Poe-Tree. Versos en Voz.
By J. Miguel Martínez Dueñas
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Poe-Tree. Versos en Voz.Dec 13, 2020
Constantes
Constantes
Saltar a uno mismo
y tragarse las sombras
cazar los fantasmas de los porqués
dejar de sentir tierra bajo los pies.
Ser constante reloj de arena
Ser la brújula del perdido
al encontrar oro en el error de buscarse tan constante para derretir los soles
y esculpir estrellas o desgarrar el cielo
y vencer los espejos
después cantar la victoria y aprender de la derrota
constante como la oscuridad;
que no deja que se caiga el tiempo
ningún segundo queda vacío
pero es imposible impedir que se queden en nada
todas las pausas…
…en el instante
de un preciso silencio en el que el mundo
se detiene entre dos bocas.
Al extender el tiempo y darle nombre
a cada pedacito de hora
guardardo para poder soportarme.
Entonces mejor ser el silencio
y después ser el villano que acaricia un gato,
o eclipsar todas las luces del cielo a una mano sin acumular la rabia que deja el sabor podrido del mundo
para en la cima
izar las banderas de los gritos
y hacer que
la densidad de la mirada
colapse los agujeros negros en el corazón
El amor es una constante
sístole de otro cuerpo que borra la mancha del el alma
las ganas de ceder
con la eternidad entre moronas de recuerdos
donde te quiero
en un barco de papel
saltar por la borda
y nadar con las sirenas que viven en tus ojos
sin ahogarme en las lágrimas.
Ser constante
tu constante
quedarme a vivir en medio de un suspiro
dejar que me respires hasta quedarme sin aire
pero quedarme en ti
y ver a dónde ven tus ojos
hacerme nido en tu hombro
y desde ti
ser el filo y no la espada
el calor y no el fuego
ser los segundos y no el reloj
ser el más tarde y no tal vez
ser judas sin traición
ser el loco sin miedo
el lobo y no el cuento
el héroe sin tragedia
y el adivino sin error
ser la prosa
el verso
o la profecía
el café
el cigarro
y otra vez el café.
Ser nosotros constantemente
ser contigo
ser la falta
serlo todo
al pescar el tiempo de tu boca
puedo tatuar silencios en tus lunares
Rompen las olas en mi cuerpo
al andar los días sin tu mano
el suave remedio a mi soledad calcinada por el recuerdo de bailar hasta deshacerme los pies.
los pretextos
y grabar en algún hueco del cerebro
el mapa de tu anatomía entre mis dedos
cada lunar
cada cicatriz
cada centímetro de tus playas morenas
dónde ya no importa ganarse el cielo
si existe la desnudez
para amar tan rápido con la duración de un orgasmo
o al amar lento hasta mentirle al tiempo
saltar a mí mismo
desde mí mismo
para ser yo mismo
poeta
para ti
todas las veces posibles
en el abismo que guardan tus pupilas .
Algún rincón
Algún Rincón
Algún rincón
Donde ya no queda
ola tras ola
ojo por ojo
garra por garra
nube a nube
hoja a hoja
se encuentra la debilidad del espíritu
en el murmuro de mis dedos
nace un poema en el zenit del tiempo
un astro intermitente
de las zonas más suaves del cerebro
renacido en el hondo rumor
desde mi herida en la costilla
nace un sonido
con las golondrinas de la mirada
jamas hay vuelos breves
en la paráfrasis del cielo
entre instantes nocturnos
desnudez felina
bajo la sombra de una nube
tu cuerpo mojado
empieza donde termina el mar
es suerte y cosa de signo
desconsuelo sutil
en algún rincón del pecho.
Apóstata II
II
Nada ha cambiado
desde que corrí a Dios
de otro poema
para dejarte sólo a ti.
Se ha hecho más clara
la parte humana
mortal e imperfecta
que habita en nosotros
sabemos que nunca estamos más allá de todo.
Tan claro como la luz surca tu mirada
el espacio vacío no madura el cariño
y menos la distancia.
Vida de mi carne
no importan las grietas
ni el tiempo
estoy deseándote todo el rato
a todas horas
y como nunca abandonado
a un juego de vida sin fe
que desde que te fuiste
Dios también se fue.
Apóstata I
Apóstata*
* Persona que reniega de la fe cristiana o de las creencias en que ha sido educado.
I
Paralela vía lenta
vio-lento accidente en el camino
que hace sentir vivo
al espíritu viejo que soy
dentro del ateo parezco
cuando todos dice Dios
y yo repito tu nombre
que debe ser
Afrodita o Sofía o María
Alejandra o tal vez soledad
lo repito como una plegaria antes del insomnio
Afrodita o Sofía o María
Alejandra
definitivamente Soledad.
La densidad del espacio
cae sobre nuestros cuerpos encimados
entre cuatro estaciones
se desata el conflicto y el dolor
agua que deshace
mis pensamientos de piedra de río.
Te encuentro
en un rincón del tiempo
dónde todos desesperan
mientras esperan
yo nunca espero
nunca es
pero
compartir el orgasmo
es místico tabú celestial compartido
por sonámbulos animales tristes
máquinas sin esperanza
y luces intermitentes del cielo
que sonríen
y silban
y dicen cosas que quién sabe si sean ciertas
sobre la poesía
para manejar el vértigo
de saltar por la ventana
hacia el laberinto de otros ojos
y allá
dónde tu luz raya las sombras
nunca podré decir Dios
para decir tú nombre.
{Cover} Juarez-Loreto (Efraín Huerta)
{Cover} Esto es un Amor (Efraín Huerta)
{Cover} Los hombres del Alba (de Efrain Huerta)
Gezelling (Miguel Martínez Dueñas)
Todo evento es neutro. (Miguel Martínez Dueñas)
Mata a un artista (Miguel Martínez Dueñas)
{Cover} A ti ella no te quiere (Mahmud Darwish)
El “No-Olvido” (Miguel Martínez Dueñas)
Ceci n'est pas une grippe (Miguel Martínez Dueñas)
No hay Rosas (Miguel Martínez Dueñas)
La Luna (de Jaime Sabines)
Rostros (Miguel Martínez Dueñas)
{Cover} Miss X (de Jaime Sabines)
llegó, por fin, a mi esperanza:
alrededor de sus ojos,
breve, infinita, sin saber nada.
Es ágil y limpia como el viento
tierno de la madrugada,
alegre y suave y honda
como la yerba bajo el agua.
Se pone triste a veces
con esa tristeza mural que en su cara
hace ídolos rápidos
y dibuja preocupados fantasmas.
Yo creo que es como una niña
preguntándole cosas a una anciana,
como un burrito atolondrado
entrando a una ciudad, lleno de paja.
Tiene también una mujer madura
que le asusta de pronto la mirada
y se le mueve dentro y le deshace
a mordidas de llanto las entrañas.
Miss X, sí, la que me ríe
y no quiere decir cómo se llama,
me ha dicho ahora, de pie sobre su sombra,
que me ama pero que no me ama.
Yo la dejo que mueva la cabeza
diciendo no y no, que así me cansa,
y mi beso en su mano le germina
bajo la piel en paz semilla de alas.
Ayer la luz estuvo
todo el día mojada,
y Miss X salió con una capa
sobre sus hombros, leve, enamorada.
Nunca ha sido tan niña, nunca
amante en el tiempo tan amada.
El pelo le cayó sobre la frente,
sobre sus ojos, mi alma.
La tomé de la mano, y anduvimos
toda la tarde de agua.
¡Ah, Miss X, Miss X, escondida
flor del alba!
Usted no la amará, señor, no sabe.
Yo la veré mañana.
{Cover} Otra Carta (de Jaime Sabines)
Poema Para Leerme ( Miguel Martínez Dueñas)
{Cover} Metafórica del Llanto ( de Enrique Guízar “Don Nadie” )
{Cover} I. La vida dibuja un árbol (de Roberto Juarroz)
I
La vida dibuja un árbol
y la muerte dibuja otro.
La vida dibuja un nido
y la muerte lo copia.
La vida dibuja un pájaro
para que habite el nido
y la muerte de inmediato
dibuja otro pájaro.
Una mano que no dibuja nada
se pasea entre todos los dibujos
y cada tanto cambia uno de sitio.
Por ejemplo:
el pájaro de la vida
ocupa el nido de la muerte
sobre el árbol dibujado por la vida.
Otras veces
la mano que no dibuja nada
borra un dibujo de la serie.
Por ejemplo:
el árbol de la muerte
sostiene el nido de la muerte,
pero no lo ocupa ningún pájaro.
Y otras veces
la mano que no dibuja nada
se convierte a sí misma
en imagen sobrante,
con figura de pájaro,
con figura de árbol,
con figura de nido.
Y entonces, sólo entonces,
no falta ni sobra nada.
Por ejemplo:
dos pájaros
ocupan el nido de la vida
sobre el árbol de la muerte.
O el árbol de la vida
sostiene dos nidos
en los que habita un solo pájaro.
O un pájaro único
habita un solo nido
sobre el árbol de la vida
y el árbol de la muerte.
- Roberto Juarroz
Penúltima Carta (de Miguel Martínez Dueñas)
Penúltima Carta
Te he querido escribir
me he evitado a mí mismo
y he buscado pretextos
para ya no pensar en ti
- por lo visto no han funcionado lo suficiente –
Tú haces que me den
menos ganas de morirme
cuando supongo que te va bien
como supongo que todo va y viene
mientras de mí nunca te vas
y después de esperarte en mi
aún no vuelves
Espero porque en este punto
sería para mi más tonto
dejarte de querer que fracasar por quererte
y te odio
sólo a ratos
cuando siento que
desperdiciamos el tiempo
tan cerca y tan separados
te odio porque sin ti
perecen ausentes los dias
de impaciencia se llenan las noches
odio esta versión azotada de mi
desbocado y abrupto
pensando en ti, en tu nombre,
en todo lo que me cuentas
y más en lo que no me dices,
sobretodo hoy que está lloviendo
y hace frio
me haces falta
cuando no estás aquí
cerquita
me da rabia sentir el hastío
sin ti...
La Gloria en la Soledad del humo. (de Miguel Martínez Dueñas)
Intrascendencia (De Miguel Martínez Dueñas)
Intrascendencia
En mí mismo,
en el mar sin fin,
en los desiertos de la realidad,
en el suave y múltiple rumor que se hace con lágrimas,
en las axilas depiladas de los dioses,
en los mitos que se inventan los necios,
en las patas de una araña mansa que camina sobre un hilo de seda,
en la ebriedad perpetua
y en la vena que se rasga desde el ombligo hasta la frente,
en el azar del viento,
en el resplandor del abismo,
en el extenso linaje de putrefacción
tumor de la política
hongo descompuesto
plaga jodida,
en un festín de lirios cortados,
en los personajes anónimos
reflejo insensato de la ventana,
en el gargajo de la propia existencia,
en las tardes de cantina
en el eructo borracho de las nubes,
en el cráneo sin esplendor de las ratas ebrias,
en el virus poeta de las noches sin tregua,
en las mañanas de lagañas madrugueras,
en las tumbas de los vivos, en la suerte manoseada,
en los fantasmas que llaman filantropía al egoísmo,
en las cadenas que fermentan locura en las muñecas de los condenados,
en la soledad de los demonios escondidos,
en los cuerpos del placer cristalino,
en el desazón del asesino capturado,
en el inicio líquido de la angustia
en la libertad impropia,
en la ficción que clava la vida en el pecho,
en lo innombrable que debe ser el amor perpetuo
efímera levitación del esqueleto,
en las huellas de un pastor ciego,
el infinito guardado detrás del ojo,
en los tragos que cimbran la inconsciencia
de las manos que bendicen el incendio...
{Cover} Lento Amargo Animal (de Jaime Sabines)
#CoverDePoesia
Lento, amargo animal
Lento, amargo animal
que soy, que he sido,
amargo desde el nudo de polvo y agua y viento
que en la primera generación del hombre pedía a Dios.
Amargo como esos minerales amargos
que en las noches de exacta soledad
—maldita y arruinada soledad
sin uno mismo—
trepan a la garganta
y, costras de silencio,
asfixian, matan, resucitan.
Amargo como esa voz amarga
prenatal, presubstancial, que dijo
nuestra palabra, que anduvo nuestro camino,
que murió nuestra muerte,
y que en todo momento descubrimos.
Amargo desde dentro
desde lo que no soy
—mi piel como mi lengu —
desde el primer viviente,
anuncio y profecía.
Lento desde hace siglos,
remoto —nada hay detrá —,
lejano, lejos, desconocido.
Lento, amargo animal
que soy, que he sido.
JAIME SABINES
Mitos (de Miguel M. Dueñas)
Mitos
Tragarse el abismo
antes
de que
te trague a ti
romperse el corazón
hasta encontrar
lo querido
trazar los cielos
y hacerse nube
no sólo pasar las noches
vivir los lunares
y contarse lo menguante
encontrar placer
aceptar el dolor
cuando hay Olimpo
debe haber Inframundo
en medio
la voluntad
de ser imperfecto
Hacerse adicto a la belleza de estar desnudo
hacerse a la belleza
porque es mucha joda
joder por estar jodido
tantos hombres jodidos que joden
tantas mujeres que joden jodidas
hay que dejarse de tantas jodas
sin matarse de hambres dudosas
sin quedarse enfermedades de pena
y ver que los ecos y los reflejos
pero sobretodo las promesas
están en los rincones
del alma
no en otra piel,
unas piernas que te calentaron
se van en cualquier momento
y los aplausos
nunca
duran.
Hay que ser poeta
con más poemas que mitos
y darse cuenta
de que no estás tan sólo
cuando siembras
jardines de rosas
perennes de versos
que otros leen
que otros miran,
no como las docenas
que se regalan los amantes
y que igual que el amor que dan, secan.
Sentir latidos no puede comprarse
o los tienes o no...
Porqués (de Miguel M. Dueñas)
Porqués
Me preguntas de dónde viene mi locura
está en estas ganas de entender un mundo psicótico
Ese es el momento
en el que se rompen
todos mis propósitos
y no me da hambre
para seguir escribiendo
Que porqué parece
que odio tantas cosas
y porqué mi forma de ser es complicada
eso es porque a veces me peleo con Dios
y otras tantas veces con el diablo
Y si, lo sé
soy difícil
y mucho más difícil
para otras que no sean tú.
Me preguntas
porqué me da igual
si estás o no
eso es porque no te necesito
no sé hacerlo
solo me gustas y ya sé que quiero quererte.
Que porqué digo que tus ojos
me jodieron para siempre
porque yo veo mas en ellos
que su color
y veo más en ti
de lo que ven tus ojos en cualquier espejo
la verdad es que ya no te quiero lejos
si te quieres ir
no me importa
pero por favor regresa
que mientras se aprende a vivir
muchas veces se hace tarde y a nosotros
no nos sobra el tiempo
que porqué estoy entre matarme
o matar a todos
eso es porque nuestros cerebros
están enfermos
y no pretendo curarlos
estar así
contigo
está bien,
solo queremos ser queridos
no importa cómo ni cuánto
pero para mi importa que seas tú
Querer a alguien es una hazaña
porque si antes de tirarte al precipicio
lo piensas
no
s
a
l
t
a
s
no lo pienses tanto
porque el tiempo también se acaba
y todos se cansan
(yo podré verme cansado a veces pero nunca de ti)
Me haces una última pregunta:
¿Por qué podría no suceder algo
–lo que sea- entre nosotros?
La única razón que se me ocurre
es que yo esté
intentando quererte
en un tiempo
equivocado.
Wabi-Sabi (de Miguel M. Dueñas)
Wabi-Sabi (侘・寂)*
Idioma: Japonés
1. Es un concepto que puede ser tanto un modo de vida como una forma de mirar la estética. Consiste en descubrir la belleza dentro de la imperfección, y al mismo tiempo, aceptar el ciclo natural de crecimiento, muerte y descomposición de lo terrenal; La estética wabi-sabi acoge cualidades como lo aspero, asímetrico, irregular y lo modesto. Todo visibles en la alfareria japonesa.
Dios es imperfecto.
Se equivocó
como cualquiera,
imagen y semejanza del hombre
un mortal...