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La paradoja del bibliotecario ciego

LibelarMay 09, 2020

00:00
08:22
Voy a amarte hasta el final

Voy a amarte hasta el final

Hola, bienvenidos al último episodio de la temporada de Libelar hasta septiembre, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento de la escritora Rose B. Loren titulado «Voy a amarte hasta el final». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.

«El timbre suena. Debe de ser Cooper, a juzgar por el tiempo que ha transcurrido desde nuestra conversación telefónica. Ivy se levanta como un resorte y se dirige a la puerta, pero, sin ni siquiera saber de dónde ha salido, Clark se le adelanta y abre la puerta. Ambos hombres se miran, desafiantes.

—Buenos días. Vengo a buscar a Payton. Me ha dicho que está aquí —dice Cooper.

—Buenos días. Sí, pasa —acepta con tono hostil.

—Hola, tú debes de ser Cooper, el amigo de Payton. Un placer conocerte, soy Ivy —interviene la muchacha con cordialidad.

Yo me he levantado y me he dirigido allí como he podido al oír el timbre. Estoy apostada en la puerta de la cocina, observando la situación, y tengo la sensación de presenciar una pelea de gallos».

Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. Después del verano nos encontraremos con nuevos y frescos episodios de Libelar, vuelan las palabras.

Jun 27, 202104:10
El llanto de la tierra

El llanto de la tierra

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento de la escritora Andrea Moliner titulado «El llanto de la tierra». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.

«Cuentan las voces vivas del lugar que en la Calle Santa Lucía vivía una mujer llamada Angustias. Los que todavía se acuerdan de ella la sitúan en el mismo sitio. Quieta. Con su sempiterna mirada en el horizonte. En las espesas montañas.

Cuentan las voces muertas del lugar que en su diario caminar, sus pasos la conducían hacia donde ellas descansaban. No siempre en paz. Bajo la sombra del Tejo, donde por miles las almas se agolpan. Unas encima de otras. En un baile de intimidad y terror.

Con nosotros, los muertos, Leocadia expiaba su pesar. Sus lágrimas, como lluvia de septiembre, caían sobre nuestros despojos. Aliviando el dolor de su corazón herido. Nos empapábamos de ellas. Tal vez para sentirnos más cerca de lo terrenal. De un tiempo en el que los ideales cabalgaban libremente. Hacia delante. Sin pensar en la mano y el crucifijo acechando por detrás. Tratando de amaestrarnos, doblegarnos, asesinarnos».

Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

Jun 20, 202102:08
Un sueño muy peligroso

Un sueño muy peligroso

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo la escritora Andrea López leerá un fragmento de su libro titulado «Un sueño muy peligroso». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.

«[...] Sentada en el mullido banco que ocupa la parte inferior de la ventana y que las dos últimas noches me ha servido de cama improvisada, observo sobrecogida el jardín. Todas las luces de los farolillos y los focos que normalmente lo iluminan permanecen apagadas sumiéndolo en una oscuridad solo mitigada por la luz de la luna, que con su manto plateado baña árboles, plantas y flores confiriéndoles un aspecto mágico, haciéndolos brillar de forma casi irreal, y por los pequeños puntos de luz que las luciérnagas van depositando aquí y allá cada vez que se posan en algún sitio. Absorta, sigo su vuelo por la negrura del cielo y, sin poder evitarlo, mi mente retrocede muchos años atrás. El sentimiento de nostalgia que me oprime el pecho es tan fuerte que me duele respirar, y la sensación de soledad que se apodera de mí se vuelve insoportable. Quiero dejar de mirar, parar de perseguirlas con la vista para esconderme y escapar de los recuerdos y las emociones que me provocan, pero soy incapaz de apartar los ojos de esas pequeñas luces que revolotean ante mí como pequeñas estrellas descendidas del cielo».

Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

Jun 13, 202106:56
Los muertos no saben nadar

Los muertos no saben nadar

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo la escritora Ana Lena Rivera leerá un fragmento de su libro titulado «Los muertos no saben nadar» de la editorial Maeva Noir. Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.

«Mario Menéndez Tapia, jefe de policía del Principado, encendió un puro sentado en el sillón orejero de su salón y miró a los turistas que caminaban por la calle, en pleno casco histórico de Oviedo, en busca de un restaurante para cenar. Menéndez fumaba de tanto en tanto, resto de un hábito que intentó asumir como propio cuando los hombres muy hombres fumaban, y más si eran tipos duros como los policías. De aquella no llegó a conseguir que el tabaco le enganchara del todo. En cambio, cuando llegó el momento en el que las fotos de pulmones podridos por la nicotina sustituyeron a las del vaquero de Marlboro, el hábito no arraigado se negó a abandonarle. El cerebro humano, como la vida, era caprichoso. Mario era un hombre de principios, satisfecho con su trabajo, a pesar de los treinta años que llevaba dedicado al Cuerpo de Policía, y firme creyente de que la labor policial era vital para la sociedad. Policías, médicos y profesores eran, en su opinión, los pilares básicos de la humanidad, los que conseguían que la sociedad siguiera funcionando y que el mundo fuera cada día mejor. Con semejante visión de la vida y de su profesión, recuperaba en los integrantes del cuerpo la ilusión infantil que los había llevado a ser policías: perseguir a los malos y proteger a los buenos. Sin familia directa, y sin más aficiones que cantar en el Coro Vetusta, con el que incluso había grabado un disco, dedicaba muchas horas al trabajo y exigía lo mismo a sus equipos».


Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

Jun 06, 202105:05
La prisa
May 29, 202101:19
Peregrino salvaje

Peregrino salvaje

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un poema de la escritora Ayphos titulado «Peregrino salvaje». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
«Desquitaré mis penas en un triste baile,
ahogaré tu esencia en una copa de aire,
hoy beberé mis penas en nombre del caído en combate
para olvidar tu rastro en mi lecho inquebrantable.
Sacudiré mis huesos y encontraré el brebaje
que me despertará del sueño de tus engranajes,
no olvidaré tu gesto, mas mi memoria salvaje
logrará cesar su ritmo entre el denso oleaje.
Despertaré del sueño de tus mil combates
y miraré al cielo marcando el fin de mi peregrinaje.»

Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
May 23, 202101:23
La amistad

La amistad

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un poema de la escritora Aurora Seguí titulado «La amistad». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
«Amistad, ¡que hermosa palabra!
no todo el mundo te puede conocer,
eres la princesa de un reino escondido
y todos quisiéramos acceder a él.
Tienes compañeros que habitan contigo
pero ellos no alcanzan ni a besar tus pies,
ni Amor, ni Cariño, ni otros sentimientos
pueden aunque quieran tu aura oscurecer.»
Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
May 15, 202101:29
Hope

Hope

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento de la escritora Galiana titulado «Hope». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.

«A todos nos llega ese momento en la vida en la que todo se ha vuelto rutina. Te despiertas al amanecer, te levantas y miras como la persona que lleva durmiendo a tu lado casi dos décadas sigue ahí. Te duchas, te embutes en un traje de chaqueta y unos zapatos de tacón, te maquillas tapando arrugas que delatan la edad, pero sin parecer que llevas una gota de pintura sobre la piel, bajas al garaje, te subes al coche y una vez sales por la puerta que separa la casa del resto del mundo conectas el teléfono para que tu secretaria te vaya leyendo la agenda mientras conduces camino al trabajo»

Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

May 09, 202102:00
El aviso

El aviso

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento de la escritora Encarna Prados titulado «El aviso». Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
«El inspector Meyers siguió explorando la habitación donde continuaba el cadáver esperando la llegada del forense.
Revisó visualmente la habitación, no quería tocar nada hasta que llegaran los de la científica, pero quería hacerse una idea de la vida que había llevado el muerto antes de pasar a su nueva situación.
La habitación era un dormitorio de un hombre soltero, en el tocador ni frascos de perfume ni cosméticos hacían acto de presencia, solamente un vacía bolsillos con las llaves, un par de tarjetas de visita que estudiaría posteriormente y su billetera.
La cama había sido despojada de todo rastro de ropa, el colchón desnudo, sin funda ni almohada.
Poco más podía hacer allí por el momento. Decidió bajar al sótano para intentar conocer algo más al causante de que no estuviera emborrachándose en ese momento.
En la cocina, modelo años noventa y, al parecer, con poco uso ya que los poyetes estaban desiertos de fruteros o pequeños electrodomésticos. Los protagonistas eran un frigorífico combi pequeño lleno de imanes con folletos de comida a domicilio y una monumental cafetera, ya sabía que el señor Carl Bronson (como dijo el vecino que se llamaba y confirmaban las cartas que había en la entrada) no cocinaba en casa pero sí que tomaba buenos cafés.
Al lado de la nevera encontró la puerta que bajaba al sótano, giró el picaporte y se encontró un tramo de escaleras. En la pared de la izquierda encontró un interruptor, lo pulsó y cuatro tubos fluorescentes inundaron de luz blanca una habitación con estanterías en dos de sus paredes, una mesa de trabajo de carpintero y un panel lleno de herramientas. Desde su posición también pudo apreciar muebles en distintas etapas de restauración. Pero también detectó un poco de movimiento, como una pequeña masa oscura. Bajó y descubrió que lo que había era una mano humana en descomposición, una mano que parecía en movimiento por los miles de parásitos que se alimentaban de ella, una mano que hacía que el caso se complicara más de lo que ya estaba, una mano que (si las pruebas de ADN lo confirmaban) le había faltado al anterior caso que seguía investigando y que unía a las víctimas y al asesino».
Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
May 01, 202103:09
Somos magia

Somos magia

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento de la escritora Rocío González titulado «Somos magia». Que lo disfruten . Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
«Somos polvo de Estrellas. Somos un fractal del Universo. Somos parte de una sinfonía única y maravillosa.
Somos magia.
Nos llevaron a creer que la magia es algo que sucede fuera de nosotros. Que es algo que se hace, que es algo a lo que solo algunos pocos pueden acceder.
Magia es encarnar nuestra verdadera esencia, nuestra verdad espíritual, dentro de nuestra experiencia humana.
Magia es traer el cielo a la Tierra.
Magia es asumir tu rol y tu labor en el mandala de la vida y llevarte a la experiencia de la vida desde tu verdad. Desde tu corazón.
Magia es estar al servicio de la Vida. Y no dejar que la aparente realidad te arrebate tu única y auténtica expresión.
Magia es abrazar y honrar tu camino, tus pasos, todos. Porque todos te han conducido y te llevarán finalmente a ser quien has venido a ser.
Nos llevaron a creer en muchísimas distorsiones.
Es tiempo de entrar en tu corazón y que sea él quien pueda contarte tu verdad».
Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
Apr 18, 202102:48
Anacronismos

Anacronismos

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento del libro titulado “Revolutionibus” de la escritora Amanda Sorokin. Que lo disfruten . Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
«Aunque me perdí la Olimpiada de Barcelona
y el amor –dicen– no tiene edad,
como el latín, las moscas y los volcanes,
no puedo ocultar que estoy envejeciendo.
Yo, que me marchito todas las primaveras,
me estoy haciendo vieja,
como esos rótulos mal escritos en inglés,
las tiendas de electrodomésticos,
los cibercafés,
muy vieja,
como la palabra “sostén”».
Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
Apr 10, 202102:18
La chica de las redes sociales

La chica de las redes sociales

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento del libro titulado «La chica de las redes sociales» de la escritora Laura Pérez Martín. Que lo disfruten . Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.

«Consiguió emborrachar un poco a Natalia sin que se gastaran un euro en copas. Y esta le dijo que con ella todo parecía fácil. Que tenía que aprender de ella. María le preguntó por su vida con curiosidad. La otra contó que había sido una buena hija obediente. No fue rebelde. «Es inteligente pero reprimida», pensó María. Sus padres eran de clase media. Tenía un hermano pequeño, había tenido que cuidar de él y ser «la mayor», la responsable y obediente. Se dio cuenta de que en el fondo idealizaba al padre de Carmen, su amiga de la infancia, le hubiera gustado tener un padre así. Cuando María le decía que los tipos de alrededor se las querían follar, Natalia sonreía nerviosa. María quería despertar a la mosquita muerta, percibía todo su potencial y no le gustaba nada verla tan desquiciada con su marido y la suegra».

Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

Apr 04, 202103:28
La llamada

La llamada

Hola bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento titulado “La llamada” de la escritora Consuelo Pérez-Gomez y leído por Alma Alanís. Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com. «¡No estés triste princesa! ¿Dónde había ido a parar esa voz que en las ocasiones en que ella se veía desbordada acudía en su auxilio y, con las cuerdas fuertes de sus brazos, extraía del infausto pozo donde caía cada vez más a menudo, secuestrándola, y, trayéndola de nuevo a la luz? Odiaba el ruido del teléfono…Ese artefacto siempre portador de algo inquietante, removedor, perturbador…Una llamada cambiando de lugar los asientos de una vida… Aquel día podría haber sido uno de tantos, pero el puto teléfono que no paró de sonar hasta dar con ella, fue el responsable de la tiniebla que cubrió el resto de su existencia… ¿El teléfono? Siempre se lincha al cartero…el teléfono solo era el vehículo que pasaba la información, el «hecho» es lo macabro, no quien lo difunde. Cuando aquella mañana el operario de telefonía se presentó con su maletín y, comenzó a examinar cable por cable, habitación por habitación hasta revisar la casa entera, ella, sintió que de nuevo la tragedia se avecinaba… «Deje ese cacharro del diablo mudo, haga el favor» estuvo a punto de espetarle, pero claro ¿Qué culpa tenía el imberbe muchacho atado a un trabajo no elegido? De pronto recordó que, en algún cajón de un mueble, donde el tiempo había dejado su impronta cubriéndolo todo con la sábana del olvido que cubre aquello que jamás ha de salir a la luz, seguía guardada la pistola causante de su redención, pero que a cambio le dejó un subsistir de asalto en forma de teléfono. Fue automático, sin pensar, no tuvo que aplicar carga, estaba intacta, tal y como quedó el día de marras. ¡Pummmmm! Un estallido, el ruido de la bala al impactar contra el aparato y, este voló por los aires en mil partículas interestelares. «Bienvenida tristeza» …Y le hizo un hueco en el lugar vacío de su alma; fue elegida a partir de aquel momento como compañera de camino. El tiro de gracia, redentor, acertando en la diana del horizonte.» Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

Mar 27, 202102:55
Canción bajo el agua

Canción bajo el agua

Hola bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento del libro titulado “Canción bajo el agua” de la escritora Fátima Beltran Curto. Que lo disfrutéis. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
«Aquel mes de noviembre de mil novecientos cuarenta y cinco ardía en la chimenea de la casa reconstruida que habitaba la ya anciana doña Agripina Cisneros junto a su hija mayor, la marchitada Úrsula Ferlosio, el último intento fallido de pierna ortopédica que Eladio había tallado con sus propias manos para Eleonora Cardenal haría casi seis años. Úrsula echó la frustrada prótesis de pino a la lumbre con un asomo de mala baba que no lograba contener a pesar de sus esmerados esfuerzos por disimularlo.
—¡Qué ganas tenía de quemarlas todas! Ni se lo imagina, madre… El mal cuerpo que me ponía ver tanta pata de palo amontonada durante años, allí apiñadas formando un siniestro montículo, como si esto fuese una ermita repleta de exvotos, pero sin presupuesto para unos buenos cirios.
»No sé para qué me esfuerzo hablándole, madre; rara vez me contesta y si lo hace, me dice cosas incomprensibles que no tienen ningún sentido, ni pies ni cabeza, y me malhumora más. Es un suplicio vivir de esta manera, sin ninguna ayuda ni reconocimiento por parte de nadie, como si fuese una mula, ¿sabe?
»En mala hora nací mujer. ¿De qué me ha servido? ¡Dígame! Para, al final, quedarme sola y limpiar su mierda. Para eso y para nada más. Eladio sí ha hecho su vida; hasta Eleonora Cardenal ha logrado hacerla y eso que se quedó tullida, sin pierna y sin ojo cuando el bombardeo del pueblo, y su fachoso Cipriano Valcárcel escampó, huyendo despavorido, como la rata cobarde que era y que siempre había sido, sin demorarse ni un minuto por no cargar con el mochuelo sobre las espaldas de una esposa lisiada. Con muy buenas palabras, eso sí, que era hombre instruido y sabía mejor que nadie usar el verbo para quedar como un caballero, pero lo que hizo…Ya me dirá usted…».
Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
Mar 20, 202103:03
El regreso

El regreso

Hola bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un relato titulado “El regreso” de la escritora Ana Larraz. Que lo disfrutéis. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com. «El hombre caminaba muy despacio. Miraba las calles como queriendo empaparse de ellas. Poco habían cambiado en su ausencia, alguna casa que él conocía muy bien faltaba y otras habían surgido en su lugar, pero eran las menos. Solo él era distinto.
Llevaba mucho, muchísimo tiempo fuera, pero algo le impulsó a volver.
Ya no podía más. Todo su mundo se había ido desmoronando poco a poco y recurrió al único lugar que sabía no le fallaría. Estaba seguro de que únicamente allí recuperaría las fuerzas. Esa tierra seca y ese aire gélido eran lo que necesitaba para volver a renacer.
Notó que algunas cabezas se movían arriba y abajo a modo de saludo a su paso. No reconoció a los dueños de ellas, pero se dio cuenta de que ellos sí sabían quién era él. Por mucho que hubiera cambiado, esa gente con la que se iba cruzando mientras subía la cuesta que le llevaba a la plaza no tenían ninguna duda sobre su identidad.
Él no recordaba quiénes eran. Por su vida habían pasado miles y miles de caras y ya no era capaz de distinguir unas de otras. Solo había unos rostros y unos nombres que nunca olvidó, los de sus amigos de la infancia.
«¿Qué habrá sido de ellos?», se preguntó para sí mismo mientras miraba alrededor».
Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
Mar 14, 202108:08
El reencuentro será maravilloso

El reencuentro será maravilloso

Hola bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos el prólogo del libro “El reencuentro será maravilloso” de la escritora Mónica Lidón. Que lo disfrutéis. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
«El 22 de abril de 2014, murió mi hijo Jaume. Cumplía tres años y tres meses justo aquel día. En este libro voy a intentar trasmitiros todo lo que sentí y cómo lo viví. Describiré cómo sucedió e intentaré hacer un recorrido por estos casi tres años que han pasado desde entonces. Cuando muere un hijo, nada vuelve a ser igual. Parte de ti muere con él. El dolor es tal, es tan indescriptible que, a veces, he tenido la sensación de que iba a perder la cabeza o estallar en mil pedazos. Lástima que en ese momento no lo hiciera; hubiese sido mucho más fácil. Pero no, tienes que seguir viviendo, tienes que seguir levantándote por las mañanas y ver cómo el mundo sigue, la vida sigue, la gente sigue y tú… tú no puedes ni quieres seguir, pero no hay opción. O sí la había: podía morir en vida, convirtiendo a mi hijo en mi verdugo o, por el contrario, podía poner todo de mi parte para sobrevivir. Yo elegí la segunda: elegí vivir y convertir cada día de mi vida en un homenaje a mi hijo. Por todo lo que me dio, lo que me enseñó y por la persona en la que me convirtió solo siento agradecimiento. También por los que estaban a mi lado, que no eran pocos; más adelante hablaré de ellos. Todos estábamos sufriendo mucho, teníamos que salir de esto sin más tragedia. Por todo eso, decidí vivir. Busqué y busqué. Estaba inmersa en una búsqueda sin fin: terapia, libros, cursos, reiki, yoga, documentales... Buscaba respuestas y actividades que me hicieran sentir mejor y a la vez me acercaran a mi hijo. Lloraba y lloraba. Gritaba hasta caer rendida un día tras otro. Ahora me doy cuenta de que llorar es la única manera de sanar el alma.
Decidí no medicarme desde el primer momento: no quería entrar en una espiral de antidepresivos que al final no te dejan sentir. Únicamente tomaba una pastilla para dormir por las noches, ya que mi mente necesitaba descansar. Dejé de tomarla a los cuatro meses. Una de las razones por las que dejé de tomar esa pastilla para dormir fue porque quería estar lúcida en todo momento por si, de repente, aparecía Jaume para contarme que estaba bien. Un día dejas de buscar; ya no necesitas explicaciones. Simplemente aceptas y vives. Poco a poco, el dolor te da tregua y empiezas a reinventarte. Es la única manera de elaborar un duelo, así... volviendo a nacer. Ahora siento unas ganas de vivir enormes, ganas de amar, de bailar, de reír, de viajar, de seguir aprendiendo. Siento ganas de ayudar, solo quiero tener relaciones de amistad verdaderas, me siento mejor persona. Cuando la vida te da tan fuerte despierta en ti una sensibilidad y una perspectiva muy diferentes. Es como cuando uno hace su primer viaje a un país extranjero, que vuelve siendo otro; pues algo así, pero multiplicado a la décima potencia.
Ahora que he decidido dedicarme a acompañar a las personas durante sus procesos de duelo, en el posgrado me piden que haga un trabajo de final de curso.
—Estaría bien que contaras tu proceso de duelo –me dice mi profesora, la doctora Mònica Cunill.
—¿Un libro? ¿Yo? Pero si no tengo ni idea de escribir.
Después de darle muchas vueltas, me pongo a ello y aquí estoy. Pido disculpas si tiene muchos fallos ortográficos o de composición, no tengo ni idea de escribir. Aun así, lo voy a intentar y prometo hacerlo con todo el corazón.»
Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos e ncontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
Mar 06, 202104:23
Existo para vivir

Existo para vivir

Hola bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento del libro “Existo para vivir” de la escritora Ana de Lacalle, de la editorial Terraignota ediciones. Que lo disfrutéis. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com. «Mi intención era abrir vías por las que Ceci pudiera adentrarse, para que empezara a disfrutar profundamente de algo, y abandonara esa actitud volátil de deambular por la superficie de la realidad y optar por una ceguera que recompensa un instante, pero nunca una vida. Era como si me empeñara en transmitirle que no hay recetas mágicas sobre cómo existir, sino que el ser determinado que constituimos se gesta despacio, lentamente, mediante pequeñas decisiones que tienen como resultante una vida u otra. Por tanto, no podemos cambiar la vida que ya poseemos de un plumazo; existir, viviendo, exige paciencia, tesón y mucho esfuerzo y, claro está, una perspectiva halagüeña, hacia la que abocarse con un cierto sentido.». Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

Feb 27, 202103:53
Centro Carbono 60

Centro Carbono 60

Hola bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos el poema «Centro Carbono 60» de la escritora Clara Andreu y parte de su libro «Escala de Mohs» de la colección Anaquel de poesía. Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
CENTRO
Carbono 60
«Del templo de mis furias
han nacido las vocales
a la orilla de la tundra
perpetra el eco un acecho
atisba mi lengua
una tensión mineral
parida hacia dentro
preñada de islas
rueda en mi garganta
mi propia voz de otros
condensa la ínfima partícula
de luz trascendental que somos
quiero que me encuentres en la mina
quiero que me seques el sudor
voz temperamental
del sueño en esta vida:
cultiva el ojo en el acierto
de la rosa
deslumbra el miedo
con calor fundamental
busca tu centro
y permanece
mineral».
Y esto ha sido todo por hoy. Recuerden que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontraremos con un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
Feb 21, 202101:43
De momentos

De momentos

Hola bienvenidos a Libelar vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos el fragmento preferido de la bloguera y escritora Isasaweis en su libro De momentos. Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros a la página web libelar.com.
«Si hay algo que te da la edad es el entender que no era tan difícil esto de ser feliz.
Que uno puede equivocarse cada día. Que los errores los comete el que toma decisiones y que es divertido así porque el mundo pertenece al que hace la llamada.
Que no hay que preocuparse más de lo necesario. Que los problemas se afrontan y las soluciones llegan. Y a veces hay que elegir la menos mala y que incluso estas veces tampoco pasa nada.
Que no debes esperar recibir en la misma medida que das. Que cada uno es dueño de lo que tiene y de lo que regala, y que no hay nada como entregar con los ojos cerrados.
Que no se puede obligar a querer y que el desamor tiene cura. Que nadie es insustituible y que hay millones de personas en el mundo para darle tanta importancia a una.
Que debemos disfrutar cada momento y coger cada oportunidad. Pero que la felicidad a menudo no es un dónde ni un cómo, es tan sólo un con quién. Y que a veces el con quién no eres más que tú.
Que hay quien llega a tu vida y se queda y quien estaba y se va. Que el amor y el respeto no son inquebrantables y que a menudo hay que soltar las cuerdas.
Que debes hacer lo que quieras. Que vivir es una aventura donde tú pones las normas, pero que si vas acompañado tendrás que saber turnarte para llevar el timón.
Que nunca debes dar todo por sabido, que no hay nada para siempre y que los años te van borrando los esto nunca.
Que el mundo está lleno de valientes plagados de moratones y de cobardes intactos, pero que cada herida cuenta una historia que ha merecido la pena.
Que el verdadero valor está en lo que ha sido luchado aunque en ocasiones no todo el esfuerzo tenga su recompensa.
Que no hay que subestimar a nadie, que de todo el mundo se aprende pero que hay que pararse a escuchar para poder hacerlo.
Que algunas personas se quedan cuando todos se van y que puede que no sean las que tú esperabas, pero que perdonar es sin duda el mejor de los caminos.
Que cada uno es de su padre y de su madre, tiene sus motivos y sus motores, y que es sólo uno mismo el que puede dar explicaciones.
Que siempre hay más preguntas que respuestas y que es tan importante no necesitar las segundas como no dejar nunca de hacerse las primeras.
Que la vergüenza es absurda, los yo no puedo mentira y los algún día sólo excusas...
Que la cama por la noche no recibe bien los problemas pero que la luz de un nuevo día nos descubre siempre que al final no eran tan graves.
Que no todo lo que sube baja, ni el tiempo pone todo en su sitio, ni a todo cerdo le llega su San Martin, pero que el mejor descanso es apoyar la cabeza sobre una conciencia tranquila.
Que la vida va de ir y venir, de sitios y de personas. Y que cuando vayas procures hacerlo siempre con las manos llenas. Y que cuando te marches, lo hagas sólo sabiendo que dejas un buen recuerdo.»
Feb 14, 202104:45
Juana, la estrella de la luz. El gran viaje a Nordenstain

Juana, la estrella de la luz. El gran viaje a Nordenstain

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento del libro titulado Juana, la estrella de la luz. El gran viaje a Nordenstain de la escritora Carla Rovella. Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros en la página web de libelar.com.«[...]—¡Vete ya!
—¿Por qué? ¿Qué está sucediendo? —preguntó temblorosa mirando hacia todas partes y a ninguna en particular, buscando algo que le permitiera entender que pasaba.
—¡Corre, Juana! ¡Corre por tu vida y no te des vuelta! —ordenó enérgicamente. Abrumada por el grito de Uriel, comenzó a moverse, pero seguía mirando al elfo.
—¡No hay tiempo; debes escapar! —suplicó esta vez el joven elfo.
—Ven conmigo, Uriel —pidió la maga, mientras corría hacia el túnel.
—No, yo… trataré de detenerla. Corre rápido, no dejes que te atrape
—imploró casi gimiendo Uriel.
Esta vez Juana comenzó a correr impetuosa. Quería correr más deprisa, pero sus músculos parecían no obedecerle. Buscaba desesperada la entrada que la devolviera al palacio. Sin embargo, su angustia por Uriel le impedía concentrarse en la oscuridad. No quería dejarlo solo. Escuchó un zumbido seguido de una briza espeluznante que le paralizó el alma. Intuyó que algo horrible se le aproximaba»[...]. Y esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a
podcast@libelar.com. El próximo domingo, nos encontraremos en un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
Feb 06, 202106:38
Vacío

Vacío

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento titulado «Vacío» de la escritora Alma Alanís. Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros en la página web de libelar.com. «Cuando te marchas No hay aire ni luz Solo vacío. Voy buscando tu voz  En oquedades  Por si hubiera quedado Allí olvidada. No están tu olor ni tu risa Bajo los muebles O sobre la almohada. La sombra del agua Del vaso En la mesa Proyectada.» Y esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El  próximo domingo, nos encontraremos en un nuevo episodio de Libelar,  vuelan las palabras.

Jan 30, 202101:01
Despertar de consciencia

Despertar de consciencia

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento titulado «Despertar de consciencia» de la psicóloga y terapeuta Marina Fernández. Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros en la página web de libelar.com. «Despertarse es la «espiritualidad», pero… ¿a qué llamamos espiritualidad? ¿qué es? Es nada más y nada menos que «una forma de ver y entender la vida»… de ver, ¿cómo la estás mirando? ¿con qué ojos?, los ojos de víctima recurrente o los ojos de un resiliente? ¿Entendés la vida? quizás haya muchas situaciones que tu mente no pueda captar, no pueda entender, pero lo único que vos tenes que comprender más que entender, es que sos Alma en un cuerpo y que en esta vida vos elegís la manera de ver las cosas, para poder fortalecerte y trascender. Despertarse es la espiritualidad, sólo estando despiertos (de consciencia, no solo con los ojos abiertos) podrás entrar en la verdad y descubrir qué es aquello que te frena e impide la libertad»[...] Y esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El  próximo domingo, nos encontraremos en un nuevo episodio de Libelar,  vuelan las palabras.

Jan 24, 202104:29
De mis pechos maduros

De mis pechos maduros

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento titulado «De mis pechos maduros» de la escritora Natalia Jaramillo. Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros en la página web de libelar.com.  «Soy bella desde el mismo instante en el que miro al espejo mis pronunciadas curvas y no me avergüenzo. Porque con ellas caliento la aurora. En mi regazo amplio duerme el horizonte. De mis pechos maduros se alimenta la savia. Si, no me avergüenzo, porque con este cuerpo se han andado maravillosos campos, se han conocido hermosos lechos se han degustado inolvidables cenas se han probado las delicias del vino. Si, no me avergüenzo... Un poco madura, un poco maltrecha, un poco imperfecta, y más viva». Y esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El  próximo domingo, nos encontraremos en un nuevo episodio de Libelar,  vuelan las palabras.

Jan 17, 202101:26
Mi primera mujer

Mi primera mujer

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento titulado «Mi primera mujer» de la escritora Marta Santana. Que lo disfruten. Y recuerden que podéis suscribiros en la página web de libelar.com. «Hay una primera mujer en mi vida. Somos muy diferentes, muy iguales también. Muy cercanas y muy lejanas. Ella es rubia y clara y yo morena y oscura; pero ambas compartimos la melodía de nuestra voz. Es mi espejo y mi punto de fuga. La raíz y la poda. El pasado y el futuro. El amor presente. Es humana, aunque su mirada es celestial. Y como humana, vive en el 2021, una época conquistada a la manera típica, por sorpresa y sin aviso, por un virus que ha conseguido ocultar parte de nuestro rostro, e impedir nuestros abrazos. Como humana y como mujer, busca la excelencia, en silencio, sin ruidos, sin reconocimientos. Y como humana y como mujer, olvida que la excelencia es un producto de un sistema inventado por el hombre que conduce al beneficio económico de unos pocos, aparejado al fin de las almas de muchas. Recuerda, mujer: lo importante es lo de dentro. Las  vidas que has llenado, las vidas que has creado, las vidas que alimentas. Lo importante no es numerar, cuantificar, externalizar. Lo importante es lo de dentro, sentir, transmitir, bendecir». Y esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El  próximo domingo, nos encontraremos en un nuevo episodio de Libelar,  vuelan las palabras.

Jan 10, 202102:24
Mi diario personal

Mi diario personal

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento titulado «Mi diario personal» de la escritora Melina Lista. Que lo  disfruten.

«Des-cubrirnos es algo así como dejar de cubrirnos y volver a ilusionarnos, a emocionarnos, a quitarle el jugo a lo que nos rodea. Volver a lo simple, a estar presentes incluyendo el pasado que nos convirtió en esta versión actual. Adaptarnos a los cambios sin permanecer aferrados a lo que ya no nos identifica o no nos deja avanzar. También se trata de re-descubrirnos, porque ambas cosas van juntas.

Des-cubrirnos es un poco sacarnos antiguas armaduras para dejar la piel al descubierto, en contacto con el aire, con la vida.

Es una forma de permitirnos ser lo que somos a toda hora, en cada lugar, y de poder elegir la hora y el lugar.

Para des-cubrirnos tenemos que traspasar algunas sombras y después revelar nuestra luz propia, porque del contraste vienen las respuestas. Y somos todo eso: la luz y las sombras, y somos perfectos tal cual somos.

Des-cubrirnos es saber que cada tanto vamos a renovar nuevamente la piel».

Y esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El  próximo domingo, nos encontraremos en un nuevo episodio de Libelar,  vuelan las palabras.

Jan 03, 202101:59
Ser dios

Ser dios

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento titulado «Ser dios» del libro «A mí no me iba a pasar» de la escritora Laura Freixas. Que lo  disfruten.

«Era un milagro, un maremoto, un zafarrancho. Era un deslumbramiento, una revelación, un amour fou. Era un idilio, una enormidad, una caída del caballo. Era una vida nueva, alegre, acelerada, elemental; ya no de letras y cifras, de horarios, de abstracciones, sino de tocar con las manos y besar con los labios, de oler a leche y a caca, de abrazar piel contra piel; una vida nueva de baños espumosos, patos de plástico amarillos, biberones calientes, elefantes rosa que al apretarlos silban, almohadones mullidos, lámparas musicales. Mi hija (mía, mía, la había fabricado yo) era suavísima, delicada y perfecta, como una rosa».

Y esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El  próximo domingo, nos encontraremos en un nuevo episodio de Libelar,  vuelan las palabras.

Jul 12, 202005:20
El mamífero nacimiento de mi hijo

El mamífero nacimiento de mi hijo

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento titulado «El mamífero nacimiento de mi hijo» de la periodista Patricia Gardeu. Que lo disfruten. Un parto instintivamente mamífero nos llevó al encuentro de nuestro hijo. Hoy, cumple un año. Un parto feliz y rápido (apenas cinco horas entre la primera contracción y su nacimiento) en el que ambos estuvimos conectados durante todo el viaje. Yo, que tenía planeado al detalle qué haría durante la dilatación -bailar, cantar, un baño caliente, infusiones…- y que sabía con exactitud cómo quería parir -me había leido todos los manuales, habíamos pedido bañera-, tuve que alejar mi estado mental para dejarme guiar por un cuerpo que clamaba verticalidad y ritmo.
Dejaba que el dolor se expandiera por todo mi ser. Para después, en los minutos de tregua, respirar y serenarme, conectarme conmigo y con nuestro hijo. Nada de lo planeado me servia, ni las respiraciones, ni los movimientos aprendidos... pero tampoco lo necesitaba. Era mi cuerpo el que me hablaba y yo solo tenía que escucharlo y dejarme guiar por mi propia naturaleza. Ser mamífera.
Afortunadamente, tenía conmigo a mi mujer, que fue capaz de sostenerme y abrazarme cuando yo la necesitaba, pero también de darme espacio. De ser la mente por las dos, de agarrar el coche y hacer en 10 minutos un trayecto que se tarda 25 mientras veía como nuestro hijo empujaba porque quería salir ya.
Tenía prisa, o simplemente, habia llegado su momento y no iba a esperar a llegar a paritorio. Ni epidural, ni piscina, ni monitorizacion, ni camas. Dijo salgo y salió. Gritaron "tiene la cabeza fuera” y mi mujer, instintivamente acercó su mano y lo sostuvo. Igual que me había sostenido a mí, sostuvo a nuestro hijo en su primer paso en la vida. Lo sentí salir. Nuestro hijo había llegado al mundo.
Tuvimos la fortuna de pasar solos las tres siguientes horas, piel con piel, haciendo florecer esta maravillosa lactancia que se mantiene hasta hoy.
En el informe pone que llegué al hospital a las 4.20 y que a las 4.30 nació. 10 minutos. Fue un parto rápido e intenso, absolutamente maravilloso. Yo solo necesité escuchar a mi propio cuerpo. Mi mujer nos sostuvo. Nuestro hijo sabía nacer y yo sabía parir. Y juntos, los tres, hicimos este camino. Un camino que hoy celebramos en su primer cumpleaños, en nuestro primer cumpleaños como madres, porque la vida hay siempre que celebrarla. Gracias hijo mío, por elegirnos como tus mamás.
Esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a
podcast@libelar.com. El próximo domingo, nos encontraremos en un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.
Jul 05, 202003:06
Respirar
Jun 28, 202001:44
Cuéntale

Cuéntale

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un poema de la escritora Mercedes Millán y su texto «Cuéntale» Que lo disfruten. «Si lo ves, cuéntale cómo lo echo de menos, dile cuánto lo necesito, recuérdale nuestros besos. Si lo ves, amiga, explícale… Explícale lo que siento. Si lo ves … Tantos años a su lado y sin verlo. Ahora, lo pienso, porque quiero verlo y no puedo. Y te digo que si le veo… Pero no, no puedo. No puedo verlo aunque siento, a mi lado, su aliento, su perfume, mi alimento. Si lo veo… Pero no puedo … Y mira que quiero irme con él, ¡Hasta lo deseo y lo intento …! Pero no puedo … Estas cadenas me atan y a verme libre no llego. Y yo quiero irme contigo hasta tu cielo. Pero no puedo … Ven a buscarme, llévame a tu reino… Ese lugar donde no existe el tormento. Donde todo es paz, felicidad y amor eterno. Llévame … Llévame contigo… » Todo el tiempo. Esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo, nos encontraremos con Viviana Schafer en un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

Jun 27, 202001:56
La constelación del olvido

La constelación del olvido

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Mi nombre es Cristina Álvarez y este domingo leeremos un fragmento de la novela «La constelación del olvido» de la escritora Pilar González y leído por Marta Santana. Que lo disfruten. «Por la razón que fuera, un hilo invisible discurría entre las dos, como la balada de un río. Un hilo de luz, vaporoso y firme, por el que avanzaba la vida y se reproducía. De una generación a otra, de madres a hijas, de abuelas a nietas, de bisabuelas a biznietas, como es en este caso, la fuerza de la savia se iba renovando. Y un tapiz alado, una red de filamentos misteriosos se entretejía, conectando a unas con otras, permitiendo el transporte unidireccional de vivencias, experiencias, cualidades y defectos. De la más antigua a la más joven, de la mayor a la pequeña, de arriba abajo, de la primera a la siguiente, como en una carrera de relevos, una cedía el testigo a la ulterior y así, de modo sucesivo, la antorcha de la vida pasaba de una a otra con su llama inextinguible». Esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo, nos leeremos otro fragmento en un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras.

Jun 20, 202001:47
Mi colección
Jun 06, 202002:18
Acróbatas en el cielo

Acróbatas en el cielo

Hola, bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Este domingo contamos con la colaboración especial de la escritora Trinidad Martín y su texto «Acróbatas en el cielo» Que lo disfruten. «(...) Llegó el momento en que todos callamos, se hizo un silencio solemne que presagiaba la aparición de algo sublime, prodigioso. Uno a uno se descalzaron, yo también me desprendí de mis zapatos... y comenzamos el ritual de subida. Cada uno nos situamos delante de la torre más cercana y empezamos su escalada. Reinaba un profundo silencio, sólo roto por el roce de nuestros ropajes. Subíamos ligeros, como plumas, pisando cada objeto  como si formase unas escaleras perfectas. Llegamos a la cima, más allá de los techos de la casa, y seguimos ascendiendo pisando el aire. Flotábamos en el cielo del atardecer. Eramos los funambulistas de lo etéreo, caminando sobre el aire, perdiéndonos en la lejanía de lo más alto». Esto ha sido todo por hoy. Recuerda que pueden enviar sus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo, nos encontraremos con Cristina Álvarez en un nuevo episodio de Libelar.

May 30, 202001:32
Paisaje
May 24, 202001:37
Asuntos de Venus
May 17, 202012:11
La paradoja del bibliotecario ciego
May 09, 202008:22
Mi mejor previa sexual

Mi mejor previa sexual

¡Hola! Bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Este domingo contamos con la colaboración especial de la periodista y escritora Lorena Bassani y su texto «Mi mejor previa sexual». ¡Que lo disfruten!

«Me calientan mucho las previas. Las previas largas, no las previas normales que empiezan cuando te beso; no las previas comunes que arrancan cuando me besas. No, eso lo hace cualquiera.

Me gustan las otras, las previas que son parecidas a una guerra fría. Esas donde vamos quitando de encima lo que el mundo ordena, solo porque queremos llegar a la magia de lo que no se conoce todavía. Y la magia históricamente siempre fue aliada del tiempo».

Esto ha sido todo por hoy. Recuerda que puedes enviar tus textos o audios a podcast@libelar.com. El próximo domingo nos encontramos con Cristina Álvarez en un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras. ¡Hasta la próxima! 

May 02, 202002:50
Una mujer

Una mujer

Buenos días,
Bienvenidos a un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras. En este domingo, contamos con la colaboración especial de la periodista Marta Santana y el texto «Una mujer». Con ella os dejamos y recuerda, si eres mujer y escribes, puedes mandar tus audios o fragmentos a
podcast@libelar.com. Os dejamos con Marta Santana y su texto «Una mujer»:
«Una persona que nace a las ocho de la mañana, necesariamente, está unida al día, al sol. Es como un girasol, vivo únicamente cuando los rayos lo alumbran. Una mujer que nace a las ocho de la mañana, mira a la vida a la cara, florece en primavera, ilumina al mundo. Lleva la vida dentro, una doble vida, la vida que le da el sol y la vida que le da la tierra al ser mujer, mujer, madre. Madre, dadora de vida.
Una mujer que nace a las ocho de la mañana no necesita parir para dar a luz. Lleva la luz dentro y se le escapa, aun sin querer, por los ojos».
Esto ha sido todo por hoy en Libelar, vuelan las palabras. Recuerda que puedes mandar tus textos o audios a podcast@libelar.com. Nos vemos la semana que viene con Viviana Schafer. Libelar, vuelan las palabras...
Apr 25, 202001:47
La habitación
Apr 18, 202001:22
Clandestina - Capítulo 1

Clandestina - Capítulo 1

Buenos días, bienvenidos a un nuevo episodio de Libelar, vuelan las palabras. En este domingo contamos con la colaboración especial de la escritora Cristina Redondo y el primer capítulo de su novela Clandestina. Con ella os dejamos, y recuerda si eres mujer y escribes, puedes mandar tus audios o fragmentos a podcast@libelar.com. Os dejamos con Cristina Redondo y el primer capítulo de su primera novela, Clandestina: «[...] Se ocupó de limpiar, fría y meticulosa, cualquier huella suya. Con sus guantes de médico cambió todo de lugar y sacó una segunda Makarov PM. La colocó en la mano de Rivelles para que ni la familia ni los forenses tuvieran duda alguna: el idolatrado expresidente había decidido poner fin a su historia, abrumado por el esfuerzo de seguir ocultando la cara oscura de su antiguo gobierno, por el peso de tantos crímenes, martirizado por la voz de su consciencia. Una hora más tarde, felina como ella sola, Irina Paulova recorría los pasillos del aeropuerto de Barcelona en dirección a su jet privado. Su próximo destino: Venecia.» Clandestina. Cap. 1. de Cristina Redondo. Y esto ha sido todo por hoy en Libelar. Vuelan las palabras... Recuerda que puedes mandar tus textos o audios a podcast@libelar.com. Nos vemos la semana que viene con Viviana Schafer. Libelar, vuelan las palabras...

Apr 11, 202006:55
Bordamos, sanamos
Apr 05, 202001:07
El árbol
Mar 29, 202002:15
La corona del designio femenino

La corona del designio femenino

Bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras. Este es nuestro segundo podcast. Mi nombre es Viviana Schafer y cada quince días leeré un texto escrito por mujeres. Hoy compartiré uno mío. Se llama La corona del designio femenino. 

Después de la lluvia, siempre sale el sol. Después del desamor, llega el amor propio. El amor es luz, es salvación. No hay otra salida que el amor. Sigo manteniendo viva la llama del amor en mi mirada; tejiendo sueños y entrelazando vidas con mis manos. 

Soy artista de mi destino. El arte es un espejo que surge de las profundidades para conocer y comprender la esencia que alberga mi alma. El universo es la proyección de mi propio ser, cuando como artista me fusiono con mi arte trasciendo los miedos, heridas y viejas creencias. 

Vivir significa añorar la integridad. Llegó el momento de restaurar la sagrada feminidad, conseguir el auténtico matrimonio sagrado de lo masculino sanado y lo femenino resplandeciente. 

El futuro llevará la corona del designio femenino. 

El mundo será salvado por la belleza y el amor, el combustible de una pasión para transformar al mundo.   La semana que viene volverán a escuchar a Cristina Alvarez, quien compartirá un nuevo texto. Con el tiempo nuestro objetivo es formar una red de mujeres escritoras. Pueden enviar sus textos a podcast@libelar.com. Hasta la próxima. 

Mar 22, 202001:58
Introducción de Libelar

Introducción de Libelar

Bienvenidos a Libelar, vuelan las palabras...

Esta es la Intro para un nuevo PODCAST llamado LIBELAR. Yo me llamo Cristina Álvarez y cada 15 días leeré un texto escrito por mujeres. Hoy leeré uno mío. La semana que viene será Viviana Shafer la que esté con vosotros y os leerá unos textos. Poco a poco Libelar irá formando un hilo literario en el que podrá participar cualquier mujer que escriba. Más adelante, habilitaremos un email donde puedes enviarnos tus textos. Comenzamos con un texto que se llama Sin Copia de seguridad


Sin copia de seguridad

Preparé la maleta de los recuerdos,

los negativos los pasé a color, 

y los comprimí en zips o en bits.

Sin saber muy bien hacia dónde navegó este bloc,

remé con lápices de color,

y le saqué punta a los días.

Desde el salón al dormitorio,

el cielo lo pinté de color tierra, 

y el suelo, azul.

Cada vez que me quitaba las gafas, 

echaba el ancla,

y cuando me las ponía,

miraba hacia el arcoiris.


Bienvenidos a LIBELAR. Nos vemos la semana que viene con Viviana Schafer. 

LIBELAR. Vuelan las palabras...


Mar 15, 202001:37