer fuera de casa ni parece networking pero creedme que funciona muy muy bien y la gente lo infravalora.

Evidentemente no es para todo el mundo y tiene sus contras (que vamos a repasar) pero es que lo que nos puede aportar es mucho mayor.