12puntoUNO

La historia de Tigres tiene un antes y un después, eso sucedió entre 1996 y 1997, un año que lejos de quemar y adolecer se convirtió en una fortaleza que terminó por unir de una manera indescriptible a los felinos de su nación auriazul, que años después pasaría ser nombrada incomparable...

Monterrey es una ciudad dividida, hay dos equipos, hay dos estadios, hay dos aficiones distintas, pero si hay algo que las une es un mismo día: el 9 de mayo, donde gracias a los rezos y las plegarias ambos equipos se mantuvieron en el máximo circuito. Cuando hablamos de las suplicas al todo poderoso para mantener al equipo en Primera es porque de futbol no había ningún gramo, por algo Rayados en 1999 y Tigres una década después, en el 2009, se jugaban la vida ante la mirada expectante de sus seguidores.

Para los aficionados de Rayados el Primero de Mayo es una fecha importante, dicen los que saben que en Monterrey en esta fecha siempre pasan cosas espectaculares y así sucedió en el 2013 en el desaparecido Tecnológico y en la cancha del BBVA, donde se bordaron dos estrellas doradas que marcaron el camino para jugar en otros continentes.