Hogar de la Madre
By Hogar de la Madre
Hogar de la MadreMar 04, 2019
Madre, quiero dar la vida por ti
Canción a la Virgen escrita y cantada por chicas del Hogar de la Madre de la Juventud. Lee el artículo de su inspiración aquí: https://hmj.hogardelamadre.org/index.php/multimedias/7225-cancion-madre-quiero-dar-la-vida-por-ti
Oración de San José
Un villancico escrito y cantado por las Siervas del Hogar de la Madre.
Dame tu Corazón
Canción a la Virgen escrita y cantada por Mayra Rodríguez, HMJ Ecuador. Lee el artículo de su inspiración aquí:
https://hmj.hogardelamadre.org/index.php/vida-alma/ayudas/7134-cancion-dame-tu-corazon
El Señor nos llama a una oración perseverante- P. José Luis Saavedra
12 de noviembre de 2016
El Señor nos llama a orar sin desfallecer. Nos pone esta parábola de una viuda que va delante de un juez que no quiere hacerle justicia, porque no le importaba nada, absolutamente nada. Y ella, perseverando, consigue que, al final, se le haga justicia y que se reconozca lo que tiene que ser, que se reconozcan las cosas como son. Y no pide nada más que eso… Sin embargo, cuánto le cuesta alcanzarlo. Pues, delante de Dios, el Señor nos llama a que tengamos ese tipo de oración, que nuestra oración sea perseverante. Nosotros enseguida empezamos, y nos cansamos también enseguida. Y eso no es lo que quiere el Señor. Él quiere formarnos en la fortaleza, en una virtud que no se deje llevar por los sentimientos, sino que esté allí al pie del cañón.
El olivo y el candelabro- P. Rafael Alonso Reymundo
19 de noviembre de 2016
Hacer una interpretación correta del Apocalipsis resulta bastante arriesgado y dificil. Pero sí podemos decir varias cosas que, en este momento histórico que estamos viviendo, pueden servirnos de consolación. En primer lugar, se habla de dos testigos: el olivo y el candelabro. El olivo proporciona aceite, que lo que hace es alimentarnos y embellecernos. El candelabro sirve para dar luz y para que la gente no tropiece. Esos dos testigos podemos ser tú y yo. Es más, debemos ser tú y yo.
El Señor no deja de guiar a su pueblo- P. José Luis Saavedra
17 de diciembre de 2016
Es increible lo que es la Providencia de Dios, de como Él tiene pendiente todos los detalles y todos los tiempos y toda la historia, porque Él es el Señor de la historia, dice San Juan Pablo II. A veces puede parecer que la historia va de manera casual, andando sola, que la llevan las naciones y los cursos de los poderosos, y va hacia delante, pero es el mismo Señor el que está pendiente de ella y que la lleva a fructificar. No se le escapa ni siquiera los pecados nuestros, porque en esta historia nuestra, en todos estos nombre que hemos leído, hay traiciones, hay adulterios, hay asesinatos, y en medio de eso el Señor no se aparta, no deja de guiar a su pueblo.
El Señor nos dice: "No temáis" - P. Rafael Alonso Reymundo
14 de enero de 2017
Todos estamos condicionados por lo que está fuera de nosotros y también por lo que está dentro, cosas que, muchas veces, nos causan temores y miedos. Si yo preguntara cuáles son vuestros miedos, vuestros temores, muy probablemente podríamos oír de vuestra boca una serie de cosas que os dan miedo: las cucarachas, las víboras, nos da miedo el exceso de agua, la falta de agua, el frío, el calor, nos dan miedo los animales salvajes, las alimañas, nos da miedo la oscuridad, los ratones, nos da miedo el qué dirán, nos da miedo el futuro, el pasado... Nos da miedo todo. Uno se llena de miedos. ¿Y si preguntara cuáles son vuestras ilusiones, vuestras esperanzas? Entonces enumeraríais otra lista de ilusiones y de esperanzas. Las tuvimos cuando éramos niños, cuando éramos adolescentes y de jóvenes. Todos tenemos ilusiones y esperanzas, y todos tenemos temores que vienen tanto del exterior como del exterior. El Señor nos habló muchas veces de que no teníamos que tener miedo. Entonces, hay que preguntarse: “¿Cómo es posible no tener miedo?”.
Jesús hace siempre lo que agrada al Padre- P. Rafael Alonso Reymundo
21 de enero de 2017
Charles de Foucauld dice: "Desde que me persuadí de que Dios existía, ya no pude vivir sino para Él solo". El enamoramiento lleva también a la desposesión de sí mismo y a la entrega total a la persona de la que se está enamorado. Jesús está locamente enamorado de la voluntad del Padre y, como consecuencia, está enamorado enteramente de la humanidad a la cual se quiere entregar totalmente.
El Señor elige a quien quiere- P. Rafael Alonso Reymundo
4 de febrero de 2017
El evangelio nos habla de un tema en el que se descubre el corazón de Jesucristo, nuestro Señor. Y es que el Señor había mandado a los apóstoles y a los discipulos a predicar por los pueblos adónde pensaba ir Él. Y les había dado también no solamente la tarea de que predicasen, sino también el poder para expulsar los demonios y curar enfermos. Uno que no ha recibido ese poder no tiene derecho ninguno para decir: “Eh, yo tengo derecho a…” Usted no tiene derecho a nada. Lo da el Señor, porque le da la gana, a quien quiere. Hoy, con tanto derecho, resulta que no somos capaces de reconocer que no tiene uno derecho a ser sacerdote, ni siquiera el que os habla. Yo no tengo ningún derecho. Ha sido una gracia. Es una gracia que Dios da a quien quiere con una misión. Él es el que hace al hombre, es el que da y reparte los dones según su voluntad. Y los da con una intención concreta, para que se haga una tarea. Esto es muy importante. El Señor eligió a quien quiso.
Luz para entender nuestros tiempos- P. José Luis Saavedra
Si miramos a la Virgen de Lourdes, el cielo nos está queriendo dar en ella una luz para entender el tiempo en el que vivimos hoy, en el momento en que estamos. En los momentos en los que ha habido un mensaje del cielo, están el Señor y nuestra Madre queriendo darnos una pista para entender la sociedad en la que vivimos. Si ampliamos la visión, mirando atrás, a otras apariciones, encontramos esa realidad.
No te prometo hacerte feliz en esta vida, sino en la otra
18 de febrero de 2017
La Iglesia celebra hoy la memoria de Santa Bernadette Sobirous. La Virgen María le dijo: "No te prometo hacerte feliz en esta vida, sino en la otra". Esto debemos tomarlo todos como lema de nuestra vida.
El Señor dijo: "El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz de cada día y que me siga". Hay gente que empieza el camino y en seguida se cansa. Hay gente que no quiere admitir que el seguimiento de Cristo es un seguimiento que conduce a la vida eterna. Es precisamente el sufrimiento el que nos santifica y nos conduce a la vida eterna.
María se puso totalmente al servicio de Dios - P. Félix López Lozano
No podríamos hablar de la Eucaristía si no hubiera existido la Encarnación. No podríamos comer el cuerpo glorioso de Cristo si Cristo no tuviera cuerpo y eso se lo debemos a la Virgen María. Ella recibió ese anuncio del ángel y ella pronunció su "FIAT", su "HÁGASE" con el cual ella se puso totalmente al servicio de Dios. y del plan de salvación sobre los hombres.
Llegar al cielo cargado de buenos frutos - P. Rafael Alonso Reymundo
La palabra de Dios es la que ilumina toda nuestra vida, y también las cebollas. Esta tarde estaba en la huerta y he arrancado cebollas, y han sido de las más grandes que he cogido en bastante tiempo. ¿Por qué me da alegría recoger cebollas grandes y por qué cuando recojo una cebolla minúscula me produce decepción? Que el Señor se lleve una alegría muy grande cuando te vea llegar al cielo cargado de frutos.
El que tenga sed que venga a mi y beba – P. Rafael Alonso Reymundo
Dice el Señor: «el que tenga sed que venga a mí y beba». Para beber de la fuente de la salvación, que es Cristo, es necesario creer en Cristo y creer que lo prometido por Él se realiza, se realizó y se realizará siempre. Si no, nuestra vida está coja, no anda bien. Creer en Cristo es creer en la vida eterna y es creer que esa vida eterna la da Él. La vida eterna es que te conozcan a ti, único Dios verdadero y al que Tú enviaste, Jesucristo.
Conquistar las almas por el amor – P. Rafael Alonso Reymundo
El mes del Sagrado Corazón de Jesús nos habla de amor, de reparación y de reconquista. No está de moda hablar de conquista. ¿Cómo tenemos que conquistar nosotros las almas? Como nos enseña Jesucristo: por el amor. No hay conquista más fuerte, más segura, más durable que la conquista por el amor.
No somos del mundo – P. Rafael Alonso Reymundo
A veces nos preguntamos por qué, siendo nosotros cristianos, tenemos tanta inclinación a dejarnos llevar por los criterios del mundo, cuando Jesucristo ha dicho: “Vosotros no sois del mundo, porque yo os he elegido sacándoos del mundo”. Ese “sacarnos del mundo” lo hace Jesús. Nosotros hemos recibido de Jesús la instrucción de que no somos del mundo.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? - P. Rafael Alonso Reymundo
El salmo de hoy, ¿que decía?: "¿Como pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?". Porque el bien que me ha hecho ha sido instituir la Eucaristía para que yo me pueda alimentar y ser fuerte, y para vencer a mis enemigos. El mayor servicio que se puede hacer al mundo de hoy es creer en el Señor.
La salvación que Cristo nos trae vale más que la vida - P. Félix López Lozano
La persecución es algo que es propio de la Iglesia. Es parte esencial de la Iglesia el ser perseguida. Y unida a esa persecución está también el martirio, el testimonio. Testimonio incluso hasta la sangre, porque el anuncio del reino de Dios, la confesión de la fe en Dios, de la salvación que Cristo nos trae es algo tan grande que vale más que la vida.
Este día es el centro de nuestra fe – P. Félix López Lozano
Todos los demás domingos son eco de este domingo. Este día es el centro de nuestra fe. "Si Jesucristo no ha resucitado, vana es nuestra fe y vana es nuestra esperanza". Somos los más idiotas de los hombres. Creeríamos en una mentira, y estaríamos fundamentando nuestra vida en una mentira. Pero, gracias a Dios, es una verdad, es la verdad con mayúscula, la Verdad que llena nuestra vida, que le da plenitud, y la Verdad que da sentido al mundo entero.
"Soy Yo, no temáis" – P. Rafael Alonso Reymundo
Cuando se encrespan las olas, allí está Jesús, acercándose y diciendo: “Soy Yo, no temáis”. No dice: “Soy Yo, temblad de miedo y de terror”. No dice eso. La imagen que tenemos de Dios, muchas veces es bastante equivocada.
Id al mundo entero y proclamad el evangelio – P. Rafael Alonso Reymundo
La Iglesia, que ha experimentado el misterio pascual -el paso del Señor-, que constituye esos tres días de pasión, muerte y resurrección de Jesucristo nuestro Señor, ha recibido la misión de ir al mundo entero y proclamar el evangelio a todas las naciones, a toda criatura. No se nos ha dado otro nombre por el cual nos salvemos sino el nombre de Jesús, el Hijo de Dios.
La resurrección de Cristo: un acontecimiento feliz que abre un abanico de esperanzas – P. Rafael Alonso Reymundo
Lo que llena el corazón del hombre de alegría es que estamos en la vida porque estamos en Cristo, aunque todavía no se ha desvelado lo que somos. Pero ya nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. La resurrección de Cristo es sobre todo un acontecimiento, y un acontecimiento feliz que nos abre un abanico de esperanzas. Y, entonces, nuestra vida cobra un sentido maravilloso. No estamos para esta vida, estamos para la otra. Yo estoy hecho para la vida eterna.
Si Dios es amor, Satanás es soberbia – P. Félix López, SHM
Donde hay amor, donde está el Espíritu Santo, hay unidad. Yo me atrevo a decir que la soberbia es como la esencia de Satanás. Si Dios es amor, Satanás es soberbia. Y donde entra Satanás, ¿que hace? Siempre dividir. "Diabolos" es el que separa, el que se mete en medio para desunir y para separar. Donde entra la soberbia, siempre hay divisiones. Y donde hay humildad, hay caridad. Y donde hay caridad, hay unidad. Todo esto tenemos que buscarlo, pedirlo, luchar por ello y, además, construirlo.
Jesús es el Cordero de Dios - P. Peter Dittus, SHM
El cordero es un animal muy importante en toda la Biblia. En el Antiguo Testamento se estaba esperando, desde Abel a Isaac, el cordero pascual y están también las profecías de Jeremías e Isaías, ¿dónde está el Cordero? La respuesta la da Juan el Bautista cuando está señalando a Jesús y dice: “Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. .Y así, en cada Misa, tenemos la alegría de escuchar estas palabras de nuevo. Que el Señor nos ayude a vivir con mucho agradecimiento a Él esta Misa, Él que se entregó como Cordero por nosotros.
La soberbia tiene un hocico muy fino - P. Félix López Lozano, SHM
El agua tiene el hocico muy fino. Es decir, por cualquier rendija se mete y te hace una gotera. ¿Cuál es el agua espiritual? La soberbia. La soberbia tiene el hocico muy fino y se mete en cualquier rendija, y se mete casi sin que nos demos cuenta. Por desgracia, tenemos todos dentro del corazón una raíz, una fuente que, en cuanto dejamos un huequecito, por allí se mete.
Las almas son santuario de Dios - P. José Luis Saavedra
“Este hijo mío estaba muerto y ha revivido”. Estas palabras que el padre dice en la parábola del hijo pródigo, son un reclamo a mirar las almas como almas llamadas a salvarse, a alcanzar la vida eterna; y a las cuales nosotros no podemos dejar de contemplar. Las almas son santuario de Dios. Cualquier alma que nos acerca, es un alma eterna a la que Dios permite que me acerque y tiene que ser una misión para mí; siempre.
Dios es bueno - P. Rafael Alonso
Lo que más espanta al demonio es la alabanza y el agradecimiento. ¿Por qué tenemos que alabar a Dios? Por ser Él como es: bueno. Dios es bueno.
Nos llamará el Señor para rendir cuentas – P. Rafael Alonso Reymundo
No se trata de seguir viviendo de cualquier modo. Se trata de vivir en términos tales que si, en este momento, el Señor me llamara a rendir cuentas de mi vida, yo pueda decirle: “Señor, he procurado hacer tu voluntad en todos los momentos. Y creo, sinceramente, que he hecho tu santísima voluntad, sinceramente”. Y a todos nos llamará el Señor para rendir cuentas de nuestra vida.
No te prometo hacerte feliz en esta vida, sino en la otra -P. Rafael Alonso Reymundo
La Iglesia celebra hoy la memoria de Santa Bernadette Sobirous. La Virgen María le dijo: "No te prometo hacerte feliz en esta vida, sino en la otra". Esto debemos tomarlo todos como lema de nuestra vida.
El Señor dijo: "El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz de cada día y que me siga". Hay gente que empieza el camino y en seguida se cansa. Hay gente que no quiere admitir que el seguimiento de Cristo es un seguimiento que conduce a la vida eterna. Es precisamente el sufrimiento el que nos santifica y nos conduce a la vida eterna.
"Ver la sonrisa de Dios"- P. José Luis Saavedra
Muchas veces ponemos una excusa para no trabajar por el reino de los cielos. Pensamos que vamos a perder nuestro nombre, nuestra reputación. Pero tenemos que ser como niños, que no se preocupan por lo que piensan los otros.
Para nosotros, el único descanso es ver la sonrisa de Dios, que mira nuestro amor y se complace. ¡Cuántas veces dejamos de ganar esa sonrisa del Señor!
Dios nos ha recreado en Cristo- P. Félix López
La llamada de Jesucristo -ese paso de la muerte a la vida, esa conversión- tiene ese sentido de una nueva creación. Dios nos ha "re-creado" en Cristo. Y esa recreación se realiza en nosotros a través del bautismo, que nos hace hijos de Dios, que nos construye por dentro. Se realiza nuevamente cada vez que nosotros volvemos al Señor, cada vez que nosotros nos convertimos a Él. Esta palabra de Jesús, “Sígueme”, es, sobre todo, una llamada a la conversión. Una llamada que el Señor nos dirige a cada uno de nosotros.
El amor propio del cristiano es el amor de "ágape"- P. Rafael Alonso Reymundo
La palabra “fileo” y la palabra “agapao”, de esta viene ágape. “Fileo” es amor, pero es una clase de amor que tiene una cierta imperfección, que tiene fisuras, que es compatible con actitudes de egoísmo, e incluso de vanidad y de simulación. Sin embargo, el amor propio del cristiano es el amor “agapao”, es decir, el amor macizo, sin fisuras, puro, perfecto. A este amor estamos llamados. Esto es lo que quiere el Señor que vivamos, eso es lo que Él quiere.
Rosario: Misterios Gloriosos
Rosario: Misterios Gloriosos
Lo esencial no se puede desarmar- P. Rafael Alonso Reymundo
Lo esencial no se puede deconstruir, no se puede desarmar, si no es a costa de destrozarlo, de romperlo. Lo mismo pasa con Jesucristo. A Jesucristo tenemos que reconocerlo como es, aceptarlo como es, y no podemos, de ningún modo, quedarnos con aquella cosa que nos gusta, que nos agrada, que colma nuestras aspiraciones, nuestros proyectos, nuestras apetencias; dejando de lado aquello que questiona nuestra forma de pensar o de vivir. Y la razón es esta: que lo esencial no se puede desarmar. Nosotros al contemplar a Jesús, ¿que es lo que contemplamos? Pues contemplamos al Verbo de Dios, a la segunda persona de la Santísima Trinidad, que se ha encarnado, se ha hecho hombre en las purísimas entrañas de María Santísima y ha venido a este mundo para salvarnos y para liberarnos de la esclavitud del pecado. Eso es lo esencial. Y eso hay que reconocerlo y hay que acogerlo como la gran misericordia que Dios nos tiene.
La Virgen es modelo a seguir- P. Rafael Alonso Reymundo
Toda cuestión mariológica lleva implícita una cuestión cristológica, pues nos encontramos con que María está en el principio del anuncio de un tiempo nuevo en el cual, a través de la Virgen, se aplastará la cabeza de la serpiente. Esto es sumamente importante. De esta manera, la Virgen Santísima se muestra a toda mujer como el modelo a seguir. Si la Virgen es modelo a seguir, es por una razón muy sencilla, porque supo colocar su libertad en el ámbito de la justicia, y el ámbito de la justicia no es otra cosa, sino el ámbito de la voluntad divina.
Jueves Santo: El agua que nos lava es el amor de Dios - P. Rafael Alonso Reymundo
Todos los años, como Iglesia que somos, nos reunimos para celebrar la Pasión, la Muerte y la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Aunque todos los años repetimos los mismos gestos, oímos los mismos textos evangélicos, anunciamos las mismas palabras de petición; no por eso es algo aburrido, estéril, algo que sobra, añadidos tontos, pues a través de estos signos, de estas palabras, de estos gestos, se nos comunica, cada vez más, la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Habéis oído cómo dice el Señor : "El que se ha lavado no tiene necesidad de volverse a lavar. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos", porque sabía quién lo iba a entregar. ¿En que consiste este lavatorio y cuál es el agua que nos lava? El agua que nos lava es el amor de Dios, es el amor manifestado en Jesucristo. Y vosotros os habéis dejado lavar, habéis acogido, mediante la fe, el amor de Cristo, nuestro Señor. Y por eso dice: “vosotros estáis limpios”. Está limpio el que acoge el amor de Dios y, por eso, la limpieza se verifica a través de un encuentro, de una relación: el encuentro con Cristo, la relación con Cristo, que lleva, necesariamente, a la "secuela Christi”, es decir, al seguimiento de Cristo.
La fe es oscura y certera - P. Rafael Alonso Reymundo
Dice San Juan de la Cruz que la fe es cierta y oscura. No solamente se hace referencia al contenido de la fe de verdades, como la Trinidad o la presencia de Cristo en la Eucaristía o la existencia del infierno, sino que toda la palabra de Dios es cierta, porque Él es la Verdad. Pero es oscura, porque nosotros tenemos un pensamiento, una capacidad muy limitada de comprensión de la palabra de Dios. ¿Cómo comprender nosotros, por ejemplo, lo que aparece en la primera lectura, que es el horror del pecado? Porque, aunque envuelto en un lenguaje mitológico, no quiere decir que sea irreal, sino que es un tipo de lenguaje que, en parte, manifiesta y, en parte, mantiene en la oscuridad realidades que son en sí mismas muy oscuras. La realidad que hoy la Iglesia nos pone a nuestra consideración es el pecado, que es una realidad destructiva del hombre. Lo primero que hace el hombre que está en el pecado es esconderse. Se esconde de Dios. ¿Por qué? Porque tiene miedo, a veces terror.
La Eucaristía nos hace invencibles ante los ataques del demonio - P. Rafael Alonso Reymundo
La palabra de Dios, que es luz y sendero luminoso para los que creen en Él, en orden a llegar a la salvación eterna, que es el cielo, viene constantemente en nuestra ayuda. Viene, iluminándonos y dándonos también fuerza para que podamos caminar. Y la fuerza nos la da con la misma palabra suya y con la palabra hecha sacramento, es decir, el Cuerpo de Cristo y la Sangre de Cristo, que es manjar que ceba leones, es decir, que nos hace fuertes, que nos hace invencibles ante los ataques del demonio. Si yo soy débil, necesito fortaleza, y esa fortaleza me la da Jesucristo Eucaristía. La Eucaristía es Cristo que se inmola por nosotros y se hace pan vivo para nosotros, para alimentarnos. Nos concede su misma vida, que da para que, llenándonos con la vida divina podamos vivir esta vida con la alegría de los hijos que saben que caminan hacia la patria celeste.
Jesús en la plenitud de los tiempos - P. José Luis Saavedra
En la riqueza que tienen los gestos de la liturgia de hoy, podemos mirar un poco el abismo de belleza del evangelio, que siempre nos ilumina. Ocho días despues del nacimiento del Niño, la Virgen María y San José lo llevaron para su circuncisión. Y nos recuerda esto a Gálatas 4, donde nos dice San Pablo que "en la plenitud de los tiempos" -tan solemnemente-, "nacido de una mujer, nacido bajo la ley". Llegó Dios a la tierra y quiso vivir bajo la ley: circuncidado, para ser hecho hijo de la ley, entra a formar parte del pueblo de Israel, el pueblo de Dios, escogido por Dios, cuando es Dios mismo el que está haciendo ese gesto y es claro que no era necesario que Jesús lo hiciera. Pero nos dice la Escritura que era muy conveniente para que nosotros aprendieramos también esa docilidad y ese saber respetar los caminos que Dios ha puesto a través de sus sacramentos y a través de la institución de la Iglesia.
La celebración de la Eucaristía es una ganancia - P. Rafael Alonso Reymundo
En la primera lectura, el autor de la Carta a los Hebreos nos hace ver a Jesucristo, que es el templo vivo de Dios, no un templo hecho con manos humanas, donde el sumo sacerdote entraba para ofrecer la sangre de un macho cabrío por sus pecados y por los del pueblo; “Jesús”, dice el autor de la Epístola a los Hebreos, “entra en un templo superior", para ofrecer allí, en su propio cuerpo, su propia sangre como sumo sacerdote, como propiciación por nuestros pecados”. Y dirá, entonces, el Señor que su sangre, que es su propia vida humana, tiene un poder más grande para el perdón de los pecados que la sangre que hacía una purificación externa y ritual, ofrecida por el sumo sacerdote todos los años. Cuando nosotros celebramos la eucaristía, cuando el sacerdote toma el cáliz y pronuncia las palabras consacratorias, transformando el vino en la sangre de Cristo, dice: “Este cáliz es el cáliz de mi sangre, sangre de la nueva y eterna alianza que se derrama por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados”. El gran anuncio que hace la Iglesia al celebrar la Eucaristía es que la sangre de Cristo derramada tiene un sentido, el derramamiento de sangre, la efusión de sangre de Cristo, de todo su cuerpo herido por tantas maldades -nuestros pecados-, tiene como objetivo, como objeto, como finalidad, el perdón de nuestros pecados. Y son muchos, son muchos nuestros pecados. Pero, donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, es decir, la misericordia de Dios, que llena toda la tierra y la purifica. Cada vez que nosotros nos juntamos aquí para celebrar la eucaristía, estamos celebrando este acontecimiento, que es para nosotros ganancia.
La palabra del Señor es viva y eficaz - P. Rafael Alonso Reymundo
La primera lectura dice que la palabra del Señor es viva y eficaz. ¿Qué significa viva? Significa que no es algo inerte, significa que por sí misma realiza ciertas acciones que, al ser palabra, serán espirituales y, curiosamente, no solamente espirituales, sino que la eficacia significa que aquello que dice lo realiza. Como ocurrió con aquel paralítico al que le dijo: “Hijo, tus pecados te son perdonados”. Es una acción espiritual que es invisible, que no se ve. Entonces, empezaron a pensar los que lo oyeron: “Este es un blasfemo, porque nadie puede perdonar los pecados sino Dios”. Entonces, el Señor responde: «¿Qué es mas fácil: decir "tus pecados te son perdonados" o decir "a ti te lo digo, levántate, coge tu camilla y vete a tu casa"? Pues para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder para perdonar los pecados, dirigiéndose al paralítico, le dijo: “Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa”». Es decir, realiza una acción que ya no es puramente espiritual. ¿Qué acción de la palabra de Dios es más importante, perdonar los pecados o curar la parálisis? Las dos son importantes, porque la curación de la parálisis es prueba de que el Señor tiene el poder de perdonar los pecados. Pero la acción fundamental es el perdón de los pecados.
Pedir según la voluntad de Dios - P. Rafael Alonso Reymundo
Nos dice San Juan que pidamos según la voluntad de Dios. ¿Cuál es su voluntad. ¿Cómo sé yo cuál es la voluntad de Dios y qué quiere que yo le pida? Un discípulo vio a Jesús orando y se acercó a él para decirle: “Señor, enséñanos a orar como Juan enseñó a orar a sus discípulos. Entonces, el Señor le enseña -nos enseña a todos en ese mismo discípulo- el padrenuestro. Las tres primeras peticiones del padrenuestro se refieren a Dios: "Santificado sea tu Nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad". Esas son las peticiones. “Pedid y se os dará” ¿Quién saca ventaja de esas primeras peticiones? ¿Dios? No, sacas ventaja tú.
El sacerdocio es un don de Jesucristo a su Iglesia por amor a vosotros - P. Félix López Lozano, SHM
¿Quién es el protagonista aquí? Jesucristo. Estamos celebrando que la luz de Dios puede brillar a través de la pobreza humana y lo hace en la figura y en la humanidad de sus sacerdotes. Dios elige a hombres pobres, con defectos, para que sean instrumentos de su gracia. Evidentemente los llama a la santidad, y cada sacerdote tiene que luchar por identificarse con Jesucristo, para que esa gracia, como hemos escuchado en la segunda lectura, reavive el carisma de Dios que hay en él por la imposición de las manos. Es la gracia de Dios la que trabaja, que consagra a un hombre para enviarlo. Podemos recordar el ejemplo de lo que es la Eucaristía: un trozo de pan que, por la invocación del Espíritu Santo, se transforma en Cristo. En el sacerdote sucede algo parecido. Evidentemente, no hay una transubstanciación; en el pan desaparece el pan y todo es Cristo, aunque parece pan; en el sacerdote sigue estando el hombre, pero está también Cristo. Y es la lucha por la santificación del sacerdote la que cada uno tiene que realizar para no echar en saco roto la gracia de Dios. Pero lo que hoy celebramos es el amor de Jesucristo y su misericordia: que el padre Félix siga siendo sacerdote y que siga amando su sacerdocio es una gracia de Dios, y es adonde tenemos que mirar. Miradle a Él y agradecedle a Él. Porque tenéis que ser conscientes de que el sacerdocio es un don de Jesucristo a su Iglesia por amor a vosotros, por amor a su pueblo. El sacerdocio es para vosotros.