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Epistolar

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By Antología de lo íntimo

Escribir cartas es una de esas cosas que dejamos de hacer. Este podcast busca rescatar algo que parece un arcaísmo. Artistas le pondrán la voz y el sentimiento a misivas de distintas épocas y temáticas. En tiempos de tanta inmediatez, Epistolar apuesta por rescatar el valor de la palabra, del contar pausado y del pensamiento. Una idea de Diego Jemio y Tomás Sprei con música original de Leandro Lombardo y José Ferrufino. Buscanos en YouTube como Epistolar Podcast de Cartas y en Instagram como @epistolarpodcast.
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Episodio 19 - Carta de Agnes von Kurowsky a Ernest Hemingway (María Inés Sancerni)

EpistolarMar 18, 2019

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Cartas de amor de Violet Trefusis a Vita Sackville-West

Cartas de amor de Violet Trefusis a Vita Sackville-West

Violet Trefusis fue una escritora inglesa nacida a finales del siglo XIX. Una mujer que, aunque escribió gran parte de su vida, tiene una obra que en su mayoría permanece inédita. Fue también -y principalmente- alguien que hizo de su disidencia, su rebeldía y su protesta una forma de vida. En sus textos y de una manera férrea, Violet defendía la diversidad sexual y nunca se disculpó de sus opiniones, incluso en momentos de peligro. La historia la recuerda como la amante de la poeta y novelista Vita Sackville-West, que a su vez fue el gran amor de Virginia Woolf. Dicen las biografías que Virginia siempre estuvo celosa de Violet, que continuó su amor con Vita hasta el día de su muerte. Ésta es una selección de cuatro cartas que le escribe a Vita, a quien llamaba con muchos nombres: Mitya, Dmitri, Julian... Acá asoma una personalidad apasionada, obsesiva y violenta en su pasión. Nada de medias naranjas. Naranjas completas, que quieren morderse y sacarse todo el jugo. Lee la actriz Matilde Campilongo.

***

Sé malvada, sé valiente, emborráchate, sé imprudente, sé disoluta, sé despótica, sé anarquista, sé una fanática religiosa, sé una sufragista, sé lo que quieras, pero por piedad sélo hasta el limite. Vive, vive plenamente, vive apasionadamente, vive desastrosamente au besoin [si es necesario]. Vive la gama de las experiencias humanas, construye, destruye, vuelve a construir. ¡Vive, vivamos tú y yo, vivamos como no ha vivido nadie hasta ahora, exploremos e investiguemos, avancemos sin miedo por donde hasta los más intrépidos han titubeado y se han detenido! […] Mitya, podrías hacer lo que quisieras de mí, o más bien Julian. Amo a Julian, arrolladoramente, devastadoramente, posesivamente, exorbitantemente, insaciablemente, apasionadamente, desesperadamente. También coquetamente, conquistadoramente y frívolamente.

*

Una tras otra me asaltan la desdicha, la angustia, el cinismo, la desilusión, la apatía, el resentimiento, luego nuevamente la desdicha, los celos, la desesperación, la desgana para después volverse a reafirmar mi inexorable temperamento. […] Recuerdas las caricias… Parece que jamás te he deseado como ahora. Cuando pienso en tu boca… Cuando pienso en… otras cosas, se me sube toda la sangre a la cabeza, y casi imagino… No me has contestado al telegrama en que te preguntaba si te estabas “portando bien”, sabes muy bien lo que quiero decir. Si tengo la impresión de que no, haré lo mismo: no mantendré la promesa que te hice. […] Escríbeme, cielo mío, dime que no has cambiado respecto a H. y que al menos nos veremos pronto. […] ¿Vuelves a llevar el anillo de bodas? Ay, Mitya, por favor, no. Espero recibir un telegrama tranquilizador tuyo hoy mismo. Sin ti son todo cenizas.

*

A veces, antes de dormirme, a fuerza de desearte, termino sintiendo tu cuerpo tendido a mi lado, todo el calor de tu carne estremecida, los besos en tu boca y las caricias de tus dedos, y desfallezco, y me siento a punto de morir. ¿No tienes jamás esas sensaciones? Vamos, un poco de franqueza. Es que te deseo, te deseo hasta el frenesí. Hay días enteros en los que no pienso en otra cosa. Es demencia, lo que quieras, pero muero por ello. Estoy segura de que jamás has sentido una cosa semejante. Mi amor, mi alegría, regresa, te lo suplico.

Violet


Apr 24, 202408:01
Cartas de amor de Octavio Paz a Elena Garro

Cartas de amor de Octavio Paz a Elena Garro

Octavio Paz y Elena Garro fueron dos de los grandes escritores que dio México durante el Siglo XX. Y también una de las parejas más conocidas de la literatura latinoamericana. Cuentan los historiadores que se conocieron en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. En una fiesta, Paz le dio un jalón para invitarla a bailar. Ese gesto fue quizá un botón de muestra de lo que luego sería la relación. Se casaron y basaron ese vínculo en conveniencias, celos profesionales y enojos por parte de él. Y en una serie de sumisiones y frustraciones por parte de ella. Un cóctel horrible que, por supuesto, dio lugar a un matrimonio fallido. Alguna vez, Garro dijo: “Durante mi matrimonio, siempre tuve la impresión de estar en un internado de reglas estrictas y regaños cotidianos”. Sin embargo, esta selección de cartas corresponde a los momentos inciales de ese amor. Acá está el Paz poeta, el genio, el ganador del Premio Nobel. Pero también aparecen los rasgos de manipulación. Le pide ser “sumisa, callada, dócil para mí”. Lee el actor Raúl Román.


Apr 10, 202411:55
Carta de Wolfgang Amadeus Mozart sobre el proceso creativo

Carta de Wolfgang Amadeus Mozart sobre el proceso creativo

Bienvenidos y bienvenidas a la sexta temporada de Epistolar. Estamos muy felices por este reencuentro con nueva música, nuevos lectores y, por supuesto, nuevas cartas que queremos compartir con vos. En la guitarra, nos acompaña como siempre José Ferrufino, un viejo amigo de la casa. Y este año sumamos al pianista Facundo Miranda, a quien agradecemos su aporte y generosidad. Pero basta de prólogos. Y vamos al episodio de hoy. Es casi un lugar común hablar de Mozart y usar inmediatamente después la palabra genio. Y vincular ese genio con la locura, con los arrebatos, con el talento como un regalo de Dios. Ahí está la película “Amadeus”, que dejó la impresión de que era un donjuán, un indisciplinado con flashes geniales. Su talento, como el de cualquiera, fue también producto de un enorme trabajo. Esta es una selección de dos cartas. En la primera, justamente, habla sobre su proceso creativo, sobre cómo fluyen sus ideas musicales, sobre un trabajo que, en sus palabras, se “metodiza”. En la segunda, un Mozart más terrenal le pide a un primo un suculento préstamo de dinero. Acá va un Mozart genio. Uno que suda. Y que sufre, como vos, como yo, como todos. Lee el actor Marcos Montes.

Mar 27, 202407:38
Carta de amor de Honoré de Balzac a Ewelina Hańska

Carta de amor de Honoré de Balzac a Ewelina Hańska

Llegamos al episodio 164 desde el inicio de este podcast y el último de la quinta temporada de Epistolar. Queremos darte las gracias por estar ahí y darle sentido a lo que hacemos. En nuestras redes te contaremos las novedades. Pero ahora vamos a lo importante: las cartas. Honoré de Balzac fue uno de los más grandes escritores en lengua francesa. Alguien obsesionado por retratar el espíritu de la burguesía de la Francia post napoleónica. Y vaya si lo hizo con “La comedia humana”, una maravillosa y monumental obra que incluye 87 novelas y cuentos sobre sus grandes obesiones: la política, la revolución, el dinero, el poder, el sexo y las mujeres. Esta carta no habla de esa obra pero sí, de alguna forma, de ese carácter desmedido -y ambicioso- de su personalidad. Le escribe a Ewelina Hańska, su mujer y condesa de origen polaco, a quien conoció a través de una carta. Le habla del sueño delicioso de quererla. De una relación que lo abruma. “Estoy viviendo solo por amor”, le dice. “Me siento tonto y feliz”, agrega. Acá una carta de amor intenso. Acá el frenético Balzac con toda su potencia verbal. Lee el actor Diego Gens.

***

Estoy loco por ti: no puedo unir dos ideas sin que tú te interpongas entre ellas. Ya no puedo pensar en nada diferente a ti. A pesar de mí, mi imaginación me lleva a pensar en ti. Te agarro, te beso, te acaricio, mil de las más amorosas caricias se apoderan de mí. En cuanto a mi corazón, ahí estarás muy presente. Tengo una deliciosa sensación de ti allí. Pero mi Dios, ¿qué será de mí ahora que me has privado de la razón? Esta es una manía que, esta mañana, me aterroriza. Me pongo de pie y me digo a mí mismo: “Me voy para allá”. Luego me siento de nuevo, movido por la responsabilidad. Ahí hay un conflicto miedoso. Esto no es vida. Nunca antes había sido así. Tú lo has devorado todo. Me siento tonto y feliz tan pronto pienso en ti. Giro en un sueño delicioso en el que en un instante se viven mil años. ¡Qué situación tan horrible! Estoy abrumado por el amor, sintiendo amor en cada poro, viviendo solo por amor, y viendo cómo me consumen los sufrimientos, atrapado en mil hilos de telaraña. Oh, mi querida Eva, no lo sabías. Levanté tu carta. Está frente a mí y te hablo como si estuvieras acá. Te veo, como te vi ayer, hermosa,¿ asombrosamente hermosa. Ayer, durante toda la tarde, me dije a mí mismo: “¡Es mía!”. Ah, ¡los ángeles no están tan felices en el paraíso como yo lo estaba ayer!”.

Dec 20, 202305:44
Carta de la escritora feminista Edith Wharton

Carta de la escritora feminista Edith Wharton

Edith Wharton fue una escritora con un humor finísimo, una exploradora del mundo íntimo de las clases altas de los Estados Unidos. Fue candidata al Nobel y ganó el Pulitzer en 1921 por su extraordinaria novela “La edad de la inocencia”. Además de eso, fue una mujer que no conocía límites en un mundo regulado por los preceptos masculinos. Ella se paseaba en su auto cuando las mujeres no manejaban, amaba por igual a hombres y mujeres y se apuntó como reportera durante la Primera Guerra Mundial y realizaba las coberturas a bordo de una moto. Y, como si todo eso fuese poco, se divorció. Pensá un poco en esa época, inicios del siglo XX, te convertías casi en una paria por hacerlo. Durante esos años finales de su matrimonio, conoció al periodista Morton Fullerton, bisexual como ella, con quien tuvo una apasionada y dolorosa historia de amor. En esta carta, ella le expresa la gran tristeza que le causa su distancia. “Tus incongruencias e incoherencias”, le dice. Y lanza palabras que suenan como un puñal: “Mi vida era mejor antes de conocerte”. Lee la actriz Marta Pomponio.

***

Mediados de Abril de 1910

Cuando me fui pensé que quizás tendría noticias tuyas de vez en cuando. Tú me escribías todos los días, ¡y me escribías de la misma forma que solías hacerlo hace tres años! Eso me incitó a responderte de la misma manera porque no veía otra razón por la cual pudieras escribirme. ¡Pensé que querías que te dijera lo que había en mi corazón! Luego vuelvo, y ni una palabra, ni una señal. Sabes que aquí es imposible intercambiar dos palabras, y apareces aquí, vienes incluso sin haberme avisado; fue una casualidad que estuviera en casa. Te marchas, y otra vez en silencio sepulcral. He vuelto tres días y parece que no existo para ti. No lo comprendo. Si pudiera creer que hay algún sentimiento en ti −una buena y leal amistad, ¡a falta de otra cosa!− entonces podría seguir adelante, soportar las cosas, escribir y ordenar mi vida…

[…]

He soportado todas estas incongruencias e incoherencias al máximo por lo mucho que te amo y porque lamento en extremo las cosas de tu vida que son difíciles y penosas. […] Pero ahora el sentido de la autoestima, y también la sensación de que no puedo soportar más, me hacen escribirte estas cosas. No vuelvas a escribirme cartas como las que me mandaste a Inglaterra. Es una diversión caprichosa y cruel. ¡No era necesario herirme así! […] pero a nadie se le puede pedir un día que entregue toda la ternura de su pasión y luego ignorarle al día siguiente sin razón o explicación aparente, como te has complacido en hacer tú desde tu enigmático cambio en diciembre. He tenido un año muy difícil; pero el dolor dentro de mi dolor, el último giro de la tuerca, ha sido la imposibilidad de saber lo que querías de mí y lo que sentías por mí. […] Mi vida era mejor antes de conocerte. Esta es, para mí, la triste conclusión de este triste año. Y es aún más amargo decírsela al único ser que una ha amado de verdad.

Edith

Dec 06, 202305:27
Carta de amor de Juan Gustavo Cobo Borda

Carta de amor de Juan Gustavo Cobo Borda

Una carta es una conversación entre dos ausentes, como alguna vez la definió Carlos Monsivais. Pero también es una forma de intentar llegar al otro, de avanzar y, claro, de seducir. El escritor y diplomático colombiano Juan Gustavo Cobo Borda lo intenta con esta carta de amor. Aunque se lamenta de una empresa que considera harto difícil. Dice “tan torpes los hombres, tan ansiosos siempre, tan irreales como estas palabras...” Lee el actor Ramón Valera.

***

Querida mía: ¿Podrán las palabras seducir?¿Lograrán ellas avanzar hacia ti, con ansiosa timidez, y rozar una mano, un rostro, una nuca? Porque la página es el cuarto donde todos los juegos se pernoten. Porque este rectángulo blanco alberga todas las imaginaciones posibles: lo que tú has soñado, lo que he ansiado, lo que quizás ninguno de los dos sabe bien cómo se llama. Sí: confiemos por un momento en el conjuro de los vocablos. Ellos te traen aquí, buena como el pan, ácida como el limón. Las equivocaciones reviven, risueños, errores que no valen la pena. Tan torpes los hombres, tan ansiosos siempre, tan irreales como estas vagas palabras. Basta leer las cartas de Rilke a Benvenuta. Vercómo Benvenuta sí clava los pies en la tierra y concreta al volátil,cobarde, hipocondríaco Rilke. Ahora también quedan las cartas de Benvenuta. Justa inmortalidad. ¿Eres una, eres dos, cuántas eres? Quiero sentir cómo las palabras fluyen sobre el papel -pluma leve,tinta negra- y llegan hasta ti, la lejana, la ida y recobrada, la que tanto tiempo, durante tantas horas, ha rondado por mi mente. Esa mente ya vacía, esa mente que quisiera ágil, depurada, certera para gozar, entrelazada, con la tuya -la pura alegría de intuirnos en la distancia insalvable. Humor, goce, la cariñosa sensualidad de dos almas que se ríen y se desean lo mejor. ¿Podré salir, romper el cerco, bailar eufórico en la entrega, como el bonsai que solo produce naranjas porque sí, más allá de quien las recibe, mucho más allá de quien las saborea? No hay nada que contar. La vida se va, el tiempo insensibiliza cualquier afecto, la rutina nos protege del terrible milagro. Aun así confía en tu insensatez.Tengo una fe infinita en el error. Quisiera equivocarme apasionadamente. “Sin plata, sin novia, sin porvenir” o “gordo, viejo y fracasado”, como prefieras, intento extraer fuero de estas fatigadas palabras. Las de siempre. Huecas y vacías. Pero no tengo otra. Quizás en la alta noche, cuando el único ruido sea la vibración de la luz en los faroles, tú, sin saber bien cómo o por qué, las repases y les confieras sentido. Un enigma siempre requiere de dos. Es tan fácil la felicidad. Tan gratuita. Basta con sentir algo tibio. Volver a llamar sólo para oír de nuevo una voz quizás estropeada por la gripe. Tan sencillo. En consecuencia no dudo más y arrojo estas palabras, así, deshilvanadas, sabiendo que las complementarás. Como ves, no tengo nada qué decir pero aun así escribo. El oscuro deseo mueve las aspas del molino y tritura los granos, las jugosas uvas, el cuerpo que otro cuerpo exprime hasta el delirio. Consérvame, cuídame, y suéñame sin límites. Yo te percibo.Siento el azul de tus venas cada día más próximo, en su latido.El secreto está a salvo. Nada he dicho. Así que el círculo se cierra y entrelazados por cadenas más férreas que el destino, contemplamos cómo los astros trazan rutas. En algún punto ¿cuándo? ¿dónde? Las nuestras se juntan.Que el amor te bendiga. Juan Gustavo

Nov 22, 202307:11
La carta del adiós de Lisandro de la Torre

La carta del adiós de Lisandro de la Torre

Esta es una carta de adiós, la despedida de un incansable polemista. Lisandro de la Torre fue abogado, escritor, periodista, legislador y candidato a presidente de la Argentina en 1916. Participó de la creación de la Unión Cívica Radical y fue el primer presidente de la Liga Argentina de los Derechos del Hombre, en un mundo que se precipitaba hacia la pesadilla totalitaria. Un lector de las corrientes filosóficas influyentes de su época, un hombre que enfrentó -muchas veces en soledad- a la corrupción y los negociados de la Década Infame. El pensaba que la prosperidad del país, en ese entonces Argentina era una nación rica, debía ser acompañada por la transparencia de las instituciones políticas. Hablaba de la descentralización del poder de las provincias, defendía la reforma electoral de Sáenz Peña, pensaba que había que limitar el poder de los gobernantes… En fin, puntos relevantes para consolidar una verdadera democracia. Como senador, presentó un informe contundente sobre los perjuicios del acuerdo entre Argentina e Inglaterra sobre el comercio de carne. Algo que ponía en evidencia las corruptelas del gobierno de Agustín P. Justo. En 1937, cansado de luchar contra un sistema de corrupción que involucraba a grandes funcionarios, De la Torre presentó su renuncia al Senado. Y se fue a su casa. Escribía algunos artículos y salía cada tanto a dar conferencias. La última fue un año antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Y dijo: “La hora de la espada pasó y el mundo, harto de sobresaltos, deberá volver a la moderación, al respeto del derecho de los tratados y de la paz”. En 1939, puso fin a su vida con un disparo al corazón. Antes, dejó esta carta a familiares y amigos. Lee el actor Francisco Civit.

***

Queridos amigos:

Les ruego se hagan cargo de la cremación de mi cadáver. Deseo que no haya acompañamiento público, ni ceremonia laica religiosa alguna, ni acceso de curiosos y fotógrafos a ver el cadáver, con excepción de las personas que ustedes especialmente autoricen. Si fuera posible, debería depositarse hoy mismo mi cuerpo en el crematorio e incinerarlo mañana temprano, en privado. Mucha gente buena me respeta y me quiere y sentirá mi muerte. Eso me basta como recompensa. No debe darse una importancia excesiva al desenlace final de una vida, aún cuando sean otras las preocupaciones vulgares. Si ustedes no lo desaprueban desearía que mis cenizas fueran arrojadas al viento. Me parece una forma excelente de volver a la nada, confundiéndose con todo lo que muere en el Universo. Me autoriza a darles este encargo el afecto invariable que nos ha unido. Adiós. Lisandro de la Torre


Nov 08, 202305:31
Carta de Elena Poniatowska a su madre

Carta de Elena Poniatowska a su madre

La llaman de muchas formas. Elena. Elenita. Princesa Roja. La Poni. Elena Poniatowska nació en Francia, pero fue adoptada por los mexicanos. Llegó a ese país huyendo con su familia de la ocupación nazi. Ganó el Premio Cervantes 2013, pero siempre se reivindicó como periodista y reportera antes que como escritora. “Soy una Sancho Panza femenina”, dijo alguna vez. Sus libros hablan de los grandes temas y personajes de México, pero también de Pedro, María, de Juan y José, de los personajes anónimos, de la gente de a pie. La carta que elegimos para este episodio está dirigida a la madre ausente, pero no es una carta clásica de amor filial. Elena elige este género para evocar a su mamá, sí, pero también como una forma de dialogar con su propia biografía e historia. Lee Gabriela Bautista.

***

Querida mamá: Escribo con un nudo en la garganta. Lo mismo haría si el español fuera mi idioma materno. No es para tanto –me digo–, pero sigo escribiendo con un temblor cardiaco. Desde niña, a los seis o siete años copiaba las letras del alfabeto temblando de miedo. Manchar el cuaderno con una gota del tintero encajado en el pupitre escolar era una deshonra. Las letras salían picudas y tembeleques. Pero quien más me hacía temblar eras tú cuando aparecías a las ocho a darnos el beso de las buenas noches. Te precedía tu perfume, luego el sonido de tu vestido barriendo el piso. Cuando te inclinabas sobre la cama se me venían encima tus pechos blancos como la leche, tu pelo castaño como el Bois de Boulogne, tus labios muy llenos, tus ojos de azúcar quemada. “¡Que duerman con los angelitos, niñas!”, reías. Un minuto después habías desaparecido. En París, entre los treinta y cuarenta, los franceses giraban en una ronda de cenas, desfiles de alta costura, recepciones, conciertos, encuentros en cafés en la acera, ajenjos verdes como los de Van Gogh. Nunca dejaron de bailar sobre el volcán hasta que estalló la guerra. Mamá, escribiste: “Después de haber dejado sola a Polonia, las dos grandes potencias Francia e Inglaterra por fin le declararon la guerra a Alemania, el 3 de septiembre de 1939. Más tarde supe que el embajador Julio Lukasievicz en una entrevista tormentosa con Daladier le comunicó que le quedaban dos horas para salvar el honor de Francia”. Vestida de Schiaparelli, aparecías en el Vogue. Tú y yo girábamos aturdidas en otra ronda, la de una niña enamorada de su madre. Como a ti te querían tantos, te parecía normal que yo te quisiera más, por eso, a veces ni me veías como no se ve a lo que siempre está ahí. Durante la guerra, Paula Amor de Poniatowski condujo una ambulancia. Se enroló en la Section Sanitaire Automobile Féminine SSA que pertenecía a la Cruz Roja y presentó tres exámenes: el de mecánica, el de auxiliar médico y el de topografía y orientación. Manejó una camioneta Matford que servía también para transportar heridos. Salía al alba y en su primer viaje recorrió 1.350 kilómetros para llevar alimentos a Alsacia. En la noche tenía que conducir con los faros apagados y recuerda haber llevado a una mujer que le dijo que no se iba sin su máquina de coser y su olla llena de sopa de lentejas. En Cayeux, subieron a su camioneta unos 10 ancianos tan malhumorientos y quejumbrosos que no le inspiraron simpatía, solo temían que los alcanzaran “les boches”. En cambio, un burrito abandonado a medio campo bajo las bombas le dio tanta compasión que lo subió a la camioneta y lo dejó en casa de un campesino. La guerra de mi padre es otro cantar. Atravesó los Pirineos a pie y lo encarcelaron en Jaca. (...) Ahora que ya no sé si mi pluma es una excusa o una soga al cuello, cómo quisiera escribir sin miedo. Todavía hoy, a los 84 años, extraño el perfume que precedía tu entrada y tu beso de las buenas noches y le pido al ángel de la guarda que te regrese.

Oct 25, 202307:45
Carta de Sherwood Anderson con consejos a su hijo

Carta de Sherwood Anderson con consejos a su hijo

Sherwood Anderson fue periodista, cuentista y novelista. Un gran maestro de la literatura estadounidense, del relato breve, del cuento simple y directo. Y, principalmente, verosímiles. La historia lo recuerda también por ser el maestro y mentor de nada menos que William Faulkner. Antes de dedicarse a la literatura, fue publicista y empresario hasta que decidió dejar todo para escribir. En esta carta, el escritor le habla a su hijo John, que quiere ser pintor. Es un texto con consejos, sí, pero principalmente un manifiesto sobre el empleo del tiempo, el dinero y las complejidades de ser artista. Lee el actor José Escobar.

***

Querido John: Me atrevo a decir que lo mejor es aprender algo de buena manera para ganarse la vida. Parece que Bob está ganando terreno en el negocio de los periódicos y ha recibido otro aumento. Él está siendo bien entrenado, trabaja en una ciudad más pequeña. En cuanto a los campos científicos, cualquiera de ellos requiere una larga formación y una aplicación intensa. Si tú estás hecho para eso, nada podría ser mejor. A la larga, tendrás que llegar a tu propia conclusión. Las artes, que probablemente ofrezcan mayor satisfacción a un hombre, son inciertas. Es difícil ganarse la vida. Si tuviera que ocuparme de mi propia vida, supongo que seguiría siendo escritor, pero estoy seguro que le daría mi mayor atención a aprender a hacer cosas directamente con mis manos. Nada entrega más satisfacción que hacer las cosas uno mismo. Por sobre todo, evita seguir el consejo de los hombres que no tienen cerebro, ni idea de lo que están hablado. La mayoría de los pequeños hombres de negocio, simplemente dicen “mírame”. Suponen que si acumularon un poco de dinero y tienen una posición en un pequeño círculo, son capaces de asesorar a cualquiera. Junto a las ocupaciones, está la construcción del buen gusto. Eso es difícil, de largo aliento. Pocos lo logran. Hace toda la diferencia del mundo, al final. Me sorprende constantemente lo poco que saben los pintores sobre pintura, los escritores sobre escritura, los comerciantes sobre negocios, los fabricantes sobre fabricación. La mayoría de los hombres simplemente pierden el rumbo. Hay una especie de astucia en muchos hombres que les permite obtener dinero. Es la astucia del zorro tras el pollo. Una mentalidad mezquina a menudo va de la mano. Sobre todo, me gustaría que vieras, por tus propios ojos, todo tipo de hombres. Eso te será de gran ayuda. ¿Cómo se logra? Precisamente, no lo sé. Quizás se pueda encontrar un camino. De todos modos, te veré este verano. Comenzamos a empacar de regreso esta semana. Con afecto,

Papá

Oct 11, 202305:34
Carta de Cristina Peri Rossi a Julio Cortázar

Carta de Cristina Peri Rossi a Julio Cortázar

“Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha”. Ese es uno de los poemas que Julio Cortázar le dedicó a Cristina Peri Rossi. La notable escritora uruguaya, ganadora del Premio Cervantes, fue algo así como el amor imposible del autor de “Rayuela”. Se conocieron a través de una carta. Ella se exilió en España a inicios de los 70. Él la ayudó a huir a París. Fue una amistad. Y fue también amor. Una amistad amorosa. ¿Quién dijo que tienen que ser calles que nunca se cruzan? Compartieron viajes, compartieron el humor, muchas cartas y una fascinación mutua. Él le dedicó poemas. Y ella, muchos años después de su muerte, escribió el libro “Julio Cortázar y Cris” como una suerte de homenaje y una crónica de ese vínculo. Acá va un texto de Cristina a Julio. Un amor sin etiquetas. Amor a secas. Amor sin más. Lee la actriz Sabrina Speranza.

***

Barcelona, octubre del 2000. A veces escucho tu voz y tus palabras en trozos de las cintas que me enviaste y recupero algunas de las cosas más queridas: el olor del tabaco de tu pipa (yo probé a pasarme a la pipa inútilmente: lo único que quería era dejar la pipa para fumarme un buen cigarrillo), la melancolía de tus ojos celestes, los pantalones de pana que te quedaban un poco cortos, siempre, la manera de pronunciar la palabra: "terrrrrrible" y a María Bethânia cantando "Drama". Ya no colecciono caleidoscopios -posiblemente porque no estás vos para quedarte extasiado mirando las formas y colores- y tengo la sensación de que el mundo, tal como va, no te gustaría, que tendrías muchas cosas que decirle, con tu sonrisa irónica, con tus atribuciones a la tía Celia, que por suerte no está para desmentirte. También pienso que no te arrepentirías de nada, porque nunca fuiste injusto y tenías un corazón tan grande -como dijo Juan Rulfo- que fue necesario inventarte un cuerpo muy grande, también, para contenerlo. Para un escritor, lo más difícil es estar a la altura de su obra. En tu caso, eso te exigió crecer muchísimo.

Sep 27, 202305:24
Carta de Roberto Arlt a su hija

Carta de Roberto Arlt a su hija

Roberto Arlt es uno de los escritores fundamentales de la literatura argentina. Hoy, las universidades estudian la narrativa arltiana, que incluye novelas, cuentos, obras de teatro y, por supuesto, periodismo con sus maravillosas aguafuertes. Pero no siempre fue así. A lo largo de varias décadas, su nombre había pasado desapercibido en el ámbito literario. Al margen de los aspectos temáticos e ideológicos de su obra, hay un hecho curioso que caracteriza a muchos de sus textos: siempre aparece un hombre que sueña con ser inventor. Algo que no deja de ser un hecho autobiográfico porque el propio Arlt soñaba con pegarla con un gran invento. Era un amante de la física y de la química, incluso llegó a patentar algunas de sus iniciativas. En esta carta, le escribe a su hija, que acaba de ser aplazada en un examen. La consuela, le da calma y le dice que esos asuntos no son tan importantes. También le cuenta de un invento que ocupa toda su cabeza: unas medias para damas reforzadas con caucho. Acá va la fascinanción de un inventor fracasado. Acá va la narrativa de un escritor brillante. Lee el actor Mauricio Jortack.

***

Querida Mirtita: Recibí tu carta. No es para tanto un aplazo. Partí del principio que nosotros los Arlt nunca hemos sido fuertes en gramática y ortografía. Yo todavía no sé a ciencia cierta que diferencia existe entre un verbo y un adverbio. En cuanto a ortografía no necesito darte referencias. En cuanto al viejo de mierda ese, paciencia. Volvé a dar el examen y tomá ese asunto con la tranquilidad que hay que darle a todos los asuntos debajo del sol. Si vos situás en otro planeta a una muchacha que aplazan en ortografía y gramática te darás cuenta que eso no tiene importancia. Estudiá otra vez y listo. No te he escrito con la frecuencia que quisiera y tampoco he ido por allá, porque constantemente estoy ocupado con este asunto de las medias, ya que queremos salir comercialmente con los primeros días. Y vamos a salir. (…) Te mando aquí un pedazo arrancado de una media tratada con mi procedimiento. Te darás cuenta que sacándole el brillo a la goma (me van a entregar ahora una goma sin brillo ni tacto como el que tiene ésta) el asunto es perfecto. Tendrán que usar mis medias en invierno. No hay disyuntiva. (…) Escribime diciendome qué impresión te produce este pedazo que te he enviado. Se puede lavar con agua caliente. No calentará la pierna en invierno porque su temperatura interna se contrabalanceará con la temperatura externa. Bueno, como ves, no pierdo tiempo. Esta media durará por lo menos un año. Su transparencia es notable. Ponele papel impreso atrás y podés leerlo. Querida Mirtita, tené la seguridad que esto pronto estará en marcha comercial. Yo no pierdo un solo día. Todos los días trabajo en esto, para ponerlo a punto industrialmente ya faltan muy pocos detalles, pero detalles que hay que ultimar. Dale saludos a mamá y recibí un abrazo de tu papá que te quiere y recuerda siempre. Trabajá en el ingles con el mismo ánimo que yo trabajo en las medias. Chau linda. Roberto


Sep 13, 202305:24
Carta de consuelo de Silvina Ocampo a una amiga

Carta de consuelo de Silvina Ocampo a una amiga

Alguna vez, Carlos Monsivais escribió un precioso libro llamado “El género epistolar: Un homenaje a manera de carta abierta”. En ese ensayo, el mexicano dice que, entre muchas otras cosas, una carta es una conversación entre dos ausentes. En este caso, en el episodio de hoy, la charla es una caricia, un decirle “acá estoy” al otro cuando más lo necesita. Silvina Ocampo, una de las autoras más exquisitas de la literatura argentina, le escribe a su amiga, la artista plástica Norah Borges, que acaba de perder a su marido. Le ofrece cobijo en su casa de Mar del Plata y un cuarto donde pintar con tranquilidad. En definitiva, una amiga que le dice a la otra: contá conmigo. Acá estoy para vos. Lee la actriz y locutora Gladys Pierpauli.

***

Querida Norah: todo el tiempo he pensado en vos y no me conformo de no verte y no acompañarte en estos momentos. Me rompiste el corazón por teléfono, los otros días: desde ese momento no hago más que oírte! Por favor escribíme y decime cómo estas. Si querés venir a Mar del Plata avisame. Te esperaré siempre, te reservaré un cuarto donde puedas pintar mientras disponga de una casa. Perdona este papel, este lápiz y esta letra. Te escribo en la oscuridad del comedor. Llueve, hay relámpagos. Qué inseguro es el mundo!!! Te quiero con toda mi ternura segura

Silvina


Aug 30, 202304:38
Carta-lista de amor de Norah Borges

Carta-lista de amor de Norah Borges

En muchas ocasiones, nombrar a Norah Borges remite inmediatamente a la figura de su hermano Jorge Luis. Pero reducirla a eso está muy lejos de hacerle justicia. Leonor Fanny Borges Acevedo, ése era su verdadero nombre, nació en 1901 y murió en 1998. Fue parte de la vanguardia del arte en la argentina. Hizo grabados, pintó e ilustró libros de españoles emigrados al país, como León Felipe, Rafael Alberti y Ramón Gómez de la Serna. Fue una artista de la vanguardia argentina, como otros de su generación con los que compartió tiempo, como Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y Gabriela Mistral. En algún momento de su vida y anticipándose a su tiempo, Norah comenzó a hacer listas. Listas de todo. Listas para analizar pinturas. Listas para hablar de las cosas que le gustaban. Listas como una forma de estilo. Listas para sistematizar. Y para nombrar al mundo. Esta es una de las cartas que inaugura esa metodología. Se la manda al escritor y crítico español Guillermo Torre, que en ese momento era su pareja y luego fue su esposo. Acá va una carta-lista de amor de Norah, la hermana de Jorge Luis. Pero, principalmente, la mujer que vale por su propia obra. Lee la actriz María Seghini.

***

1º Guillermo, tus mejillas, tus ojos, tu voz, tu alma, tus besos más que todo.

2º tus cartas

3º Viajes a países lejanísimos, el mar, el desierto del Sahara, bahías con palmeras y casas de colores, Valldemosa

4º la moda, los vestidos, Palermo y la calle Florida

[elude el 5°]

6º pasear por el campo con amigas, descubrir con ellas algún paisaje, buscar con ellas algún milagro, algún signo de ti.

7º una casa llena de antigüedades, con una terraza sobre el mar, con benjuí, visitas decorativas y una gran biblioteca para que leyeras tú y Georgie.

8º L`Esprit – Nouveau, los cuadros de Picasso y de Marie Laurencin, el color mora y el color azul, el rosa y el naranja, el rosa y el verde, pintar con colores muy claros y del mismo valor, dibujar con un lápiz de punta muy fina.

9º La siesta en algún bosque, buscándote a ti, leer contigo “Le bal du comte d’Orgel” y mirar a Juan Ramón Jiménez y a Cansinos.

11º descubrir alguna momia en el desierto o algún paisaje misterioso en un castillo. que tu fueras un sabio, o un astrónomo, o un pastorcito.

12º que me adores como yo te adoro. Viajar contigo

Aug 16, 202305:49
Carta de Rebecca Solnit sobre el amor a los libros

Carta de Rebecca Solnit sobre el amor a los libros

Epistolar existe por el amor a la palabra escrita, a las cartas y, principalmente, a los libros. Pero si alguien me hace una pregunta sencilla sobre la práctica de la lectura. Por ejemplo, ¿por qué te gusta leer? Me quedo indefenso. Contesto cosas atolondradas, no sé explicarlo. O lo explico mal. Borges decía que el verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soportan el modo imperativo. “La lectura debe ser una de las formas de felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz”, decía Borges, que sabía por viejo pero, principalmente, por sabio. La ensayista, historiadora y militante feminista Rebecca Solnit bucea en este tema en su precioso libro “La velocidad del ser: Cartas a un joven lector”. Se pregunta por qué leemos, cómo los libros nos transforman y, acá va una fácil de hacer pero difícil de responder, para qué sirve un libro. Esta es una carta dirigida a niños lectores, pero también a la niña que ella fue. Una carta de amor al libro. Uno de esos amores eternos, que nunca nos defraudan. Lee la actriz y poeta Carmen de la Osa.

***

Queridos lectores,

Casi todos los libros tienen la misma arquitectura -tapa, lomo, páginas-, pero al abrirlos le abren a ustedes mundos y regalos mucho más allá de lo que son el papel y la tinta. En su interior son de todas las formas y están ahí todo el poder. Algunos libros son herramientas que coges para arreglar cosas, desde las más prácticas a las más misteriosas, desde tu casa a tu corazón. O para hacer cosas, desde pasteles a barcos. Algunos libros son alas. Algunos son caballos que corren con ustedes montados. Algunos son fiestas a las que te invitan, llenas de amigos que están allí incluso cuando tú no tienes amigos. En algunos libros conoces a una persona extraordinaria; en otros, a todo un grupo o incluso a una cultura. Algunos libros son medicinas, amargas pero clarificadoras. Algunos libros son rompecabezas, laberintos, marañas, junglas. Algunos libros largos son viajes y al final no serás la misma persona que al principio. Algunos son luces con los que puedes iluminar casi cualquier cosa. Los libros de mi infancia eran ladrillos, no para tirar, sino para construir. Apilé los libros a mi alrededor como protección y me retiré dentro de sus almenas, construyendo una torre en la que escapé de mis infelices circunstancias. Allí viví muchos años, enamorado de los libros, refugiándome en ellos, aprendiendo de los libros una extraña versión desfasada y rica en datos de lo que significa ser humano. Los libros me dieron refugio. O, mejor dicho, construí refugio con ellos, con esos libros que eran a la vez ladrillos y hechizos mágicos, hechizos protectores que tejía a mi alrededor. Pueden ser puertas, barcos y fortalezas para cualquiera que los ame. Y crecí para escribir libros, como esperaba. Así que sé que cada uno de ellos es un regalo que un escritor hizo a desconocidos, un regalo que he dado unas cuantas veces y he recibido otras tantas, todos los días desde que tenía seis años.

Rebecca Solnit

#RebeccaSolnit #Cartas #Libros

Aug 02, 202307:12
Carta de amor de Pedro Salinas a Katherine Whitmore - Lee Fernando Soto

Carta de amor de Pedro Salinas a Katherine Whitmore - Lee Fernando Soto

Se puede reconstruir la historia, quizás la arqueología, de una pareja a través de su epistolario amoroso. Si una de las partes es un extraordinario poeta, las cartas se convierten en uno de los documentos más hermosos de la literatura española del siglo XX. Estoy hablando del español Pedro Salinas, uno de los grandes escritores de la Generación del 27, que integraron Federico García Lorca, Rafael Alberti y León Felipe, entre otros. Salinas era “el poeta del amor” de esa generación. Cuando terminó la Guerra Civil Española, Salinas se exilió en los Estados Unidos. Allí conoció a la estudiante Katherine Whitmore durante el verano de 1932. Se enamoró perdidamente de ella y le escribió más de 300 cartas de amor. Ésta es una de esas bellas cartas, en la que el poeta no sólo hace una espléndida demostración de su talento para escribir. También habla del amor como una prodigiosa fuerza, que le da plenitud y sentido a nuestras vidas. Lee el actor Fernando Soto.

***

Desgarramiento. Una mujer, una Katherine, se queda allí, metida en aquel cajón de madera, entre seres desconocidos, frente a una noche triste e incógnita. Allí hay que dejarla. Fatalmente. Y la otra mujer, la otra Katherine, permanece invisible y presente a mi lado, se viene conmigo, alegremente colgada de mi brazo, mirándome en la mirada noble, pura y honda de siempre. No, en la estación, en la despedida no hay una separación simple de ser con ser, no, cada uno de nosotros nos separamos no de la otra criatura querida sino también de aquella parte nuestra que ella quiere y que se va con ella. ¿Verdad que anoche tú no te has separado de mí, ni yo de ti? Más bien yo me he separado de mí mismo, eso siento, y tú de ti misma. Y tengo, anoche, hoy, la sensación de andar entre fantasmas y sombras, con alguien al lado, a quien no puedo estrechar, pero que vive en torno mío, y se me escapa cada vez que quiero cogerlo. Sensación angustiosa y dulce a la vez, caricia desgarradora. Además, qué pena anoche, aquellos momentos últimos, atropellados por la estupidez y el desorden. ¡Qué ira sentí contra toda aquella gentuza innoble, qué ganas de látigo, de echarlos a todos, de hacerte sitio, un gran sitio, un tren sólo para ti! Al salir todos mis sentidos se complacían, ¿sabes en qué? En sentir en el bolsillo, junto al pecho, el bulto de tu carta. ¡Qué mentira eso de que el papel no pesa! Anoche el papel de tu carta me pesaba como la más hermosa y grave de las realidades. Lo sentía allí, en el bolsillo, como una prueba material de que eras, de que habías existido. Porque, ¿sabes?, empecé a dudar. A dudar de todo, de tu realidad, de la mía, del mundo, de los días recientes... Sólo el peso de tu carta en el bolsillo me servía de prenda, de prueba. Vivía yo en ese rectángulo de papel. Era el lugar más cierto del mundo. Y antes de poder abrirla, así, cerrada y en el bolsillo, tu carta era el puente con la vida, el sí que me daba la vida a la pregunta atormentada: «¿Soy? ¿Es? ¿Somos?». Sí, sí, sí. Todo, sí. Todo, sí, oye, todo sí. Y luego en mi cuarto la leí. La he leído. La leeré. ¡Cuántas delicias! Primero la delicia de ir aprendiendo tu escritura, tu letra, de tropezar en una palabra y descifrarla, por fin. ¡Tu escritura, un modo más de ti, una manera más de vivir tú! Primera carta tuya, en inglés. Júbilo, júbilo, alegría. ¡Sensación festival, inaugural, de promesa, de fiesta! No importa que toda tu carta esté teñida de una sombra de melancolía, tierna y suave. Así debía ser, así. Pero por encima de esa melancolía, hay algo que me da un gozo sin límite. Esto. «You have taken away the cynicism which was growing upon me. » ¿Es posible? ¿Tendré yo la suerte de ser elegido para en un momento difícil de tu vida salvarte de algo? (***). Eres pura, leal, clara. De ti sólo puede venir luz alta, luz de paraíso. Pedro

Jul 19, 202310:25
Carta de despedida de Ennio Morricone

Carta de despedida de Ennio Morricone

La muerte es, como muchas cosas que nos pasan, algo simbólico, histórico y socialmente construido. Algo cargado de ritos: los funerarios, el duelo, el luto… En la cultura occidental, principalmente, seguimos entendiendo a la muerte como algo negativo, como un tabú del que nadie quiere hablar, un lugar al que nadie quiere llegar. ¿Y si fuese de otra forma? Puede ser una pregunta boba, pero pienso en voz alta junto a ustedes. ¿Y si aceptamos con calma que esto no dura para siempre? Que la vida es limitada y un día terminará. Justamente sobre eso trata esta carta. El italiano Ennio Morricone escribe este texto poco antes de morir. El músico y creador de la banda sonora de más de 500 películas se despide de este modo, con una breve carta, “porque no quiero molestar” dice. Ésta es la misiva de un hombre que se va en paz, reconociendo nuestra dependencia y la necesidad humana de otros. Acá el instante del adiós definitivo. Lee el actor Pablo Mónaco. La ilustración que acompaña este episodio fue realizada por el artista Santino Córdoba. Pueden seguir sus trabajos en @santino_cordoba11 y @creartsa22.

***

Yo, Ennio Morricone, he muerto. Lo anuncio así a todos los amigos que siempre me fueron cercanos y también a esos un poco lejanos que despido con gran afecto. Pero un recuerdo particular es para Peppucio y Roberta, amigos fraternos muy presentes en estos últimos años de nuestra vida. Hay solo una razón que me empuja a despedirme de este modo y a tener un funeral privado: no quiero molestar. Saludo con mucho cariño a Ines, Laura, Sara, Enzo y Norbert por haber compartido conmigo y con mi familia gran parte de mi vida. Quiero recordar con amor a mis hermanas Adriana, Maria y Franca y sus seres queridos y hacerles saber cuánto las quise. Un saludo lleno, intenso, profundo a mis hijos Marco, Alessandra, Andrea y Giovanni, mi nuera Monica y a mis nietos, Francesca, Valentina, Francesco y Luca. Espero que entiendan cuánto los he amado. Por último María (pero no última). A ella renuevo el amor extraordinario que nos ha mantenido juntos y que lamento abandonar. A ella es mi más doloroso adiós.

Jul 05, 202305:33
Carta de la filósofa Simone Weil sobre el amor y la posesión

Carta de la filósofa Simone Weil sobre el amor y la posesión

Simone Weil fue una mujer con una vida breve durante la Segunda Guerra Mundial. Nació en París en 1909 y murió a los 34 años, a causa de una tuberculosis.

Fue teóloga, socióloga y, principalmente, una influyente pensadora. Alguien que consideraba que su deber en el mundo era luchar contra la opresión que el poder arroja sobre el sujeto. Pero no lo hacía sólo desde el pensamiento y sus libros. Por ejemplo, en 1936 llegó a España para unirse a los anarquistas y pelear en la Guerra Civil contra el franquismo. Lo hizo pese a no tener preparación militar y sí problemas de vista y físicos. Toda su obra, que habla de cultura, religión y ciencia, fue póstuma. En vida, sólo publicó algunas notas en medios de comunicación. La carta que vas a escuchar fue extraída del libro “La condición obrera”, que reflexiona sobre la cuestión filosófica y espiritual de la organización del trabajo. Sin embargo, el texto no habla del trabajo. Acá le responde a una ex alumna que le pregunta sobre el amor, sobre amar, sobre conocer a alguien… Ésta es la reflexión de una mente brillante sobre es verbo tan fácil de decir y tan difícil de explicar. Lee la actriz y docente Julia Funari.

***

En lo que se refiere al amor, no tengo consejos que darle, pero al menos sí advertencias. El amor es algo grave donde a menudo se corre el riesgo de comprometer para siempre no solo la vida propia sino también la de otro ser humano. Incluso se corre el riesgo siempre, a menos que uno de los dos convierta al otro en su juguete. Pero en este último caso, que es muy frecuente, el amor es algo odioso. Mire, lo esencial del amor consiste, en suma, en que un ser humano se encuentra con una necesidad vital de otro ser; necesidad recíproca o no, duradera o no, según el caso. Por consiguiente, el problema es conciliar semejante necesidad con la libertad, y los hombres se han debatido con este problema desde tiempo inmemorial. Por eso la idea de buscar el amor para ver lo que es, para poner un poco de animación en una vida demasiado monótona, etc... me parece peligrosa y, sobre todo, demasiado pueril. Puedo decirle que cuando yo tenía su edad, y más tarde también, me vino la tentación de conocer el amor. La rechacé diciéndome que era preferible no arriesgarme a comprometer toda mi vida en una dirección imprevisible antes de haber alcanzado un grado de madurez que me permitiera saber exactamente lo que le pido en general a la vida, lo que espero de ella. No le pongo esto como ejemplo; cada vida se desarrolla según sus propias leyes. Pero puede encontrar en ello materia de reflexión. Añado que el amor me parece comportar un riesgo más espantoso aún que el de comprometer ciegamente la propia existencia. Es el riesgo de convertirse en árbitro de otra existencia humana, en caso de que sea profundamente amado. Mi conclusión (que le doy solo a título de indicación) no es que haya que huir del amor, sino que no hay que buscarlo, y sobre todo cuando se es muy joven. Entonces, es preferible no encontrarlo, creo.

Simone Weil

Jun 21, 202306:17
Carta de León Tolstói a Sofía Andréievna Tolstaia

Carta de León Tolstói a Sofía Andréievna Tolstaia

León Tolstói fue uno de esos escritores que quiso contarlo todo. Su vida marcó un capítulo imborrable para la literatura universal. Y sus obras realistas, principalmente “La guerra y la paz” y “Ana Karenina”, cambiaron la forma de leer y de escribir de su época. Y de pensar también. Su anarquismo pacifista inspiró, por ejemplo, a figuras como Mahatma Gandhi y Martin Luther King. Cuando era una celebridad, cuando había logrado lo que algunos llaman éxito, él cayó en una crisis existencial y comenzó a alejarse de su familia. Se convirtió en un asceta, que no bebía alcohol, comía poco -sólo vegetales- y dormía en un catre duro. A los 82 años, decidió dejarlo todo. Abandonó el hogar familiar sin preaviso y con lo puesto, un par de camisas, un abrigo para el frío ruso y una linterna. Su hija Sasha fue la única que supo de su partida. Acá va una carta de despedida de un Tolstoi ya enfermo a su esposa Sofía, con quien tenía una relación tortuosa. Acá va la ruptura con la familia. Acá un hombre huyendo del mundo. Lee Marcelo Bucossi.

***

Yásnaia Poliana, 28 de Octubre, 1910

Mi partida te afligirá. Lo lamento, pero compréndelo y créeme que no he podido actuar de otro modo. Mi situación en casa se ha venido haciendo y ha llegado a ser insoportable. Junto a todo lo demás, no puedo seguir viviendo en las condiciones de lujo que me rodean, y hago lo que suelen hacer los viejos de mi edad: apartarse de la vida mundana para vivir en paz y recogimiento los últimos días de su existencia. Por favor, compréndelo y no vayas tras de mi, si aciertas saber dónde estoy. Esa llegada tuya no haría más que empeorar la situación de ambos, sin cambiar en nada mi decisión. Agradezco tu honesta vida de 48 años a mi lado y te ruego que me perdones por todo lo que haya sido culpable ante ti, lo mismo que yo te perdono con toda el alma por cuanto hayas podido serlo ante mí. Te aconsejo resignarte a la nueva situación en que te coloca mi partida, y no albergar malos sentimientos contra mí. Si quieres informarme de algo, comunícaselo a Sasha, ella sabrá dónde estoy y me reenviará todo lo necesario; decir dónde me encuentro no puede, pues me ha hecho la promesa de no comunicárselo a nadie.

León Tolstói

Jun 07, 202305:33
Carta de Zenobia Camprubí a Juan Ramón Jiménez

Carta de Zenobia Camprubí a Juan Ramón Jiménez

Escritora. Traductora. Profesora universitaria. Pedagoga. Empresaria. Militante feminista, pionera en su país. Una mujer culta y políglota. Todo eso fue Zenobia Camprubí. Pero la historia, que suele ser escrita por hombres, la recuerda como la esposa, la musa y la sombra de Juan Ramón Jiménez. El escritor español autor de “Platero y yo” y ganador del Nobel de Literatura. En esta carta, Zenobia está en llama viva. Le escribe a su esposo, célebre por su seriedad y por el refinamiento formal a la hora de escribir. Le pide, con gran sarcasmo, que se deje de tristezas por una temporada. “Véngase a jugar con todas mis amigas andaluzas y conmigo”, lo invita. En estas líneas resuena la personalidad y la luz propia de Camprubí. Y, en cierto modo, su compromiso con la emancipación femenina de su época. Lee la actriz Nuria López.

***

Domingo noche, verano de 1913


Querido amigo Juan Ramón:


Como me esté un momento más callada estallo, y como no tengo ganas de estallar, aquí va esto, que usted llamará carta, o algo menos chino, pero que yo llamo un rompimiento colosal del dique de mi paciencia y un desbordamiento igualmente colosal de mi ira, indignación, furor, etc. (etcetetorum) (yo me he de reír hasta cuando rabio).

¿Por qué está usted siempre con esa cara de alma en pena? ¡Es usted un egoísta de primera! ¡Caramba! No le da la gana de ver más que lástimas en el mundo. Hasta yo me pongo triste… Si a usted lo que le pasa es que necesita salirse de la dichosa rutina cariacontecida de su interior. Yo le voy a curar a usted de raíz, pero de raíz.

Sálgase de una vez de su cuarto tenebroso (para usted tenebroso, aunque tenga 6 ventanas o un arco voltaico) de la calle Villanueva, y váyase al Escorial, a Moguer y después a la Residencia –pero ¡por Dios enseguida! Y cuando vuelva a Madrid después de haber respirado un poco el aire de campo, yo me encargo de que no le vuelva a dar tristeza. No le voy a dejar parar.

¿Para qué le sirven a usted sus benditos versos? Si fuera verdad que encima de un asno le floreciera el corazón… pase… pero si a usted no le florece el corazón nunca. Si fuera usted un almendro, un peral o siquiera un magnolio… pero si es usted un ciprés, más parado y sombrío que los del Generalife.

Déjese de tristezas una temporada y véngase a jugar con todas mis amigas andaluzas y conmigo. Ya sé que se enfada porque le digo que quiero que se enamore de una de mis amigas, lo desdigo. No se enamore usted de ninguna, pero deje que le sacudamos un poco esa tristeza. Sus amigos deben ser todos una serie de lechuzas o no se lo hubieran tolerado a usted. Yo si fuera su hermana… cuando viniera a casa, cogía todos los cojines de la sala y lo estaba bombardeando hasta hacerlo reír.

Anoche no pude terminar mi carta y hoy la concluyo en casa de Josefina. Nos vamos a comprar un par de castañuelas para mandárselas a usted. Acabo también de recibir su carta: “Frater Luna, si en esto estamos desde que lo conocí”. Usted se parece tanto a mi hermano mayor que muchas veces no sé cuál es cuál.

Y ¿quién le ha dicho a usted que yo me voy a casar con nadie, pájaro de mal agüero? ¡En eso estoy yo pensando! ¡Y aquí en España! ¡Enseguida! No se vaya usted con Ortega y Gasset, váyase con Jaen o con cualquiera que no sea otro sauce como usted. Póngase a escribir seguidillas, vístase de torero y plántese en la calle de las Sierpes a echarle piropos a todas las inglesas feas que desfilen por allí.


¡Alegrémonos de haber nacido! “Frater Sol.”


Zenobia

May 24, 202306:58
Carta de Zelmar Michelini a su hija Elisa

Carta de Zelmar Michelini a su hija Elisa

Esta es la historia de un hombre que, como decía Bertolt Brecht, luchó toda la vida y por eso se transformó en alguien imprescindible. Zelmar Michelini fue un político y periodista uruguayo. Escribió en el diario “Acción”, fundó el semanario “Hechos” y trabajó en varias publicaciones de su país y de Argentina.También fue dirigente estudiantil, militante del Partido Colorado y se convirtió en diputado, por primera vez, en 1954. A inicios de los 70, impulsó la creación del Frente Amplio, junto a otros dirigentes, partidos y grupos de izquierda. Era un intento de salida a la crisis social y económica que vivía el Uruguay en esos momentos. En 1973, se produjo el Golpe de Estado y Michelini se exilió en Buenos Aires. Desde allí, lejos de abandonar la lucha, comenzó a denunciar las violaciones a los derechos humanos en su país, en Argentina y gritó a viva voz las injusticias en foros internacionales. En 1976, fue secuestrado y asesinado en Buenos Aires por fuerzas represivas binacionales del Plan Cóndor. La historia de Zelmar y de los otros dirigentes asesinados se conmemora en La Marcha del Silencio, que se realiza todos los 20 de mayo en Uruguay con un reclamo de verdad y justicia. En esta carta, dedicada a su hija Elisa, aparece un Zelmar brillante, con toda su fuerza argumental. Le habla del sacrificio de las convicciones, de la verdad y le deja el legado de luchar con alegría. Un legado que se puede resumir con una frase: “Que nunca la tristeza se asocie a mi nombre”. Lee Matías Folgar.

May 10, 202309:52
Carta astronómica de Carl Sagan a su hija Sasha

Carta astronómica de Carl Sagan a su hija Sasha

No es tarea sencilla definir a una personalidad única e irrepetible como Carl Sagan. Astrónomo, astrofísico, escritor y, principalmente, librepensador, fue uno de los grandes divulgadores de la década del 80 y 90. Lo hacía a través de su programa “Cosmos: un viaje personal”, el más visto en la historia de la televisión pública estadounidense. Un ciclo tan importante que aún hoy es recordado y sirvió de inspiración a muchos jóvenes, que quisieron ser científicos por esa serie. Fue alguien que, por ejemplo, debatió fuertemente sobre el calentamiento global, sobre la vida en otros planetas y combatió con firmeza a las pseudociencias. La carta que elegimos hoy fue escrita por el científico para su hija Sasha. Es un texto muy breve, en el que le dice de una forma preciosa por qué que cada uno de nosotros es un ser único y precioso desde una perspectiva cósmica. Lee el actor y director Gabriel de Cervantes.

***

Si tenemos en cuenta el número casi infinito de posibilidades y caminos que conducen a nacer a una sola persona, debes estar agradecida de ser tú misma este preciso instante. Piensa en el enorme número de posibles universos alternativos en los que, por ejemplo, tus tatara-tatara-abuelos nunca se encontraron y tú nunca llegaste a existir. Tienes el placer de vivir en un planeta en el que has evolucionado para respirar el aire, beber el agua y adorar el calor de la estrella más cercana. Estás conectada con todas las generaciones y los seres vivos de este mundo a través del ADN. También con el universo, porque cada célula de tu cuerpo fue creada en los corazones de las estrellas.

Apr 26, 202304:03
Cartas de Jorge Luis Borges a Estela Canto (Lee Jean Pierre Noher)

Cartas de Jorge Luis Borges a Estela Canto (Lee Jean Pierre Noher)

Bienvenidos y bienvenidas a la quinta temporada de Epistolar. Estamos muy felices por este reencuentro con nueva música, nueva estética, nuevos artistas y, por supuesto, nuevas cartas que queremos compartir con vos. Pero basta de prólogos. Y vamos al episodio de hoy, que tiene como protagonista no ya a un escritor sino a un prócer de las letras. Se podrían llenar bibliotecas enteras con ensayos sobre la literatura argentina “después de Borges”. O sobre quién es el escritor número dos sabiendo obviamente quién ocupa el lugar de mayor privilegio. Su impronta -y no descubro nada diciendo ésto- es universal y excede largamente a los escritores argentinos. Pero el episodio de hoy no quiere hablar del Borges genio sino mostrar a un Borges distinto. Un Borges desarmado y lejos del bronce. Cuando él tenía 45 años y ella 28, conoció a Estela Canto, escritora, periodista y traductora. Una mujer transgresora, muy diferente a él. Cuenta la leyenda que Borges hizo lo que hacen los hombres inteligentes: enamorarse como un tonto. Y que le propuso casamiento. Ella aceptó pero con una condición: que tuvieran sexo antes de la boda. No sabemos cuál fue la respuesta exacta de Borges, pero sí un hecho indiscutible: ellos nunca se casaron. Como elegir sólo una carta de Borges nos parecía una mezquindad, decidimos hacer una selección de misivas de cuatro momentos de ese vínculo. Acá está Borges siendo Borges. Acá está el genio hecho un bobo. Lee el actor Jean Pierre Noher. El collage que ilustra el episodio es de @hijo.del.cosmos.

*

Querida Estela: Me dio mucha alegría tu carta, tan parecida a tu voz. Estoy abrumado de tareas que lindan con la literatura: el Séptimo Círculo, la Puerta de Marfil (esta enumeración es suficientemente poética, pero en breve decae) y, ahora, los Anales de Buenos Aires, que dirigiré. Esta mañana me vi en Constitución con Patricio, que me prometió algunas notas. Ojalá tú también te dignaras colaborar. La tarea de construir una buena revista es interesante, pero no deja de ser ardua en un Buenos Aires desierto. Mi actividad me escandaliza. Honor al mérito: días pasados alguien cuyo nombre adivinarás habló de ti como inevitablemente predestinada a una recompensa literaria y municipal. Trato de escribir con escaso éxito. En las estaciones del subterráneo, una efigie de Dorothy Lamour momentáneamente consigue parecerse a vos. Muy inexistente, pero tuyo

Jorge Luis Borges.

*

Adrogué, sábado.

A pesar de dos noches y de un minucioso día sin verte (casi lloré al doblar ayer por el Parque Lezama), te escribo con alguna alegría. Le avisé a tu mamá que tengo admirables noticias; para mí lo son y espero que lo sean para ti. El lunes hablaremos y tú dirás. Pienso en todo ello y siento una especie de felicidad; luego comprendo que toda felicidad es ilusoria no estando tú a mi lado. Querida Estela: hasta el día de hoy he engendrado fantasmas; unos, mis cuentos, quizá me han ayudado a vivir; otros, mis obsesiones, me han dado muerte. A éstas las venceré, si me ayudas. Mi tono enfático te hará sonreír; pienso que lucho por mi honor, por mi vida y (lo que es más) por el amor de Estela Canto. Tuyo con el fervor de siempre y con una asombrada valentía, Georgie.

*

Estoy en Buenos Aires, te veré esta noche, te veré mañana, sé que seremos felices juntos (felices, deslizándonos y a veces sin palabras y gloriosamente tontos), y ya siento el dolor corporal de estar separado de ti por ríos, por ciudades, por matas de hierba, por circunstancias, por los días y las noches.

Éstas son, lo prometo, las últimas líneas que me permitiré en este sentido; no volveré a entregarme a la piedad por mí mismo. Querido amor, te amo; te deseo toda la dicha; un vasto, complejo y entretejido futuro de felicidad yace ante nosotros. Escribo como algún horrible poeta prosista; no me atrevo a releer esta lamentable tarjeta postal. Estela, Estela Canto, cuando leas esto estaré terminando el cuento que te prometí, el primero de una larga serie. Tuyo.

Apr 12, 202310:00
Carta de Yoko Ono a John Lennon en el 27 aniversario de su asesinato

Carta de Yoko Ono a John Lennon en el 27 aniversario de su asesinato

Con este episodio, terminamos la cuarta temporada de Epistolar. Seguí nuestras redes sociales para conocer las novedades y cuándo será el inicio de la próxima temporada. 

El hecho es uno de los más terribles de la historia del rock y de la música en general. Algo que enlutó a millones de fans en todo el mundo. El 8 de diciembre de 1980, un hombre llamado Mark David Chapman mató a John Lennon cuando salía del edificio Dakota de Nueva York. Se acercó al músico, que estaba junto a Yoko Ono, y le pidió que le firmara un disco. Luego, sacó su arma calibre 38 y disparó cinco tiros contra el músico. Tiempo después dijo que lo hizo porque quería convertirse en una celebridad.

En esta carta, Yoko le escribe a John a 27 años del asesinato. La artista japonesa, injustamente demonizada como la bruja que separó a Los Beatles, le dice cuanto lo extraña, repasa la vida juntos y cuenta cómo aprendió a lidiar con el dolor de perderlo de repente, sin tiempo para un último abrazo. Lee la actriz Marina Avilés.

***

Te extraño, John. 27 años han pasado y todavía deseo poder regresar el tiempo hasta aquel verano de 1980.

Recuerdo todo, compartiendo nuestro café matutino, caminando juntos en el parque en un hermoso día y ver tu mano tomando la mía que me aseguraba que no debía preocuparme de nada porque nuestra vida era buena.

No tenía idea de que la vida estaba a punto de enseñarme la lección más dura de todas. Aprendí el intenso dolor de perder a un ser amado de repente, sin previo aviso, y sin tener el tiempo para un último abrazo y la oportunidad de decir “te amo” por última vez.

El dolor y la conmoción de perderte tan de repente está conmigo cada momento de cada día.

Cuando toqué el lado de John en nuestra cama la noche del 8 de diciembre de 1980, me di cuenta que seguía tibio. Ese momento ha quedado conmigo en los últimos 27 años y seguirá conmigo por siempre.

Yoko Ono

Dec 28, 202204:33
Carta de Akira Kurosawa a Ingmar Bergman

Carta de Akira Kurosawa a Ingmar Bergman

Esta carta tiene como protagonistas a dos grandes del cine. Dos artistas a los que el mote de genio no les queda para nada grande. Me refiero a Ingmar Bergman y Akira Kurosawa. Poco antes de cumplir los 70 años, el sueco publicó el libro de memorias “Linterna mágica”. En esas páginas decía, entre otras cosas, que “probablemente lamentaría el hecho de no hacer más películas”.

El director japonés aprovechó esa oportunidad para saludarlo por su cumpleaños con esta carta y expresarle toda su admiración. Y hace una reflexión profunda sobre la creación artística y la vejez. Por supuesto, también le sugiere que siga trabajando por el bien del cine. Por suerte, Bergman cambió de opinión después de aquella sentencia en su libro y dirigió “Saraband”, su última película. Lee el actor Enrique Chi.

***

Estimado Sr. Bergman:

Por favor, permítame felicitarlo en su septuagésimo cumpleaños.

Su trabajo toca mi corazón profundamente cada vez que lo veo y he aprendido mucho de sus obras y han sido alentadoras. Le deseo que permanezca en buen estado de salud para que pueda crear más películas maravillosas para nosotros.

En Japón, había un gran artista llamado Tessai Tomioka que vivió en la era Meiji (finales del siglo XIX). Este artista pintó varios cuadros excelentes mientras todavía era joven, y cuando llegó a la edad de 80 años, de repente comenzó a pintar cuadros que eran muy superiores a los anteriores, como si estuviera en su gran etapa de florecimiento. Cada vez que veo sus pinturas, me doy cuenta perfectamente que un ser humano no es capaz de crear obras extraordinarias hasta que llega a los 80.

Un ser humano nace como bebé, se convierte en un niño, pasa por la juventud, la flor de la vida y, finalmente, vuelve a ser un bebé antes que termine su vida. Esta es, en mi opinión, la forma ideal de la vida. Yo creo que estaría de acuerdo en que un ser humano llega a ser capaz de producir obras puras, sin restricción alguna, en los días de su segunda infancia. Ahora tengo setenta y siete  años de edad y estoy convencido que mi verdadero trabajo apenas comienza.

Mantengámonos juntos por el bien de las películas.

Con los más cordiales saludos,

Akira Kurosawa.

Dec 14, 202204:40
Carta de Hannah Arendt a Martin Heidegger (Lee Alexia Moyano)

Carta de Hannah Arendt a Martin Heidegger (Lee Alexia Moyano)

Martin Heidegger y Hannah Arendt se conocieron a inicios de la década del 20. Él tenía 35 años y estaba casado. Ella 17. Fue un romance intenso -y a escondidas- de profesor y alumna. Él filosófo. Quizás el más importante del Siglo XX, alguien que marcó un giro en el pensamiento filofósico.  Ella escritora y teórica política.

Aunque estuvieron juntos sólo un par de años, hubo algo que se mantuvo casi inalterable en el vínculo: la tradición del carteo. Comenzaron a escribirse poco tiempo después de conocerse y el intercambio se extendió hasta 1975, algunos meses antes de la muerte de él.

En esta carta, Arendt le habla de amor. Del que tuvieron, de las huellas que dejó en ella y se hace preguntas sobre el misterio de amar a alguien, de descubrir el quién, dice ella. Lee la actriz Alexia Moyano.

***

No me olvides, ni olvides hasta qué punto sé viva y profundamente que nuestro amor se ha convertido en la bendición de mi vida. Es una certeza inquebrantable, incluso hoy, en que yo, que no sabía estar quieta, he encontrado arraigo y pertenencia junto a un hombre que quizás sea de quien menos lo hubieras esperado...Porque el amor, aunque es uno de los hechos más raros en la vida humana, posee un inigualado poder de autorrevelación y una inigualada claridad de visión para descubrir el quién, debido precisamente a su desinterés (…) por lo que sea la persona amada, con sus virtudes y defectos no menos que con sus logros, fracasos y transgresiones. Es que sí, es cierto, nos descubrimos cuando amamos.

Hannah Arendt

Nov 30, 202204:18
Carta de Guadalupe Nettel a su papá

Carta de Guadalupe Nettel a su papá


Acá va una breve colección de preguntas sin respuestas, quizás preguntas inútiles, de esas que nos hacemos cada tanto. ¿Cómo hacer para superar el dolor de perder a un ser amado? ¿De qué manera se clausura esa herida? ¿Acaso es necesario cerrarla? Quizás pensó en esas cosas la escritora mexicana Guadalupe Nettel cuando hizo esta carta dedicada a su papá. En algún artículo, dijo que era un hombre amoroso y divertido, alguien capaz de estallar en cólera y de serenarse a pocos minutos. Y que a él le debe todo el humor negro de sus libros. En alguna ocasión, su papá le prometió que, si había vida después de la muerte, se lo haría saber. Nettel le escribe esta carta a su papá luego de que sucedió lo inevitable. Quizás lo hizo como un intento de acercarse a él. Quizás para excorsizar el dolor. O, por ahí, como una forma de esperar esa señal prometida. Lee la actriz Liliana Paola. **** Querido papá: MUCHAS VECES me prometiste que, si había vida después de la muerte, encontrarías la manera de contármelo o al menos de darme una señal. Hay quienes creen que los muertos se comunican con nosotros a través de los sueños. Desde que no estás, he soñado contigo muy pocas veces. Dos para ser exacta, y en ambos casos volví a vivir tus exequias. La ausencia es tan brutal y tan enorme mi esfuerzo por comprenderla que ni siquiera me permito soñar que sigues vivo. En cambio despierto casi a diario, sobresaltada a mitad de la noche, con la conciencia de que no estás, de que jamás volveré a disfrutar de tu compañía, de que es algo irremediable y que más me vale asumirlo por completo. La soledad, a diferencia de otras veces en que la sentía lacerante y también un poco vergonzosa, se ha convertido para mí en un bálsamo necesario, en un espacio imprescindible, como la oscuridad para las personas que sufren de migrañas. Herencia no dejaste, pero sí una cartografía de valores que me han permitido orientarme: el placer de aprender y descubrir cosas nuevas, la gratitud, la generosidad y el humor como refugio hasta en las peores tragedias. No se me olvidará nunca cómo le espetaste al médico, mientras te mostraba el tumor letal en tu radiografía, que te encontrabas muy flaco en esa foto. Gracias a ti conocí el cariño incondicional, la certeza de que alguien me quiso siempre, sin importar cuáles fueran mis actos, y con eso no intento decir que hayas sido indulgente. Cuando te parecía que me estaba equivocando, jamás titubeaste al decírmelo. Te preocupaba que aprendiera a temperar mi carácter, a ser cuidadosa con el filo de mi lengua –asegurabas que somos dueños de las palabras que nunca pronunciamos y esclavos de las que ya hemos dicho–, a ser dócil en las cosas sin demasiada importancia e intransigente en las fundamentales. A lo largo de los años te vi trastabillar a menudo y descalabrarte más de una vez. Luego, invertiste todos tus recursos en suavizar tus reacciones, y tu vida se volvió mucho más llevadera. Con tu ejemplo, me enseñaste que los errores permiten descubrir la fuerza y la belleza propias y ajenas. Desde el primer día transcurrido sin ti, siento el acecho del olvido como una sustancia corrosiva que amenaza con deslavar nuestra historia. Su objetivo, nada despreciable, es impedirme sufrir. Sin embargo, como advertía Céline, “la peor derrota en todo es olvidar y es, también, lo que nos lleva a la tumba”. Yo he sufrido muchas derrotas a lo largo de mi vida de las cuales me ha costado reponerme. No encajaré ésta también. Aunque tampoco tengo la certeza de que puedas escucharme, te escribo con frecuencia. Hacerlo es ir en contra del proceso natural de cicatrización que todo el mundo me desea y me vaticina, pero que yo no persigo. Una cicatriz es un cierre, un límite, un borde de piel doble o triplemente espeso para clausurar una herida, para impedir que sigamos sangrando. Recordar sistemáticamente, en cambio, es mirar de cerca cada célula del tejido dañado, no perderlo de vista. No quiero una cicatriz que lleve tu nombre. El dolor me
Nov 16, 202208:18
Carta de Juana Manso a las maestras

Carta de Juana Manso a las maestras


Esta carta fue escrita por una mujer necesaria. Juana Manso fue muchas cosas. Escritora, traductora, periodista, maestra y precursora del feminismo en la Argentina. Nació en Buenos Aires en una familia de clase media alta en 1819. Vivió en Uruguay y Brasil. Fue forjando, con el tiempo, la idea de que la educación era clave para la emancipación de la mujer. Y la historia la recuerda como una libre pensadora, una mente brillante que luchó por construir una educación pública, popular, moderna y laica en la Argentina. Introdujo nuevos métodos de enseñanza, que eran revolucionarios para la época. Por ejemplo, fue la impulsora de la enseñanza del inglés en las escuelas públicas y promovió los concursos por méritos y antecedentes en todos los niveles. Y quiso igualar la inclusión educativa de niñas, adolescentes y mujeres. Además, dirigió Anales de la Educación Común, la revista pedagógica más importante de la época, en la que buscaba revalorizar la formación docente, especialmente la de las maestras jardineras. Esta es una carta abierta dirigida a sus colegas, en la que Juana Manso va a las cuestiones medulares del asunto. Se pregunta -y les pregunta a las maestras- cuestiones profundas, como qué es educar, qué rol tiene el juego en la vida de los niños y cómo formarse en una profesión que, en esos años, no tenía manuales. Carta de Juana Manso. Carta de una personalidad inquieta y libre, que nació hace más de 200 años. Pero sigue haciendo escuela. Lee la actriz Mónica Ceballo. *** Señoras y señoritas: Hoy vamos por vez primera a darnos cuenta a nosotras mismas del grande objeto que nos reune aquí. Vamos a preguntarnos qué entendemos por educación, qué por instrucción, cuál es nuestra misión como maestras y como mujeres. Y trataremos de averiguar a qué distancia estamos del error y a cuál de la verdad. Preguntémonos pues, ¿qué es la educación? Sin la concepción clara de lo que ella significa, sin el ideal perfecto de sus tendencias y medios de acción, el maestro procederá a tientas. No se dará cuenta del objeto que se propone alcanzar. Hoy será frívolo y mañana severo, sin clara noción de lo que pretende realizar. En vez de una obra de bendición habrá estropeado millares de almas para toda una eternidad. Educación pues, no según mi capricho o pobre capacidad sino según la definen los maestros de la ciencia, es fortificar el cuerpo desde la más tierna edad según las leyes de la salud para que pueda resistir a las enfermedades. Educación es preparar la mente para comprender las relaciones de la sociedad; atraer a una manifestacion activa todas las facultades con que ha sido dotada para que obre en el conjunto armónico de la acción y adquirir conocimientos útiles. Educación es robustecer la naturaleza moral donde reside el sentimiento del deber, que debe reglamentar nuestra conducta honorablemente en la vida privada como en la vida pública. Para llenar cumplidamente este objetivo, no basta que las maestras tengan sólo buen corazón porque suponer eso equivaldria a negar que la educación es una ciencia cayendo en el antiguo obscurantismo. El pensamiento que preocupa hoy no es tan solo la cantidad de instrucción que se puede derramar en los niños sino el mejor método y los medios más eficaces para vigorizar sus facultades de manera que puedan adquirir por sí mismos el caudal de los conocimientos. Cuál de nosotras no ha repetido cien veces al día en su escuela: “Que el niño no juegue”. Tan lógico habría sido decirle: “Que el niño no respire” Porque el juego es para él la vida. Prohibir al niño que juegue es violentar la naturaleza, mientras que aprovechar su propensión al juego haciendo de éste un medio de educación y de instruccion es la verdadera sabiduría y motor de la disciplina escolar porque la ocupación continua y agradable es el mejor antídoto contra la ociosa turbulencia. Si a expensas de la mente, se cuida solo del cuerpo es claro que la civilizacion naufraga. Y si dejamos el corazón sin cultivo moral,
Nov 02, 202210:41
Carta de Diego Armando Maradona (Lee Juan Palomino)

Carta de Diego Armando Maradona (Lee Juan Palomino)

El 76% de los Argentinos se declara católico, según una encuesta reciente. Hay un 11% de ateos y agnósticos, y el resto son evangélicos y Testigos de Jehová, entre otros. Pero los que nacimos en esta tierra tenemos un Santo Laico. Alguien que después de muerto adquirió la categoría de súper Dios: Diego Armando Maradona. Pelusa, Barrilete Cósmico, el Diez, el Diego, Diegote, hasta Dios lo llamaban y lo siguen llamando al jugador más genial que dio el deporte más hermoso del mundo. La carta que elegimos para este episodio es una de las pocas que escribió o, al menos, que se hicieron públicas, y reedita uno de los tantos vínculos de amor-odio que tuvo Maradona a lo largo de su vida, en este caso, con Julio Grondona. Año 2014. Se jugaba el partido entre Argentina e Irán en el Mundial de Brasil. En la platea preferencial estaban Diego y el mandamás de la Asociación de Fútbol Argentino. Cuando faltaban pocos minutos para el final y el partido iba 0 a 0, Maradona se retiró del estadio para evitar el asedio del público. Apenas se fue, justo en el minuto 90, Messi marcó el único gol que le dio el triunfo a la Argentina. Exaltado, Grondona gritó a los 4 vientos: "Se fue el mufa y ganamos".  Las palabras, obvio, llegaron a los oídos de Maradona que le respondió con esta carta en su programa de televisión "De Zurda". Carta de Diego, carta de nuestro dios pagano y plebeyo. Lee el actor Juan Palomino.

******

Río de Janeiro, 22 de junio de 2014.

El día que jugué mi partido despedida dije que la pelota no se mancha. Hoy lo sigo pensando. No por haber dejado de jugar al fútbol dejé de ser un futbolista. Los muchachos que salen a la cancha representando al seleccionado Argentino no son 11 desconocidos para mí. Al contrario son mis amigos, son mis hermanos, y quienes me conocieron bien lo saben.

Por mi país, por mi familia, por mis amigos, doy la vida. Jamás les desearía una desgracia. Hay que ser muy perverso para afirmarlo.

Dí, doy y daré la vida por el seleccionado Argentino. Dentro y fuera de la cancha. Tobillos hinchados, uñas descarnadas, lágrimas de alegrías y tristezas deportivas son los trofeos que alzo en mis brazos, porque el talento tampoco se mancha. La magia de un tipo como Lionel Messi es indiscutible y no es producto de una mufa, no es producto de la suerte, porque si hablamos de suerte yo soy un tipo afortunado. Siento cada día el cariño de la gente; la misma gente que me quiso como jugador y hoy me sigue queriendo. Lo veo en cada foto, en cada firma, en cada cancha donde se corea mi nombre, en cada carta que llega al programa "De Zurda", en cada abrazo que recibo en cualquier rincón del planeta. Estamos construyendo una nueva américa latina al revés de los poderes que manipulan el mundo. Ellos no nos borran la sonrisa del rostro. Ellos no nos quitan la alegría de celebrar un mundial que está siendo hermoso ni que la buena suerte de nuestro pueblo no es fruto del azar. La pelota no se mancha, aunque algunos se la quieren comer.

Diego Armando Maradona.

Oct 19, 202205:56
Carta de Janis Joplin escrita el día que cumplió 27 años

Carta de Janis Joplin escrita el día que cumplió 27 años

De Janis Joplin se dice casi siempre lo mismo. Se habla de su potencia vocal y vital. De su muerte por una sobredosis de heroína en Hollywood. De su muerte dudosa, dirán otros. Del Club de los 27, que integra junto a Jimmy Hendrix y Jim Morrison, entre otros que nos dejaron de forma prematura. Pero, ¿qué pensaba ella? Digo, qué pensaba de sus niveles cósmicos de fama, de su talento, de los escenarios... Qué pensaba ella de la carrera que construyó hasta ese momento. En esta carta, aparece una Janis auténtica, en carne viva, que acaba de cumplir 27 años. Un texto dirigido a su familia y escrito a sólo ocho meses de su muerte. Deja un mensaje sobre algo que todos necesitamos para sobrevivir: amor, mucho amor. Lee Paula Stilstein. La ilustración fue realizada especialmente para Epistolar por Fabián Rocco desde Chile. Podés seguirlo en @quifaro.

***

Querida familia:

He logrado pasar mis 27 sin ser verdaderamente consciente de ello, qué juego más extraño hace dos años, ni siquiera queria estar aquí no, eso no es cierto. He mirado a mi alrededor y he notado algo: cuando alcanzas cierto nivel de talento (y unos cuántos poseen ese talento) el factor decisivo es la ambición o, como yo lo veo, cuánto realmente necesitas: necesitas ser amada, necesitas estar orgullosa de ti… Imagino que eso es la ambición, no es una búsqueda depravada de estatus o dinero. A lo mejor buscamos amor, mucho amor.

Janis

Oct 05, 202204:21
Carta de Stephen Fry sobre la depresión

Carta de Stephen Fry sobre la depresión

Stephen Fry es uno de los comediantes y creadores ingleses más destacados de las últimas décadas. Además de su tarea como actor, escribió guiones, musicales y obras de teatro. Una producción marcada por su agudo cinismo y por esas características que el resto del mundo identifica como “el humor británico”.

En 2006, protagonizó un documental llamado “La vida secreta del maníaco depresivo”. En esa película contó con valentía y mucha franqueza los efectos de vivir con trastorno bipolar. Lo hizo, según dijo, para eliminar los tabúes en torno a la salud mental.

Con el tiempo, por supuesto, el escritor se convirtió en una suerte de embajador del tema. A raíz de eso, recibió una carta de una joven llamada Crystal, una admiradora de su obra y alguien que pasaba por un período de depresión.

El escritor le contestó esta carta llena de humor y de la empatía de alguien que conoce de cerca ese infierno. Lee el actor, director y dramaturgo Alfredo Martín.

***

10 de abril de 2006

Querida Crystal:

Siento mucho escuchar que la vida te está deprimiendo en este momento. Dios sabe que puede ser muy dura cuando nada parece encajar y poco parece satisfacer. No estoy seguro de que haya algún consejo específico que pueda dar que ayude a devolverle a la vida su sabor. Aunque sus intenciones sean buenas, a veces es bastante irritante que la gente te recuerde lo mucho que te quiere cuando tú no te quieres tanto.He descubierto que es de cierta ayuda pensar que los estados de ánimo y los sentimientos hacia el mundo son similares al tiempo atmosférico:

Aquí hay algunas cosas obvias sobre el clima: Es real.

No se puede cambiar deseando que desaparezca.

Si está oscuro y lluvioso, es realmente oscuro y lluvioso y no se puede cambiar.

Puede que esté oscuro y lluvioso durante dos semanas seguidas, pero un día hará sol.

No se puede controlar cuándo saldrá el sol, pero saldrá.

Un día. Creo que ocurre lo mismo con los estados de ánimo.

El enfoque equivocado es creer que son ilusiones. Son reales. La depresión, la ansiedad, la desgana... son tan reales como el clima... E IGUALMENTE NO ESTÁN BAJO EL CONTROL DE UNO. No es culpa de uno. PERO Pasarán: realmente lo harán. De la misma manera que uno tiene que aceptar el tiempo, también tiene que aceptar cómo se siente la vida a veces. "Hoy es un día de mierda" es un enfoque perfectamente realista. Se trata de encontrar una especie de paraguas mental. "Hey-ho, está lloviendo dentro: no es mi culpa y no hay nada que pueda hacer al respecto, sino sentarse. Pero es posible que mañana salga el sol y, cuando lo haga, lo aprovecharé al máximo".

No sé si todo esto sirve de algo: puede que no lo parezca, y si es así, lo siento. Sólo pensé en enviarte una línea para desearte lo mejor en tu búsqueda de encontrar un poco más de placer y propósito en la vida.

Mis mejores deseos

Stephen Fry

Sep 21, 202206:08
Carta de Kurt Vonnegut a un grupo de estudiantes

Carta de Kurt Vonnegut a un grupo de estudiantes

La ciencia ficción. Su carácter humanista. Y el humor como respuesta a casi todo. Esas fueron algunas de las claves de la obra de Kurt Vonnegut.

Pero la idea del episodio de hoy no es repasar el legado del escritor estadounidense sino contar un episodio que lo pinta de cuerpo entero. En 2006, un grupo de estudiantes de Nueva York recibió una tarea particular: escribir cartas a sus escritores favoritos invitándolos a visitar su colegio secundario.

Ninguno respondió, salvo Vonnegut. Dijo que no podía hacer la visita, pero los compensó con esta carta preciosa. Un texto lleno de ingenio, de ternura y, por qué no, una lección de vida.

Lee el actor Ariel Osiris.

***

Estimados alumnos del Colegio Xavier, señora Lockwood y el resto de los profesores:

Les agradezco sus amistosas cartas. Seguro que saben cómo animar a un anciano de 84 años en sus últimos años de vida. Ya no hago apariciones públicas porque me parezco cada vez más a una iguana.

Lo que tenía para decirles, además, no me llevará mucho tiempo. A saber: practiquen cualquier tipo de arte. La música, el canto, la danza, la actuación, el dibujo, la pintura, la escultura, la poesía, la ficción, el ensayo, el reportaje... No importa lo bien o lo mal que lo hagan. No lo hagan para conseguir dinero y fama sino para experimentar el devenir, para descubrir lo que llevan dentro, para hacer crecer el alma.

En serio. Quiero decir que desde ahora mismo hagan arte y haganlo durante el resto de sus vidas. Hagan un dibujo divertido o bonito de la Sra. Lockwood, y regálenlo. Bailen en casa después de la escuela y canten en la ducha y así sucesivamente. Hagan una cara en su  puré de papas. Finjan que son el Conde Drácula.

Aquí hay una tarea para esta noche y espero que la señora. Lockwood los repruebe si no la hacen: escriban un poema de seis líneas sobre cualquier cosa, pero rimado. No se puede jugar al tenis sin red. Haganlo lo mejor que puedan. Pero no le digan a nadie lo que están haciendo. No lo muestren ni lo reciten a nadie, ni a su novia, ni a sus padres, ni a la señora Lockwood. ¿De acuerdo?

Rompanlo en pedacitos y deséchenlo en receptáculos de basura muy separados. Descubrirán que ya han sido gloriosamente recompensados por tu poema. Han experimentado el devenir, han aprendido mucho más sobre lo que hay dentro de ustedes y han hecho crecer su alma.

Que Dios los bendiga a todos.

Kurt Vonnegut

Sep 07, 202206:08
Carta de Zelda Fitzgerald a Scott Fitzgerald

Carta de Zelda Fitzgerald a Scott Fitzgerald

Esta es la historia de un amor nada fácil. Bueno, pensándolo bien, ¿qué amor lo es? A finales de la década del 10, en una fiesta de campo, el escritor Francis Scott Fitzgerald conoció a la novelista y bailarina Zelda Sayre. Alguien que se convirtió en un ícono de los años 20 por audaz, por inteligente, por tener una prosa filosa como un puñal y por ser una flapper, así se denominaba en la época a las mujeres que vestían faldas cortas, tomaban bebidas fuertes y conducían a alta velocidad. En definitiva: mujeres que hacían algunas cosas “escandalosas” para la época. Mujeres que con su actitud independiente fueron un faro feminista para las siguientes generaciones.

Scott y Zelda se casaron en Nueva York en 1920 y al poco tiempo él publicó “A este lado del paraíso”, una novela que lo convirtió -que los convirtió- en celebridades. Los dos excéntricos. Los dos hedonistas. Los dos amantes de los excesos. El amante del alcohol. Ella con un largo rally por instituciones psiquiátricas.

Fue un amor tan tortuoso como intenso y autodestructivo. Uno no podía vivir sin el otro. Pero la vida juntos, a veces, se parecía mucho al infierno.

Buena parte de esta historia de amor está en el conmovedor libro “Querido Scott, querida Zelda”, del que elegimos dos cartas. En estos textos, ella le habla de pastillas, le dice “te quiero y tú me quieres y podemos estar agradecidos por eso” y da cuenta de un amor bravo como una tormenta brava. Lee la actriz Yanina Gruden. La ilustración de este episodio es de @danipajarona.

Montgomery. Alabama. Marzo de 1920.

Querido Scott:

Estuve deseando hacerlo por ti, porque sé el lío que estoy provocando y lo inconveniente que será todo esto- pero es que no puedo ni quiero tomar esas pastillas horribles- así que las tiré. Antes tomaría ácido fénico. Mientras sienta que estoy en mi derecho, no me importa mucho lo que pase. Además, preferiría tener una familia entera antes que sacrificar mi dignidad personal.  La gente parece mirar todo desde una perspectiva equivocada- y yo me sentiría realmente como una puta si tomara una sola de esas pastillas, así que trata de entenderme.

Por favor, Scott –  hace lo que creas mejor- pero no hagas nada hasta que sepamos a qué atenernos, porque Dios, o algo por el estilo, ha hecho siempre que las cosas salgan bien, y quizás esta vez también.

Te quiero y tú me quieres a mí, y podemos estar agradecidos por eso.

Gracias por el libro- no me gusta.

Marzo de 1920. Montgomery. Alabama.

Cuando miro hacia el camino y te veo venir, veo a tus pantalones arrugados emerger de todas las tinieblas y brumas que corren hacia mí.  Sin ti, querido no podría ver, ni oír, ni sentir, ni pensar, ni siquiera vivir.

Te quiero y no voy a permitir que estemos separados una noche más mientras duren nuestras vidas. Estar sin ti es como pedirle piedad a una tormenta, o matar la belleza, o hacerse viejo. Tengo tantas ganas de besarte. En la espalda, en el pecho. Te quiero- y no sé cómo decirte hasta qué punto. Pensar que voy a morir sin que lo sepas. Tenes que esforzarte por sentir lo mucho que te quiero y lo inanimada que me quedo cuando te vas. Ni siquiera puedo odiar a esa gente detestable.  Nadie tiene derecho a vivir fuera de nosotros, y están ensuciando nuestro mundo y no puedo odiarlos porque te quiero.

Vuelve pronto. No podría soportar estar sin ti, aunque me odiaras y estuvieras cubierto de llagas como un leproso. Aunque te escaparas con otra mujer y me dejaras morir de hambre, te seguiría queriendo, lo sé,

Amante, amante mío, cariño mío.

Tu esposa.

Zelda.

Aug 24, 202207:17
Carta de Evita a Juan Domingo Perón

Carta de Evita a Juan Domingo Perón

Al inicio de este podcast, grabamos una carta de Juan Domingo Perón. Un texto escrito desde la prisión cuando aún era coronel y dirigido a su amor Eva Duarte. Lo podés buscar en el episodio 11 de la primera temporada, leído por Víctor Laplace.

Nos sentíamos en deuda con ustedes. Y esa deuda era, justamente, una misiva de ella. Eva María Duarte estuvo sólo seis años en la vida política argentina. Lo suficiente para transformarse en uno de los personajes más fascinantes de la historia del país.

Creadora de la fundación que llevó su nombre, con la que construyó escuelas, asilos y hospitales. Gran luchadora por los derechos sociales. Impulsora de la sanción de la Ley de sufragio femenino. Ella fue todo eso y bastante más.

Las clases altas la odiaban por pobre, por mujer y por insolente. La odiaban tanto como a los cabecitas negras, a los que ella les dio dignidad y con los que construyó su poder. Evita no necesitó de la canonización de la Iglesia para ser reconocida por el pueblo como un santa. Ahí están hoy, a más de 60 años de su muerte, los altares y las fotografías en las casas de los barrios populares de todo el país.

En este episodio, recuperamos la carta que Evita le escribe a Perón a sólo un mes de su muerte. Una muerte que despertó alegría en sectores medios y altos. Muchos recuerdan las pintadas en muros de Buenos Aires con el lema “Viva el cáncer”, a raíz de la enfermedad que le quitó la vida.

Acá, ella hace un repaso de su vida, le dice a Perón que lo ama. Habla de los sacrificios y de “sus descamisados”. Carta de Eva María Duarte. Carta de Santa Evita, como la llamó Tomás Eloy Martínez en su magnífica novela. Lee la actriz Ana Celentano.

***


Aug 10, 202208:22
Carta de E.B White sobre el futuro del hombre - Lee Jorge Suárez

Carta de E.B White sobre el futuro del hombre - Lee Jorge Suárez

Elwyn Brooks White, conocido por todos como E.B White, se hizo famoso por sus libros infantiles, por una guía de estilo para escritores y por ganar el prestigioso Premio Pulitzer. Lo obtuvo después de muchos años colaborando en la revista The New Yorker. Escribía con un estilo personal y muy directo. Y un gran sentido del humor.

Además de ese recorrido y de su talento para las letras, era un fanático de las cartas. Le gustaba mandarlas. Recibirlas. Y, con frecuencia, instaba a sus seguidores a que le escribieran. En una oportunidad, a inicios de los 70, recibió una carta de un tal Señor Nadeau. Un hombre que perdió la fe en el hombre. Alguien que le preguntaba por el futuro de la especie humana. Un futuro que, según él, era sombrío e iba camino a un verdadero desastre. Ésta es la maravillosa respuesta del escritor a una pregunta que todos nos hicimos en momentos aciagos. Lee el actor Jorge Suárez.

***

North Brooklin, Maine, 30 de marzo de 1973

Apreciado señor Nadeau:

Mientras exista un hombre íntegro, mientras exista una mujer compasiva, cabrá la posibilidad de que el contagio se extienda y el panorama no sea desolador. La esperanza es lo único que nos queda cuando corren malos tiempos. El domingo por la mañana me levantaré a darle cuerda al reloj; ésa será mi contribución al orden y la perseverancia.

Los marineros tienen una expresión para el tiempo: dicen que el tiempo es un gran farolero. Supongo que eso mismo se puede decir de nuestra sociedad humana: es posible que todo parezca oscuro, pero entonces se abre un claro entre las nubes y todo cambia, a veces de manera bastante repentina.

Es obvio que la especie humana ha convertido en una ruina la vida en este planeta. Sin embargo, como pueblo cabe que llevemos mucho tiempo abrigando semillas de bondad que esperan germinar en condiciones adecuadas.

La curiosidad del hombre, su constancia, su inventiva, su ingenuidad lo han metido en un buen lío. Sólo podemos confiar en que esos mismos rasgos le permitan salir a rastras de él.

Agárrese a su sombrero, agárrese a la esperanza. Y dele cuerda al reloj, porque mañana será otro día.

Atentamente,

E.B.White

Jul 27, 202205:22
Carta de amor de Enzia Verduchi (Lee María Merlino)

Carta de amor de Enzia Verduchi (Lee María Merlino)

Enzia Verduchi es editora, periodista y poeta. Nació en Italia, pero cuando tenía sólo cuatro años su familia se mudó a México. Y se siente, lo dijo en varias entrevistas, una escritora mexicana. Sus poemas fueron traducidos al inglés, francés, hindi y polaco, entre otras lenguas. Uno de sus libros se llama “Cartas de usurpación”, que pese al nombre no es un libro epistolar sino un bellísimo poemario.

Para el episodio de hoy elegimos, por supuesto, una carta. Aquí Enzia deja la poesía, el género que mejor maneja, para escribir, simplemente, una carta de amor. Para acercarse a la maravilla del beso, el silencio, los abrazos cruciales y escribir las formas en las que, punto a punto, se va tejiendo la complicidad entre dos. Lee la actriz María Merlino.

***

Urbi: Esta mañana regué las plantas de la casa, observé cómo en algunas macetas han brotado hojitas minúsculas que alegre y desesperadamente buscan la luz. Como un milagro, las violetas florecen en invierno. Luego, a sorbitos, empecé a tomar el café y recordé que me esperaban cuartillas por corregir. Tomé el plumín rojo. Mi intención era retomar la cotidianidad, ser la persona de hace un mes, inútil. Soy como las violetas en medio del frío, tras la ventana, los botones asoman lentamente a través de los días y despuntan en tonalidades cárdenas, rosas y granas.

Con el plumín en una mano y un cigarro en la otra, empecé a leer, a revisar las trescientas y tantas planas… ¿Sabías que el cuerpo humano aproximadamente tiene 650 músculos?, ¿y en un beso se utilizan sólo 34? Por supuesto me refiero a esos besos con los que te sube la presión sanguínea y el pulso se acelera a 150 pulsaciones, eso es lo que indica el libro de fisiología que estoy revisando. El músculo orbicularis oris es el más importante para besar.

Pienso en el póster de “El beso” de Robert Doisneau que tenemos colgado en la habitación. Doisneau retrató la perfecta utilización de 34 músculos, inmortalizó el orbicularis oris. Hace unos años me enteré que fue una puesta en escena del fotógrafo para la revista America’s Life, esa imagen es tan bella que qué importa. Deberíamos tener esa imagen en nuestras casas, en la oficina o llevarla en la cartera. Con el tiempo las parejas se besan menos y, sin embargo, gente que apenas conoces te orilla instintivamente para que la beses en la mejilla. Es una convención social que no entiendo. El beso es el inicio de todo, el principio de la intimidad y el deseo, cuando buscas con apremio rozar los labios y la piel del otro. El beso lleva a la caricia.

¿Te besé en la mejilla cuando nos conocimos? Estoy casi segura que no. Sabemos que la capacidad de la memoria es relativa, que tus cien mil millones de neuronas y cien billones de interconexiones pueden disentir o conciliar con las mías sobre un momento preciso, una misma experiencia compartida. La certeza es que hemos sido amigos de tantas maneras, hemos reído, guardado silencio y abrazado en momentos cruciales. Es extraño pero la vida nos une en momentos decisivos, con naturalidad volvemos a una conversación donde la última frase se verbalizó unos años antes, volvemos, quizá con distinta madurez, bordando nuestra complicidad.

Quisiera recordar todo tal cual sucedió-sucede, Urbi, persistir en la premura del primer beso, la suavidad de la primera caricia. El olor de tu nuca en la funda de la almohada, el modo de tomar la taza del café, las maneras de acomodarte en el sillón cuando lees, esa forma peculiar de decirme: “Ven…”. Mientras escribo esta carta, me percato nuevamente de que las violetas han floreado en invierno sin evocar la alegoría de la primavera y no por ello el color de sus pétalos son menos intensos y su forma perfecta. Mientras escribo, escucho tu llave girar en la cerradura, me percato que amo al que conocí, amo al que estoy conociendo y entra en la casa.

Enzia

Jul 13, 202208:14
Carta de Truman Capote al asesino Perry Smith

Carta de Truman Capote al asesino Perry Smith

Si te interesa el periodismo… Si sos amante de la no ficción. O si, simplemente, te gustan los libros sobre crímenes seguro conocés al escritor de esta carta y a su obra maestra. Me refiero a Truman Capote y a esa brillante investigación llamada “A sangre fría”.

El libro se centra en la historia del asesinato de una familia en un pueblo rural de Kansas. Una serie de muertes sin ningún sentido, que dio lugar a la investigación y al nacimiento de una nueva corriente llamada Nuevo Periodismo. Aunque, para ser sinceros, Rodoldo Walsh ya había hecho algo similar -y tan bueno- en “Operación masacre”.

Uno de los asesinos, que luego fue capturado y sentenciado a pena de muerte, se llamaba Perry Smith. Capote investigó a fondo su vida para escribir el libro. Incluso, algunos biógrafos dicen que fueron pareja. Importa poco eso. Lo cierto es que Capote, a raíz de su profunda investigación, conoció muy bien su historia. Pero Perry, claro, sabía muy poco del escritor. Un día, el asesino se lo hizo saber. Le preguntó quién era él y quiso saber de su historia. Capote le contestó esta carta en la que descorcha recuerdos de una vida quizás tan dura como la del asesino. Lee el actor Lucas Ranzani.

***

Querido Perry :

Ayer por la noche me desperté de repente, pensando: Perry dice que no sabe nada sobre mí, nada a ciencia cierta. Me quedé levantado y dándole vueltas, y me di cuenta de que, en algún sentido, era verdad. No conoces ni siquiera los acontecimientos superficiales de mi vida, que guarda unas cuantas similaridades con la tuya.

Fui hijo único, y muy bajito para mi edad: siempre fui el más bajo de la clase. Cuando tenía tres años, mi madre y mi padre se divorciaron. Mi padre (que se ha vuelto a casar en cinco ocasiones) era un viajante de comercio, y pasé gran parte de la infancia recorriendo el sur a su lado. No era malo conmigo, pero nunca me gustó, ni entonces ni ahora. (Nunca lo veo, vive en Nueva Orleans).

Mi madre, que sólo tenía dieciséis años cuando me dio a luz, era muy guapa. Se casó con un hombre moderadamente rico, un cubano, y después de cumplir yo diez años fui a vivir con ellos (casi siempre en Nueva York). Por desgracia, mi madre, que sufrió varios abortos y de ello resultaron problemas mentales, se volvió alcohólica y convirtió mi vida en una pesadilla. Acabó suicidándose (somníferos).

Dejé la escuela a los dieciséis y desde entonces me he mantenido yo solo: entonces encontré trabajo en una revista (había empezado a escribir a muy temprana edad).

Siempre fui una persona precoz, tanto intelectualmente como artísticamente, pero inmaduro a nivel emocional. Y, desde luego, he tenido problemas emocionales, casi siempre por la “pregunta” que tú también me hiciste la última visita y que te contesté sinceramente (y no es que la respuesta no fuera obvia).

Este es un currículo muy resumido, pero no estoy habituado a hacer este tipo de confidencias. En cualquier caso, no me importa contártelo.

Siempre,

Truman

Jun 29, 202206:31
Carta de Vinicius de Moraes a Tom Jobim

Carta de Vinicius de Moraes a Tom Jobim

En Epistolar grabamos decenas de cartas de amor. Amor romántico. Amor de padres y madres a hijos. Poliamor. Amores que comienzan. Amores que se rompen. Pero grabamos pocas de amor entre amigos. Quizás sea por los mandatos de “la cultura del macho” y porque aún nos falta mucho en la construcción de las nuevas masculinidades.

Por suerte, esta carta es una excepción. Los protagonistas son dos leyendas del Brasil: Vinicius de Moraes y Tom Jobim, que dieron vida al más universal de los géneros de ese país: la bossa nova. Se conocieron a mediados de los 50 y se hicieron más que amigos. Fueron hermanos. Compusieron ese himno que es “Garota de Ipanema” y otras tantas gemas. Vinicius, el autor de esta carta, se casó 9 veces, escribió cientos de canciones y bebió y vivió de juerga tanto como pudo.

En esta carta, le escribe a su gran amigo desde una habitación en París. Habla de la saudade, del arte del encuentro y de cómo debe ser el amigo para hacer de esta vida algo más que un mar de lágrimas. Lee el actor Marlon Zé.

Si querés apoyar el trabajo que hacemos, podés entrar a la plataforma Cafecito y dejar tu aporte. Hacé click en este enlace.

***

Querido Tonzinho, estoy en París, en un hotel con un balcón sobre una plaza que domina toda la soledad del mundo y dice: Buscamos un amigo. No hace falta ser un hombre, sólo hace falta ser humano, tener sentimientos, tener corazón. Hay que saber hablar y callar en el momento adecuado. Sobre todo, debe saber escuchar. Debe gustarle la poesía, el amanecer, los pájaros, el sol, la luna, el canto de los vientos y el murmullo de las brisas. Deben sentir amor, un gran amor por alguien, o extrañar no tenerlo. Hay que amar al prójimo y respetar el dolor de los demás. Debe guardar un secreto sin sacrificio. No es necesario que seas puro o totalmente impuro, pero no debes ser vulgar. Deben tener un ideal y tener miedo de perderlo. Si no es así, debe darse cuenta del gran vacío que esto deja. Debe tener cualidades humanas. Su principal objetivo debe ser ser un amigo. Debe sentir compasión por la gente triste y entender la soledad. Debe amar a los niños y compadecerse de los que no han nacido y de los que no han podido vivir. Que disfrute de los mismos gustos. Que se conmueva cuando se le llame amigo. Un amigo que sabe hablar de cosas sencillas y de recuerdos de la infancia. Necesitas un amigo que te cuente las cosas bonitas y tristes que has visto durante el día; los logros, los sueños y la realidad. Te deben gustar las calles desiertas, los charcos, los bordes de las carreteras, el olor a lluvia y tumbarte en la hierba cubierta de rocío. Uno necesita un amigo que le diga que la vida merece la pena ser vivida, no porque sea bonita, sino porque uno ya tiene un amigo. Debe ser Don Quijote sin, sin embargo, despreciar a Sancho. Uno necesita un amigo para ser consciente de que sigue viviendo

Vinicius de Moraes

Jun 15, 202206:11
Cartas de amor de Nahui Olin al Dr. Atl

Cartas de amor de Nahui Olin al Dr. Atl

Este proyecto lleva más de tres años y tengo confianza como para contarte algunas cosas. Me cuesta mucho guionar estas líneas. En pocos minutos, a veces en apenas uno, intento resumir una vida, invitarte a escuchar una carta y, por qué no, provocar un contagio de lectura. Esa dificultad aparece en personajes como este. Carmen Mondragón fue pintora, profesora, poeta, modelo y musa de muchos pintores. Nació en México en 1893 y vivió su infancia y parte de su juventud en París, donde fue educada. En Francia y España conoció a Picasso y Matisse, que fueron importantes para iniciarse en el arte.

Cuando volvió a México, en plena revolución, se casó con el pintor Manuel Rodríguez Lozano, con quien tuvo un hijo, que murió de pequeño. Ese hecho trágico -y el detalle de que él era homosexual- terminó con el matrimonio. Luego conoció al pintor y vulcanólogo Dr.Atl, uno de sus grandes amores y quien la rebautizó como Nahui Olin que en lengua náhuatl significa “sol de movimiento”. Apenas la conoció, él quedó prendado por esa belleza irrepetible. La misma noche escribió en su diario: “Entre el vaivén de la multitud que llenaba los salones se abrió ante mí un abismo verde como el mar; profundo como el mar: los ojos de una mujer. Yo caí en ese abismo, instantáneamente como el hombre que resbala de una alta roca y se precipita en el océano. Atracción extraña, irresistible. (…) ¿Cómo es posible que en un hombre como yo pueda encenderse una pasión con tal violencia?”

Lo cierto que es, claro, cayó en esa pasión. Se enamoró de esa mujer bellísima, inteligente y con una férrea militancia por la libertad. Ella se destacó no sólo por su obra artística; una obra que la crítica desdeñaba por naif, pero que tiene una reivindicación de la autonomía femenina. Ser retratada era parte de su obra y posaba sin distinción para las revistas populares y para los grandes muralistas mexicanos.

Elegir sólo una carta nos parecía un desperdicio, darles sólo migajas de un manjar que nosotros disfrutamos muchísimo. Ésta es entonces una selección de misivas que Nahui Olin le escribió al Dr. Atl. Parte de esta historia está en el precioso libro “Totalidad sexual del cosmos”, del español Juan Bonilla. Lee la actriz Cheryl Sue Ortiz.

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Jun 01, 202207:38
Carta de Lola Mora a la aristocracia porteña

Carta de Lola Mora a la aristocracia porteña

Esta es la historia de una mujer valiente y talentosa en una época en la que las mujeres no podían salirse del libreto. Los tucumanos dicen que es tucumana. Y los salteños juran lo propio en una disputa tan estéril como las fronteras y los límites entre provincias. Lo cierto es que Dolores Candelaria Mora Vega nació un 17 de noviembre de 1866. Tomó clases de dibujo y pintura con el italiano Santiago Falcucci, de quien aprendió las técnicas del neoclasicismo y el romanticismo europeo. A partir de ahí, se hizo famosa en Tucumán retratando a las personalidades de la clase alta de esa provincia. Viajó a Buenos Aires, donde recibió una beca para perfeccionar sus estudios en Europa. Se instaló en Roma y tuvo como maestro a Giulio Monteverde, a quienes algunos llamaban el “nuevo Miguel Ángel”. Fue él quien le recomendó dedicarse a la escultura y abandonó la pintura para siempre. Ya de regreso en Argentina, Lola Mora era una celebridad. Tucumán le encargó la estatua de uno de sus personajes más célebres: Juan Bautista Alberdi. Al tiempo, ella ofreció al gobierno de Buenos Aires la que iba a ser su obra más famosa: “La Fuente de las Nereidas” para colocarla en la Plaza de Mayo. La fuente, hecha en mármol blanco de carrara, representa a las nereidas asistiendo al nacimiento de la diosa Venus. Cuando las señoras bien de Buenos Aires descubrieron esas estatuas bellísimas, pero desnudas, pegaron el grito en el cielo. Estalló el escándalo porque creían inapropiado que se exhibieran esos muslos desnudos justo al frente de la Catedral. Lola Mora les contestó con esta carta abierta que ahora vas a escuchar. Hoy en día, la Fuente de las Nereidas se puede ver, pero en la Costanera Sur de la ciudad, donde fue llevada por pedido de aquellas señoras. Lee la actriz Julieta Teruel.

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No pretendo descender al terreno de la polémica; tampoco intento entrar en discusión con ese enemigo invisible y poderoso que es la maledicencia. Pero lamento profundamente que el espíritu de cierta gente, la impureza y el sensualismo hayan primado sobre el placer estético de contemplar un desnudo humano, la más maravillosa arquitectura que haya podido crear Dios (…)

Cada uno ve en una obra de arte lo que de antemano está en su espíritu; el ángel o el demonio están siempre combatiendo en la mirada del hombre. Yo no he cruzado el océano con el objeto de ofender el pudor de mi pueblo (…)

Lamento profundamente lo que está ocurriendo pero no advierto en estas expresiones de repudio –llamémoslo de alguna manera- la voz pura y noble de este pueblo. Y esa es la que me interesaría oír; de él espero el postrer fallo.

Lola Mora

May 18, 202206:15
Carta de amor de Ingeborg Bachmann a Paul Celan

Carta de amor de Ingeborg Bachmann a Paul Celan

Ingeborg Bachmann y Paul Celan fueron dos de los poetas en lengua alemana más notables de la segunda mitad del siglo XX. Tuvieron una relación amorosa, intelectual y epistolar. Se mandaron cartas durante más de 15 años y buena parte de esos textos están en un libro, que recomendamos ampliamente, llamado “Tiempo del corazón”.

En esas casi 200 cartas, aparecen sus preocupaciones históricas sobre la Europa de la segunda posguerra, el desasosiego y los temores después de los campos de concentración. Para este episodio elegimos una carta con espíritu de encuentro. Ella le dice que quiere verlo en París. Que quiere caminar al borde del Sena tomados de la mano. “Para mí eres desierto y mar y todo lo que es misterio”, le confiesa la poeta. Lee la actriz María Fiorentino.

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Viena, 24 de junio de 1949.

Querido:

Porque ni lo pensé, hoy, el día anterior –el año pasado también fue así–, llegó tu postal, en vuelo directo a mi corazón, sí, es así, te quiero, en aquel entonces jamás lo dije. He vuelto a sentir la amapola, profunda, muy profundamente, tu magia ha sido tan maravillosa, jamás podré olvidarlo.

A veces lo único que quisiera es irme y llegar a París, sentir que tocas mis manos, que me tocas entera con flores, y después otra vez no saber de dónde vienes y adónde vas. Para mí eres de la India, o de un país aun más lejano, oscuro, marrón; para mí eres desierto y mar y todo lo que es misterio. Sigo sin saber nada de ti y por eso muchas veces tengo miedo por ti, no puedo imaginarme que tú debas hacer lo que los otros hacemos aquí, yo debería tener un castillo para nosotros y traerte

conmigo, para que puedas ser allí mi señor encantado, tendremos muchas alfombras allí y música, e inventaremos el amor.

He estado pensando mucho. “Corona” es tu poema más bello, es la anticipación perfecta de un instante donde todo se vuelve mármol y es para siempre. Pero para mí aquí no será “tiempo”. Tengo hambre de algo que no me darán, todo es chato y flojo, está cansado y gastado antes del uso.

Para mediados de agosto quiero estar en París, un par de días solamente. No me preguntes por qué, para qué, pero quiero que estés para mí, una noche o dos, tres... Llévame al Sena, vamos a mirar y mirar bien adentro hasta que nos hayamos vuelto pececitos y nos reconozcamos.

Ingeborg

May 04, 202205:27
Carta de Mariana Alcoforado (“Cartas de la monja portuguesa")

Carta de Mariana Alcoforado (“Cartas de la monja portuguesa")

En Epistolar publicamos muchas cartas contemporáneas, de personajes que son fácilmente identificables por todos. Pero también nos gustan las históricas, de un pasado que, de alguna forma, conversa con este nuestro presente.

La carta de hoy tiene poco más de 350 años. En 1669, apareció en París un pequeño libro llamado “Cartas portuguesas”, que contenía cinco misivas atribuidas a una mujer llamada Mariana Alcoforado.

Cuando era apenas una adolescente, ella se convirtió en monja de clausura por deseo de su padre. Un día, se enamoró del conde Noël Bouton de Chamilly al verlo desfilar a caballo. Incluso el hermano de la religiosa facilitó el encuentro.

La historia de amor no dejó demasiada tela para cortar. Al menos no para el soldado francés. El conde la sedujo, la enamoró y, sin demasiado aviso, partió a Francia. Pero por suerte quedan las cartas. Los textos se convirtieron en un documento imperecedero de ese amor ilícito, de ese fuego que salía del encierro... Y tuvieron tanto éxito que llegaron a influir en autores como Stendhal y se convirtieron en modelo para manifiestos feministas..

Acá va una carta pionera. Un auténtico brevario del amor. Lee la actriz, guionista y productora Natalie Smith.

***

Oh! ¡Pobre de mí! ¡Soy digna de lástima por no poder compartir mis penas contigo y verme sola, completamente sola, ante tanta desventura!

Este pensamiento me mata y muero de terror de pensar que jamás hayas gozado lo suficiente de nuestros placeres. Ahora sí conozco la falsedad de tus sentimientos. Me engañaste cada vez que me dijiste que tu mayor placer era estar a solas conmigo. Debo sólo a mis impertinencias tus desvelos y arrebatos.

A sangre fría te hiciste el propósito de iniciar este incendio en que me abrasaste toda. No consideraste mi pasión sino como una victoria, sin que jamás tu corazón hubiera sido conmovido entrañablemente.

¿Serás tan infame y tan indelicado, como para nunca haber sabido gozar de mis éxtasis? ¿Y cómo es posible, si no fuese así, que con tanto amor no hubiera podido hacerte completamente feliz?

Lloro sólo por el amor que te tengo, las delicias infinitas que has perdido... ¿Por qué fatalidad no quisiste disfrutarlas? ¡Ah! Sí conocieses esas delicias, hallarías, sin duda, que son más que la satisfacción de haberme engañado. Te habrías dado cuenta de que somos más felices y más tiernos amando ardientemente… que siendo amados.

Apr 20, 202205:27
Carta de Héctor Abad Gómez a su hijo Héctor Abad Faciolince ("El olvido que seremos")

Carta de Héctor Abad Gómez a su hijo Héctor Abad Faciolince ("El olvido que seremos")

Bienvenidos y bienvenidas a la cuarta temporada de Epistolar. Y al episodio 126 desde el inicio de este proyecto. Estamos muy contentos por reencontrarnos con ustedes y por seguir compartiendo el amor por las cartas. La melodía que escuchaste en la presentación fue compuesta por José Ferrufino. Y los intérpretes son Noelia Antelo en violín y el mismo José en guitarra. Desde Kafka a Juan Rulfo, la complejidad del vínculo padre e hijo dio páginas maravillosas en la historia de la literatura. El episodio de hoy nace por el amor a un libro que habla, justamente, del vínculo de un chico con su adorable padre. “El olvido que seremos” fue escrito por el colombiano Héctor Abad Faciolince como una biografía novelada de su familia, de la violencia en Colombia y, por supuesto, del amor infinito por su papá, el médico y activista Héctor Abad Gómez. En las páginas finales de ese libro, el autor cuenta que cuando era joven estudió en Italia. Estaba deprimido, quería dejar la carrera e incluso insinuó que le pesaba la vida. Su papá le contestó esta carta que vas a escuchar ahora. Un texto luminoso, lleno de confianza y de fuerza. Y, por supuesto, lleno del amor gratuito de un padre a su hijo. Lee el actor Phánor Terán.


 

Apr 06, 202209:12
Carta de la pionera del feminismo Mary Wollstonecraft (Lee Victoria Lerario)

Carta de la pionera del feminismo Mary Wollstonecraft (Lee Victoria Lerario)

Llegamos al episodio 125 desde el inicio de este podcast y el último de la tercera temporada de Epistolar. Queremos darte las gracias por estar ahí. Estamos muy felices porque cada vez somos más. En nuestras redes te contaremos las novedades y cuándo saldrá la cuarta temporada. Pero ahora vamos a lo que más nos gusta: las cartas.

Mary Wollstonecraft fue escritora y filósofa. Nació en Londres en 1759. Es importante hacerse a la idea de la época para dimensionar su valentía. En 1792, escribió una obra fundamental para la historia del feminismo llamada “Vindicación de los derechos de la mujer”, lo que la convirtió en una escritora profesional, un rareza para la época. En esas páginas, decía que si la mujer era menos hábil en los quehaceres políticos era, simplemente, porque no se le permitía acceder a la educación con igualdad de condiciones que los hombres. Proclamaba la necesidad de una educación mixta. Y criticaba duramente al matrimonio. Decía que era un mero contrato de compra por parte del hombre por la falta de igualdad de los sexos.

Ella misma se casó dos veces. Al terminar su primer matrimonio, su situación económica era desesperante. Tiempo después, un conocido se acercó para darle un consejo. Le sugirió casarse de nuevo porque sólo de esa manera podría recuperar la respetabilidad social. Esta carta es la respuesta indignada y brillante de la pionera del feminismo. Lee la actriz Victoria Lerario.

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Señor: Es contrario a mi naturaleza cuidar mis palabras, por lo tanto voy a decirle clara y directamente lo que pienso.

Soy una mujer pobre y carezco de medios, aún así mi espíritu jamás se doblegará o tomará caminos indirectos para llegar a resultados que desprecio. Más aún, si para sobrevivir me viera obligada a actuar en contra de mis principios, le aseguro que la batalla terminaría pronto. Puedo soportarlo todo, excepto el menosprecio para conmigo misma. En pocas palabras, lo que es insultante es la suposición de que, aun por un instante, yo haya podido pensar en prostituirme para que un marido me mantenga, ya que ésa es la manera en que considero l conveniente casamiento que Usted propone. Yo, señor, considero al bien y al mal en abstracto y nunca las palabras o las opiniones de otros me protegerán de los reproches de mi corazón o de mi propio discernimiento.

No necesito agregar más. Discúlpeme si le digo que no quiero volver a ver a alguien que ha confundido tanto acerca de mi forma de ser.

Soy pobre, aún así puedo vivir sin sus generosos ofrecimientos

Mary Wollstonecraft.

Dec 22, 202105:15
Carta de Edith Piaf a su gran amor Marcel Cerdan (Lee Viviana Saccone)

Carta de Edith Piaf a su gran amor Marcel Cerdan (Lee Viviana Saccone)

Ella era El Gorrión de París. Una de las voces más extraordinarias de la chanson. Él tenía los mejores puños de Francia. Campeón mundial de los mediados. Y juntos protagonizaron una historia de amor intensa, que sólo el destino pudo separar.

Edith Piaf y Marcel Cerdán se conocieron cuando la Segunda Guerra Mundial apenas terminaba. En ese entonces, él estaba casado y tenía tres hijos. Comenzaron un romance, que primero fue a escondidas y luego a los cuatro vientos. Ella lo adoraba. Era para el boxeador una suerte de ángel, que lo alentaba en cada una de sus peleas. Él decía de sí mismo: “Soy un boxeador bruto y afortunado de tener el amor de semejante mujer”.

El amor estuvo marcado por las distancias y los viajes de dos celebridades. El 27 de octubre de 1949, Cerdan tomó un vuelo de París a Nueva York. Debía entrenarse para el combate con Jake LaMotta, pero también lo hacía para encontrarse con ella, que estaba realizando presentaciones en EEUU. Algunos días antes, ella le había pedido que cambiara el pasaje de barco por uno de avión. Quería que pasaran más tiempo juntos.

El avión en el que viajaba Cerdan se estrelló en una isla portuguesa, poco tiempo después de partir. Edith Piaf tuvo luego otros amores, pero nunca más se recuperó de esa pérdida. Luego su vida se fue hundiendo en el pozo de la droga, el alcohol y la depresión. En esta carta, la cantante le expresa todo su amor, sus miedos de perderlo y sus deseos desesperados de estar con él. “Te amo irracionalmente, anormalmente, locamente”, le confiesa. Lee la actriz Viviana Saccone.

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Cheri, Cheri...

Tengo tantas cosas para decirte y después todo, todo se precipita y me doy cuenta que cada vez que termino una carta, había todavía mil cosas para escribir y que otra vez es demasiado tarde. La única frase que no me olvido jamás es que te amo cada día más... es que estoy completamente loca por vos. Es verdad mi adorado, cada vez me acostumbro menos a nuestras separaciones y mi corazón se desgarra cada vez un poco más. Te quiero tan profundamente, tan fuerte en mi, estoy impregnada de vos que solo tengo una idea: hacerte feliz.

Sería capaz de todo por tu felicidad. Si vos supieras las ideas que me atraviesan la mente, tengo tanto miedo que te apenes por culpa mía, no quiero ser una traba para tu corazón. Cuando me doy cuenta, mi amor el lugar que ocupan en tu corazón tus tres pequeños, tengo ganas de partir muy lejos... que... tal vez me estarás agradecido de que lo haya hecho. Tu vida está construida sobre cosas que has querido...que hay veces... tengo miedos atroces.

Oh Chéri, Dios es testigo que en esta historia no pido nada y que estoy preparada para sacrificar todo. ¿Pero hasta cuando podremos vivir así? ¿Una carta, un teléfono, una estúpida coincidencia puede traicionarnos y entonces? ¿Qué será de nosotros? ¿Cuál será la reacción? ¿Pensaste en esas cosas? 

¡No quiero que un día me guardes rencor por lo que pueda pasar! Esto se vuelve cada vez más difícil para nosotros y mi corazón tiembla cada minuto! quiero que pienses en nosotros más fríamente, que mires bien en el fondo de vos y saber también las responsabilidades a enfrentar por si acaso..!

(.....) Como estas? Yo estoy preocupada, me haces temblar todo el tiempo. ¿Puede ser en América ? vamos finalmente a ser felices. Chéri, te amo tanto, no podes saber a qué punto, haría cualquier cosa en el mundo por vos. Me arrojo en tus brazos que me encantan, te pertenezco pequeño adorado que amo. Yo te amo irracionalmente, anormalmente, locamente, y nada puedo hacer para evitarlo. La culpa es tuya, eres magnífico. Abrázame con el pensamiento entre tus brazos, impídeme respirar y piensa que nada cuenta en el mundo aparte de tú y yo, te lo juro por mi voz, mi vida, mis ojos.

Dec 08, 202106:55
Carta de Federico García Lorca a su amor Juanito (Lee Juan Andrés Romanazzi)

Carta de Federico García Lorca a su amor Juanito (Lee Juan Andrés Romanazzi)

Federico García Lorca es uno de los poetas más importantes de habla hispana. Y una de las 114 mil víctimas de desaparición forzosa que dejó el franquismo. En su caso, por sus ideas libertarias y su homosexualidad. En 1936, poco tiempo antes de su fusilamiento, se enamoró perdidamente de Juan Ramírez de Lucas, un actor y estudiante 19 años menor que él, al que cariñosamente llamaba “Juanito”.

Ambos habían recibido una invitación de la actriz Margarita Xirgu para viajar a México. Estaban muy entusiasmados. Lorca por conocer ese país. Y Juanito por desarrollar su carrera de actor. Pero el padre del joven se negaba y sin su aprobación no podía viajar. En esta carta, Lorca lo consuela y le expresa su amor como sólo él puede escribir. “Te quiero dar agua para tu fuego, flores para tu quemadura”, le dice con honda belleza. Lee el actor y director Juan Andrés Romanazzi.

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Mi querido Juanito:

He recibido tu carta que aunque triste me ha dado alegría por tener noticias tuyas.

Lo primero que se me ocurre es decirte que como tienes talento debes llevar con talento el enojoso asunto de tu padre. Tu padre no es de tu generación y es lo más natural, no solo el que no te entienda, sino que piense todo lo contrario que tú. Lleva años y años aferrado a unas ideas y a unas normas que te son antagónicas y es natural que choque contigo. Una persona que no tuviera luces, te daría leña para tu fuego; yo te quiero dar agua para tu fuego, flores para tu quemadura. Juan: yo te pido por Dios que sobrelleves a tu padre y le hagas comprender con dulzura y silencio que está equivocado contigo. Si algún canalla o inconsciente le ha contado calumnias tuyas, tú debes hacerle comprender que son calumnias, pero no adoptes actitudes airadas en contra suya. Adopta un aire de gran dignidad hasta que él salga de su ofuscación.

Y desde luego ten fe en ti, nada de desmayos, ten fuerza hijo mío y lee y estudia y piensa que esa tormenta que estás pasando solo servirá para enriquecer tu espíritu. En tu carta hay cosas que no debes, que no puedes pensar. Tú vales mucho y tienes que tener tu recompensa. Piensa en lo que puedas hacer y comunícamelo enseguida para ayudarte en lo que sea. Pero obra con cautela. Estoy muy preocupado contigo pero como te conozco sé que vencerás todas las dificultades porque te sobra energía, gracia y alegría, como decimos los flamencos para parar un tren.

Yo pienso mucho en ti y esto lo sabes tú sin necesidad de decírtelo pero con silencio y entre líneas tú debes leer todo el cariño que te tengo y toda la ternura que almacena mi corazón.

Solo tengo una obsesión y es que quisiera meterte en la cabeza la actitud que debes guardar, llena de fuerza y de astucia para contrarrestar la actitud equivocada de tu padre que tú tienes que encauzar con talento y hombría y respeto.

Conmigo cuentas siempre. Yo soy tu mejor amigo y que te pide que seas político y no dejes que el río te lleve. Juan: Es preciso que vuelvas a reír. A mi me han pasado también cosas gordas por no decir terribles y las he toreado con gracia. No te dejes llevar de la tristeza. Tienes muchas cosas y el mundo aunque nos viera es hermoso.

Bien sabes lo mucho que yo te quiero y por eso te aconsejo prudencia y bien hacer.

No vuelvas a desesperarte. Es de gente débil y tú debes recordar en todo momento que eres un verdadero hombre. Dime todos tus proyectos.

Yo empiezo ahora a trabajar de nuevo y tengo un espíritu caluroso en buena disposición para aconsejarte.

Muchos recuerdos a “tus hijos te formaron” y tú recibe un abrazo cariñoso de este gordinflón poético que tanto te quiere.

Federico

Estoy en mi huerta. El día 18 es día de mi Santo.

Escríbeme enseguida y ¡por Dios! que estés más contento kiquiriquí.

Nov 24, 202106:51
Carta de Francisco Umbral a su mujer por la pérdida de un hijo (Lee Coan Gómez)

Carta de Francisco Umbral a su mujer por la pérdida de un hijo (Lee Coan Gómez)

Si tuviese que ponerle un título a este episodio, usaría el nombre de una vieja película francesa. Se llama “Preparen sus pañuelos”. La carta de hoy, querida comunidad de Epistolar, es un viaje al centro del dolor. Pero en este espacio que tanto queremos y disfrutamos nunca esquivamos la tristeza. Nuestro podcast está lleno de cartas que celebran la vida y el amor. Hoy no es el caso.

Francisco Umbral fue un notable periodista y escritor español. En 1959, se casó con la fotógrafa María España. Nueve años después, nació el pequeño Francisco, al que llamaban cariñosamente “Pincho”. El niño murió a los seis años de leucemia. El inicio de la enfermedad llevó a Umbral a escribir “Mortal y Rosa”, su libro más personal, quizás su libro más bello, quizás un intento por convertir en palabras el dolor inenarrable. En un fragmento de ese libro sin género literario, que acá recomendamos largamente, le escribe una carta a su mujer. Una carta que no quiere mandar. Una carta, según decía, para “enterrar entre mis papeles, para que no la leas nunca”. Damas y caballeros, preparen sus pañuelos. Escribe Umbral. El dolor muta en poesía. Lee el actor y director Coan Gómez.

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Desde aquellas tardes, recuerda, en que la pequeña ciudad conducía sus ocasos a una apoteosis mediocre, hasta la luz de esta tarde, luz de agua y más allá, hemos venido fraguando un hijo para la muerte, algo tembloroso que nacía de ti y de mí, tramado en noches de lluvia y días de labor, una claridad implícita en tu alma, una impaciencia asomada a mi papel, y eso hasta siempre, la identidad nacida de nuestros desvíos, el hijo sagrado y muerto. Mira cómo nos movemos ahora por el licor vacío de la tarde, o escribo en una máquina de hierro, infinitamente reacia, mira nuestra vida eterna, desde la adolescencia con perros y portales, hasta la soledad amarilla, postestival, silenciosa, que nos llena de corredores internos, de laberintos desalojados, de ropa caída. Ni tú ni yo. No sé por qué escribo, por qué te escribo esta carta, por qué vuelvo a la cerca espinosa del idioma. No nos hemos matado, y justamente por eso estamos muertos, asistimos a nuestra ausencia, pasamos una y otra vez por el hueco incoloro de la nada. Entramos y salimos. Cruzamos puertas y ventanas que no nos conciernen. Nadie tan solo como yo. Ninguna tan nadie como tú. ¿Y ahora? Nos hemos quedado aquí para asistir a una posteridad de cielo y verano que nadie habita, viendo pasar la estela de la muerte, estela clara de espuma silenciosa, hasta su final de cometa, de estación o de agua. Te juro que no. y te escribo esta carta que voy a enterrar entre mis papeles, para que no la leas nunca, forzando el idioma para que el papel vuelva a ser un papel en blanco. De muerte a muerte, de nadie a nadie qué somos ahora—, te escribo cartas vacías para hablarte de todo lo que hemos perdido, y van cayendo mis palabras, mis papeles, al vacío de sol y tiempo que se abre entre los dos, como un pozo que llega al cielo.

Nov 10, 202106:60
Carta de Angelina Beloff a Diego Rivera (Lee Cecilia Fernández)

Carta de Angelina Beloff a Diego Rivera (Lee Cecilia Fernández)

Cuando se habla de los amores de Diego Rivera, siempre aparece el nombre de Frida Kahlo. Y es natural que así sea. Fueron una de las parejas más famosas -y tortuosas- de la historia del arte.

Pero la vida de Diego tiene otros capítulos amorosos. Menos conocidos y no por eso menos mortificantes para sus mujeres. A principios del siglo XX, Rivera se trasladó a Francia. En esos desolados años luego de la Primera Guerra Mundial, conoció a la pintora y grabadora rusa Angelina Beloff.

Con Quiela, así la llamó durante su romance, tuvieron un hijo, al que llamaron también Diego, que murió por una epidemia de gripe poco después de cumplir un año. En 1918, Diego la abandonó. Se fue de Francia sin ella. Viajó a México con la promesa de enviarle dinero para comprar un pasaje. Pero nunca lo hizo. O no le enviaba suficiente.

Quiela es uno de esos personajes a los que la historia del arte borró. Elena Poniatovska rescató su figura en el precioso libro epistolar “Querido Diego, te abraza, Quiela”. La escritora imaginó esta carta que vas a escuchar a continuación. Pero no lo hizo desde la pura fantasía sino a partir de una intensa investigación de la biografía de Quiela. Aquí van los dolores de una mujer quebrada por el abandono de Diego. Lee la poeta y locutora Cecilia Fernández.

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22 de julio de 1922

Parece haber transcurrido una eternidad desde que te escribí y sé de ti Diego. No había querido escribirte porque me resulta difícil callar ciertas cosas que albergo en mi corazón y de las cuales ahora sé a ciencia cierta que es inútil hablar. Tomo la pluma sólo porque juzgaría descortés no darte las gracias por el dinero que me has enviado. No lo hice por las tres últimas remesas de febrero 6, marzo 10 y principios de junio por 260, 297 y 300 francos respectivamente, y han pasado más de cuatro meses. Te mandé, eso sí, los nuevos grabados aparecidos en Floreal, pero ni una línea tuya al respecto. Tampoco una sola línea en las remesas de dinero. Si te dijera que hubiera preferido una línea al dinero, estaría mintiendo sólo en parte; preferiría tu amor es cierto, pero gracias al dinero he podido sobrevivir, mi situación económica es terriblemente precaria y he pensado en dejar la pintura, rendirme, conseguir un trabajo de institutriz, dactilógrafa o cualquier otra cosa durante ocho horas diarias, un abrutissement general con ida al cine o al teatro los sábados y paseo en Saint Cloud o Robinson los domingos. Pero no quiero eso. Estoy dispuesta a seguir en las mismas, con tal de poder dedicarme a la pintura y aceptar las consecuencias: la pobreza, las aflicciones y tus pesos mexicanos.

Ahora sé por Élie Faure de tu amor mexicano, pero mis sentimientos por ti no han cambiado ni me he buscado ni deseo yo un nuevo amor. Siento que tu amor mexicano puede ser pasajero porque tengo pruebas de que así suelen serlo. Sé que a Marievna tampoco le escribes; sólo remesas de dinero, pero ya no a través mío, para no herirme, sino de Adam Fisher. Ya ves que estoy bien enterada, no porque intente averiguarlo sino por tus amigos y los míos me lo dicen de golpe y porrazo sin duda alguna porque creen hacerme un bien al sacarme del sueño en el que vivo. Élie Faure fue claro: Angelina, usted siempre ha sido una mujer de un gran equilibrio y de buen sentido, tiene usted que rehacer su vida. Con Diego todo ha terminado y usted es demasiado valiosa. Ya no recuerdo lo que siguió diciendo porque no quise escucharlo, ni lo creí siquiera.

Cuando te fuiste Diego, todavía tenía ilusiones. Me pareció que a pesar de todo seguían firmes esos profundos vínculos que no deben romperse definitivamente, que todavía ambos podríamos sernos útiles el uno al otro. Lo que duele es pensar que ya no me necesitas para nada, tú que solías gritar: ¡Quiela! Como un hombre que se ahoga y pide que le echen al agua un salvavidas.

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Oct 27, 202107:56
Carta de Túpac Amaru II a su amor Micaela Bastidas (Lee Reynaldo Arenas)

Carta de Túpac Amaru II a su amor Micaela Bastidas (Lee Reynaldo Arenas)

Si digo que este episodio trata sobre José Gabriel Condorcanqui Noguera, algún despistado podría no saber de quién estoy hablando. Pero si digo Tupac Amaru a todos se nos viene a la mente la enorme figura del precursor de la independencia del Perú. Aquel que estuvo a cargo de la insurrección más extraordinaria de la que tenga memoria esta parte del continente.

El lideró La Gran Rebelión como una protesta contra los abusos cometidos por los españoles. En 1780, ese gran movimiento logró derrotar en Cusco a las fuerzas del rey de España, aunque meses después los indígenas fueron derrotados. Y Tupac Amarú apresado.

Pese a las torturas a las que fue sometido, los españoles no lograron sacarle confesión alguna. Soportó el tormento. Y sus verdugos tuvieron que decapitarlo y exhibir su cabeza como trofeo en la Plaza de Armas de Cusco, con el fin de mostrar superioridad. Y, por supuesto, intimidar cualquier levantamiento.

Tupac Amaru tuvo un primer y único amor llamado Micaela Bastidas, con la que se casó cuando él tenía 20 años y ella 15. Esta carta va dirigida a ella. Por supuesto que es una carta de amor profundo, pero también está bañada del verde de la selva, de su idea de soberanía e incluso le dice: “Tú eres el comienzo de mi libertad individual”. Lee el actor Reynaldo Arenas.

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En algún lugar de la Cordillera de los Andes, Enero de 1782.

Micaela:

Amor Mío. Por primera vez me encuentro rodeado de hombres verdaderos. Hay muchos hombres: inteligentes, audaces, prudentes, fríos, calculadores, desleales, ignorantes, pero pocos decentes e idealistas.

Pero esos pocos entre los cuales me incluyo, con el tiempo van a ser legiones, a medida que nuestro ejemplo vaya derrotando al inhumano conquistador.

Contigo por primera vez he sentido el Amor.

El Hombre sin Amor es Incompleto.

La civilización que nos quieren imponer ha escrito mucho sobre el Amor, pero la nuestra hace posible la experiencia del verdadero Amor.

Por todo eso, para dar dignidad y Amor a este mundo, estamos luchando.

Todos mis indios, son Hombres Nuevos, hombres silenciosos, pero tremendamente revolucionarios.

Nuestro Amor también comenzó silenciosamente… ¡Qué misterio¡ ¿verdad? Toda la selva verde y las altas montañas, todo el mar que contemplo en el cual me baño, la tierra que piso, las estrellas que miro ¿de dónde vienen? Y Tú, ¿de qué mundo vienes?

Porque mujeres de tu condición son raras manifestaciones que de tanto en tanto aparecen en la Tierra para Purificarla y Embellecerla.

Tú eres Amor. Eres para Ser amada.

Cuando ama, la mujer es vibración que estremece y conduce a un mundo superior.

Desde que te amo, vibro, trato de superarme. Cuando te beso, se agita mi alma, siento la presencia de la vida en plenitud.

Juntos somos la vibración profunda que trata de arrancarle el misterio al universo entero.

La energía secreta de tus ojos siempre me impulsan hacia nuevos objetivos. ¡A vencer!

Quizás para ello se precise una vida, miles de hombres nuevos….

Pero también sé que si estos hombres son amados por mujeres como tú, harán todo lo posible y los plazos se acortaran. Contigo junto a mi, tengo Fe en Mi Estrella.

Mientras Tú me ames formaré parte de la forja de los hombres que pelean por la libertad de todos los hombres.

Tú eres el comienzo de mi libertad individual. Juntos somos la expresión telúrica de nuestra raza.

En estos momentos me avisan que los conquistadores nos están cercando….

Pronto me uniré a Ti.

Túpac Amaru.

Oct 13, 202106:43
Carta con consejos de Guillermo Vilas a un tenista (Lee Miguel Ángel Vigna)

Carta con consejos de Guillermo Vilas a un tenista (Lee Miguel Ángel Vigna)

En los últimos 50 años, Argentina tuvo un papel protagónico en el mundo del tenis. No importa en qué momento estés escuchando este episodio. Seguro el país tiene algún jugador o jugadora entre los 20 mejores del mundo. Jugadores buenos hay muchos. Pero sólo unos pocos llegan a la categoría de leyenda.

En Argentina, ese título le corresponde, sin dudas, a Guillermo Vilas. Ganó 62 torneos de ATP, de los cuales cuatro fueron de Gran Slam. Aún hoy, a casi 30 años de su retiro, tiene récords en canchas lentas que nadie pudo superar.

En esta carta, Vilas, un viejo lobo en el mar solitario del tenis, le da consejos a Diego Veronelli para enfrentar a un tenista francés. Le habla del juego, por supuesto, pero también del temple, de las decisiones y de los riesgos. Una carta sobre tenis, sí. Pero, quién te dice, por ahí te sirve también para la vida. Lee el actor y titiritero Miguel Ángel Vigna.

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Flaco, no lo conozco al francés. Estás jugando de 10.

No tomés riesgos innecesarios. Tomá seguridad. Cuando te la veas mal, jugate consciente y apuntá. Que no sea un lance. Hoy sos un jugador completo y podes realizar cualquier tiro. Los riesgos los podés controlar. Sabés el riesgo que tomás, peso si sabés que no hay otra, tomalo decidido. Es eso o nada. No tomés riesgos si sabés que con dos tiros más vas a ganar igual el punto. Los riesgos se toman cuando no queda otra. Si los tomás así, los riesgos se incorporan a tu juego. Lo que ayer era un riesgo, hoy es un tiro que manejas con aplomo.

Tenés demasiado juego y respondés a las exigencias. No porque juegues bien hagas demasiado para ganar. No pierdas ningún punto. No juegues para el público. Nunca pienses que has ganado . Nunca pienses que has perdido. Nunca pienses que es difícil o fácil. Pensá en lo que tenés que hacer. Hacelo lo mejor que puedas. Aplicá lo que te parezca correcto. Realizá los golpes como si cada uno te abriera un nuevo mundo mejor.

Sé humilde. Sé sincero. Sé fuerte. No seas duro contigo mismo. No te alabes. Escuchá tu conciencia. Aplicá y resolvé. Guardá lo bueno y sacá lo malo. Sin contradicciones. Sin reproches. Claro, lúcido y sin parar por un instante. Todo es bueno si te deja algo. Hoy sirve para el futuro. El futuro no sirve para hoy.

Suerte,

Guillermo.

Sep 29, 202105:09
Selección de cartas de amor y desamor de Rosario Castellanos (Lee Diana Sedano)

Selección de cartas de amor y desamor de Rosario Castellanos (Lee Diana Sedano)

Nació en México. Fue escritora y diplomática. Publicó libros de todos los géneros: poesía, ensayo, cuento, novela, teatro… Hay críticos que consideran a Rosario Castellanos una de las escritoras más influyentes de su país durante el siglo XX.

Como muy pocos, abordó temas que hasta ese entonces eran sesgados: la discriminación racial en Chiapas y, especialmente, la emancipación de la mujer. Con el tiempo, Castellanos se convirtió en una referente del feminismo de América Latina.

El honor a esa vida y a su historia de amor con el filósofo Ricardo Guerra, decidimos dedicarle este episodio. Sus textos son tan bellos que nos parecía poco darles sólo una carta. Entonces, decidimos hacer una selección de sus misivas. Las primeros de amor del bueno. Las segundas de desencanto y divorcio.

Lee la actriz Diana Sedano

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¿Se da cuenta, mi vida? Usted no lo sabe, y yo no se lo quiero decir porque se va a poner muy presumido y a encarecerse, pero es usted un niño muy suave y nos sabe manejar con mucho talento a las mujeres y por eso lo amamos”.

¿Para qué indisponernos con personas a quienes a la mejor estima y que no por hacerle a usted mala obra, sino por hacérmela buena a mí, me han escrito diciendo cosas? Ellos suponen entre nosotros una relación muy distinta a la que sostenemos: suponen que usted me engaña en una forma vil y baja y que está todos los días mandándome una hermosa carta llena de juramentos de amor y por otra parte se aprovecha de mi ausencia para decir de viva voz esos juramentos a jovencitas más próximas”

Yo lo amo por encima de todo lo que digamos usted o yo, las palabras no tienen ninguna fuerza. El amor tiene su propia certidumbre.

Escríbame pronto. Ámeme también un poco.

Rosario

Todo mi alrededor es una barrera en la que no penetran ni tu voz ni tus actos. Yo te invento para mantenerte a distancia, no te veo, no te escucho. Y en vez de admitir este hecho tan evidente y de desatarme en interjecciones contra mí, me vuelvo, con una lógica muy femenina, en contra tuya. Empiezo a hacerte reproches para justificar de alguna manera mis fallas. Que según tú se reducen a una sola: no te amo lo suficiente.

No es que yo me esté escatimando. Todo lo que soy capaz de amar, te amo. Todo lo que una persona puede gustarme, me gustas.

Considera si te resulto o no satisfactoria. Si no, prefiero que me lo digas ahora. […] Estoy llena de preguntas. Tu respuesta debe ser universal.

Espero, sin sobresaltos de ninguna clase, tu resolución al respecto. Si optas por el divorcio, es una opción que acepto, respeto y acato la opción contraria. Mi papel es absolutamente pasivo porque no es mi problema. Colócate un momento en mi lugar, desde mi punto de vista y dime si objetivamente un cambio de estado civil podría alterarme. ¿Me sería siquiera perceptible? ¿El acta de un juez me dejaría más sola de lo que estoy? ¿Más a la merced de mis propios medios? ¿Menos querida? ¿Menos respetada? ¿Menos protegida? ¿Más despreciada y ridiculizada públicamente? Creo de la manera más honrada, que no. Es más, ni siquiera modificaría las relaciones personales nuestras. Por Gabriel continuaríamos viéndonos con frecuencia y con cordialidad porque no hay ningún motivo para que las visitas no fueran cordiales. Coquetearíamos, porque somos así, y ocasionalmente acabaríamos por ponerle cuernos a tu mujer de la misma manera que me has puesto cuernos con otras mujeres.

Sep 15, 202106:23