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Ministerio UMCD - Un Momento Con Dios | Reflexiones Cristianas

Ministerio UMCD - Un Momento Con Dios | Reflexiones Cristianas

By Ministerio UMCD

Somos un ministerio cristiano creado para llevar reflexiones de la Palabra de Dios, los mismos que nos ayuden a meditar en Ella.

Nuestro deseo es compartir las enseñanzas de la Biblia de una manera sencilla, corta y de fácil acceso a todos.

Oramos para que nuestras publicaciones lleguen a ser de edificación en sus vidas.

Salmos 1:2 “Sino que en la ley de Jehová… medita de día y de noche”.

Dios los bendiga,

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49 Reflexiones - ¿Qué tan firme es tu fe? (Marcos 1.10-11)

Ministerio UMCD - Un Momento Con Dios | Reflexiones CristianasJun 19, 2021

00:00
08:02
77 Reflexiones - Dios está regalando esperanza (Juan 15.13)

77 Reflexiones - Dios está regalando esperanza (Juan 15.13)

Hablar del sentido espiritual que debe tener la navidad para nosotros suena raro en medio de la corriente de este mundo, porque en ella se sobrevalora lo material, lo corruptible, lo que no permanece y lo que se ve; y se suele menospreciar lo verdadero y el regalo más grande que ha existido en el mundo.

¿Pero cuál es ese regalo y qué implica para nosotros?

Pues Jesús lo dijo cuando afirmó que:

Juan 15.13
“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.”

Así, la muerte y resurrección de Jesús son el mejor regalo que se nos ha dado porque con Él recibimos la esperanza que necesitamos para vivir.

La esperanza de perdón, de reconciliación con el Padre, de vida eterna, de un futuro glorioso, de una herencia incorruptible, así como la esperanza de nunca estar solos, de dominar nuestra carne y de vencer al mundo y a su príncipe.

Porque Jesús dijo:

“Yo, la Luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en Mí no permanezca en tinieblas” (Jn.12.46) “No se pierda, sino que tenga vida eterna" (Jn. 3.16) “y reciba el derecho de ser hijo de Dios.” (Jn. 1.12) (NBLA).

Así que hermanos, Jesús es el mejor regalo que como seres humanos podemos recibir, porque gracias a Él las tinieblas de nuestro corazón y conciencia fueron removidas, el velo que había en nosotros y que no nos permitía comprender las verdades del Reino divino fue quitado, fuimos liberados de la ceguera espiritual y nos dio la capacidad de ver la gloria, la majestad, hermosura y belleza de nuestro Dios; de comprender su amor, su misericordia, su gracia, y su deseo de bien y no de mal para nosotros.

Pero claro, como todo regalo, él puede ser aceptado o despreciado…

Y bienaventurados los que aceptamos a Jesús, pero malditos los que lo desprecien, porque no entienden su condición, su inmundicia, que Dios está en contra de ellos por su pecado, y porque no se les permite ver la perla más hermosa del universo y de la historia.

De ahí, que, así como esa luz aplica para nosotros como fuente de esperanza y certeza, para los que no creen será la base de su condena eterna, porque en el día final escucharán contra ellos este juicio:

Jn. 3.19-20 NBLA
“La Luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, pues sus acciones eran malas. Porque todo el que hace lo malo odia la Luz, y no viene a la Luz para que sus acciones no sean expuestas.”

Así en el día del juicio, cuando ya no haya más navidades, ni noches buenas para los incrédulos,…

Escucharán que están condenados…

Porque se amaron más a ellos mismos que a Dios y prefirieron sus obras malas que seguir la voluntad de su Creador.

Por eso si haces parte de ese grupo, necesitas arrepentimiento de pecados, reconocer la santidad de Dios y aceptar el regalo de Jesús para que por medio de su sacrificio seas reconciliado con el Creador.

Pero si hacemos parte de los que ya han recibido el mejor regalo del mundo, entonces podemos gozar y disfrutar de la esperanza y bendiciones que Jesús compró para nosotros.

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Dec 17, 202107:33
76 Reflexiones - ¿Puedes ver la luz de navidad? (Lucas 2.29-32)

76 Reflexiones - ¿Puedes ver la luz de navidad? (Lucas 2.29-32)

Muchas aprovechan la navidad para celebrar la unión familiar, para recordar tradiciones o disfrutar del ambiente festivo que se siente en esta época, por eso, cada vez resulta más común que nos alejemos del sentido espiritual que tiene este tiempo, y que llevemos la festividad al extremo, perdiendo de vista la persona a la que celebramos: Jesús.

Por eso es bueno preguntarnos…

¿Qué celebramos en la navidad?

Y que recordemos la obra y naturaleza de Jesús; y para eso, en esta oportunidad vamos a hacerlo, considerando las palabras de Simeón, un hombre entrado en años, justo y piadoso, en quien moraba el Espíritu Santo, y que había esperado por muchos años el nacimiento de Jesús, porque se le había prometido que vería al Salvador antes de morir.

Y cuando llegó el día en el que lo conoció, se refirió a Él diciendo:

Lucas 2.29-32
“Ahora, Señor, permite que Tu siervo se vaya En paz, conforme a Tu palabra; Porque mis ojos han visto Tu salvación. La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz de revelación a los gentiles, Y gloria de Tu pueblo Israel.”

Estas palabras de Simeón expresaron el gozo, descanso, adoración y agradecimiento que sentía por haber sido testigo de Aquel que cumpliría la obra de reconciliación entre el hombre y Dios, Aquel Sacerdote que por fin tendríamos para interceder por nosotros y que se entregó como un Cordero manso, motivado por su amor al Padre y a su creación.

Porque el día que Jesús nació…

La luz llegó al mundo, la luz eterna y verdadera iluminó las tinieblas.

Por eso en este tiempo celebramos que…

Se cumplió la promesa de traer luz a las tinieblas

Porque Isaías había profetizado que el pueblo que andaba en tinieblas vería la luz, y los que habitaban en tierra de sombra de muerte, la luz les resplandecería (Is. 9.2); y porque, aunque las tinieblas cubrían toda la tierra, amanecería sobre ella, llegaría la luz y por fin resplandecería (Is. 60.1-2).

Pero ¿por qué celebrar en navidad la luz, si ella es algo que tenemos todos los días?

Bueno, porque la verdad es que, aunque tenemos luz y vemos la realidad física y material que nos rodea, nuestra naturaleza pecaminosa nos ciegos a la realidad espiritual. Para darnos cuenta de esto, basta como dice Pipper, que veamos una de las maravillas de la creación, y no podamos ver en ella a su Creador.

Porque somos ciegos espirituales (Pr. 4.19) como consecuencia del pecado (Sof. 1.17), y también por la influencia de Satanás en el mundo, quien ha cegado el entendimiento de los incrédulos para que no vean el resplandor de la gloria de Dios (2 Co. 4.4); y por culpa de nuestra incredulidad y necedad, que hacen que se endurezca nuestro corazón y no creamos la Palabra de Dios (Ef. 1.17-18).

Por esto, es que, para poder ver el reino de Dios, considerarlo, vivir conforme a Él y esperarlo, necesitamos nacer de nuevo, nacer en el Espíritu, que Dios nos haga resplandecer su luz y que ilumine nuestro entendimiento para que seamos sensibles al pecado y reconozcamos la necesidad de un Salvador que nos reconcilie con el Padre (Jn. 3.3).

Y esa luz que nos debe resplandecer es la luz de Jesús…

De tal forma que con Él ya no andemos más en tinieblas, sino que tengamos la luz de la vida.

Así, las preguntas que debemos hacernos son: ¿Ya fuimos iluminados por Jesús? ¿Hemos visto nuestro estado de pecado a la luz de su santidad? Y ¿reconocemos que necesitamos un Salvador?

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Dec 17, 202108:49
54 - Joyas de Sabiduría - ¿Cómo mantener tu rostro hermoso? [Proverbios 15:13-15]

54 - Joyas de Sabiduría - ¿Cómo mantener tu rostro hermoso? [Proverbios 15:13-15]

54 - ¿Cómo mantener tu rostro hermoso?



Proverbios 15:13-15
“El corazón alegre hermosea el rostro;
Mas por el dolor del corazón el espíritu se abate.
El corazón entendido busca la sabiduría;
Mas la boca de los necios se alimenta de necedades.
Todos los días del afligido son difíciles;
Mas el de corazón contento tiene un banquete continuo.”



Muchos buscan la manera de mantener un rostro hermoso. Millones de personas han buscado fórmulas especiales para crear cremas que favorezcan la belleza y la juventud, otros recuren a procedimientos quirúrgicos para lograr mejoras en las líneas faciales por medio de cirugías plásticas, y mucho más. Pero no importan cuan efectivo parezcan ser esos tratamientos, la verdad es que, cuando una persona se encuentra afligida o con congoja, su rostro siempre estará sin brillo y sin atractivo (Pr. 15:13, 15).



Aunque muchas veces no ponemos atención a estos detalles, podemos mirar que si existe una diferencia claramente marcada entre el aspecto del rostro de una persona que se encuentra alegre y otra con tristeza o aflicción. Si observamos con detenimiento, podremos reconocer que las fotos de aquellos que modelan para comerciales o anuncios publicitarios son llamados a sonreír, para hacer atractivo el mensaje que se comunica con la publicidad, ¿por qué? Porque “el corazón alegre hermosea el rostro”. (v. 13)



Pero, entonces, ¿cómo mantener el rostro hermoso acompañado de un “corazón alegre”? La verdad es que la Biblia nos enseñas dos principios importantes: El Gozo y el Contentamiento. Aunque ambos parezcan ser similares, lo cierto es que sí tienen su diferencia, pero se complementan, y sobre todo, el segundo es resultado del primero.



El gozo viene del enfoque de mirar hacia Quien está en control de todo, o sea Dios (Hab. 3:16-19); mientras que el contentamiento es mirar a lo que tenemos a nuestro lado, y que lo que tenemos, sea poco o mucho, es gracias a lo que Dios nos da (Fil. 4:10-12). Es decir, el gozo tiene enfoque en el Dador, el contentamiento en las circunstancias y/o recursos que Dios nos permite tener o vivir.



La vida siempre nos traerá dolor, aflicción, pruebas, angustia, ansiedad, etc. Pero cuando crecemos en nuestra fe, y aprendemos a mirar la vida desde la perspectiva correcta con la ayuda de Dios, aprendemos que no importa lo que esté a nuestro alrededor, nuestro rostro siempre puede estar hermoso porque nuestro corazón está alegre, y con ello podemos disfrutar la vida de una manera más abundante (“… Mas el de corazón contento tiene un banquete continuo.” v. 15).



Algo que puede afectar más las facciones de nuestro rostro es la amargura, eso sí que afecta realmente nuestras líneas faciales, y muchos nos dejamos envolver por ese sentimiento que destruye nuestra vida espiritual, que nos aleja del verdadero gozo, y que nos puede llevar al odio y el rencor (Ef. 4:31; He. 12:15). Por eso debemos aprender a traer a nuestra vida el gozo y el contentamiento.



La Biblia nos recuerda que debemos vivir siempre gozosos (Fil. 4:4), que, si tenemos algún afán o dificultad, debemos orar por ello (Fil. 4:6-7), y que, si no podemos enfrentar algo fácilmente, que recordemos que Dios “tiene cuidado” de nosotros (1 P. 5:6-7), y que solo en Jesús encontraremos descanso para nuestra alma (Mt. 11:28-29), pues Él es nuestro Pastor (Sal. 23).



«Junto al Señor y confiando en Él todo el tiempo nuestra vida siempre estará llena de gozo y contentamiento, lo que transforma aún nuestro rostro» -Ministerio UMCD-



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Dec 10, 202109:23
53 - Joyas de Sabiduría - ¿Cuánto valoramos la reprensión de otros? [Proverbios 15:5, 10-12, 20-21]

53 - Joyas de Sabiduría - ¿Cuánto valoramos la reprensión de otros? [Proverbios 15:5, 10-12, 20-21]

53 - ¿Cuánto valoramos la reprensión de otros?



Proverbios 15:5
“El necio menosprecia el consejo de su padre;
Mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente.”



Proverbios 15:10-12
“La reconvención es molesta al que deja el camino;
Y el que aborrece la corrección morirá.
El Seol y el Abadón están delante de Jehová;
¡Cuánto más los corazones de los hombres!
El escarnecedor no ama al que le reprende,
Ni se junta con los sabios.”

Proverbios 15:20-22
“El hijo sabio alegra al padre;
Mas el hombre necio menosprecia a su madre.
La necedad es alegría al falto de entendimiento;
Mas el hombre entendido endereza sus pasos.
Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo;
Mas en la multitud de consejeros se afirman.”



Desde niño he tenido una animadversión hacia la amonestación de otros hacia mí. Nunca me he sentido cómodo cuando alguien me viene a decir algo que estoy haciendo mal o que deseo hacer y me previenen de lo malo de esa dirección. Y creo que ese sentimiento es común en muchos.



Sobre todo, cuando estamos creciendo, y más que nada en nuestra juventud y al inicio de la etapa de adultos, cada persona que forma pensamientos firmes sobre alguna decisión rechaza con frecuencia la advertencia que otros le quieran dar. Nos ponemos tan negativos que ni siquiera escuchamos lo que nos dicen, menos meditamos en eso. ¿Pero es correcta nuestra actitud? Es evidente que, sin entrar en mucho razonamiento, y más con la experiencia de los años, sabemos que no es beneficioso ese comportamiento.



Pero la reprensión es más molestosa para aquel que está caminando en pos del pecado (Pr. 15:10). Ni aún la disciplina hace mucho efecto, al contrario, la rebeldía interna impulsa a la persona a encapricharse con sus deseos. La Biblia, aunque parezca duro ante nuestros ojos, inclusive alienta a la corrección con muerte para aquel que persiste en su mal camino (“… hasta merece la muerte quien no acepta ser corregido.” TLA)



¿Cuál es el motivo de la corrección, la reprensión o la disciplina? Pues es claro que el evitar que esa persona persista en el pecado.



Para una persona sabia o prudente el escuchar el consejo de otros es bueno, y le ayuda a mirar desde otras perspectivas sus decisiones, y basa su caminar en función del buen consejo final; pero muchos preferimos nuestra necedad, y es allí donde caemos en la categoría rebeldes.



No dejemos que nuestra rebeldía tome control de nuestras acciones. Aprendamos a ser humildes y sabios al escuchar la reprensión de otros, nunca desvaloricemos lo que los demás tienen que decirnos, tomemos tiempo para sopesar nuestros pensamientos con la Palabra de Dios, y busquemos consejo en sabias y piadosas personas, y entonces concluyamos si nuestros deseos y acciones son correctos o no, y si no son buenas, entonces corrijamos nuestro caminar en pos de lo bueno, justo y piadoso (Pr. 15:21-22).



«Aunque muchas veces nos sea difícil escuchar el consejo de otros, ser sabios es escuchar con atención y de buen ánimo la reprensión provechosa» -Ministerio UMCD-



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Dec 01, 202108:19
52 - Joyas de Sabiduría - Nunca será bueno el dinero mal habido [Proverbios 15:6-9]

52 - Joyas de Sabiduría - Nunca será bueno el dinero mal habido [Proverbios 15:6-9]

52 – Nunca será bueno el dinero mal habido



Proverbios 15:6-9
“En la casa del justo hay gran provisión;
Pero turbación en las ganancias del impío.
7 La boca de los sabios esparce sabiduría;
No así el corazón de los necios.
8 El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová;
Mas la oración de los rectos es su gozo.
9 Abominación es a Jehová el camino del impío;
Mas él ama al que sigue justicia.”

Hace muchos años atrás un amigo de la familia que vivía muy lejos de la capital me pidió un favor, él tenía un equipo industrial que tenía que ser reparado, y me solicitó que vaya a un taller especializado que se encontraba en la ciudad a pedir una cotización del trabajo para ver si le convenía pagarlo. Cuando me dieron el precio estimado de la reparación mi amigo aceptó y envió el dinero para el trabajo.



Mi problema comenzó cuando, mientras iba a realizar el pago para que inicien el trabajo, una persona que iba conmigo me dio la sugerencia de pedir descuento ya que era mucho dinero, y que sí la empresa aceptaba, me “aconsejó” que nos repartiéramos ese dinero entre nosotros, porque el dueño del equipo ya había pagado. La codicia en ese instante me ganó y acepté la sugerencia. Nos dieron un buen descuento y nos repartimos ese dinero.



Lo que no sabíamos era que varias semanas después nos llaman del taller indicando que no pudieron realizar el trabajo por falta de un repuesto, y que devolverían el equipo y el dinero. Ese fue el gran problema, ya que nosotros dos ya habíamos gastado el dinero, y la otra persona no quiso cooperar para devolverlo, y todo lo que recibimos del descuento lo tuve que pagar yo. Terrible recuerdo de una mala decisión mía.



La corrupción está destruyendo nuestras sociedades, la codicia y el poder están envolviendo a nuestros gobernantes y a las organizaciones criminales en un deseo inapropiado de hacer cualquier cosa por logra dinero y control, y aunque parecería que eso trae mucho beneficio, la verdad es que detrás de ese deseo incontrolado, sí existen consecuencias que tarde o temprano tendrán que ser pagadas.



Nunca el dinero mal habido traerá paz. La conciencia de las personas que hacen mal siempre los mantendrá inquietos, y aunque aparentemente vivan un período de prosperidad y bonanza, lo cierto es que tarde o temprano se descubrirá lo que hacen o vendrá alguien más y les hará pagar de alguna forma lo mal que han hecho.



En cambio, para el justo, la vida tranquila de una conciencia en paz y una prosperidad bíblicamente apropiada son su gran confianza. La idea de “gran provisión” no necesariamente tiene que ser considerada por su cantidad, sino más bien, por su calidad. Cualquiera que sea su ganancia, lo que se trae a casa, mientras haya sido obtenido de una manera apropiada, siempre será de gran valor moral y ético, y es ahí donde su valor incalculable se encuentra.



No nos dejemos llevar por la codicia o avaricia, no nos dejemos envolver por la maquinaria de la corrupción que está destruyendo a nuestras sociedades. Recordemos que tarde o temprano, aunque la justicia del hombre falle para atrapar al “impío”, ellos mismos están atrapados por su conciencia y temores (Pr. 15:6), y Dios mismo, como sucedió en mi caso, les hará pagar también. Recordemos que el Señor mira el camino de todos nosotros, atiende solo las oraciones “de los rectos” y se deleita con el “que sigue justicia” (Pr. 15:8-9).



«En la ganancia mal habida nunca hay verdadera prosperidad, solo hay problemas, intranquilidad, y detrás de ello vendrá la justicia divina» -Ministerio UMCD-



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Nov 30, 202108:51
51 - Joyas de Sabiduría - Con quietud apaga un "incendio" [Proverbios 15:1-4]

51 - Joyas de Sabiduría - Con quietud apaga un "incendio" [Proverbios 15:1-4]

51 – Con quietud apaga un “incendio”



Proverbios 15:1-4
“La blanda respuesta quita la ira;
Mas la palabra áspera hace subir el furor.
La lengua de los sabios adornará la sabiduría;
Mas la boca de los necios hablará sandeces.
Los ojos de Jehová están en todo lugar,
Mirando a los malos y a los buenos.
La lengua apacible es árbol de vida;
Mas la perversidad de ella es quebrantamiento de espíritu.”



Tal vez usted pensando en que la quietud realmente podría apagar un incendio, y aunque siempre es bueno mantener la calma ante el peligro para saber como responder, el versículo que estamos estudiando hoy hace referencia al “incendio” de un corazón iracundo y lleno de violencia (v. 1).



En una respuesta amable, lo que se hace es no permitir que la ira tome control del diálogo, sino que se apaciguan los ánimos y se consigue, en términos más tranquilos, dialogar y buscar acuerdos.



Eclesiastés nos dice que no nos debemos apresurar a enojarnos “porque el enojo reposa en el seno de los necios” (Ec. 7:9). Eso quiere decir que una persona que no puede controlar su ira es necia, y en esa necedad puede hacer mucho daño. Al contrario, una persona sabia comprende que es bueno controlarse, y por eso, actúa prudentemente, lo que trae gran beneficio (Pr. 16:32).



Pero ¿cómo se logra beneficio en una respuesta blanda? Cuando uno responde con quietud, hace que la persona que viene con violencia reaccione con asombro, lo que le permite mirar que no debe existir ánimo de contienda para dialogar. Es en esa quietud en donde el iracundo no haya espacio para su ira, y comprende que no va a lograr nada con mantenerse airado. La tranquilidad de la respuesta lo deja expuesto a que se halla envuelto en una ira que no beneficia, y por lo tanto se apacigua porque se encuentra vulnerable.



Pero cuando la respuesta es áspera, entonces es cuando se “hecha leña al fuego”, y por lo tanto se agitan más los ánimos, pudiendo llegar al descontrol y a una violencia más destructiva.



Además, el sabio encontrará palabras que serán apropiadas para responder (v. 2). Una respuesta sabia y tranquila dice mucho de la persona que habla. Como el sabio comprende que no se logra nada con conflictos, entonces meditará para responder, y su respuesta irá con un tono que desarmará al airado.



También, “la lengua aplacible” puede ayudar a curar heridas en el alma de la persona airada (v. 4). La palabra “apacible” en el original hebreo se refiere a una “lengua” que trae medicina, remedio, curación o salud (“Las palabras que brindan consuelo son la mejor medicina…” NTV). Por ello, una respuesta apropiada puede no solo tranquilizar a la persona airada, sino que puede producir un efecto aún más favorable al brindarle consuelo, alivio, aliento. Pero una lengua perversa “es quebrantamiento de espíritu”, haciendo mayor daño.



Nosotros tenemos la oportunidad de escoger cualquiera de las dos respuestas, o una airada o un amable. Como hemos visto, la amable siempre traerá bien, y si somo sabios, aun podremos ayudar al airado a encontrar paz en medio de su frustración o indignación.



Proverbios 15:18
“El hombre iracundo promueve contiendas;
Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.”



«Responder con ira ante el airado incrementa el conflicto, la quietud se halla con nuestra respuesta amable» -Ministerio UMCD-



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Nov 29, 202106:40
75 Reflexiones - Soy Cristiano… y ¿Ahora qué? (Hechos 1.8)

75 Reflexiones - Soy Cristiano… y ¿Ahora qué? (Hechos 1.8)

¿Te gustaría saber lo que te deparará el futuro?, o ¿te gustaría saber con certeza qué

es aquello que Jesús espera que hagas como cristiano?, pues, hay un momento en la vida de Jesús que nos permite tener respuesta a estas dos preguntas, y nos provee de la paz y el propósito que todos buscamos, considerémoslo en…

Hechos 1.6-8
“Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

Así como suele pasarnos a nosotros, los Apóstoles también estaban preocupados por el futuro, y lamentablemente, justo antes de la ascensión de Jesús, seguían confundidos por no entender el plan de Dios; por eso le preguntaron cuando establecería su reino en la tierra.

A lo que Jesús respondió diciéndoles, que eso era algo que solamente el Padre conocía.

De ahí que entendamos que Dios no nos ha concedido saberlo todo…

Y que la incertidumbre que los Apóstoles sintieron se parece a la incertidumbre que nosotros vivimos en algunas áreas de la vida, porque como ellos, no conocemos el futuro y tampoco podemos controlarlo.

De este modo, no debemos preocuparnos por lo que está bajo el dominio de Dios, más bien, debemos creer y hacer lo que Dios ya nos ha revelado, teniendo como base su Palabra, de tal forma, que el futuro no nos preocupe, sino que nos lleve a confiar en Él y en su soberanía.

Y una de las cosas que Él ya nos permitió conocer, es el llamado que tenemos todos los hijos de Dios, todos los que hemos creído en Jesús como nuestro salvador. Ello es…

Ser testigos suyos hasta los confines de la tierra

Porque Dios quiere reconciliar a todos los hombres consigo mismo a través de Jesús, y por ello, nuestro testimonio acerca de Él representa la llave que abre la puerta para que muchos sean reconciliados y pasen de muerte a vida.

Pero claro, este milagro de vida no es un suceso común, por el contrario, es totalmente extraordinario, y por eso necesitamos…

El poder del Espíritu de Dios para hacerlo.

Porque el hombre natural, aunque viva físicamente, está muerto espiritualmente, por eso no ve la realidad espiritual y no conoce a Dios, porque ama las tinieblas, el pecado y la maldad, y siente un profundo placer en ello, y por eso no quiere acercarse a la luz, a Dios.

Así que ese poder que recibimos del Espíritu Santo debemos usarlo para ser sus testigos, pero no como unos que lo hacen de acuerdo con su conveniencia, sino como uno que está dispuesto a morir a favor de quien testifica.

Así es que, siguiendo este llamado, debemos plantar iglesias en todos los lugares posibles, iglesias conformadas por testigos de Jesús que le hablen de Él a quienes no lo conocen para que se convierten en discípulos suyos, y con eso el conocimiento de Jesús crezca y crezca hasta el día de su regreso.

La pregunta es:

¿Estamos atendiendo el llamado que Jesús nos hizo a ser sus testigos, y estaríamos dispuestos a morir a nosotros mismos con tal de serlo?

Pues la verdad es que debemos estarlo, porque es lo que nuestro Señor nos ha llamado a hacer, pero no debemos hacerlo por obligación, sino más bien por amor, y con esperanza, con la seguridad de su regreso y de que un día su reino será establecido, y seremos recompensados con sus palabras de agrado y reconocimiento como resultado de nuestro sacrificio por Él.

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Nov 19, 202108:09
74 Reflexiones - ¿Qué nos hace vencedores? (Hechos 1.9-11)

74 Reflexiones - ¿Qué nos hace vencedores? (Hechos 1.9-11)

¿Qué nos hace vencedores?

Es común que digamos que no sabemos lo que nos depara el futuro y que en un sentido pesimista se diga que “un pueblo que no conoce su historia está destinado a repetirla”, pero nuestra realidad como cristianos no es así de desesperanzadora y negativa, porque en la historia de Jesús y en su Palabra hallamos el gozo y esperanza que su ascensión y su regreso nos infunden, de tal forma que vivamos como vencedores y no como derrotados.

De ahí que, para entender mejor estas verdades, consideremos el siguiente pasaje:

Hechos 1.9-11
“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”

Luego de que Jesús cumplió acá en la tierra con todo el plan divino, debió ascender al cielo para presentarse ante el Padre, hecho que comprobó que su obra de justicia y pago por nuestros pecados había sido aceptada por Dios; y que, gracias a ello, todos los que confiamos en Él como nuestro Salvador, podemos acercarnos a Dios como nuestro Dios y como nuestro Padre.

Tal como Jesús se lo expresó a María Magdalena antes de ascender al cielo: “… «Suéltame porque todavía no he subido al Padre; pero ve a Mis hermanos, y diles: “Subo a Mi Padre y Padre de ustedes, a Mi Dios y Dios de ustedes”». (Juan 20.17)

Y es que su ascensión…

Ya había sido predicha por Él mismo (Jn. 14.28-29), y se cumplió con total precisión, tal como se cumplieron todas las demás profecías que se habían declarado de Él.

Y aunque la ascensión fue narrada con una gran sencillez, una vez más debemos agradecer a Dios por aquellos hombres que fueron testigos de ese momento, porque gracias a su testimonio, podemos aceptar la veracidad de ese suceso y así creer en Jesús y su obra de salvación.

Pero nuestra confianza en Jesús no solo se basa en el testimonio de su ascensión, sino también en…

La promesa de su regreso

Promesa que comunicaron los ángeles que estuvieron entre los discípulos, cuando les dijeron que, así como habían visto ir a Jesús, Él también regresaría.

Porque Él volverá un día, pero ya no lo hará como el cordero manso que se sometió a su muerte sin decir una sola palabra, sino que lo hará para gobernar, para reinar, para hacer justicia y darle el pago que merecen aquellos que se revelan y no creen en Él.

Así, el plan divino no acabó con la ascensión de Jesús…

Por el contrario, siguió su curso y lo seguirá hasta su regreso; y nosotros no estamos acá como huérfanos, abandonados por nuestro Señor, dejados a la deriva en este mundo, sino que tenemos la promesa de su regreso, de su recompensa en el Reino, y a su Espíritu, con el que podemos llevar a cabo la obra que nos encargó, de arrebatar de los poderes demoniacos las almas de aquellos hombres llamados para salvación.

Entonces, hermanos, todos nosotros somos más que vencedores, porque su ascensión testifica de su victoria sobre el pecado y la muerte, y porque el futuro nos aguarda su reino, un tiempo de justicia y paz del que gozaremos cuando Él regrese y domine sobre todo y todos.

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Nov 19, 202108:10
73 Reflexiones - El bautismo con el Espíritu (Hechos 1.5)

73 Reflexiones - El bautismo con el Espíritu (Hechos 1.5)

¿Qué sabes sobre el bautismo con el Espíritu Santo? ¿Crees que fuiste bautizado con Él cuando confesaste a Jesús como tu Señor? O ¿Para qué piensas que es necesario aquel bautismo?

Pues la porción de la Biblia que consideraremos a continuación se refiere a la instrucción que Jesús le dio a sus Apóstoles para que recibieran la promesa del Padre y fueran bautizados con el Espíritu; y ella nos ayudará a dar respuesta a las preguntas que acabamos de hacernos.

Hechos 1.4-5

“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”

Se aproximaba la ascensión de Jesús y estas fueron algunas de las últimas palabras que Jesús declaró mientras estuvo en la tierra; y con ellas le ordenó a los Apóstoles permanecer en Jerusalén, esperando la promesa del Padre (El Espíritu Santo).

Pero ¿Por qué Jerusalén?

Porque ella sería el epicentro de la fiesta de Pentecostés, en la cual varones Israelitas, residentes y extranjeros, se presentarían en el templo para celebrar delante de Dios la cosecha (Ventura. 1985).

Una fiesta que le daría vuelo al ministerio cristiano y le permitirían revelar su gloria y poder delante de todas las naciones.

Y que al final permitió que multitudes fueran testigos de la morada del Espíritu de Dios en los cristianos, por medio de…

El bautismo con el Espíritu Santo

Que produjo una llenura del Espíritu de Dios en todos los que estaban reunidos y expectantes por recibir la promesa de su Espíritu.

Recibiendo así la promesa del otro consolador, quien era y es en su naturaleza igual a Jesús y a Dios Padre; y que estaría entre ellos y en ellos para darles el poder que necesitaban para vivir la nueva vida a la que habían sido llamados.

De tal forma que…

La Iglesia de Jesús comenzara su ministerio

Su llamado a proclamar la palabra de Dios y abrir los candados espirituales de los corazones de hombres llamados a salvación.

Por medio de estos creyentes, que fueron bautizados con el Espíritu Santo, gracias a su confesión de fe; resultado de haber comprendido la palabra de Dios, su estado de pecado, su necesidad de arrepentimiento y de reconciliación con el Dios santo, santo, santo.

De ahí que como ellos, nosotros los creyentes también seamos bautizados con el Espíritu en el mismo instante de nuestra conversión; bautismo que aunque no vemos, es un hecho espiritual que nos añade a la iglesia de Jesús y nos hace nacer de nuevo para su gloria.

Gloria para la cual vivimos como hijos suyos, pero que nos resulta imposible reflejar sin su Espíritu Santo, por eso, gracias a Él somos capacitados para entender las verdades del reino de Dios y proclamarlas, porque ellas son las únicas que pueden traer buenas nuevas a los afligidos, libertad a los cautivos y salvar a los hombres del tiempo de castigo y juicio que se avecina (Is. 61.1-2).

Así que…

Si hemos creído en Jesús como nuestro salvador…

Hemos sido bautizados con el Espíritu de Dios, Él mora en nosotros y somos parte de la Iglesia de Jesús, con lo cual tenemos todo lo necesario para vencer el pecado y unirnos a nuestros hermanos en Cristo para proclamarlo y ser testigos suyos; pero solo a través del poder del Espíritu, porque de otra forma, no podremos cumplir nuestro llamado como Hijos y miembros de su Iglesia.

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Nov 12, 202107:47
72 Reflexiones - ¿Cómo nos afecta hoy la resurrección de Jesús? (Hechos 1.3)

72 Reflexiones - ¿Cómo nos afecta hoy la resurrección de Jesús? (Hechos 1.3)

Resulta muy interesante que Lucas, el escritor del libro de los Hechos de los Apóstoles, comience aquel escrito que narra la primera parte de la historia de la Iglesia, refiriéndose al mensaje, obra, vida, muerte y resurrección de Jesús; porque con eso podemos comprender lo importante que son estas doctrinas para nuestra fe y para la Iglesia.

Por tanto, queremos considerar un aspecto del milagro de la resurrección, porque ella hace parte de las buenas nuevas del Evangelio y es una noticia que además de implicar una profunda realidad teológica, también tiene una poderosa verdad para nuestra vida diaria.

Considerémoslo en:

Hechos 1.3

“A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios”

En este pasaje notamos la reproducción que Lucas hizo del testimonio de muchos, entre ellos los Apóstoles, que vieron a Jesús resucitado y fueron testigos de su victoria sobre la muerte; siendo esto una prueba más de la veracidad, confianza y credibilidad de este hecho.

Porque como lo dijo Lucas, “se presentó vivo” a estos hombres luego de su crucifixión, lo cual es un hecho que nos debe reconfortar y dar esperanza, porque gracias a la vida de nuestro Salvador, vivimos aunque estemos entre muertos.

Pero ¿cómo supieron estos hombres que Jesús estaba vivo y no era un espíritu?

Porque Jesús demostró estar vivo y lo hizo con muchas pruebas convincentes e indudables que fueron determinantes. Como cuando:

Los discípulos le escucharon recordando sucesos del pasado (Lc.24.44), le vieron emocionándose (Lc. 24.25), ejerciendo su voluntad (Jn. 20.17), comiendo (Lc. 24.42-43), cocinando (Jn. 21.12-13), enseñando sobre el Reino de Dios (Lc. 24.44-49) y sobre el cumplimiento de la profecía de su vida, muerte y resurrección (Lc. 24.13-35).

Resurrección que probó que Él era y es el Cristo, el salvador esperado, el llamado de Dios para libertarnos de la esclavitud y dominio del pecado; el Santo que no vería corrupción y vencería las tinieblas (Sal. 16.10, Hch. 2.27) y el mismo que transformaría nuestra muerte en vida.

Porque si Él venció la muerte entonces…

Nosotros también la venceremos en Él; porque si Él fue declarado justo por Dios, nosotros también somos declarados justos en Él, Y porque así como fue capaz de transformar la vida de tantos por medio del mismo poder que le permitió resucitar, también será capaz de transformar la nuestra.

Tal como transformó la de Maria Magdalena, una mujer poseída por siete demonios, sumergida en la tristeza y desesperanza, a quien convirtió en una mujer adoradora de Dios y seguidora suya, gracias al amor con el que Él la trató.

O como transformó la de Pedro, quien vivió con una gran culpa y decepción luego de haberle negado, pero que al encontrarse con Él, fue consolado a través de su perdón.

O como lo hizo con Tomás, uno de los más incrédulos, porque escuchando del Cristo resucitado, necesitó ver y tocar las llagas de Jesús para que su mente y corazón fueran transformados y se convirtieran en tierra fértil; y luego de ello diera fruto para la gloria de Dios.

Así, el hecho de la resurrección de Jesús, no solo es un evento histórico y teológico clave, base para nuestra fe y para la Iglesia, sino también definitivo, transformador y penetrante para nosotros, los que creemos en Él.

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Nov 12, 202107:29
50 Joyas de Sabiduría - Unas lecciones para el "rey" [Proverbios 14:28, 31-35]

50 Joyas de Sabiduría - Unas lecciones para el "rey" [Proverbios 14:28, 31-35]

50 – Unas lecciones para el “rey”



Proverbios 14:28, 31-35
“En la multitud del pueblo está la gloria del rey;
Y en la falta de pueblo la debilidad del príncipe. […]
El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor;
Mas el que tiene misericordia del pobre, lo honra.
Por su maldad será lanzado el impío;
Mas el justo en su muerte tiene esperanza.
En el corazón del prudente reposa la sabiduría;
Pero no es conocida en medio de los necios.
La justicia engrandece a la nación;
Mas el pecado es afrenta de las naciones.
La benevolencia del rey es para con el servidor entendido;
Mas su enojo contra el que lo avergüenza.”



El destino de una nación, de un pueblo o una ciudad, aún de una organización o del vínculo más íntimo como la familia, depende en gran parte del liderazgo de aquel a cargo. Sea un presidente, un gobernador, un alcalde, un gerente, el propietario de un negocio, sobre todo, el rumbo de un hogar, está a cargo de un líder.



Es la visión del líder y la manera como conduce y encamina esa visión en su organización es lo que dará la dirección y traerá el éxito de aquello a lo que representa y guía. Pero no siempre la persona a cargo está caminando bajo las directrices correctas, y es su comportamiento y su trabajo lo que afecta en gran manera el desempeño de aquello sobre lo que dirige.



Los versículos que estamos estudiando nos enseñan algunos principios que pueden ser una guía de cómo está cumpliendo su desempeño el “rey”:



1. Su popularidad: Un “rey” que tiene muchos seguidores expresa que tiene aceptación entre los suyos. Es bueno siempre mirar si somos aceptados por todos para saber si ellos confían o no. (v. 28)

2. Su buen trato a los demás: Si el “rey” es despiadado o maltrata mucho a los que están bajo su liderazgo, entonces tiene un problema de falta de prudencia en la manera de dirigir, y eso no le agrada a Dios, menos lo honra (v. 31-32; Ef. 6:9). Recordemos que el “rey” es representante de Dios, ya que Él es quien le ha permitido obtener ese cargo. (Dn. 4:32)

3. Su buen entendimiento: Si el “rey” es sabio, comprende que necesitará de Dios para entender el mejor camino para hacer las cosas. Dios es Quien puede darle sabiduría y prudencia (1 R. 3:5-13), pero si el “rey” es necio, entonces lo que hará no será prosperado (v. 33).

4. Su justicia y rectitud: El “rey” debe ser justo para juzgar y recto para actuar. Cuando el “rey” decide caminar en pos del pecado o de la injusticia, entonces eso se reflejará en la vida de aquellos que lo siguen, y esto es una vergüenza para quienes están bajo su liderazgo (v. 34). El “rey” debe reflejar el carácter de Dios en todo aspecto.

5. Su agradecimiento en reconocimiento: Un “rey” debe saber tratar con reconocimiento a aquellos que le sirven fielmente, y buscar que todos cumplan sus responsabilidades con altura para que beneficien a todos. Un “rey” también sabrá impartir disciplina para aquellos que “lo avergüenzan” (v. 35).



Como hemos podido aprender, el líder debe saber actuar, gobernar y guiar a su pueblo para que su liderazgo sea de bendición para quienes lo rodean. Sea que estemos en el trabajo, en la iglesia, en algún cargo público, pero sobre todo en el hogar; aquellos que somos líderes tenemos una gran responsabilidad a cargo, y por eso debemos responder con diligencia y buena conducta ante Aquel quien nos ha brindado la oportunidad de servirle como líderes, es decir, a Dios.



«Un buen líder debe comportarse a la altura del encargo otorgado por Dios, el no cumplirlo correctamente afrenta al Señor y trae deshonra a quienes lidera y sirve» -Ministerio UMCD-



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Nov 12, 202109:31
49 - Joyas de Sabiduría - ¿Ha perdido usted los "estribos"? [Proverbios 14:29-30]

49 - Joyas de Sabiduría - ¿Ha perdido usted los "estribos"? [Proverbios 14:29-30]

49 - ¿Ha perdido usted los estribos?

Proverbios 14:29-30
“El que tarda en airarse es grande de entendimiento;
Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad.
El corazón apacible es vida de la carne;
Mas la envidia es carcoma de los huesos.”

“Perder los estribos” es una frase que está relacionada con la falta de control de la ira, y que nos lleva a descontrolarnos, y hace referencia al gran peligro que un jinete puede correr como cuando un caballo se desboca y el jinete pierde contacto con los estribos.

Y el problema no está en la ira en sí, porque podemos airarnos ante alguna injusticia (Ef. 4:26), el problema es que la ira tome control de nuestro comportamiento y con ello pequemos. Pero en el pasaje de hoy, la Biblia nos enseña que la ira puede ser retenida o uno puede llegar a tardarse “en airarse” (v. 29), es decir, llegar a controlarse antes de actuar sin control apropiado.

Ahora, la paciencia está relacionada con el “entendimiento” o la sabiduría. Una persona sabia comprende que:
1. La ira no puede ayudar mucho en momentos de dificultad.
2. El entendimiento completo de lo que pasa es necesario antes de actuar.
3. El saber actuar después de lo que se ha averiguado del problema nos llevará a buscar siempre la mejor solución, y
4. El entendido siempre sabe que el perdonar y aprender a manejar las cosas van a ser al final más provechosas que cualquier otra cosa.

Por el contrario, cuando una persona no es sabia, expresa su “necedad” con la manera de responder ante algo desagradable:
1. No actúa prudentemente porque no quiere averiguar profundamente el problema antes de actuar.
2. Piensa que el actuar airado es correcto sin importarle las consecuencias.
3. Aunque le quieran explicar lo que pasa, porque es necio, no va a escuchar ninguna razón.
4. Considera que el perdón no es una opción para las relaciones, y
5. Como no considera que él está presente ante el Juez Supremo, entonces piensa que es un juez “competente” para aplicar su propia justicia descontrolada.

La persona que aíra fácilmente y que no puede controlarse, no solamente que expresa su necedad, sino que remarca que realmente es necio. La palabra enaltecer (v. 29b) quiere decir exalta o eleva su necedad, o como otra versión de la Biblia nos dice, “ser impaciente es muestra de gran estupidez” (DHH).

Cuando una persona no puede controlar su ira, entonces le está gritando al mundo a que se aparte de él porque no puede controlarse, y eso es levantar el anuncio de que es grande en necedad.

«La ira descontrolada solo expresa a todos lo necio e insensatos que somos. Si controlamos la ira manifestamos prudencia» -Ministerio UMCD-

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Nov 11, 202109:47
48 - Joyas de Sabiduría - Hagamos que la justicia prevalezca [Proverbios 14:25-27]

48 - Joyas de Sabiduría - Hagamos que la justicia prevalezca [Proverbios 14:25-27]

48 – Hagamos que la justicia prevalezca

Proverbios 14:25-27
“El testigo verdadero libra las almas;
Mas el engañoso hablará mentiras.
En el temor de Jehová está la fuerte confianza;
Y esperanza tendrán sus hijos.
El temor de Jehová es manantial de vida
Para apartarse de los lazos de la muerte.”

¿En algún momento le tocó cumplir la función de testigo para alguna actividad en la que se requería de sus palabras para confirmar o negar un hecho? ¿Alguna vez ha tenido que asistir en algún proceso judicial dónde el testigo llamado a confirmar lo sucedido mintió ante el juez?

A la oficina de recursos humanos de una compañía llegó un trabajador a presentar una queja en contra del comportamiento de alguien más. Su reclamo fue escuchado, pero para poder confirmar lo que se estaba diciendo se le preguntó al denunciante si había testigos de lo sucedido, a lo cual el denunciante afirmó que sí. Se llamó el testigo, y aunque esa persona había visto lo que sucedió, para evitar problemas y no querer estar en líos con nadie, dijo que no había visto nada, lo cual impidió que se tomaran más acciones, y todo quedó ahí, sin ninguna acción. Las dos partes dieron sus versiones, y ningún testigo pudo confirmar nada, por lo que no hubo forma de comprobar quien decía la verdad.

Talvez usted nunca ha tenido que participar como testigo o nunca ha requerido de alguien para que testifique en su favor, pero todos hemos visto muchas veces como los testigos cumplen una función muy importante en los procesos legales, pero no siempre se hace justicia por falta de sinceridad de los testigos.

Cuando los testigos no cumplen con su obligación de decir la verdad, lo que produce su acción es dejar que la injusticia prevalezca y que los que sufrieron daño pierdan definitivamente. Algunos testigos mienten por temor a sufrir algún daño o para no afectar las relaciones con aquel a quien encubre con la mentira. A veces el testigo habla de manera falsa para favorecer al demandante, por tratar de buscar un beneficio en contra de la persona acusada injustamente, y eso también está mal. Pero debemos ver que hay más de una persona afectada con la mentira.

1. En primer lugar, está el afectado, quien, por falta de sinceridad tiene que sufrir el daño de la injusticia en su contra.
2. En segundo lugar, está el juez, porque al ser engañado le impide impartir justicia.
3. En tercer lugar, el culpable o quien hace mal también es afectado, porque el hecho de que no se haya confirmado su mal comportamiento le permitirá seguir haciendo daño sin aprender la lección de su error, y no le permitirá arrepentirse ante Dios y los demás.
4. En cuarto lugar, está el testigo falso, quien por decidir mentir ha pecado contra Dios, contra el perjudicado y contra el juez, lo que le traerá problemas si se llega a descubrir que ha mentido por actuar como cómplice; aunque Dios ya lo sabe todo.

Cuando la Biblia nos dice que “el testigo verdadero libra las almas”, lo que nos quiere decir es que la justicia prevalece, y los que han sufrido daño son restituidos, aunque quien ha hecho daño sea alguien muy cercano al testigo o pueda traer consecuencias posteriores. Siempre es bueno decir la verdad, siempre, a pesar de las consecuencias. Pero muchos engañan hablando “mentiras”, y eso afecta el resultado de la justicia.

Siempre habrá una persona que hace el bien y otra que hace el mal, por eso siempre debemos decidir hablar con la verdad y ponernos de lado de la justicia. ¡Hagamos que la justicia prevalezca!

«El testigo falso trae mal en contra del perjudicado, engaña al juez, permite que el injusto salga librado, y todo eso le traerá consecuencias ante Dios. Decir la verdad siempre será correcto» -Ministerio UMCD-

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Nov 08, 202107:02
47 - Joyas de Sabiduría - "Menos palabras y más acción" [Proverbios 14:23]

47 - Joyas de Sabiduría - "Menos palabras y más acción" [Proverbios 14:23]

47 – “Menos palabras y más acción”

Proverbios 14:23
“En toda labor hay fruto;
Mas las vanas palabras de los labios empobrecen.”

«Hace algunos años hubo un naufragio cerca de la costa de Toscana. En el informe de uno de los miembros de la guardia toscana se encuentra lo siguiente: “Presté cuanta ayuda me fue posible con mi bocina. Sin embargo, se encontraron muchos cadáveres en la costa la mañana siguiente al día del naufragio.”»[1] En otras palabras, lo único que hizo fue hablar, pero nunca intervino físicamente para ayudar a las personas en el naufragio.

Esta ilustración nos da una idea de lo poco útil que representan las muchas palabras cuando ellas no van acompañadas de acciones. Es muy interesante ver cómo la Palabra de Dios nos dice que “en toda labor hay fruto”, pero no en hablar mucho, éstas más bien “empobrecen” (v. 23). Cuando crecía escuchaba un dicho que decía: “Menos palabras y más acción”.

Siempre el trabajo trae fruto, y aunque el esfuerzo que demanda esa labor puede ser grande, el resultado es lo que trae beneficio a nuestra vida. Pero muchos viven soñando o anhelando alcanzar metas, algunos hablan mucho de esos sueños y viven planificando en sus mentes lo que hicieran con ello, pero sin un trabajo concreto para desarrollar esos sueños, o sin un esfuerzo acompañado con esos planes, todo lo que se logra es pérdida.

Se pierde energía pensando tanto en los sueños que se quisiera alcanzar, pero que no se concretan. Se pierde tiempo valioso al hablar con tanta pasión y muy frecuentemente sin hacer nada más que hablar. Se pueden perder oportunidades en otras cosas, cuando solo se sueña con aquello que se anhela y se pierde el enfoque de nuevas cosas provechosas. Se pierde dinero cuando no se hace nada más que vivir hablando. En sí, “el hablar mucho y no hacer nada, empobrece” (NBV).

En la vida espiritual también esto puede ser pérdida. Muchos hablamos de cuanto anhelamos hacer esto o aquello por el Señor, pero si sólo hablamos y no hacemos nada, entonces estamos perdiendo. Decimos que queremos crecer espiritualmente, que deseamos aprender más de la Biblia, que deseamos alcanzar a más personas para Cristo, que deseamos hacer esto en nuestra iglesia, etc., etc., etc. Pero nada se logra con solo decirlo, debemos tomar acciones.

Algunos solo pasamos orando por algo, pero no hacemos nada al respecto, y eso también puede hacerse vano si detrás de las oraciones no existe una verdadera intención de hacer algo si Dios nos diera la oportunidad.

Entonces, ¡manos a la obra! Es hora de actuar, de poner en prácticas nuestros deseos, ya no hablar tanto de ellos, sino a comenzar a trabajar para alcanzar lo deseado. Es momento de dar los pasos necesarios para lograr eso que está en nuestra mente y que de nuestros labios no han pasado. Es momento de hacer real este proverbio para nuestro bien: “Si trabajas duro, sacarás provecho…” (PDT).

«Se pierde energía, tiempo, dinero, y otras oportunidades cuando solamente hablamos de algo y no hacemos nada para lograrlo. ¡Es hora de menos palabras y más acción!» -Ministerio UMCD-

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ministerioumcd.org/2021/11/02/menos-palabras-y-mas-accion/
Nov 08, 202106:44
46 - Joyas de Sabiduría - ¿Trata por igual al rico y al pobre? [Proverbios 14:19‐22]

46 - Joyas de Sabiduría - ¿Trata por igual al rico y al pobre? [Proverbios 14:19‐22]

46 - ¿Trata por igual al rico y al pobre?

Proverbios 14:19-22
“Los malos se inclinarán delante de los buenos,
Y los impíos a las puertas del justo.
El pobre es odioso aun a su amigo;
Pero muchos son los que aman al rico.
Peca el que menosprecia a su prójimo;
Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado.
¿No yerran los que piensan el mal?
Misericordia y verdad alcanzarán los que piensan el bien.”

¿Le ha pasado a usted que, cuando viene una persona importante a nuestra casa preparamos lo mejor que tenemos y arreglamos la mesa con nuestra mejor vajilla, pero cuando viene alguien con menos “bienes o intereses” no prestamos mucha atención a esos detalles?

Aunque no lo hagamos intencionalmente, pero lo que estamos haciendo es acepción de personas, tratamos a unas con mucha importancia a otros no, y más cuando nuestros huéspedes pueden tener diferencias de bienes entre ellas. Tenemos una tendencia común, pero no correcta, a tratar a las personas con diferenciación dependiendo de su estado social, político o económico.

El dinero o las riquezas influyen nuestra manera de comportarnos con los demás. Cuando existen intereses de por medio, muchos miramos a las personas con riquezas de una manera que nos atrae. Buscamos en sus bienes nuestros propios intereses y en lo que ellos nos puedan beneficiar, por lo que nuestra amistad o relación está basada en sus bienes, mas no en la persona en sí.

Por otro lado, al pobre, a la persona que no tiene dinero o que no puede ofrecerme “ningún bien”, a ellos no lo consideramos valiosos. Muchas veces esas amistades no prosperan porque no me trae algún beneficio, y eso es discriminación.

Ahora, si usted es rico, las personas lo buscan muchas veces, no por quien es usted, sino por su propio dinero; ellos están esperando a ver que les puede ofrecer. Pero si usted es pobre o de pocos recursos, las personas que están a su lado no lo estiman porque no lo consideran “valioso”. (v. 20)

Ninguno de estos comportamientos es apropiado. Si miramos al Señor Jesucristo, Él comió con ricos (Lc. 19:1-10) y pobres (Lc. 6:17-26) por igual; para Él, lo que le importaba no era lo que ellos le podían brindar, sino lo que Él mismo les podía dar. Jesús se interesaba por el alma de cada uno de ellos, y le daba lo mejor que les podía dar: Su amor, el perdón de pecados, y la vida eterna.

La Biblia nos dice que “peca el que menos precia a su prójimo” (v. 21a). Nuestro menosprecio no solo puede darse por aquel que tiene poco dinero (v. 21b), sino que muchas veces lo hacemos por el que tiene mucho dinero, y lo despreciamos por envidia o porque algún día recibimos un maltrato de alguien que tenía dinero o poder.

Todos deberían ser tratados por igual, todos deben ser amados, respetados y honrados. El hacer acepción de personas por sus bienes es un pecado que no nos conviene. La próxima vez que esté con un rico, trátelo con amor por quien es, no por lo que tiene; y si es pobre, trátelo como si fuera rico, porque esa persona vale mucho, porque Dios lo ama y cuida de él también.

«Hacer acepción de personas por los bienes que posee es pecar contra Dios y nuestro prójimo» -Ministerio UMCD-

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ministerioumcd.org/2021/11/01/trata-por-igual-al-rico-y-al-pobre/
Nov 08, 202106:51
71 Reflexiones - ¿Qué tan segura es nuestra fe? (Juan 8.17-18)

71 Reflexiones - ¿Qué tan segura es nuestra fe? (Juan 8.17-18)

¿Alguna vez han cuestionado tu fe en Jesús o tu mismo has dudado de ella?, ¿has considerado filosofías y teorías humanas como más ciertas, porque la mayoría las afirman y dicen que se basan en la “evidencia”?

Pues la verdad es que no está mal cuestionar nuestra fe y preguntarnos si estamos creyendo lo correcto o no, por eso queremos hacer un ejercicio imaginario, uno que nos lleve al estrado de nuestra conciencia, para que consideremos algunas pruebas, y veamos cómo ellas defienden por sí mismas nuestra fe en Jesús.

Para esto queremos usar como base el ejemplo de Jesús cuando fue rechazado por lo Fariseos; quienes afirmaron que su testimonio era falso y no era digno de ser creído, este suceso se nos narra en:

Juan 8.13-14,17-18

“Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero. Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy” Y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí”

En ese momento, los Fariseos negaron el testimonio de Jesús con dos argumentos; afirmando que su testimonio no era verdadero, y que como solo era dicho por Él y no había nadie más que lo apoyara, entonces no debía ser aceptado.

Pero Jesús usó el mismo argumento de los dos testimonios que usaron ellos para responderles; diciendo que así como Él daba testimonio de sí mismo, Dios el Padre también testificaba a su favor.

Y si bien esta respuesta de Jesús es suficiente para que la fe sea apuntalada en nuestro corazón; por la gracia de Dios, hoy tenemos el testimonio de muchos hombres, como los Apóstoles y otros discípulos de Jesús, que testificaron a su favor y que se suman para proveernos confianza en cuanto a nuestra fe cristiana.

Y como si esto no fuera poco, también tenemos el testimonio de los milagros de Jesús, que fueron permitidos por Dios para que con ellos se avalara a su mensajero y su mensaje, tal como lo reconoció Nicodemo, un Fariseo ilustre que una noche se acercó a Jesús y le dijo:

«Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las  señales que Tú haces si Dios no está con él» (Jn. 3.2).

Así las cosas, tenemos para llevar delante del “juez” de nuestra fe, no solo el testimonio de hombres como Lucas, sino también el de los Apóstoles, el de Jesús mismo, el de Dios, y el testimonio de muchos milagros que Jesús hizo en el nombre de Dios.

¿Será que con esto ganaríamos la disputa?

Si, porque no solo dos dan testimonio verdadero de Jesús, sino cientos más, entre ellos Dios mismo.

Por tanto, aunque no vimos a Jesús, ni le oímos personalmente, podemos confiar en el testimonio de muchos que si le vieron y oyeron, y que se dieron a la tarea de registrar todo lo relacionado con su vida y enseñanza.

Lo que nos permite estar tranquilos, porque el fundamento de nuestra fe y de la Iglesia es confiable, seguro y muy resistente. Por eso en vez de avergonzarnos, podemos decir lo que el Apóstol Pablo dijo: “no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación” (Ro. 1.16)

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Nov 05, 202108:33
70 Reflexiones - ¿Cuál es la base de la fe Cristiana? (Hechos 1.1-2)

70 Reflexiones - ¿Cuál es la base de la fe Cristiana? (Hechos 1.1-2)

Alguna vez te has preguntado ¿Por qué Jesús, luego de su resurrección, debió estar cuarenta días entre los Apóstoles y discípulos?, y ¿de qué forma esto nos impacta a nosotros y a su Iglesia?

Pues demos respuesta a estas preguntas a partir de lo que nos dice:

Hechos 1.1-2

“En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido”

Es muy interesante que Lucas, quién escribió, inspirado por el Espíritu de Dios, el libro de los Hechos de los Apóstoles y el evangelio que lleva su nombre, nos recuerde que en ese primer tratado escribió acerca de lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar.

Porque con ello nos ayuda a entender que la obra y enseñanza de Jesús son la base de nuestra fe cristiana y de su Iglesia, y que el testimonio de Lucas, así como el de los Apóstoles y profetas, es el canal que Dios usa para permitirnos conocer su obra y carácter.

Y me gusta que refiriéndose a Jesús, haya usado el verbo “comenzó”, porque deja ver que esos años que Él vivió entre nosotros, solo fueron el comienzo de su obra como el Dios encarnado, una obra que no se ha acabado, que no se ha frenado, y en la que Jesús sigue comprometido por completo a través de su cuerpo, la Iglesia.

Además, que Lucas haya dado testimonio de Jesús…

Aporta argumentos a favor de la veracidad y seguridad de nuestra fe, porque aunque Lucas no hizo parte de los doce Apóstoles, y al parecer tampoco de los discípulos de Jesús durante su vida, su testimonio sobre Él, es una prueba que se une a muchas más para que nos sintamos seguros de nuestra creencia en el Hijo de Dios.

Y también nos ayuda a entender que Jesús no paró de enseñar mientras estuvo con vida entre nosotros, porque sabía que era necesario que sus Apóstoles recibieran la instrucción necesaria sobre el reino de Dios, para que sus corazones se mantuvieran enfocados, motivados y creyendo en la certeza y el cumplimiento del plan divino.

De igual forma, era necesario que estos hombres recibieran de Él, mandatos muy importantes que definirían el curso de su Iglesia; tan importante era esto, según el texto griego, entregárselos era un requisito que Jesús debía cumplir antes de ser recibido por el Padre en el cielo.

Pero ¿Por qué fue importante que Jesús les diera esos mandatos?

Porque como sabemos, Jesús no fue un escritor de libros o un productor de videos y contenido para redes sociales, Jesús fue y es el Salvador, el Maestro y el Señor; por lo que encargó en otros la misión de reproducir su obra y enseñanzas, y llamó a estos doce hombres para que estuvieran con él, predicaran su mensaje de salvación (Mc. 3.13-14), y fueran el fundamento de su Iglesia (Ef. 2.20).

Pero ¿qué tiene que ver esto con nosotros?

En que la base de nuestra fe se halla en el evangelio de Jesús; y que así como sucede en un edificio, donde sus fundamentos tal vez son imperceptibles, pero definen su seguridad y estabilidad, así mismo, el testimonio Apostólico que nos comunica las buenas nuevas de Jesús, nos provee la seguridad que nuestra alma requiere.

Seguridad que le aportará a nuestra vida la firmeza necesaria para resistir los embates del mundo, los ataques malignos y nuestra propia debilidad, porque como lo dijo Jesús, separados de Él no podemos hacer nada, así, dependemos en todo de aquel que es la vid y de sus raíces para mantenernos firmes y con fruto aun en medio de la sequedad.

«La base de nuestra fe se halla en el evangelio de Jesús» - Ministerio UMCD -

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Nov 05, 202107:32
69 Reflexiones - ¿Pertenezco a la Iglesia de Jesús? (Mateo 16.18-19)

69 Reflexiones - ¿Pertenezco a la Iglesia de Jesús? (Mateo 16.18-19)

¿Qué piensas cuando escuchas la palabra Iglesia?, ¿sientes que es algo anticuado, o crees que ella hace parte del plan de Dios para nuestra era?

Pues lamentablemente muchos piensan que ella es una institución corrupta y mal intencionada, de la que no podemos confiar y a la que no debemos pertenecer, gracias a muchos que por sus obras han deshonrado el nombre de Dios y a la Iglesia, pero, como veremos, ella fue instituida por el mismo Jesús.

Por tanto, ¿cuál era el plan que Jesús tenía con ella? ¿Cómo debía llevarse a cabo ese plan? Y ¿en manos de quienes quedaría encargado? Pues eso es lo que queremos considerar, tomando como base…

Mateo 16.18-19
“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”

Una de las labores de Jesús luego de su ascensión ha sido edificar su Iglesia.

Pero: ¿Qué es la Iglesia?

Ella es la comunidad de todos los creyentes en Jesús, que están unidos por el lazo de la fe y de la obra del Espíritu Santo (Ventura. 1985). Así, todos los que declaramos a Jesús como nuestro salvador, somos miembros de su Iglesia.

Y aunque la frase “sobre esta roca edificaré mi iglesia” ha sido malinterpretada históricamente, podemos creer que la roca sobre la cual la Iglesia está siendo edificada es Jesús mismo (Dt. 32.3-4; Sal. 94.22).

Ahora, ¿cómo se produce nuestra unión a la Iglesia de Jesús?

A través de la obra de Dios Espíritu Santo, quien nos une al cuerpo de Cristo (la Iglesia), en el momento en el que ilumina nuestra mente con la verdad del evangelio de Jesús, nos convence de pecado, nos lleva al arrepentimiento y a confesar que Jesús es nuestro Señor.

Por eso, cuando creemos en Jesús como nuestro salvador, somos añadidos a la iglesia universal e invisible de Jesús, y con esto, se espera que tomemos la decisión de unirnos a su iglesia visible, a una iglesia local en nuestra ciudad que lo adore y lo proclame.

Y ¿cuál es el propósito de la Iglesia?

Arrebatar las almas de aquellos que han sido llamados por Dios a salvación, pero que se hallan bajo el poder de Satanás; de ahí que R.C. Sproul, mencione que las puertas del Hades son una referencia a las puertas del infierno; y nos ayude a entenderlo, explicando que en la antigüedad, las puertas eran un mecanismo de defensa contra los enemigos, por tanto, que las puertas del Hades no prevalezcan contra la iglesia de Jesús, significa que la Iglesia está llamada a ser un ejército ofensivo que ataque los bastiones de Satanás, el cual no podrá soportar el poder que Jesús le ha otorgado a su Iglesia. (Ministerios Ligonier. 2021, 1 octubre).

Y ¿cómo debe atacar la iglesia el poder demoniaco?

Usando “las llaves del reino de los cielos”, la predicación de la Palabra de Dios (del evangelio); de ahí que Pablo dijo en Romanos 10.14: “¿Y cómo creerán en Aquel de quién no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?”, porque a Dios le agradó salvar a sus escogidos por medio de la locura de la predicación de su Palabra (1 Co. 1:21).

Así, la autoridad que Jesús le dio a su Iglesia para predicarla significa el método que ella debe seguir para cumplir con su propósito en la tierra. Y aunque en estos tiempos creamos que las llaves del reino son los espectáculos de luces, la música, el entretenimiento y un “mensaje relevante”; lo cierto es que lo único que abre el “candado” espiritual es la Palabra de Dios.


Oct 29, 202108:25
68 Reflexiones - ¿Cuál es mi identidad? (Mateo 16.18a)

68 Reflexiones - ¿Cuál es mi identidad? (Mateo 16.18a)

¿Cómo respondes cuando te preguntan, quién eres?

¿Sueles responder a esta pregunta con lo que haces, o con la profesión que tienes, o con tu responsabilidad como padre o madre de familia?

Pues la respuesta a esta pregunta es muy importante, porque nuestra identidad define la forma como vivimos y el propósito de nuestra vida. Pero hay algo aún más importante, y es lo que creemos acerca de Jesús, porque ello define nuestra identidad.

Por eso Jesús indagó de sus discípulos lo que ellos creían acerca de Él, y luego de escuchar de su parte la respuesta correcta, afirmó a Pedro en su identidad y le hizo entender quién era Él; consideremos ese momento en…

Mateo 16.15-18a
"Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro…”

¿Cómo así? ¿Qué hubo de nuevo en que Jesús dijera que Pedro era Pedro?

Pues recordemos que ese no era su nombre original, que Pedro se llamaba Simón, y que fue cuando él conoció a Jesús, que le cambió el nombre y le puso Pedro (Jn. 1.40-42).

Ahora, esto implicó dos cosas:

  1. Que Jesús tenía autoridad sobre Pedro, porque en la antigüedad se creía que quien nombrara a alguien o algo, tenía autoridad sobre aquello que nombraba. Y…
  2. Que Simón había cambiado para ser Pedro, y había cambiado porque su naturaleza lo había hecho, gracias a que había conocido al Salvador, al Cristo, a Jesús.

Porque cuando conocemos al Salvador, nuestra identidad cambia; lo que somos, lo que nos identifica, a dónde pertenecemos y lo que hacemos, cambia. Ese fue el caso de Pedro, el pasó de ser un pescador común y corriente a un pescador de hombres, pasó de ser un hijo de Abraham a un hijo de Dios, de ser israelita a tener una nacionalidad eterna, y pasó del reino de Satanás al reino de Dios.

Y eso es exactamente lo que nos pasa a ti y a mí cuando creemos en Jesús como nuestro Salvador y Señor; que nuestra identidad cambia, y somos transformados de manera milagrosa por Jesús.

Así que, aunque nuestro nombre no haya cambiado el día que confesamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, nuestra identidad si cambió en ese momento; pasamos de ser muertos, ciudadanos del mundo, desesperanzados, despreciados y rechazados; a ser Hijos de Dios, amados, escogidos, llamados, salvados, santos, y un día también seremos resucitados.

Ahora, esta realidad de nuestra identidad es un factor que explica la forma como vivimos, nuestro éxito o fracaso espiritual y personal, porque como lo dice Jeremy Pierre: es común que nos veamos a través de una identidad que el mundo y nosotros hemos construido, pero que obviamente es pecaminosa, y no, por medio de la identidad que Dios nos da (2019). Y que Paul Tripp también diga que gran parte de la consejería que necesitamos para hacer frente a los problemas que vivimos, no necesariamente debe enfocarse en resolver esos problemas, sino, más bien, en definir nuestra identidad a la luz de la obra de Jesús (2019).

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Oct 29, 202108:11
45 - Joyas de Sabiduría - Los caminos y sus caminantes [Proverbios 14:12, 14-16]

45 - Joyas de Sabiduría - Los caminos y sus caminantes [Proverbios 14:12, 14-16]

45 – Los caminos y sus caminantes

Proverbios 14:12, 14-16
“Hay camino que al hombre le parece derecho;
Pero su fin es camino de muerte…
De sus caminos será hastiado el necio de corazón;
Pero el hombre de bien estará contento del suyo.
El simple todo lo cree;
Mas el avisado mira bien sus pasos.
El sabio teme y se aparta del mal;
Mas el insensato se muestra insolente y confiado.”

En todo el tiempo que he vivido, y por lo que he podido aprender de la Palabra de Dios, he visto que muchos de nosotros tomamos decisiones que nos llevan a distintos destinos, y muchas veces, no a los que estábamos deseando. A veces terminamos en donde queríamos, pero muchas no. Otras veces lo que creíamos alcanzar no significó realmente lo que creíamos que lo lograríamos, y así terminamos muchas veces alegres por un buen fin; otras, frustrados por lo conseguido; otras, heridos y con pérdida por lo que no obtuvimos.

Por la experiencia podríamos decir que “tenemos tres c” o tomamos decisiones de tres formas: 1. Dependiendo absolutamente de Dios; 2. Diciendo que dependemos de Dios, pero no lo hacemos sinceramente; y 3. No consideramos a Dios para nuestras decisiones.

1. Dependiendo completamente de Dios: En este caso, las personas que toman decisiones son creyentes comprometidos, que conocen a Dios y que realmente quieren agradar a Dios. Sus decisiones son tomadas bajo la guía del Espíritu Santo, La Palabra de Dios y la oración. Su fin, obviamente, siempre será estar siempre en la voluntad de Dios.
2. “Diciendo” que se depende de Dios, pero seguimos nuestros deseos: En este caso, el creyente pone sus propios planes, organiza todo, y lo que hace no es consultar a Dios, sino, pedir que lo bendiga y lo ayude en todo lo que él ya ha decidido hacer. Muchos creyentes lo hacen, pero no han dependido de la respuesta de Dios para hacerlo, solo siguen una “formula” de planear y orar para hacer las cosas. Su fin, no siempre sale lo que se planea, y no todo lo que se logra es la voluntad de Dios.
3. No consultando a Dios para planear: En este caso, las personas en general, y muchos creyentes también, deciden hacer cosas sin depender de Dios, y esperan que las cosas salgan bien, y si no, le hecha la culpa a las circunstancias, la suerte, y algunos se quejan con Dios porque no salieron las cosas.

¿Cuál cree usted que debería ser lo correcto? ¿Cuál de estos métodos es el que usted más frecuentemente utiliza?

Pero también se encuentran tres tipos de personas quienes van por los caminos: Están los necios o insensatos, los simples, y los sabios (justos, u hombres de bien) (v. 14-16). Cada uno de nosotros tenemos nuestra propia responsabilidad en cómo caminamos, y cómo buscamos la guía de Dios.

Por eso, la Palabra de Dios nos exhorta a realmente considerar si es que estamos caminado con Dios o no. Si nuestros pasos van en la dirección correcta o nos hemos engañado a nosotros mismos. Debemos considerar si nuestras decisiones están realmente basadas en lo bueno o es el pecado lo que nos motiva. Por esto, el pasaje de hoy nos dice que “hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (v. 12). Si en verdad queremos ser bendecidos con las direcciones que tomamos, debemos filtrarlo todo por medio de Dios, y si Él considera bueno, entonces caminar en pos de ello (Pr. 3:5-6)

Dependiendo cuál destino queremos alcanzar, debemos considerar cómo tomamos esas decisiones en la vida. Si deseamos ser bendecidos, entonces debemos buscar y depender de Dios siempre; pero si no queremos someternos a Dios, entonces tengamos en mente que nuestro fin puede ser ese “camino de muerte”.

«Una decisión tomada sin la guía de Dios puede tener un final inesperado y desastroso si no sabemos realmente a dónde vamos» -Ministerio UMCD-

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Oct 23, 202110:11
44 - Joyas de Sabiduría - Nuestra vida no tiene que estar vacía [Proverbios 14:10, 13]

44 - Joyas de Sabiduría - Nuestra vida no tiene que estar vacía [Proverbios 14:10, 13]

44 – Nuestra vida no tiene que estar vacía

Proverbios 14:10, 13
“El corazón conoce la amargura de su alma;
Y extraño no se entremeterá en su alegría…
Aun en la risa tendrá dolor el corazón;
Y el término de la alegría es congoja.”

Había una persona que tenía un gran vacío en su corazón, muchas veces atravesaba por episodios de profunda depresión, pero trataba de ocultarlos con la risa.

En forma general, esa persona manifestaba aparente alegría en la mayoría del tiempo, pero era impresionante ver que algunas veces esa alegría se transformaba en una euforia de felicidad, y era ahí cuando solamente ella sabía que en verdad estaba ocultando una profunda tristeza.

Un día, cuando tuvo la confianza de dialogar con sus amistades, tuvo la valentía de contar la realidad de su vida. Ella supo mencionar que normalmente aparentaba mostrar una vida alegre, pero que, en el fondo, cuando ella más sentía tristeza o una profunda depresión, en frente de sus amistades se transformaba en el alma alegre de la reunión, siendo muy espontánea y ocurrida, pero que cuando llegaba a la soledad de su cuarto, era cuando realmente su almohada veía su triste realidad, estaba inmersa en una profunda depresión.

Esta declaración ayudó a que sus amigos la comprendan mejor, que cuando esa persona manifestaba algarabía, entonces todos ellos estarían más cerca de ella para acompañarla y cuidarla en los momentos de soledad y más críticos de su vida.

Esta historia se puede repetir en la vida de muchos. Muchas personas lamentablemente tratan de mostrar al mundo una vida de gran alegría y satisfacción, de alguna manera intentan aparentar tener una vida plena, cuando detrás de ese rostro de gozo se encuentra una vida desdichada, vacía, y muchas veces llena de dolor. “La risa puede ocultar un corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor permanece.” (Pr. 14:13 NTV)

Pero la vida no tiene que ser así para nadie. A causa de la caída del hombre el dolor, el vacío, la separación espiritual con Dios y la muerte, a más de otras muchas otras desgracias vinieron a la vida del hombre, y con eso la infelicidad, la amargura, la angustia, etc.

Cristo vino a solucionar ese problema en la vida. Dios es Quién desde el inicio del pecado vio que habría dolor en el corazón del hombre, pero quería cambiarlo (Is. 57:15). Él, en Su misericordia, envió a su Hijo para “predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos…” (Is. 61:1; Comp. Lc. 4:17-21). Jesús dijo que, si alguien se encontraba abatido, Él le ayudaría a restaurar su vida (Mt. 11:28-29) y a conseguir una vida abundante en paz, gozo y significado (Jn. 10:10).

Solo Dios puede cambiar esa risa que enmascara la tristeza en una profunda y verdadera felicidad. Lo que tiene es que poner sus ojos en Cristo, pedirle que restaure su vida, y solamente allí encontrará lo que tanto necesita: Restauración de su vida, significado, y propósito para vivir pleno en Él. ¡Busque a Cristo y encontrará lo que su alma realmente necesita!

Juan 10:10
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

«Una vida vacía e inmersa en la depresión puede encontrar plenitud, profundo gozo, y valor en los brazos de Cristo cuando lo reconoce como su Salvador» -Ministerio UMCD-

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Oct 21, 202110:42
43 - Joyas de Sabiduría - Solo el esfuerzo produce frutos [Proverbios 14:4]

43 - Joyas de Sabiduría - Solo el esfuerzo produce frutos [Proverbios 14:4]

43 – Solo el esfuerzo produce frutos

Proverbios 14:4
“Sin bueyes el granero está vacío;
Mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.”

Muchos anhelamos resultados grandiosos en ciertas cosas que tenemos en mente, pero no siempre lo que deseamos se logra por varias razones: falta de recursos a disposición, poco esfuerzo, reducido tiempo, complejidad del trabajo, etc. Por ejemplo, muchos anhelan bajar de peso, pero sin la falta de voluntad, una dieta adecuada, ejercicio que acompañe a la dieta y tiempo, nunca lo lograran.; y así en otras cosas.

El pasaje que se menciona en Proverbios 14:4 nos recuerda que uno de los factores importantes para alcanzar lo que deseamos es el esfuerzo que se pone en la tarea. Es claro que todos sabemos que la falta de esfuerzo nunca será la receta para el éxito, al contrario, la intensidad del esfuerzo, que va acompañada de la pasión para hacerlo, siempre nos ayudará a llegar a nuestras metas más rápido de lo normal.

En la antigüedad, los bueyes eran considerados los tractores del campo. Una yunta de bueyes era el instrumento ideal para labrar la tierra y así poder sembrar para posteriormente cosechar. Aunque el mantenimiento de los bueyes en el granero demandaba alimentarlos y mantener limpio el lugar, el beneficio que traían era grande. Por eso los bueyes eran considerados de gran valía, y el esfuerzo de mantenerlos era recompensando con los frutos que brindaba su trabajo.

En la vida espiritual del creyente también se requiere esfuerzo para lograr nuestras metas. Para dejar el pecado hay que comprometerse a no cederle espacio en nuestra vida. Para poder mantenernos fuertes espiritualmente necesitamos mantener nuestro tiempo devocional con Dios constante. Para aprender más de la Palabra de Dios debemos estudiarla con ahínco. Para poder obtener frutos en los ministerios que participamos debemos pasar tiempo y esfuerzo invirtiendo en él. Y así…

En la Biblia encontramos siempre el llamado a esforzarnos para seguir y servir a Dios, y el fruto de ese esfuerzo es siempre recompensado (Jos. 23:11; Ro. 12:11; Fil. 2:16-17). En el pasaje de Josué vemos que Dios tres veces le pide a Su siervo a que se esfuerce para lograr la tarea que Él le había dado (Jos. 1:6,7 y 9).

Cualquiera que sea su meta, no olvidemos que necesitaremos esfuerzo para lograrlo, aunque ese esfuerzo implique tomar algo de algún lugar para conseguirlo también, como en el caso del buey, necesitaba ser atendido para que pueda trabajar en el campo, y esa atención requería alimentación y cuidado.

«Una vida espiritual sin esfuerzo nunca alcanzará a cumplir los planes y propósitos de Dios para nuestras vidas» -Ministerio UMCD-

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Oct 20, 202109:13
42 - Joyas de Sabiduría - Nuestros pasos nos delatan [Proverbios 14:2-3]

42 - Joyas de Sabiduría - Nuestros pasos nos delatan [Proverbios 14:2-3]

42 – Nuestros pasos nos delatan

Proverbios 14:2-3
“El que camina en su rectitud teme a Jehová;
Mas el de caminos pervertidos lo menosprecia.
En la boca del necio está la vara de la soberbia;
Mas los labios de los sabios los guardarán.”

Un amigo de la familia se le acercó a un joven que había regresado a los caminos del Señor. Años atrás el amigo, como el joven, habían caminado por las sendas del pecado por mucho tiempo, pero ahora el joven había decidido consagrar su vida al Señor. Cuando el amigo de la familia llegó a visitarlos, lo primero que hizo fue invitarle al joven a volver a la vida anterior y que deje la nueva senda que se había trazado.

En esa conversación, el joven trató de hablarle de Cristo al amigo, pero éste, burlándose de la fe del joven, dijo que eso ya lo sabía, y que no lo necesitaba. El joven insistió a que deje la vida del pecado y busque a Dios, pero el amigo volvió a rechazar la oferta, y haciendo escarnio al ofrecimiento, le dijo que esa no era vida para él. Un día el amigo de la familia fue asesinado por seguir el camino que no quiso dejar, y dejando rechazada la invitación, murió sin haber aceptado a Cristo como su Salvador.

Nuestros pasos delatan nuestro temor a Dios o nuestro menosprecio a Él (v. 2). Como en el ejemplo de nuestra ilustración, la vida que decidimos seguir es la que declara si realmente queremos seguir a Dios en temor y reverencia, o si dejamos que nuestro pecado nos controle.

El camino de “rectitud” es el camino del bien, del buen comportamiento, de la obediencia, de las cosas justas, rectas. Ese camino está marcado por la obediencia a Dios y a Su Palabra que viene como resultado del temor a “Jehová”. Pero ese temor no es una manifestación de miedo o fobia a algo o alguien, sino que es una vida de reverencia marcada hacia Alguien. Es honrar o respetar a Dios, y es ese acto de respeto o reverencia lo que motiva el caminar por la senda de la “rectitud” (“Respetar al SEÑOR es vivir como a él le agrada…” v. 2a PDT).

La persona de “caminos pervertidos” (v. 2b) en cambio manifiesta un menosprecio frontal a “Jehová”. Menospreciar a Dios es desechar, despreciar o tener en poca estima al Señor. El que menosprecia a Dios decide vivir su vida y tomar su propio camino desechando a Dios y a Su voluntad. Es aquel que decide ignorar la Palabra de Dios y tomar sus propias decisiones, considerando que la instrucción divina no tiene valor, por lo tanto, vive su propia vida motivada por el pecado.

Nosotros podemos tal vez no vivir en una vida de perversidad continua, pero cada vez que ignoramos alguno de los mandamientos de Dios, cada vez que rechazamos el consejo sabio y piadoso de la Palabra de Dios o de alguna persona piadosa, lo que estamos es menospreciando a Dios en ese instante, y tomamos nuestra propia decisión fomentada por nuestra pecaminosidad. Talvez no vivamos en menosprecio continuo a Dios, pero en el instante que le desobedecemos lo hemos despreciado.

Antes de seguir en los caminos que se ha trazado, mire con detenimiento si el camino que ha seguido es el correcto (Jer. 6:16). Busque realmente agradar a Dios y no desprecie ningún consejo santo, honre a Dios con su vida, y vivirá en el camino de “rectitud”. Dios es digno de ser honrado con nuestras vidas, y el obedecerle declara si realmente lo estamos respetando como Dios.

«El ignorar o rechazar el consejo de la Palabra es menospreciar a Dios; pero el que escucha el consejo y lo sigue manifiesta con su vida reverencia al Señor» -Ministerio UMCD-

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Oct 19, 202109:45
41 - Joyas de Sabiduría - No menosprecie la corrección a su Hijo [Proverbios 13:22-24]

41 - Joyas de Sabiduría - No menosprecie la corrección a su Hijo [Proverbios 13:22-24]

41 – No menosprecie la corrección a su hijo

Proverbios 13:22-24
“El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos;
Pero la riqueza del pecador está guardada para el justo.
En el barbecho de los pobres hay mucho pan;
Mas se pierde por falta de juicio.
El que detiene el castigo, a su hijo aborrece;
Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.”

Existe una gran diferencia entre ser un hijo y un padre, cuando se trata de dar corrección o disciplina a los hijos. Cuando uno es hijo, el deseo es que los padres nunca nos disciplinen con rigor, puesto no nos gusta sufrir el castigo que nos vayan a dar. Pero cuando uno es padre, es entonces cuando el dolor también viene, pero esta vez, porque nos imaginamos cuanto van a sufrir nuestros hijos porque debemos disciplinarlos. ¡Pero la verdad es que es necesario!

Actualmente se ha notado una tendencia frecuente en muchos padres en tomar la decisión de no corregir mucho a los hijos, o de brindarles muchas libertades para evitar que nuestros hijos “sufran” lo que nosotros vivimos cuando éramos niños. Aunque esta tendencia tiene un buen deseo, no necesariamente esa acción nos va a favorecer mucho en la educación de los hijos.

Debemos recordar primeramente que Dios, siendo el mejor Padre de todos, entiende muy bien lo que significa la disciplina y la corrección (Pr. 1:8; 3:1; He. 12:5-11). Dios no solamente nos instruye, sino que nos corrige y nos disciplina si es necesario. Además, Él solamente nos dará lo que entiende es bueno para nuestra vida, y nunca nos dará lo que podría hacernos daño (Mt. 7:9-11).

Entonces, debemos comprender que muchas veces el decir no a nuestros hijos es bueno, porque entonces estamos evitando que ellos obtengan algo que no les favorezca o que les traiga problemas posteriormente. El consentir a nuestros hijos es una de las maneras como este nuevo movimiento de “condescendencia” nos está impulsando a ser, y no es favorable.

Por otro lado, la corrección es necesaria, porque cuando ellos actúan inapropiadamente, los hijos deben comprender que ese comportamiento o esa acción no es buena. Muchos de los problemas que se corrigen desde que ellos son pequeños hacen que ellos vayan forjando un sentido de honra a los padres, respeto a su autoridad y a la de Dios, aprender a sufrir las consecuencias de las irresponsabilidades, y les alienta a reflexionar antes de actuar. Un hijo que no pasa por la disciplina no aprende nada de esto, lo que le traerá grandes problemas en el futuro.

El verdadero amor no está en evitar que nuestros hijos sufran la disciplina, ese amor no es correctamente enfocado, pues los alienta a seguir actuando mal; como nos dice el versículo de hoy: “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece” (v. 24b). En cambio, el corregir tiene el deseo profundo y apropiado de trabajar con amor y esfuerzo para forjar un carácter piadoso y obediente en nuestros hijos, para que ellos sean personas de bien cuando sean grandes, por eso la corrección debe iniciarse desde “temprano” para que ellos cuando sean grandes, caminen en las sendas del bien y la obediencia a Dios (Pr 22:6).

«El verdadero amor debe conducir al padre a corregir con bondad, paciencia y firmeza a sus hijos para que el día de mañana sean hombres de bien» -Ministerio UMCD-

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Oct 15, 202109:03
40 - Joyas de Sabiduría - "Dime con quién andas..." [Proverbios 13:19-21]

40 - Joyas de Sabiduría - "Dime con quién andas..." [Proverbios 13:19-21]

40 – Dime con quién andas…

Proverbios 13:19-21
“El deseo cumplido regocija el alma;
Pero apartarse del mal es abominación a los necios.
El que anda con sabios, sabio será;
Mas el que se junta con necios será quebrantado.
El mal perseguirá a los pecadores,
Mas los justos serán premiados con el bien.”

Desde muy pequeño escuchaba un refrán muy a menudo: «Dime con quién andas y te diré quién eres», y creo que muchos podrán entender el significado de este dicho fácilmente. Había otro similar que dice así: «El que con lobos de junta a aullar aprende». Ambos refranes expresan la idea de que la constante compañía de un grupo de personas moldea el comportamiento de uno.

La conducta colectiva de un grupo de personas, y, por ende, de cada uno de sus integrantes, está marcada por la constante convivencia de ese grupo. Sea para bien o para mal, el comportamiento de ese grupo se forja por el mismo interés o fin por el que se agrupan.

El pasaje de Proverbios 13:20 nos muestra no solamente un “refrán”, sino que, si miramos bien, nos marcan dos resultados completamente distintos, y uno, con una sentencia desastrosa.

En primer lugar, está el fin positivo provocado por caminar con “sabios”. Cuando una persona busca caminar en medio de personas entendidas, el resultado final de esa decisión será el aprender de personas con mayor conocimiento, lo que producirá un incremento en su conocimiento y en la manera como toma decisiones. El resultado es directamente proporcional al tiempo y a la compañía de las personas con los cuales uno pasa.

En segundo lugar, está el fin negativo provocado por caminar con los “necios”. Aunque este resultado no está directamente indicado en la oración, es evidente que está implícito. Una persona, con el simple hecho de querer caminar con necios es porque así es su conducta. El sabio nunca va a querer caminar con los necios, porque comprende que nada bueno traerá eso.

Y en tercer lugar se encuentra la sentencia desastrosa de juntarse con “necios”. La palabra “quebrantado” menciona alguien que tarde o temprano va a sufrir las consecuencias de estar con esas malas compañías. Sea porque el estar con esas personas le llevará a sufrir un fin colectivo malo, por ejemplo, cuando todos están haciendo una mala acción; o porque en algún momento esa persona lamentará el haber pasado tiempo con personas que nunca edificaron su vida, sino que la desperdició en esos malos caminos.

Seamos sabios en nuestro caminar buscando personas que edifiquen nuestra vida, no aquellos que nos apartan del camino de bien. Tal vez al inicio uno no mirará los resultados, pero con el tiempo veremos en nuestras vidas el fruto de las compañías que escogemos para nosotros. Y nadie de nosotros va a querer sufrir las consecuencias de nuestras propias malas decisiones.

¡Pidamos a Dios que nos ayude a buscar personas sabias que cambien nuestra vida para bien siempre!

«El tiempo que dedico a mis amistades junto a la clase de amistades que me rodean dicen mucho de quien soy yo, sean buenas o malas» -Ministerio UMCD-

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Oct 14, 202107:52
39 - Joyas de Sabiduría - "El que espera desespera" [Proverbios 13:12-13]

39 - Joyas de Sabiduría - "El que espera desespera" [Proverbios 13:12-13]

39 – “El que espera desespera”

Proverbios 13:12-13
“La esperanza que se demora es tormento del corazón;
Pero árbol de vida es el deseo cumplido.
El que menosprecia el precepto perecerá por ello;
Mas el que teme el mandamiento será recompensado.”

A nadie le gusta esperar, y menos cuando lo que se espera es algo importante. Para aquellos que tenemos poca paciencia, la espera es un verdadero tormento, porque consume nuestra alma y nos trae mucha angustia cuando tenemos que estar esperando, y a eso es a lo que la frase “el que espera desespera” hace mención.

Varios factores juegan en contra de la espera que afectan emocionalmente a la persona:
1. El prolongado tiempo de espera. Aunque tal vez no sea mucho en realidad, cuando la falta de paciencia afecta, ese tiempo parece eterno o inalcanzable, lo que afecta mucho.
2. El aparente tiempo perdido mientras se espera. Los temores de estar perdiendo el tiempo mientras esperamos, nos envuelve en pensamientos que nos hace pensar que posiblemente estamos perdiendo algo diferente y valioso por estar esperando.
3. La duda de que sucederá. Muchas de las cosas que esperamos son inciertas, especialmente cuando no sabemos la voluntad de Dios para ello, y eso afecta más al alma, porque mientras más se espera, el temor de no obtener lo deseado atormenta la mente.
4. El temor de estar equivocados a causa de la duda. Como estamos dudando que lo esperado llegue a suceder, la pregunta es si uno se equivocó en la decisión de esperar, o debimos más bien haber buscado algo distinto.
5. La duda en la palabra de quien esperamos algo. Cuando esperamos en que alguien nos de lo que nos prometió, dudamos en la capacidad de esa persona en cumplirlo.

Todos estos factores afectan mucho la ansiedad, la paciencia, afecta nuestro estado de ánimo, llevándonos a cierto descontrol de nuestro comportamiento. ¿Qué podríamos hacer para no entrar en desesperación?

En primer lugar, debemos aprender a mirar primero a Dios como la fuente de todo lo que recibimos. Todo está bajo la voluntad de Dios, y si hay algo que debemos recibir porque Él lo considera así, entonces sabremos que un día Él lo hará. Todo está bajo la soberanía de Dios, y nada se escapa de Su mano, por tanto, puedo descansar en que Dios mira por mis necesidades (Mt. 6:25-34).

En segundo lugar, debemos aprender a escuchar la guía de Dios, pues Él sabe lo que es mejor para nosotros, y al estar en comunión con Dios, Él nos mostrará en Su Palabra si lo que esperamos es algo que está dentro de Su voluntad, y con ellos podemos confiar en que eso se dará. Dios no solo sabe el futuro, sino que conoce lo mejor para nosotros.

En tercer lugar, debemos vivir con fe. Cuando lo que esperamos está bajo la voluntad de Dios, y Él lo ha expresado así, entonces es la fe lo que nos ayudará a mantener la esperanza viva para seguir esperando, sabiendo que Dios nos ha dicho que lo obtendremos si esperamos.

Y, en cuarto lugar, debemos pedir a Dios que nos ayude a esperar. La paciencia no es algo propio de las personas, sino que es un carácter que se desarrolla en las dificultades, y Dios puede ayudarnos a esperar mientras Él va forjando paciencia en nosotros. Las pruebas son las herramientas para forjar la paciencia, y el Señor por eso muchas veces usa esos tiempos de espera para forjar paciencia, y nos ayuda a esperar por medio del Espíritu Santo.

Lo hermoso de la espera es que, cuando llega el tiempo, y Dios lo considera apropiado, entonces el cumplimiento de ese deseo llena nuestras vidas de gran gozo: “Pero árbol de vida es el deseo cumplido”. Por ello, debemos trabajar con Dios mientras esperamos, escuchemos Su guía, confiemos en Su Palabra, y si Él lo desea, entonces aprendamos a esperar, porque cuando el tiempo se dé, la recompensa de esperar es grandiosa.

«Muchas veces la espera es tormentosa, pero el fruto de la paciencia siempre vale la pena» -Ministerio UMCD-

#JoyasDeSabiduría #Espera #Paciencia #Tormenta #Dificultad.
Oct 12, 202111:60
38 - Joyas de Sabiduría - Hay palabras que hieren y otras que sanan [Proverbios 12:17-19]

38 - Joyas de Sabiduría - Hay palabras que hieren y otras que sanan [Proverbios 12:17-19]

38 – Hay palabras que hieren y otras que sanan

Proverbios 12:17-19
“El que habla verdad declara justicia;
Mas el testigo mentiroso, engaño.
Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada;
Mas la lengua de los sabios es medicina.
El labio veraz permanecerá para siempre;
Mas la lengua mentirosa sólo por un momento.”

En el año de 1875 el presidente del Ecuador, Gabriel García Moreno, fallece asesinado por un grupo de jóvenes que decidieron matarlo a la salida de la iglesia, antes de ir al Palacio de Gobierno. Cuando el hecho sucedió, el escritor Juan Montalvo expresó una célebre frase que quedaría marcada en la historia como la posible causa indirecta de tan trágico hecho: «Mi pluma lo mató». Haciendo referencia a que un escrito de Montalvo, “la dictadura perpetua”, fue el folleto que pudo haber incitado la ira y las acciones que pudieron influenciar en la decisión de los asesinos. Montalvo consideró que su crítica escrita en contra del gobierno de García Moreno pudo haber provocado el acto.

Muchas veces no nos damos cuenta del poder que tienen las palabras en los receptores. Nuestras palabras tienen gran poder, bueno o malo, en función de la manera cómo las expresamos, el motivo que las genera, y el corazón de quienes las reciben.

En el caso de Juan Montalvo, no fueron sus palabras directamente una orden de asesinato en contra de García Moreno, pero si pudo ser el fuego que encendió la leña del corazón de los autores que los motivó a cometer ese horrendo acto.

Las palabras pueden y tienen el poder de edificar, y otras veces de destruir. En ocasiones tienen el poder de consolar, y otras de atormentar. Hay momentos en los cuales con nuestras palabras causamos heridas, y en otras podemos sanar corazones (v. 18). Con lo que sale de nuestra boca podemos bendecir o maldecir al alguien; y aún inclusive podemos dar alabanza a Dios, y luego decir cosas malas a las personas que han sido creadas a la imagen de Él (Stg. 3:9-10).

Por estas razones, debemos ser sabios en lo que permitimos que salga de nuestra boca. Santiago, en su carta, nos dice que la lengua, aunque es un miembro muy pequeño de nuestro cuerpo, tiene gran poder, y que debemos tener cuidado porque ella está afectada por el mal (Stg. 3:5-8). Nuestra naturaleza pecaminosa afecta mucho lo que decimos y cómo lo hacemos. Jesucristo nos dice que por nuestra boca sale lo que está en nuestro corazón, y si nuestra alma está afectada por pecados, lo que sale de ella contamina las relaciones y afecta a las personas (Mt. 15:11).

Sabio es aquel que sabe utilizar sus palabras para instruir, edificar, consolar, animar, guiar, corregir, transformar, sanar; pero el perverso o el hombre necio solamente utiliza sus palabras para hacer daño a los demás y a las relaciones de otros.

Tengamos cuidado de lo que decimos, como lo hacemos, y cuando lo hacemos. No siempre una palabra puede beneficiar al alguien en ese instante, a veces es mejor callar antes que causar dolor o ira. Debemos pensar lo que vamos a decir y no dejarnos llevar por nuestros impulsos, y, sobre todo, cuidemos que lo que decimos no vaya acompañado de nuestros malas intenciones o perversos deseos.

«Una palabra sabia edifica, una lengua perversa destruye» -Ministerio UMCD-

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Oct 11, 202107:33
67 Reflexiones - ¿Qué obstaculiza la fe? (Mateo 14.28-30)

67 Reflexiones - ¿Qué obstaculiza la fe? (Mateo 14.28-30)

Pedro había visto obrar el poder de Jesús en muchos y en una ocasión él quiso experimentarlo, caminando sobre el mar, pero mientras lo hacía su confianza se debilitó a causa del principal enemigo de la fe, consideremos cuál es…

Mateo 14.28-30
“Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!”

En este pasaje nos encontramos con la petición del Apóstol Pedro luego de que Jesús le hablara a él y a los demás Apóstoles diciendo que recobraran el ánimo y que no temieran la tormenta que atravesaban porque Él estaba con ellos.

Sin duda su petición fue un acto de audacia, que nos deja ver quién era él y nos muestra su ímpetu, fuerza, valentía, e impulsividad; que Pedro era un hombre sensible al mensaje de Jesús, creyente y enseñable.

De ahí que Pedro se arriesgara con esa petición, porque él deseaba gozar, disfrutar y obtener todo lo mejor que pudiera de Jesús; y con ella mostró la fe que tenía en Él, porque sabía que bastaba una orden de Jesús para que lo imposible pudiera darse, para que su cuerpo mortal dominara la fuerza del mar y que lo que solo Dios podía hacer le fuera concedido a un hombre común como él.

Pero, ahora que hablamos de la fe de Pedro, es posible que nos preguntemos

¿Qué es la fe?

Pues la fe es lo que vemos en acción en esta experiencia, la fe es salirnos de nuestra barca, de nuestra zona de confort y caminar por la vida apoyados en la Palabra de Dios y no en lo que vemos y controlamos. De ahí que Pablo dijera que los cristianos “andamos por fe y no por vista” (2 Co. 5.7).

Pero ¿Cómo respondió Jesús ante su petición?

Con agrado, con gusto, porque “sin fe es imposible agradar a Dios” (He. 11.6). Así cuando obramos por fe y nuestras peticiones a Dios exigen que la tengamos, podemos confiar que Él va a responder, porque a Dios le encanta que propiciemos momentos en los que Él pueda ser exaltado, reconocido y glorificado a través de nosotros, como lo fue por medio de Pedro, cuando pudo caminar sobre el mar en obediencia al llamado de Jesús.

Pero, no todo fue color de rosa, y ese suceso grandioso, fue empañado por…

El enemigo material de la fe: El miedo…

Sí, el miedo que se interpone en nuestra fe en Dios es nuestro peor enemigo. Y aunque el miedo es una emoción natural después de la caída del hombre, producto de la inseguridad y desconfianza que tenemos porque ya no gozamos de la aceptación total de Dios. El miedo que nos aleja de Él debe ser combatido con todas nuestras fuerzas.

Pero ¿cómo opera en nosotros ese miedo enemigo?

Haciendo que nos enfoquemos más en las circunstancias que nos rodean que en Dios y su Palabra, eso fue lo que le pasó a Pedro, que enfocó su atención en la dureza del viento antes que en Jesús, y por eso el miedo se apoderó de él y se hundió.

De ahí que cuando el miedo nos controla, entonces nos hundimos en la fe y nos perdemos de la gloriosa bendición de conocer más íntimamente a nuestro Salvador.

Pero, la misericordia de nuestro Salvador es maravillosa…

Porque ¿cómo es que Jesús siendo despreciado por Pedro, decide extenderle la mano y rescatarlo del mar? Eso solo lo explica su misericordia, porque Él no nos paga conforme a lo que nos merecemos y en cambio nos da lo que no merecemos.

Así que hermanos, podemos enfrentar el mundo que vivimos, confiando en el poder de Jesús y mostrando nuestra fe en Él, y seguros de que hallaremos su misericordia en todo momento.

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Oct 01, 202108:29
66 Reflexiones - ¿Qué impide que la fe en Dios crezca? (Mateo 14.31-33)

66 Reflexiones - ¿Qué impide que la fe en Dios crezca? (Mateo 14.31-33)

¿Te consideras una persona segura o de aquellas que dudan bastante ante las opciones de la vida? Pues todos en cierto sentido luchamos con la duda, y aún las personas que parecen más seguras de sí mismas lo hacen, porque lo cierto es que la seguridad no se halla en nosotros.

El Apóstol Pedro entendió esta verdad mientras se ahogaba luego de haber caminado sobre el mar, pero a pesar de esa experiencia, aprendió algo muy importante, que como para él, también lo es para nosotros, considerémoslo en…

Mateo 14.31-33
“Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios”

Este es el momento en el que Jesús rescató a Pedro del mar luego de que caminara sobre él y terminara hundido por su temor. Momento en el que Jesús le preguntó a Pedro: “¿Por qué dudaste?”. Mostrándonos que la duda es lo que antecede al miedo, lo que impide el crecimiento de nuestra fe en Dios y nos lleva al estancamiento espiritual y al sufrimiento.

Esa duda resulta cuando no creemos que Dios es Dios, o cuando dudamos de su amor por nosotros y de su Palabra. De ahí que Satanás haya hecho caer a Eva sembrando duda en su corazón. Duda que hizo que Pedro no confiara en la palabra de Jesús, creyendo que ella no era suficiente para liberar el poder que él necesitaba para mantenerse en pie sobre el mar.

Y así como a Pedro, la duda también nos invade a nosotros en muchos momentos, por eso debemos preguntarnos ¿Qué estamos dudando de Dios hoy? ¿Qué problema tenemos, cual es nuestra tormenta? ¿Qué es aquello que sabemos que Dios espera que hagamos pero que no sentimos la fuerza para hacer? ¿Cuál es esa barca en la que estamos que nos produce tanta confianza, pero no nos deja experimentar el gozo de la fe y de conocer a nuestro Salvador de una manera más profunda?

Debemos preguntárnoslo para luchar contra ello, para pedirle a Dios que cambie nuestra duda por su seguridad y así hallemos la fuerza que nos hace falta para creer en Él. Fuerza que experimentan aquellos que viven por fe, que hace que hombres vivan como en un nivel superior porque conocen tanto a su Salvador que viven adorándolo y gozándose en Él. Como en el caso de los Apóstoles, en quienes en ese momento se produjo…

El resultado de la fe…

¡Haber visto obrar a Jesús!

Lo que les permitió conocerlo más y experimentar el deseo profundo de adorarlo solo a Él.

Porque hermanos, el fruto glorioso de la fe, no es hacer cosas maravillosas, grandiosas, impresionantes, y muy significativas; No, … el fruto glorioso de la fe es conocer profundamente a Jesús. Y cuando le conocemos, nos hallamos disfrutando del gozo más grande que hay en la vida… adorarlo.

Sentir esa necesidad de exaltarlo y alabarlo, de postrarse ante Él, sabiendo que se está delante del que nos ama y del que lo fundó todo, del que nos quita la maldición de la duda y nos hace sentir la paz que solo se halla en su presencia.

Pedro se arriesgó, tuvo fe. Y aunque salió regañado, solo se ha hablado de un hombre en la historia de toda la humanidad, aparte de Jesús, que caminó sobre el mar, ¿sabes quién es?… Pedro.

Pidámosle a Dios la fuerza que necesitamos para convencernos que vale la pena tener fe en Jesús, no dudar más y salirnos de nuestra barca para seguirlo a Él.

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Oct 01, 202106:56
37 - Joyas de Sabiduría - No invite al tornado a entrar en casa [Proverbios 11:29]

37 - Joyas de Sabiduría - No invite al tornado a entrar en casa [Proverbios 11:29]

37 – No invite al tornado a entrar en casa

Proverbios 11:29
“El que turba su casa heredará viento;
Y el necio será siervo del sabio de corazón.”

Si hay alguien quien entiende el significado y el costo que tiene el traer personalmente problemas a la casa para que la destruya, ese podría ser el rey David.

Toda la vida de David y la de su familia fue afectada para siempre desde el momento en que él codició a Betsabé. Esta historia de muerte, traición, incesto, intriga, humillación, sublevación y deshonra se encuentran escritos en los capítulos 11 al 22 del Segundo Libro de Samuel y los dos primeros capítulos del Primer Libro de Reyes. No solamente fue su casa la afectada, sino que destruyó la vida y el hogar de Urías, su siervo; y también afectó la estabilidad política de Israel.

Todo inició porque David no pudo contener su deseo pecaminoso sobre Betsabé, y el no poder manejar correctamente todos los demás eventos después de este acto bochornoso, llevaron a que David y su casa sufran por varios años toda esta tormenta.

La Biblia nos dice que “el que turba su casa heredará viento” (v. 29a), haciendo referencia a que puede ser uno mismo quien introduce muchas veces la calamidad y la destrucción de su propia casa, cuando por voluntad propia, nosotros invitamos al tornado a que venga a nuestra casa para que lo trastorne.

A veces puede ser el adulterio, otras la borrachera, las adicciones, el malgenio, el mal uso del dinero, y otras cosas más pueden llegar a destruir un hogar. Cuando abrimos la puerta al pecado en nuestras vidas, muchas veces ese pecado no solamente nos afecta a nosotros mismos, sino que también a los nuestros.

En el contexto del versículo 29 de este pasaje, el problema puede ser asociado al dinero, y en ese sentido, el deseo pecaminoso de las riquezas puede ser la razón del problema, llevando a la persona a ser “siervo” de alguien más por una futura necesidad económica que vendrá con el problema. Muchos hogares tienen en este momento la ausencia de ambos padres porque ellos trabajan por traer “más” dinero a la casa, cuidemos que eso no sea un problema en el futuro.

Es muy importante tener cuidado en nuestras vidas y en las decisiones que tomamos o en los comportamientos inapropiados que dejamos que estén en nuestras vidas y en nuestra casa. No permitamos que nuestros errores vengan a destruir el hogar y que lo único que lleguemos a cosechar es el “viento”.

El fundamento para que nuestra vida y la de nuestro hogar siempre esté estable y bendecido es el temor de Dios. Cuando toda la casa, los padres y los hijos, amen a Dios y lo honren con sus vidas, entonces esa casa será llena de paz y armonía, y prosperada en todo sentido. Tal vez es el momento de parar un poco en nuestro agitado vivir, y comprometernos como Josué a servir a Dios con toda nuestra casa de todo corazón, antes que lo único que quede en ella sea el “viento”.

Josué 24:15
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”

«Cada hogar será bendecido cuando cada integrante de él tema a Dios de todo corazón; el no hacerlo solo traerá calamidades y destrucción» -Ministerio UMCD-

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Oct 01, 202108:00
36 - Joyas de Sabiduría - La prosperidad de la generosidad [Proverbios 11:23-28]

36 - Joyas de Sabiduría - La prosperidad de la generosidad [Proverbios 11:23-28]

36 – La prosperidad de la generosidad

Proverbios 11:23-28
“El deseo de los justos es solamente el bien;
Mas la esperanza de los impíos es el enojo.
Hay quienes reparten, y les es añadido más;
Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.
El alma generosa será prosperada;
Y el que saciare, él también será saciado.
Al que acapara el grano, el pueblo lo maldecirá;
Pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende.
El que procura el bien buscará favor;
Mas al que busca el mal, éste le vendrá.
El que confía en sus riquezas caerá;
Mas los justos reverdecerán como ramas.”

Un joven rico buscaba agradar a Dios, y entre sus múltiples obras bien hechas, le faltaba una que le impediría cumplir el deseo del Señor. Cuando éste se acercó al Señor, Jesús le preguntó si estaría dispuesto a tomar todo lo que tenía como posesiones y dárselo a los necesitados, a lo que el joven respondió con un rostro entristecido y se volvió a sus riquezas, estuvo cerca de agradar a Dios, pero le faltó un corazón generoso y desprendido que amara con libertad a Dios y al prójimo (Mt. 19:16-23).

Pero cuando miramos a las Escrituras, la Biblia nos enseña a ser generosos (Mt. 5:24; Lc. 6:38; Hch. 20:35). La generosidad es parte del carácter de Dios (Ef. 1:7-8), y siempre nos ha enseñado que dar es reflejar Su carácter.

La persona justa siempre buscará hacer el “bien” (v. 23), y por esa razón no se verá a una persona temerosa de Dios siendo avara, codiciosa, usurera o acaparadora; porque entiende que esas ganancias producto de su pecaminosidad no le agradan al Señor.

Por el contrario, “el alma generosa será prosperada” en todo lo que haga (v. 25), porque no solamente tiene las bendiciones de Dios sobre él, sino que las personas a su alrededor apreciarán mucho su bondadoso y generoso comportamiento (v. 27a).

Dios usa a la persona generosa como canal de bendición para las demás personas, y cuando es necesario, Él le dará más para que siga dando al necesitado o ayudando en la obra del Señor (v. 24b, 25b; 2 Co. 9:8-12; Fil. 4:19).

El avaro y egoísta se caracteriza en cambio por retener sus riquezas para sí mismo (v. 24a), cuando hay escasez de productos le gusta acaparar todo, o por motivos egoístas, o muchas veces para aprovechar la necesidad de los demás para después vender en sobreprecio las cosas y así sacar provecho del momento (v. 26a). Muchas veces pone su esperanza en las riquezas, pensando que ellas le serán eternas y nunca le faltarán, pero la Biblia muestra que será todo lo contrario (v. 28a; Pr. 28:22; Lc. 12:13-21)

La prosperidad del generoso no solamente va a ser en bienes materiales, muchas veces puede ser una vida llena de paz y bendiciones en la familia, en el trabajo. Esas personas recibirán siempre el aprecio de quienes los rodean, y encontrará constante satisfacción cuando es usado por Dios y lo entiende. De muchas formas su vida será prosperada.

«La generosidad no empobrece, sino que enriquece, y de muchas otras formas» -Ministerio UMCD-

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Sep 30, 202108:30
35 - Joyas de Sabiduría - Belleza despreciada [Proverbios 11:22]

35 - Joyas de Sabiduría - Belleza despreciada [Proverbios 11:22]

35 – Belleza desperdiciada

Proverbios 11:22
“Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo
Es la mujer hermosa y apartada de razón.”

La belleza puede ser valorada en todo lugar, y a cada paso que caminamos, podemos ver personas que, por su atractivo físico pueden llamar la atención, pero ¿es la belleza física todo lo que se debe admirar de una persona?

Lamentablemente, y de forma despreciativa, muchas veces en los canales de televisión o en las redes sociales se observa cuando en los concursos de belleza ciertas candidatas manifiestan poca aptitud para ganar cuando en sus respuestas a las diferentes preguntas no pueden responder apropiadamente ante la audiencia, y en esos momentos, o por nervios o falta de preparación, las respuestas dejan mucho que desear, y eso afecta las posibilidades de ganar ante el jurado.

De alguna manera, este ejemplo nos da la idea de la necesidad de que una persona no debe ser valorada por la belleza física nada más, sino también por su capacidad intelectual y su razonamiento.

En las diferentes traducciones en español podemos ver que el versículo 22 del capítulo 11 de Proverbios tiene diferentes palabras o frases para traducir la frase en hebreo «sarat táam» que en este pasaje se traduce como “apartada de razón”, “carece de discreción”, “indiscreta”, “fatua”, “falta de razón”.

Así podemos ver que la belleza física o el atractivo de una persona, sea ésta un hombre o una mujer, no tiene real valor cuando no va acompañada de una capacidad de razonar o actuar apropiadamente en la vida. El autor de este versículo compara a la belleza física como un “zarcillo de oro” que es colocado en el hocico del cerdo, el cual, cuando come no valora lo que tiene, y mete su hocico en cualquier lugar sin razonamiento o valorización de lo que tiene en su nariz.

El autor nos quiere llevar a meditar en una combinación no favorable cuando la persona no se comporta bien, aun a pesar de que físicamente pueda tener su atractivo. La palabra «sarat» que habla de estar apartado, es más bien la referencia a una persona que rechaza o da la espalda a la razón, una persona que voluntariamente no quiere razonar apropiadamente, sino que se deja llevar por su impulso de pensar o actuar mal, y es ahí donde esa persona voluntariamente desprecia su virtud física cuando se deja llevar por su falta de discreción o razón, y ese puede ser un comportamiento muy negativo.

Actualmente mucho se da énfasis solamente a la belleza física, y por todos lados, el movimiento “moral” del mundo solo quiere resaltar la belleza física, y poca importancia dan al comportamiento de las personas o su manera de razonar. Nosotros debemos aprender a valorar el todo de la persona, pues eso le da valor real de quien es. Lo físico es superficial y temporal, pero su comportamiento y razonamiento es algo que irá con la persona siempre.

No es la idea de despreciar la belleza como tal, pero más bien, se debería exaltar atributos como la piedad, el buen juicio, y el buen comportamiento en nuestras vidas, porque a la final eso es lo que nos ayudará a vivir en gracia ante Dios y ante los hombres.

«La belleza es pasajera y externa, pero el buen comportamiento y un buen razonamiento hablan mucho más de quien es la persona» -Ministerio UMCD-

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Sep 27, 202107:09
65 Reflexiones - Palabras salvavidas (Mateo 14.25-27)

65 Reflexiones - Palabras salvavidas (Mateo 14.25-27)

¿Sientes que estás atravesando una “tormenta” en tu vida? O ¿Te hallas luchando contra la corriente del mundo?

Los Apóstoles de Jesús también tuvieron un momento en el que se hallaron luchando contra la corriente en medio de una tormenta y se sintieron morir. Pero ese evento estaba planeado para que conocieran de Jesús una faceta que confirmaría su fe en Él y les daría la fuerza que necesitarían para seguir yendo “contra la corriente” a lo largo de su ministerio y vida cristiana.

Consideremos ese momento:

Mateo 14.25-27

“Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!”

Jesús había hecho que sus Apóstoles se adelantaran en su viaje por el mar de Galilea mientras Él pasaba un tiempo de oración, pero esa noche se levantó una gran tormenta que impidió el avance de la barca y puso en riesgo sus vidas, causando en ellos un desespero, que los llevó al límite de sus capacidades.

Pero mientras eso sucedía en medio del mar, Jesús estaba observando desde la distancia lo que pasaba con la barca y oraba a Dios por sus discípulos. Y cuando fue el tiempo, se acercó a ellos.

Es posible que halla tormentas en nuestra vida…

En las que parece que Jesús no interviene a nuestro favor, pero, a pesar de ello podemos confiar en su ayuda, porque así como lo hizo con los Apóstoles, Él conoce a la perfección lo que vivimos, está atento a responder a nuestro favor y en su tiempo lo veremos obrar.

Pero, era necesario que ese tiempo de sufrimiento sucediera en la vida de esos hombres, porque gracias a ello, serían testigos de una señal muy reveladora de la persona de Jesús:

Verlo caminar sobre el agua.

Y es que eso no era cualquier cosa. Era una señal que solo podía ser hecha por Dios, y que al verla en Jesús, le revelaba a sus Apóstoles, su naturaleza divina, su identificación con Dios, con sus atributos y su autoridad, tal como lo dijo Job:

Dios es el que […] anda sobre las olas del mar” (Job 9.5,8)

Pero cuando Jesús notó el terror que estos hombres expresaron cuando le vieron andar sobre el agua, Él les dijo:

“¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!”

Una frase tan corta pero tan poderosa, que fue suficiente para apaciguar sus corazones.

Y así como tranquilizó el de ellos, también puede tranquilizar el nuestro, porque la certeza de la presencia de Jesús con nosotros, nos da la paz que necesitamos para hacer frente a las circunstancias que vivimos.

Y nos insta a…

  1. Tener ánimo

Mantenernos firmes, constantes, ser fuertes, seguir el camino de Jesús, y a…

  1. No temer

No creer que lo que nos pasa está por encima de nuestro Señor, no creer que estamos solos, indefensos y sin fuerza para superar lo que nos amenaza, porque…

El “Yo soy” está con nosotros

El que creó los cielos y la tierra, el que le habló a Moises en el desierto y lo comisionó para liberar a su pueblo de Egipto, el eterno, el Dios de Abraham, el que entregó su vida por amor y luego volvió a tomarla para darnos la vida eterna.

El mesías, que además de ser hombre es Dios mismo: Jesús. Para el que no hay nada imposible, al que ha sido sometido todo y delante del que se doblará toda rodilla.

Ese es el gran Yo soy que nos acompaña, que está con nosotros y que afirma nuestros pasos aun cuando ellos deban ser dados en medio del mar.

Así como esas palabras fueron para ellos, también lo son para nosotros hoy, y si estamos pasando por pruebas, Él nos dice: ten ánimo, Yo estoy contigo, no temas.


Sep 24, 202107:54
64 Reflexiones - ¿Puedo sufrir mientras obedezco a Dios? (Mateo 14.22-24)

64 Reflexiones - ¿Puedo sufrir mientras obedezco a Dios? (Mateo 14.22-24)

¿Será que los hijos de Dios pueden hallarse en medio de “tormentas” por obedecer su voluntad? Esta es una pregunta común que nos hacemos, y más cuando pasamos por situaciones difíciles y estamos intentando discernir la razón por la cual nos hallamos en ellas.

Pensando en esto, la experiencia de los Apóstoles nos ayuda a entender si eso es posible o no, por eso consideremos el siguiente pasaje:

Mateo 14.22-24

En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.

Acá vemos a Jesús obrando de manera muy decidida para que estos hombres se adelantaran en su viaje. El texto nos deja ver que Jesús fue muy activo en eso de subirlos a la barca, no fue que les pidió que lo hicieran, o les recomendó, o se los planteó como una posibilidad, sino que se los ordenó.

Porque aquello era necesario para que los Apóstoles enfrentaran la prueba que se les vendría y Jesús pudiera tener un tiempo a solas de oración.

Pensando en el tiempo de oración de Jesús…

Era común verlo buscar momentos propicios para ello. Algo muy interesante del texto bíblico es que el verbo “orar” que aparece en este pasaje, tiene la implicación no solo de ser una acción que Jesús llevó a cabo, sino también una que le produjo a él mismo un gran beneficio.

Y lo menciono porque muchas veces consideramos la oración solo como un acto que busca mover la voluntad de Dios a favor nuestro, pero pocas veces la vemos como un tiempo que también tiene un beneficio inmediato en nosotros los que oramos; por eso, el sentido del texto nos ayuda a entender esa doble implicación.

Beneficio del que soy testigo, porque a pesar de mi incipiente tiempo de oración, he sido bendecido a través de ella con la paz, claridad y fuerza que Dios concede, cuando nos acercamos a Él.

Pero esta no fue la experiencia de los Apóstoles, porque mientras Jesús se hallaba en un tiempo de calma y sosiego, ellos estaban en la mitad del mar de Galilea, luchando con una tormenta que superaba por mucho sus fuerzas.

Ahora

Respondiendo la pregunta que nos planteamos…

La experiencia de estos hombres nos deja ver que si es posible hallar “tormentas” en nuestra vida como resultado de la obediencia a Jesús.

Porque como hijos de Dios es posible esperar que seamos azotados por las olas de la vida, debido a que el viento nos es contrario, porque como sabemos, luchamos contra la corriente de este mundo y como es natural, ello nos hará el camino difícil.

Pero no luchamos solos, porque Jesús nos ha dado a su Espíritu para hacer frente al mundo, y Él nos llena de poder, amor y dominio propio para que hagamos frente a las tormentas que experimentamos.

Y así como en el caso de los Apóstoles, que cuando vieron a Jesús, su experiencia en la tormenta cambió, en nosotros sucede igual, porque cuando enfocamos en nuestro Señor, en su poder, su amor, su bondad, su propósito y especialmente su presencia en cada situación que vivimos, podemos sentir cómo nuestra experiencia en medio de la tormenta cambia, y entonces hallamos el descanso que buscamos, aun cuando la tormenta permanezca embravecida.

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Sep 24, 202108:19
63 Reflexiones - Preguntas para después de la tempestad (Marcos 4.40-41)

63 Reflexiones - Preguntas para después de la tempestad (Marcos 4.40-41)

¿Sabías que el peor momento para tomar decisiones o sacar conclusiones sobre algún tema es cuando se está en medio de una crisis? Jesús sabía eso y los apóstoles lo aprendieron con la tempestad que enfrentaron, de ahí que Marcos nos hable de las preguntas que surgieron luego de esa experiencia vital de los Apóstoles en…

Marcos 4.40-41

“Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?

Estas fueron las conclusiones que surgieron luego de esa experiencia de vida o muerte que los Apóstoles tuvieron en medio de la tempestad que el Señor calmó. Conclusiones que significaron un reproche de Jesús a los Apóstoles, como en el caso de la primera pregunta:

¿Cómo era posible que luego de todo lo que habían presenciado de Jesús, aún no confiaran en Él?

Lo que explica su desconfianza es que tristemente el hombre puede afirmar tener fe sin vivir conforme a ella, porque hacerlo implica de nosotros una fe mucho más sólida que la que profesamos. Por lo que alguien ilustró la fe con el hecho de sentarse en una silla. Porque cuando vemos una, es posible que afirmemos que ella es lo suficientemente fuerte como para sostenernos, pero, la mejor prueba de nuestra fe en la silla es sentarnos en ella.

Es por eso que existen las pruebas en nuestra vida, porque Dios desea confirmar si lo que decimos creer de Él, realmente lo creemos.

De ahí que sea una gran desdicha pasar nuestros momentos de prueba sin ver a Dios, sin estirar nuestra fe y sin verle obrar a nuestro favor. Por tanto, necesitamos orar para que la próxima vez que estemos pasando por una situación difícil, pongamos nuestra visión en Él y no en la prueba.

Porque enfocarnos en la prueba garantiza que sintamos temor, una emoción que se relaciona de manera opuesta con la fe. Así: a menor fe en Dios, mayor temor; y a mayor fe en Dios, menos temor. Por eso, cuando nuestra fe en Dios es fuerte, podemos gozar de la paz y la confianza que hallamos en Él aun en medio de las peores tempestades.

Una paz que hallamos en la presencia de Jesús y en su Palabra, que tiene grandes promesas para sostenernos en los momentos de tempestad, como estas:

  1. Jesús es nuestro Señor y tiene toda la autoridad en el cielo y en la tierra. (Fil. 2.9-10)
  2. Jesús está con nosotros en todo tiempo. (Mt . 28.20)
  3. Jesús intercede por nosotros ante el Padre. (Ro. 8.34)

Luego de esta primera pregunta…

La segunda que surgió fue la que se hicieron los Apóstoles, cuando dijeron:

¿Quién es este?

Y se lo preguntaron porque su corazón estaba tan endurecido que a pesar de todo lo que habían presenciado, aún no entendían quién era Jesús.

Porque Él no se amoldaba a sus expectativas. Ellos esperaban un Salvador ciento por ciento humano, pero se hallaron con que Él también era ciento por ciento Dios; y claro, estar frente a Dios produce un temor que paraliza, pero también una paz que sobrepasa todo entendimiento.

De ahí que Paul Tripp diga que: «Nuestra paz siempre se basa en la presencia, el poder, y el carácter del Señor. Que no necesitamos vivir en la ansiedad y el miedo porque Él gobierna el cielo y la tierra de acuerdo a su plan. Y que la soberanía absoluta de Dios garantiza el cumplimiento de cada una de sus promesas a cada uno de sus hijos» (Instrumentos en las manos del Redentor, 2019)

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Sep 17, 202108:14
62 Reflexiones - Lecciones que dejan las tempestades (Marcos 4.38-39)

62 Reflexiones - Lecciones que dejan las tempestades (Marcos 4.38-39)

¿Ha sido testigo del poder de las fuerzas de la naturaleza, como en un terremoto o avalancha? Pues no hay nada como eso para que reconozcamos el poder tan limitado que tenemos.

Algo como eso fue lo que vivieron los Apóstoles, quienes, en medio de una gran tempestad, se amedrentaron porque sintieron que su vida se esfumaba. Leamos sobre esto en…

Marcos 4.35-39

“Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.”

Era común que en el mar de Galilea se desataran ese tipo de tempestades como resultado de los vientos recios que se daban en la zona.

Me imagino ese momento de tempestad con el cielo nublado, un viento muy frío rozando la piel de los Apóstoles, el mar moviéndose violentamente, echando cada vez más agua dentro de la barca, y estos hombres mirándose uno al otro, con el presentimiento de lo peor, sorprendidos por ese ataque feroz de la naturaleza, que sabían que no estaban preparados para contener.

Lo interesante, es que, así como en el mar de Galilea…

En nuestra vida las tempestades también son comunes

Hacen parte del día a día porque el riesgo es inherente a la vida.

Por eso la peor forma de vivir es dedicándonos a eliminar todos los riesgos, porque nos volvemos esclavos de esa falsa sensación de seguridad y no hallamos la libertad que se encuentra en la confianza de la presencia de Jesús y en su protección.

Pero mientras los Apóstoles estaban cada vez más asustados.

Jesús ni se inmutaba porque estaba durmiendo.

Así que tuvieron que despertarlo y pedirle que hiciera algo por ellos. Pero su clamor tenía un tono de reproche. Típico en nosotros los humanos, que clamamos a Dios como afirmando que no se interesa o que no nos ama tanto como esperamos, lo cual es una gran mentira.

Lo que pasa, como lo dijo alguien, es que, en medio de la presión, de la prueba y del sufrimiento, nuestra mente se nubla y nuestro entendimiento pierde agudeza. Porque si las pruebas tienen la capacidad de sacar a flote lo que en verdad gobierna nuestra vida, saca ese amor por nosotros mismos mas que por Dios, ese compromiso que tenemos con nuestro bienestar y comodidad.

Pero cuando Jesús escuchó su clamor, lo atendió, reprendiendo al viento y al mar, causando así una gran calma que terminó confundiendo más a los Apóstoles que lo que lo había hecho la tempestad.

¿Por qué sucedió eso?

Porque Jesús tiene la autoridad de Dios.

Autoridad que le permitió solo decir: calla, enmudece, y así fue. Las fuerzas naturales, los poderes que el hombre no ha podido contener y mucho menos dominar, quedaron sumisas en el instante en el que escucharon la misma voz que las creó.

Con base en esto…

¿Qué aprendemos de las tempestades que vivimos?

Tres verdades:

  1. Que serán continuas.
  2. Que es posible que nuestra respuesta inicial frente a ellas sea de temor, porque mientras estemos en el cuerpo esa es una emoción natural, pero, en vez de temer a la tempestad, necesitamos temer a Dios, pero no porque él quiera hacernos daño o represente un peligro para nosotros, sino porque ignorar sus propósitos es el verdadero peligro.
  3. Que debemos aprovechar las tempestades para conocer más a Jesús, para confiar en su cuidado y verlo obrar a nuestro favor, porque Él siempre quiere lo mejor para nosotros.

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Sep 17, 202108:16
34 - Joyas de Sabiduría - Libre su alma de su propia tormenta [Proverbios 11:17-21]

34 - Joyas de Sabiduría - Libre su alma de su propia tormenta [Proverbios 11:17-21]

34 – Libre su alma de su propia tormenta

Proverbios 11:17-21
“A su alma hace bien el hombre misericordioso;
Mas el cruel se atormenta a sí mismo.
El impío hace obra falsa;
Mas el que siembra justicia tendrá galardón firme.
Como la justicia conduce a la vida,
Así el que sigue el mal lo hace para su muerte.
Abominación son a Jehová los perversos de corazón;
Mas los perfectos de camino le son agradables.
Tarde o temprano, el malo será castigado;
Mas la descendencia de los justos será librada.”

Si alguna vez ha estado en medio de una tormenta, entiende lo impetuoso que puede ser el viento, lo oscuro que puede ponerse el día y lo peligroso que se pueden poner las amenazas de un desastre. En Estados Unidos se presentan cerca de 1.274 tornados al año en promedio, y aunque muchos de ellos no llegan a afectar a muchas zonas pobladas, los que lo hacen dejan una estela de destrucción en su paso.

¿Imagínese usted lo que una tormenta puede generar en su propia alma?

El odio y el rencor que se genera en una persona sin misericordia puede ser tan impetuoso que puede destruir cualquier buen sentimiento en alguien, llevándolo a oscurecer su alma a causa de deseos y pensamientos malignos, y lo que eso produce en esa persona y en aquellos sobre los que se descarga esa ira puede ser tremendo e irreparable.

La Biblia nos dice que “el hombre misericordioso se hace bien a sí mismo, pero el cruel a sí mismo se hace daño.” (Pr. 11:17 LBLA) El deseo del Señor es que todos aprendamos a tener “misericordia” hacia los demás (Os. 6:6; Miq. 6:8; Mt. 9:13). En el pasaje del buen samaritano, aprendemos que el Señor Jesús le pide al “intérprete de la ley” a que haga uso de la misericordia (Lc. 10:37), porque ello refleja el carácter de Dios (Lc. 6:36).

Entonces, cuando hacemos uso de la misericordia, lo que estamos es librándonos de cometer un acto malo, y mas bien, expresamos el amor de Dios hacia los demás, esto es lo que Dios anhelo de nosotros, y ello alejará de nosotros la amargura, el odio, el rencor, la venganza.

Y no solo que nos hace bien a nuestra alma, sino que al ser algo que le agrada a Dios, entonces Él obrará con Su misericordia y gracia en nuestro favor (Pr. 11:18b, 20b, 21b; Mt. 5:7).

Pero la tormenta del pecado y las consecuencias de ello llegan a la vida del que obra cruelmente. Podemos ver en una persona que no perdona como su semblante cambia, porque su corazón está infectado de odio y maldad, eso no lo dejará tranquilo, y hará que su mente no descanse porque quiere hacer el mal, y hasta eso, su alma se llena de más odio y venganza. La ira de esa persona puede llegar a ser incontrolable, lo que puede llevarle a más problema, por eso la tormenta llegará hacia sí mismo.

Aprendamos a ser misericordiosos y perdonadores, como nuestro Padre es, eso hará que Su amor se refleje a otros, y de esta manera Él será glorificado, mientras nuestra alma descansa en el mar de la paz, el amor y el perdón con los demás.

«El que no ama y perdona llena su corazón de odio y maldad, trayendo consigo la tormenta de un alma rencorosa, vengativa y despiadada que no encuentra paz» -Ministerio UMCD-

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Sep 13, 202107:43
33 - Joyas de Sabiduría - ¿Quiere no equivocarse? [Proverbios 11:14]

33 - Joyas de Sabiduría - ¿Quiere no equivocarse? [Proverbios 11:14]

33 - ¿Quiere no equivocarse?

Proverbios 11:14
“Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo;
Mas en la multitud de consejeros hay seguridad.”

La Segunda Guerra Mundial posiblemente hubiera tenido otro final si no hubiera sido por la falta de voluntad de Hitler de querer escuchar a los suyos. Muchos historiadores se han puesto de acuerdo al indicar que lo que más afectó la efectividad de la fuerza nazi fueron los errores que cometió Hitler al tomar decisiones unilateralmente, sin querer escuchar a sus más cercanos colaboradores, los generales de mando.

La sorpresiva ofensiva que los alemanes llevaron a cabo para conquistar terreno ruso fue tan impactante al inicio, que cuando ellos llegaron a 30 kilómetros al oeste de Moscú, el mismo Stalin se creyó derrotado; pero como Hitler decidió detener inmediatamente la ofensiva, y desviar el ataque hacia el sur, hacia Stalingrado, detuvo lo que pudo ser una derrota talvez irreparable para los rusos. Esta decisión fue tomada sin consultar a nadie, y sin querer escucharlos tampoco.

Y ya después, cuando estaba frente a Stalingrado, tampoco escuchó a sus generales, quienes pedían retirarse de ese frente por un tiempo para poder reagruparse y lanzar una ofensiva más certera, creyendo que podría hacerlo sin problemas, nuevamente el Führer, Adolfo Hitler, se negó a escuchar las peticiones, lo que terminó con la pérdida de la mayoría de su mejor fuerza bélica que se encontraba acatando ese frente. Todo esto desmoralizó a sus tropas, y esto a la larga le generaría el inicio de la derrota final en la guerra.

La importancia de una buena dirección en el camino que se tiene por delante siempre asegurará un buen final, pero cuando no se sabe hacia donde se avanza, o cuando se rechaza aceptar las advertencias de no continuar, entonces el fracaso siempre nos acompañará.

El sabio no solamente sabe tomar decisiones, sino que también sabe escuchar las opiniones de otros. (v. 14)

Recordemos que no todo el conocimiento que deberíamos tener antes de tomar nuestras decisiones puede que estén con nosotros. Es decir, muchas veces nosotros podemos que no conozcamos todo lo que deberíamos para actuar prudentemente, muchas veces, puede ser que nuestro entendimiento esté afectado por la falta de conocimiento pleno, o por un deseo intenso de hacer algo sin importar cómo, o que nos ha faltado analizar todas las opciones. Es en esos momentos donde necesitamos que otros nos den opiniones sabias que podrían darnos una perspectiva que no estábamos considerando, y que va a ser vital para tomar una decisión.

La mejor dirección siempre va a venir de la Palabra de Dios y de nuestro tiempo de oración. Dios es nuestro mejor “Consejero” (Is. 9:6), y en Su Palabra siempre encontraremos el mejor consejo (Sal. 119:24). Pero también en la “multitud de consejeros se afirman” las ideas (Pr. 15:22) y se halla la “victoria” (Pr. 24:6) que nos puede dar la “seguridad” de avanzar (Pr. 11:14). Es por esto por lo que dependemos de Dios y de buenos creyentes para tomar decisiones que siempre nos pueden beneficiar.

«El prudente entiende que es de sabios buscar consejo en Dios y en otros; el necio marcha sin consultar a nadie, y después pierde» -Ministerio UMCD-

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Sep 10, 202108:35
61 Reflexiones - Eres llamado a algo mejor (Marcos 1.17-18)

61 Reflexiones - Eres llamado a algo mejor (Marcos 1.17-18)

¿Te imaginas ser llamado por Dios para hacer una obra que impacte el mundo, y al mismo tiempo poder conocerlo y deleitarte en Él?, pues un llamado así fue el que vivieron los discípulos de Jesús; y como ellos, nosotros también somos llamados a seguirle y a glorificarlo mientras nos gozamos en Él.

Consideremos ese momento en el que Jesús llamó a algunos de sus discípulos…

Marcos 1.16-18

“Mientras caminaba junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, hermano de Simón, echando una red en el mar, porque eran pescadores. Y Jesús les dijo: «Vengan conmigo, y Yo haré que ustedes sean pescadores de hombres». Dejando al instante las redes, ellos lo siguieron” (NBLA)

Como vemos en este pasaje, Jesús llamó a varios hombres para que lo siguieran, y ese llamamiento implicó varias cosas, era una invitación a ser sus discípulos, sus seguidores y a tener una relación personal con Él.

En la época de Jesús, la relación entre los maestros y los discípulos solía ser muy cercana, por eso, al llamarlos, lo que estaba haciendo, era invitarlos a compartir sus vidas para que en el día a día pudieran conocer de manera única al salvador del mundo.

Y a diferencia de un Rabino (maestro de la ley judía), a quien sus discípulos prominentes le buscaban para recibir su enseñanza. Jesús fue quien tomó la iniciativa y llamó hombres comunes y corrientes para que le siguieran; hombres rechazados, despreciados y hasta humillados por la elite religiosa.

Porque Dios desde el principio es el que nos busca; y va tras hombres que le adoren en espíritu y en verdad y que le amen con pureza.

Ahora, ¿será que el llamamiento que Jesús le hizo a sus discípulos, tiene alguna aplicación para nosotros hoy?

Claro que si, porque como ellos, nosotros también somos llamados a creer en su obra y evangelio, a tener una conciencia limpia, a lavar nuestro pecado en su sangre, y a ser parte de su familia, para que al conocerlo, hallemos el gozo que buscamos y seamos la luz que haga que otros también acepten su llamado.

Pero ¿Cómo respondieron estos hombres?

Lo siguieron.

Fueron a donde Jesús fue, escucharon sus enseñanzas, vivieron como Él vivió, hicieron lo que Él hizo, enseñaron lo que aprendieron de Él, vivieron luchando contra el pecado como agradecimiento por el sacrificio que hizo por ellos, lo declararon el Hijo de Dios y su Señor, le dieron el control de sus vidas y se sometieron a su plan.

Así fue como lo hicieron ellos, pero…

¿Cómo lo estamos haciendo nosotros?

¿Lo estamos siguiendo?, ¿le hemos declarado al mundo que Él es nuestro Señor, o seguimos siendo nuestros propios señores?

Pues nuestra respuesta debería ser como la de ellos, que dejaron su vieja y pecaminosa manera de vivir, y se dispusieron a ser guiados por Jesús para que su plan se cumpliera en sus vidas.

Así, este llamado que Jesús nos hace a través de esta palabra, no solo nos garantiza vida después de la muerte, sino que también nos llama a entregarnos a Él de tal forma que el Padre sea glorificado por medio de nosotros.

La pregunta es:

¿Hemos aceptado ese llamado, nos hemos arrepentido y confesado nuestro pecado delante de Él?

Si ya lo hicimos, ¿estamos viviendo conforme a su enseñanza y ejemplo? Y ¿estamos buscando su palabra con una avidez diaria para encontrar en ella el camino que Jesús ha dispuesto para nosotros?.

El camino que Jesús le ofreció a esos hombres, les aseguró una vida muy superior a la que habrían tenido sí no hubiesen atendido sus palabras. Así que, nosotros también podemos confiar que siguiendo a Jesús, nuestra vida superará por mucho las más altas expectativas.

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Sep 09, 202107:45
60 Reflexiones - ¿Qué dijo Jesús para impactar a tantos? (Marcos 1.15)

60 Reflexiones - ¿Qué dijo Jesús para impactar a tantos? (Marcos 1.15)

¿Qué dijo Jesús para impactar a tantos?

¿Cuáles fueron sus palabras para que la historia del mundo se dividiera en dos, para que hombres menospreciados y humillados se convirtieran en valientes luchadores por el amor y la reconciliación que Jesús testificó durante su ministerio?

Considerémoslas en:

Marcos 1.14-15

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”

Estas palabras que Jesús decía con respecto al cumplimiento del tiempo, indicaban que el Reino de Dios se había acercado, y que por tanto, quienes le escuchaban debían arrepentirse de sus pecados y creer su evangelio.

Esto del acercamiento del reino de Dios era algo muy importante, porque desde la caída de Adán y Eva, Dios prometió un Mesías que libertaría a la humanidad del poder y la condenación del pecado, y a lo largo de la historia, todos los profetas de Dios afirmaron esa promesa, por eso, que Jesús confirmara que el tiempo se había cumplido, representaba que esa promesa se había hecho realidad en Él.

Una realidad que hizo eco en la mente y los corazones de los Israelitas que vieron y fueron testigos de la vida de Jesús. Pero…

¿Será que ellas tienen algo que ver con nosotros hoy?

Sí, tienen todo que ver, porque así como los que escucharon a Jesús fueron instados a responder con fe ante su mensaje, nosotros también lo somos; por eso, necesitamos atender su llamado al arrepentimiento y creer sus enseñanzas.

Pero ¿Qué es el arrepentimiento?

Es un proceso del corazón que implica cambiar el centro de nuestra adoración, llevándonos a un cambio de comportamiento, a un giro de 180 grados en la forma como vivimos.

Es el proceso interno que resulta del Espíritu, mediante el cual, sí robábamos, ya no robamos más; sí mentíamos, o sosteníamos relaciones extramatrimoniales, o nos emborrachábamos, o hablábamos mal de otras personas; ya no lo hacemos, y en cambio vivimos de una manera diferente, motivados por un deseo profundo de agradar a Dios.

Así, la pregunta para nosotros es:

¿Qué tan sensibles somos a nuestro pecado? O ¿Qué tan conscientes somos de lo ofensivo que este le resulta a Dios?.

Pues sí lo somos, hallaremos necesario arrepentirnos de él, confesarlo, llamarlo como Dios lo llama, y en el poder del Espíritu, ejercer un cambio en nuestra vida que vaya en dirección a la santidad que Dios espera de nosotros.

Ahora, resulta interesante y hasta irónico que este sea el mensaje que ha impactado el mundo entero, porque: ¿será alentador decirle a las personas que están sufriendo, que lo primero que deben hacer es reconocer su pecado y arrepentirse delante de Dios?

Pues no lo parece. De hecho, cuando vemos sufrir a alguien, nuestro primer impulso es ofrecerle palabras de esperanza, y sinceramente, estas no parecen ser las más apropiadas.

Pero desde el punto de vista divino, si lo son, porque lo primero que todos necesitamos para tener vida abundante, es tener vida espiritual. De ahí que, necesitamos ese llamado al arrepentimiento, para que a partir del perdón de Dios, podamos gozar de la vida eterna y abundante que Él quiere darnos (Jn.10.10).

«Lo primero que todos necesitamos para tener vida abundante, es tener vida espiritual» - Ministerio UMCD -

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Sep 09, 202107:40
32 - Joyas de Sabiduría - Es de torpes hablar mal del prójimo [Proverbios 11:12]

32 - Joyas de Sabiduría - Es de torpes hablar mal del prójimo [Proverbios 11:12]

32 – Es de torpes hablar mal del prójimo

Proverbios 11:12
“El que carece de entendimiento menosprecia a su prójimo;
Mas el hombre prudente calla.”

Hay varias palabras para definir “entendimiento” (v. 12a), «leb» en hebreo, y entre ellas están las palabras corazón, intelecto, voluntad, cordura, deseo, juicio, etc.; y en muchas de las veces la palabra se la traduce más como “corazón” (Gn. 6:5, 6; 17:17; Ec. 1:16). Entonces, podemos ver que en este caso a la persona aquí mencionada no es solamente alguien que no tiene conocimiento, sino que no tiene buen deseo o corazón también.

Una persona que “carece de entendimiento” en sí, más que solo falta de sabiduría, muestra también un poco de falta de buena voluntad para actuar apropiadamente, y por eso menosprecia a su “prójimo”. (v. 12a)

El desprecio puede venir directamente cuando se encuentra frente a la persona a quien critica o desprecia, pero también puede ocurrir cuando no se encuentra frente a ella, sino que habla a las espaldas de otros. Por otro lado, la persona prudente, aunque tenga razones para hablar, prefiere callar para no desacreditar a su prójimo (v. 12b).

El menosprecio es una manifestación de falta de amor a su prójimo, por lo que sin reparo habla sin contemplación. Y aunque lo que diga no sea una información incorrecta, el hecho no está tanto en lo que dice, sino en el motor detrás de esas palabras: el desprecio. Eso es una ofensa ante el mandato de Dios, Quien nos pide que amemos a nuestro prójimo, aún a nuestros enemigos (Mt. 5:44).

El menosprecio también puede ser una marca del orgulloso, del soberbio. Cuando se cree superior a los demás, esta persona tiene la tendencia de resaltar sus propias virtudes y menospreciar la de los otros, por lo que, con ello, está manifestando que es falto de entendimiento. Porque si comprendiera que cada persona tiene limitaciones, y que no todos somos perfectos en todo, al actuar con orgullo se olvida que el mismo tiene sus propios defectos, y entre ellos la misma soberbia, y que, además, aunque la otra persona no tenga muchas virtudes, si tiene valores que deberían ser resaltados, y por los cuales debemos valorarlos.

La persona “prudente” sabe que no tiene que andar hablando mal de una persona, o comprende que no todo lo que se conozca referente a una verdad es conveniente decirlo; por esta razón, evita hablar del tema. Su mayor preocupación es no causar daño, al contrario, prevenir problemas. Con esto, el “prudente” manifiesta su amor por los demás. Valora a las personas aun con sus pocas virtudes, y recuerda de sí mismo que él también tiene debilidades e imperfecciones. Recuerde: “El torpe habla mal de sus semejantes…” (PDT)

Pablo nos recuerda que debemos mirar a los demás como “superiores” a nosotros mismos, y que debemos vestirnos de “humildad” para hacerlo, esto manifestará nuestro carácter piadoso, como el de “Cristo Jesús” (Fil. 2:3-5).

«Menospreciar a nuestro prójimo es una manifestación de soberbia, falta de amor, y falta de entendimiento» -Ministerio UMCD-

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Sep 08, 202107:34
31 - Joyas de Sabiduría - ¿Hay alegría por la justicia? [Proverbios 11:10-11]

31 - Joyas de Sabiduría - ¿Hay alegría por la justicia? [Proverbios 11:10-11]

31 – ¿Hay alegría por la justicia?

Proverbios 11:10-11
“En el bien de los justos la ciudad se alegra;
Mas cuando los impíos perecen hay fiesta.
Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida;
Mas por la boca de los impíos será trastornada.”

Para la rendición del la Alemania Nazi y el contentamiento de todas las Fuerzas Aliadas se firmaron dos capitulaciones, una el 7 de mayo y la otra el 9 de mayo de 1945. Pero tras la primera firma, la alegría de todos los que vivían en Estados Unidos y en Europa Occidental embargó sus corazones al conocer la noticia del fin de la guerra contra Alemania. El 8 de mayo, tanto en Chicago, Nueva York, Londres y Paris las personas salieron a las calles para celebrar el triunfo aliado; para ellos, era el triunfo de las Fuerzas Aliadas y el fin de las atrocidades ocasionadas por la Alemania de Hitler.

Cuando una persona justa está a cargo de un gobierno local o seccional, o de alguna entidad, sea pública o privada, la alegría que llega al corazón de aquellos bajo su mando es muy grande. El comportamiento de esa persona siempre va a ser motivo de gozo para aquellos que miran con agradecimiento el buen comportamiento y las buenas acciones que esa persona toma en favor de todos (v. 10a).

Pero, en cambio, cuando es una persona mala o pecadora quien está al frente, sus malas acciones siempre van a traer malestar a los demás, y ellos solo se alegrarán cuando esa persona ya no esté en esas funciones o muera (v. 10b). La opresión, la injusticia, la inmoralidad de conciencia de aquellos obran impíamente cuando están al mando de algún cargo siempre van a traer pena a los demás, pero cuando esa persona no está, todo cambia.

La obra del justo no solo que trae alegría, sino que viene con la bendición de Dios. Cuando una persona temerosa de Dios sirve en algún cargo importante, esa persona no solo que hace obras justas, sino que Dios puede bendecir por medio de ello a la ciudad, así como lo fue el tiempo que José sirvió en Egipto como gobernador para el Faraón (v. 11a).

Muchos de nosotros cumplimos alguna función importante en nuestro trabajo, los padres son líderes en sus hogares, y muchos servimos en la iglesia del Señor, y nuestra obra justa siempre será de bendición para aquellos a nuestro alrededor y motivo de alegría para todos.

Pero imagínese si nuestro comportamiento no es el adecuado, cuanto mal estaremos haciendo para los que nos miran, y cuanto pesar debe estar llegando al corazón de ellos.

Comprometámonos a actuar justamente siempre, no importa en donde estemos desarrollando nuestras actividades, seamos motivo de alegría y fuente de bendición para otros. Oremos por aquellos que obran bien en algún cargo público y demos gracias a Dios por ellos; y pidamos, para que aquellos que obren mal cambien su comportamiento o dejen su cargo para alguien piadoso que pueda bendecir a todos por sus buenas acciones.

«Solo el buen accionar del justo puede ser de bendición para todos, las malas obras del impío solo traen calamidad» -Ministerio UMCD-

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Sep 07, 202106:43
30 - Joyas de Sabiduría - El peligro de una persona falsa [Proverbios 11:9]

30 - Joyas de Sabiduría - El peligro de una persona falsa [Proverbios 11:9]

30 – El peligro de una persona falsa

Proverbios 11:9
“El hipócrita con la boca daña a su prójimo;
Mas los justos son librados con la sabiduría.”

Según al Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia Nelson, se define al “hipócrita” como «el que pretende o finge ser lo que no es. Es una transcripción del vocablo griego hypokriteis, que significaba actor o protagonista en el teatro griego. Los actores solían ponerse diferentes máscaras conforme al papel que desempeñaban. De ahí que hipócrita llegara a designar a la persona que oculta la realidad tras una «máscara» de apariencias». Y según Salmos 26:4, es la persona que le gusta vivir “simuladamente”.

Como podemos leer entonces, el “hipócrita” es alguien que detrás de su rostro de amistad o buena voluntad hacia alguien, lo que oculta es una perversidad o malicia que la esconde para lograr su acometido maligno.

Muchas veces el “hipócrita” puede aparentar una vida religiosa muy elevada (Mt. 6:5, 16; Mr. 7:6), y el Señor Jesucristo enfrentó a líderes religiosos que guiaban a Israel con ese comportamiento en Su tiempo (Mt. 15:1-9; 16:1-4; 23:1-36). Por lo que vemos que la capacidad de enmascarar su comportamiento por parte del hipócrita es muy alta, ya que el pueblo creía que estaban siendo guiados adecuadamente por gente piadosa y devota de Dios.

Según Proverbios, el “hipócrita” es peligroso porque puede engañar con su boca a las personas (v. 11a), y aprovechando el engaño, pueden sacar provecho para obtener lo que ellos desean. Se pueden mostrar amigos o colaboradores fieles de la persona, pero en el fondo, lo único que los motiva es el lograr su propia meta.

El “hipócrita” muestra su verdadero carácter, cuando lejos de la persona de quien aparenta ser amigo, habla mal de su prójimo, y muchas veces miente para dañar esa reputación, y es ahí en donde el mayor peligro se encuentra (“El hipócrita hunde al prójimo con su boca…” Pr. 11:9a BTX).

Necesitamos ser sabios para poder identificar ese peligro (“… Pero los honrados se libran porque lo saben.” Pr. 11:9b BTX). El sabio puede llegar a desarrollar el discernimiento que le ayudará a identificar a la persona “hipócrita”, y esto le puede librar del peligro de desarrollar una amistad de confianza con el falso.

Siempre es bueno desarrollar amistades sólidas y saludables, amistades que nos ayuden en tiempo de necesidad, y en las cuales podemos confiar por su sinceridad y buen deseo hacia nosotros. Por eso, debemos ser cuidadosos en saber a quién confiamos nuestra vida y con quién interactuamos, para evitar desalientos que podrían venir cuando el hipócrita llega a nuestro círculo más cercano, en dónde ya sea tarde y seamos afectados.

Cuando usted se encuentre ante una persona que actúa de una manera frente a alguien, y cuando está lejos de ella actúa diferente, entonces puede saber que está ante una persona falsa. Y más, cuando habla mal de esa persona, entonces es cuando usted debe tener cuidado, porque el “hipócrita” puede hacer lo mismo con usted.

«El hipócrita muestra su verdadero rostro cuando disfruta hablar mal de los demás» -Ministerio UMCD-

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Sep 06, 202107:29
59 Reflexiones - La señal de un creyente (Marcos 4.20)

59 Reflexiones - La señal de un creyente (Marcos 4.20)

La señal de un creyente

¿Qué será lo que distingue a un verdadero creyente del resto de personas?

Podemos responder esta pregunta por medio del último grupo de oyentes que se menciona en la parábola del sembrador; este nos ayuda a entender lo que diferencia al verdadero creyente del resto de oyentes de su Palabra.

Consideremos lo que dice:

Marcos 4.20

“Y otros son aquellos en que se sembró la semilla en tierra buena; los cuales oyen la palabra, la aceptan y dan fruto, unos a treinta, otros a sesenta y otros a ciento por uno”.

Estos oyentes de la palabra de Dios son característicos porque tenían una tierra buena (un corazón receptor de la gracia de Dios para salvación); lo que les permitió oír la palabra y aceptarla. No fueron solo oidores de ella sino también hacedores. Oyentes que por fe respondieron con obediencia.

En la parábola se resalta el hecho de que en todos los grupos de oyentes hubo un Sembrador, una semilla y en algunos de ellos raíces, pero solo este último grupo dio fruto como resultado de la transformación que la palabra ejerció en sus vidas.

Pensando en esto es claro que podemos conocer el interior de una persona con base en lo que hace. De ahí que Jesús dijera que el árbol se conoce por su fruto (Mt.7.16a).

Y que por eso afirmara en…

Juan 15.8 “En esto es glorificado Mi Padre, en que den mucho fruto, y así prueben que son Mis discípulos”

Por eso el fruto de la palabra de Dios en nuestra vida es una prueba de la fe en Él; porque separados de Jesús no podemos hacer nada.

Pero ¿por qué es que los verdaderos creyentes pueden producir fruto?

Porque ellos permanecen en el amor de Jesús, obedeciendo sus mandamientos, y así, en Cristo tienen el poder de producir fruto que lo glorifique.

Pero ¿qué significa permanecer en el amor de Jesús?

Significa que nuestra vida sea transformada por la renovación de nuestro entendimiento, haciendo que Su Palabra more en abundancia en nosotros, de tal forma que ella sea el filtro que defina nuestra forma de pensar, las decisiones que tomamos y haga que nuestros afectos sean reenfocados en Dios, pasemos del amor egocéntrico e idolátrico, a amarlo y adorarlo solo a Él.

Cuando esto se hace realidad, entonces florecemos y damos el fruto que nos identifica como hijos del Dios altísimo.

Un fruto que se evidencia cuando lidiamos con las persecuciones, aflicciones, pruebas, rechazo, burlas y deseos del viejo hombre; y que revela el poder del Espíritu Santo en nuestra vida.

«El creyente es probado por su fruto» - Ministerio UMCD -

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Sep 02, 202106:05
58 Reflexiones - ¿Todos somos hijos de Dios? (Lucas 8.5-7)

58 Reflexiones - ¿Todos somos hijos de Dios? (Lucas 8.5-7)

¿Será que todos los que oyen la palabra de Dios y responden positivamente son verdaderos creyentes e hijos suyos?

La parábola del Sembrador nos da la base para responder esta pregunta, y aunque no resulta fácil comprender su mensaje a primera vista, gracias a Dios que los discípulos de Jesús le pidieron que se las explicara, porque sí no hubiese sido así, tal vez seguiríamos pensando qué quiso decir con ella.

Consideremos lo que dice:

Lucas 8.5-7

El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron.

En esta parábola Jesús caracteriza a cuatro tipos de oyentes de Su Palabra. Nos ayuda a entender que el sembrador es todo aquel que la predica y enseña, y que la semilla es Ella misma, la diferencia determinante en la Parábola es la tierra, que simboliza el corazón humano, por eso Jesús distinguió cuatro tipos, porque aunque la semilla cae en todos, el resultado es diferente en cada tipo de oyente.

Consideremos los tres primeros para dar respuesta a la pregunta que nos planteamos.

  1. Los oyentes desinteresados

Estos son la tierra que está junto al camino. Oyentes que no le hayan valor a la Palabra de Dios, no se identifican con ella y son descuidados porque no se dan el tiempo para meditar en ella. Son como el tipo de oidor que define Santiago, que mira en la Palabra como sí viese su rostro en un espejo, pero al dejarlo, se olvida qué clase de persona es (Stg. 1.23-24).

Algo importante en ellos es la influencia de Satanás, que no pierde oportunidad para llevarse la palabra que se ha sembrado en sus corazones. Así que haríamos mal en ignorar la actividad de Satanás en el conocimiento de la Palabra, porque según el texto bíblico, él de manera recurrente encuentra maneras de mantener enceguecidos a quienes escuchan el mensaje de salvación.

  1. Los oyentes egocéntricos

Son aquellos en los que la semilla cayó sobre la piedra y nacida se secó. Son el tipo de oyente de la Palabra que da una respuesta inicial entusiasta, pero como resultado de sus intereses y emociones. Que se acercan a Dios pensando que Él les puede traer las bendiciones que buscan, como si fuera un amuleto que les garantiza su prosperidad, salud, amor, trabajo, éxito, fama y paz.

Pero cuando llegan las tribulaciones o la persecución por su gusto y posible identificación con la Palabra de Dios, tropiezan. Huyen y no vuelven, mostrando que su dios no era Dios, sino ellos mismos, su comodidad, bienestar y placer. Les parece costoso perder relaciones, oportunidades y estatus por el nombre de Dios.

Son el tipo de personas a las que Eugene Peterson se refiere cuando dice que: ven la religión como una manera para alcanzar una vida exitosamente feliz; por eso nada que interfiera con el éxito o interrumpa su felicidad será tolerado (Peterson. & Alvarez-Scarpitta., 2006).

El siguiente grupo son:

III. Los oyentes amantes del mundo

La parte que creció entre espinos y que terminó ahogada por ellos. Ellos parecen responder a la Palabra en cierta medida, creen que Ella es importante, pero también creen lo mismo del mundo, le equiparan a la sabiduría humana y por eso buscan agradar ambos bandos sin comprometerse mucho en alguno.

Pero no saben que es imposible servir a dos señores (Mt. 6.24) y que al tener amistad con el mundo, son enemigos de Dios (Stg. 4.4-5)

Por eso el amor que sienten por el mundo, los termina consumiendo y apartando de Él.

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Sep 02, 202108:26
29 - Joyas de Sabiduría - El día que reinará la justicia [Proverbios 11:8]

29 - Joyas de Sabiduría - El día que reinará la justicia [Proverbios 11:8]

29 – El día que reinará la justicia

Proverbios 11:4-8
“No aprovecharán las riquezas en el día de la ira;
Mas la justicia librará de muerte.
La justicia del perfecto enderezará su camino;
Mas el impío por su impiedad caerá.
La justicia de los rectos los librará;
Mas los pecadores serán atrapados en su pecado.
Cuando muere el hombre impío, perece su esperanza;
Y la expectación de los malos perecerá.
El justo es librado de la tribulación;
Mas el impío entra en lugar suyo.”

Vivir en un mundo donde la injusticia impera y en donde la maldad parecería que gobierna sobre los rectos, daría la impresión de que no hay quien haga pagar correctamente al impío y los justos siempre tenga que sufrir. Pero la verdad es que no es así.

Si bien, a causa del pecado la maldad parecería que no tiene juez, lo cierto es que tarde o temprano las malas acciones tienen que ser pagadas por aquellos que obran mal.

En el pasaje de estudio aprendemos que ni las riquezas serán suficientes para aquellos que un día tengan que pagar por sus malos actos, sea en esta vida o en la eternidad. Y aunque muchos sobornan a las autoridades aquí en la tierra, ante el Juez Supremo, nada de lo que hagan les podrá ayudar. En cambio, al justo, su buen comportamiento le podrá librar de una tragedia (v. 4).

El justo, por su buen deseo de hacer lo recto siempre, siempre encontrará la manera digna de vivir haciendo el bien, pero el impío tarde o temprano caerá por su pecado, y ahí será muy difícil recuperarse (v. 5). El pecado de los malos tarde o temprano obrará sobre el impío como una trampa del cual no van a poder salir (v. 6; Comp. Stg 1:13-15).

El impío siempre pone su esperanza en sí mismo y en lo que puede lograr para enfrentar el futuro, pero llegará el día cuando nada de lo que tenga a su alcance lo librará del mal, y ahí se quedará destrozado, pues no tendrá esperanza de nada (v. 7).

Como retaliación en contra del injusto, cuando llegue el día en que venga la justicia para el recto, todo lo que haga en mal en contra de su prójimo le vendrá sobre él, y ahora será el impío quien tenga que pagar por su maldad, y con ello vendrá la tribulación (v. 8). Dios tarde o temprano hará pagar al impío, sea aquí en esta vida o en la eternidad (Dt. 32:35; Ro. 12:19; He. 10:30).

Pero también recordemos que hay una implicación eterna en este pasaje, y es que, todos por nuestras injusticias tendremos que pagar por nuestros pecados (Ro. 6:23). Pero Dios en Su misericordia quiere perdonarnos para librarnos del castigo eterno, y la única manera de hacerlo es mediante la fe en Jesús, Quien ya pagó por nuestra maldad en la cruz; ahora nosotros debemos poner nuestra esperanza en Él, pedir perdón y clamar para que nos salve de nuestra condenación, y solo así seremos librados del castigo eterno, y seremos declarados justos (Ro. 5:1; 8:1).

«Que el impío nunca olvide que tarde o temprano recibirá el justo pago por su maldad, y el justo será reivindicado» -Ministerio UMCD-

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Aug 27, 202109:12
57 Reflexiones - ¿Por qué no entiendo la Biblia? (Marcos 4.12)

57 Reflexiones - ¿Por qué no entiendo la Biblia? (Marcos 4.12)

¿Por qué no entiendo la Biblia?

¿Han pensado que la palabra de Dios es locura y que los que creen lo que ella dice están locos?

Pues las mismas Escrituras nos explican por qué algunos piensan de esa manera y no pueden entender las verdades espirituales que ellas enseñan.

Por lo tanto, consideremos lo que dice:

Marcos 4.11b-12

“Les decía, «pero los que están afuera reciben todo en parábolas; para que viendo, vean pero no perciban, y oyendo, oigan pero no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados».”

Este pasaje nos habla de un grupo de personas que escucharon las enseñanzas de Jesús, pero a quienes no se les dio la gracia de comprenderlas, porque su corazón estaba endurecido y no lograban percibir la realidad espiritual que hay en ellas.

Por eso Jesús enseñaba por medio de parábolas. Que eran historias de la vida diaria que Él usaba para ilustrar los principios de Dios; y que también le servían para que solo aquellos que eran llamados a salvación, entendieran. Mientras que los demás, aunque las escuchaban, no las entendían, y de esa manera no tenían conciencia de su pecado y no eran perdonados.

Pero, el problema no es el mensaje de Jesús, porque en sí mismo, él es sencillo y puro; tanto que hasta un niño lo puede entender, de ahí que se diga que de los niños es el reino de los cielos (Mt 19.14). Lo que explica que haya quienes no las entienden, es que Dios no les ha concedido la gracia para ello, y ha permitido que sus corazones se mantengan endurecidos. Porque al tener la gracia de Dios, entonces se comprende el mensaje de las Escrituras.

Ahora, la gracia especial de Dios con algunos puede hacernos cuestionar su justicia, pero la verdad es que Dios es justo. Porque nos ha dado a todos las mismas posibilidades para acercarnos a Él y conocerlo. Nos ha dado una conciencia que establece lo bueno y lo malo a partir de su regla, nos ha dado la creación, que expresa su eterno poder y deidad, y desde el principio del mundo, el ser humano ha tenido su palabra para conocerlo y vivir como Él aprueba.

Así, mientras no se oiga su palabra en un sentido espiritual, y no se le comprenda, no habrá arrepentimiento y perdón de pecados.

Espero que éste no sea el caso, pero sí lo es, con este artículo Dios está mostrando su deseo de dar el entendimiento que se necesita para comprender que somos pecadores y deudores suyos, pero también receptores de su salvación en Jesús, quien llevó en la cruz el pago por nuestro pecado; y si lo creemos, entonces hemos hallado su regalo de perdón y salvación, y nuestro corazón ha sido transformado por su gracia.

¿Cómo esta nuestro corazón?

«Si nuestro corazón está endurecido no comprenderemos la palabra de Dios» - Ministerio UMCD –

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Aug 26, 202105:59
56 Reflexiones - ¿Qué debo hacer para entender la Biblia? (Marcos 4.10-11a)

56 Reflexiones - ¿Qué debo hacer para entender la Biblia? (Marcos 4.10-11a)

No ha habido otro en la historia del mundo que pueda atraer a tantas personas como Jesús, que lo hacía no para entretenerlas o hacerlas sentir bien, sino para enseñarles las verdades de Dios, y confrontar con ellas sus vidas. Y aunque muchos eran puestos entre “la palabra y la pared” por la forma pecaminosa como se comportaban, aun así, le seguían y escuchaban.

Pero Él les enseñaba de una manera particular, lo hacía a través de parábolas, historias de la vida cotidiana que Jesús usaba para ilustrar las verdades que les quería comunicar; el problema, es que no siempre resultaban fáciles de comprender, porque Jesús no lo daba todo masticado; por el contrario, quienes le escuchaban debían quedarse pensando en lo que Él había querido decirles más de una vez.

Y en una de esas ocasiones en las que les enseñaba a las multitudes, les dijo la parábola del sembrador, que resultó ser difícil de entender, y por eso algunos tuvieron que pedirle que les explicara su significado. Él accedió a ello, no sin antes decirles algo muy importante que es el centro de este artículo, veámoslo en:

Marcos 4.10-11a

“Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola. Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios.”

¿Alguna vez nos hemos sentido confundidos leyendo la palabra de Dios? ¿Ha habido partes que no hemos podido entender y explicar?

Pues en este pasaje Jesús nos explica por qué podemos entender su palabra, mientras hay otros que no lo pueden hacer; y es porque nuestro entendimiento de ella depende de la gracia y la voluntad de Dios. Sabemos esto porque Jesús lo dijo, afirmando que a ellos se les había dado saber los misterios del reino de Dios, mientras que a los de afuera no.

Así que, hasta la comprensión de su palabra, es un regalo que recibimos de Él. Una expresión de su gracia, de su favor, y de su amor para con nosotros.

De ahí que nuestra comprensión del evangelio es una gracia (regalo) que hemos recibido de Dios para que comprendamos su santidad, la deuda que tenemos con Él a causa de nuestro pecado, y la obra de salvación de Jesús. Pero hallarnos en ese punto es solo el comienzo de su conocimiento y de la comprensión de los misterios de su Reino.

Es por esto por lo que en nuestra carrera cristiana debemos seguir dependiendo de su gracia para comprender su Palabra, para ser iluminados por su Espíritu y aplicar sus principios a nuestra vida diaria, y para ello necesitamos hacer dos cosas muy importantes:

  1. Buscarlo a Él de todo corazón.

Tal como lo dice Jeremías 29.13:

“Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo corazón.” (NBLA)

Y es a partir de ese deseo genuino de conocerlo más que hallaremos la motivación para pedirle que nos conceda la gracia de comprender su palabra. Porque comprenderla no depende de nuestros estudios, coeficiente intelectual, tiempo en la iglesia, del predicador que nos la enseña, ni de la versión de la Biblia que usemos. En cambio, depende de la gracia y la voluntad de Dios para con nosotros.

Y lo otro que debemos hacer es:

  1. Ablandar nuestro corazón.

Arrepentirnos de nuestro pecado, confesárselo y buscarlo con un corazón limpio.

Por eso Jeremías le dijo a los Israelitas:

Jeremías 4.3

“¡Pasen el arado por el terreno endurecido de sus corazones!” (NTV)

Ver más en:

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Aug 26, 202107:55
28 - Joyas de Sabiduría - ¡Cuidado soberbio, viene tu caída! [Proverbios 11:2]

28 - Joyas de Sabiduría - ¡Cuidado soberbio, viene tu caída! [Proverbios 11:2]

28 – ¡Cuidado soberbio, viene tu caída!

Proverbios 11:2
“Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;
Mas con los humildes está la sabiduría.”

Hay un dicho popular que dice así: «Entre más alto el árbol, más dura la caída». La fuerza de gravedad influye más en la aceleración de una caída cuando mayor es la distancia entre el objeto y el suelo; y en el caso de un árbol, entre más grande está, también su mayor peso influye más sobre la gravedad, haciendo que el impacto de esa caída se incremente exponencialmente.

La idea detrás del dicho es que una persona que se cree estar en una condición más elevada en relación con el resto, cuando caiga de esa condición vana de pensar a causa de alguna humillación, el dolor de esa caída traerá mayor impacto sobre su ego.

En la Biblia tenemos la historia del rey Nabucodonosor, un hombre que había soñado literalmente ser
un “árbol” que crecía muy fuerte, y que “su copa llegaba hasta el cielo” (Dn. 4:10-12). Pero en su visión miraba como desde el cielo llegaba su juicio, indicando que sería humillado si no se arrepentía de su soberbia (Dn. 4:13-17). Daniel le explicó el significado del sueño, pero también le dio el consejo de dejar su soberbia y que se arrepintiera (Dn. 4:27), pero el rey no escuchó, y Dios lo castigó con un problema físico-mental que lo mantuvo en una terrible condición por varios años hasta que se arrepintió (Dn. 4:28-34).

El pecado de la soberbia u orgullo es uno de los pecados que Dios abomina (Pr. 16:5), también se lo conoce como arrogancia, jactancia, altivez. Es la idea que tiene una persona de atribuirse grandeza en sí mismo por creer estar en una condición superior a los demás. Fue el orgullo lo que le llevó a Satanás a pecar cuando quería llegar a ser como Dios, ya que se veía a sí mismo superior a los demás ángeles y seres creados (Is. 14:11-15; Ez. 28:12-19).

Una persona realmente sabia es humilde (Pr. 11:2b). Muchos se creen “sabios” y andan divulgando su “sabiduría” con soberbia, pero eso no es congruente con el verdadero sabio. Aquel que ha alcanzado sabiduría bíblica entiende realmente que todo lo que sabe ha venido de Dios, y que hay alguien superior a él en conocimiento, el Señor. Además, el sabio bíblico reconoce que tiene limitaciones a causa del pecado, y que en verdad no hay mucho de que jactarse. Por otro lado, el sabio bíblico reconoce que la soberbia nubla la mente del altivo, lo que no le permite ver que tiene debilidades, por eso entiende que la jactancia no es provechosa. Y, por último, el sabio sabe que la soberbia trae consigo la deshonra, cuando después de haberse elevado hasta las nubes, viene algo que lo humilla, y con eso el dolor del oprobio (Pr. 11:2a).

El sabio llega a conocer la vida desde la perspectiva divina, y solamente a aquellos humildes de corazón les es dada la sabiduría. Pero esa misma persona puede volverse altiva después de adquirir conocimiento, cuando deja que ese conocimiento llene su mente de vanidad y jactancia por haber alcanzado esa sabiduría.

Cuidémonos de la soberbia, reconozcamos cada día que realmente somos personas imperfectas y limitadas, que no debemos dejarnos seducir ni atrapar por la vanidad, porque entonces nuestro corazón comenzará a apartarse de Dios, y pidamos al Señor que nos guarde de ese pecado.

«El soberbio es sabio en su propia opinión y no reconoce que su limitado conocimiento está nublado por la vanidad; el humilde sabe que no conoce todo y en su condición está presto a aprender más» -Ministerio UMCD-

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Aug 26, 202109:38
27 - Joyas de Sabiduría - ¿Cómo mira Dios al deshonesto? [Proverbios 11;1, 3]

27 - Joyas de Sabiduría - ¿Cómo mira Dios al deshonesto? [Proverbios 11;1, 3]

27 - ¿Cómo mira Dios al deshonesto?

Proverbios 11:1, 3
“El peso falso es abominación a Jehová;
Mas la pesa cabal le agrada…
La integridad de los rectos los encaminará;
Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos.”

La honestidad es la actitud del que no engaña o defrauda a nadie, menos se apropia de lo que es de otros. También se considera como la actitud de aquel que cumple escrupulosamente con su deber o función. Y, además, una persona honesta es aquella que respeta y cumple las normas de comportamiento social y moral presentes en una comunidad o sociedad.

En la antigüedad, cuando se comercializaba de forma rudimentaria, sin equipos de medición de peso estandarizados y tan exactos como tenemos ahora, se dice que «a veces los mercaderes deshonestos tenían dos juegos de pesos, uno para comprar y otro para vender. Los de comprar pesaban más de lo debido, de modo que así conseguían más mercancía de la que pagaban. Con los pesos de vender pasaba lo contrario, de modo que el comprador recibía menos de lo que pagaba.» (MacDonald, W.)

La persona deshonesta presenta varias características pecaminosas que acompañan a esta actitud inapropiada, y que hacen del deshonesto alguien que es despreciado por Dios:

1. Mentir o Engañar: Para poder conseguir su beneficio, el deshonesto tiene que mentir para ocultar las intenciones detrás de sus actos.
2. Codicia: Uno de los motores de sus malas acciones es la codicia; como desea obtener más y más a cada momento, el deshonesto es motivado por el amor al dinero para conseguirlo.
3. Egocentrismo: Al deshonesto no le importa los demás, su principal foco de atención es lograr lo que él desea, y de esta manera, pisotea el derecho y el bienestar de los demás.
4. Falta de amor al prójimo: Sus acciones manifiestan que las demás personas no son el objeto de su esfuerzo ni su preocupación, por lo tanto, no le molesta para nada hacerles daño, al contrario, los mira como instrumentos para obtener lo que desea, y si es de ser necesario toma de ellos lo que quiere sin compasión ni preocupación de su prójimo.

Con todo lo que podemos aprender, vemos que el deshonesto no entra para nada en el agrado del Señor. Su comportamiento de vida tarde o temprano lo va a llevar a pagar por lo que hace, y muchas veces terminan en la deshonra, la cárcel, y la pérdida de todo lo que obtuvieron de mala manera, teniendo que devolver lo que arrebataron impíamente de las manos del prójimo.

En cambio, el honesto es visto con agrado por Dios, su vida siempre será apreciada por los demás. Su reconocimiento será exaltado entre todos, y la confianza que recibe por su buen comportamiento siempre le harán digno de designaciones importantes, porque la integridad en ellos los encaminará por una senda recta.

Que Dios nos ayude a vivir siempre alejados del comportamiento deshonesto, y recordemos que tarde o temprano, si actuamos indebidamente, pagaremos por nuestros malos actos si decidimos caminar en ellos.

«El deshonesto tarde o temprano es descubierto, y pagará por ello; el honesto por su parte, siempre caminará tranquilo, sabiendo que sus actos siempre serán su confianza» -Ministerio UMCD-

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Aug 25, 202109:23