Por Jorge Aturo Estrada. | Morena echa la casa por la ventana. No quiere perder Coahuila. Quiere borrar para siempre al expartidazo de las grandes ligas y dejarlo sin gobernadores. Por instrucciones presidenciales, las corcholatas estuvieron en esta entidad, para “seducir con sus carismas” a los coahuilenses. Así se fortalecerá, al candidato Armando Guadiana, suponen. El sabinense, se encuentra 10 o 15 puntos, debajo del aliancista Manolo Jiménez Salinas, en las mediciones serias disponibles. Estos presidenciables, de AMLO, vinieron a enfatizar que Ricardo Mejía era un traidor a la Cuarta Transformación, esa era parte de su misión. Aunque lo invitaron a declinar.

Por su parte, las campañas de Mejía Berdeja y de Lenin Pérez prosiguen en el cumplimiento de sus objetivos de no permitir la victoria morenista en Coahuila. Los partidos Verde Ecologista y del Trabajo les ayudan en las maniobras. El dirigente guinda, Mario Delgado, ya también los descalificó e invitó a recapacitar y a declinar en favor de Guadiana.

Las razones que esgrimieron las dirigencias fueron tan ridículas como las campañas sin impacto que están realizando. Lenin no emociona a nadie y son pocos los que creen que aspira a ganar la gobernatura. Son más, los que opinan que hace negocios. En el caso del lagunero, parece más un desplante personal muy forzado. Ya hasta fue desautorizado por el presidente y reprochado por las corcholatas.

Para el primer domingo de junio, las batallas por tierra en las calles y colonias de Coahuila serán intensas. Tanto morenistas como priístas están preparando sus tropas para la jornada electoral. Sin embargo, se esperan traiciones, e incidentes de todos tamaños en ambos bandos. Morena nunca ha querido aceptar sus derrotas y el tricolor usará todos los medios disponibles para ganar.

La división entre los guindas es grande, desde hace años. Guadiana no ha sabido unir a las pequeñas tribus locales, tan advenedizas y reducidas y tan sin ascendencia social. Esa es la principal debilidad de los guindas, demasiadas vedetes y pocos liderazgos efectivos

En la entidad, no existen líderes morenistas con arrastre. Reyes Flores, nunca logró consolidar, nada ni con el cargo de super delegado durante cinco años. Luis Fernando Salazar, presume seguidores en redes y perdió la alcaldía de Torreón ante un candidato poco carismático y escasamente talentoso como Carlos Román Cepeda. Por su parte, Ricardo Mejía levantó amplias expectativas más por su cercanía con AMLO, que por otra cosa. En la actualidad, ya solamente algunos renegados de otros partidos lo siguen. Su discurso agresivo despierta a los anti moreiristas y antiprianistas, que lo sintieron viable, pero difícilmente votarán por un candidato que nunca levantó en campaña.

La cuarta transformación, en Coahuila, vive una tormenta de mucho drama e insultos. Aunque, finalmente, la interrogante a despejar, el domingo 4 de junio, será conocer qué pesará más en el ánimo del elector coahuilense, si el antiprianismo sumado y sazonado de antimoreirismo; o de plano, el repudio hacia el presidente y sus inefables desplantes, agravados por enormes fracasos de su gobierno. El voto no acarreable será decisivo. Veremos.

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Cuatro Poderes Por Jorge Arturo EstradaBy Jorge Arturo EstradaOct 06, 2022