Cántico Espiritual
By RadioSeminario
Cántico Espiritual es el fruto de la sabiduría teológica, del genio poético y la buena salud mental de San Juan de la Cruz.
Guión: José A. Martínez Puche O.P.
Introducción: Alberto Barrientos O.C.D.
Intérpretes: Manuel Portillo, Rosa María Belda, Eduardo McGregor, y José Antonio Martínez.
Grabación y montaje: Jaime Israel. Estudios Fónex. Madrid
Cántico EspiritualJan 14, 2021
Canción Cuadragésima
Cuadragésima canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Trigesimonovena
Trigesimonovena canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Trigesimoctava
Trigesimoctava canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Trigesimoséptima
Trigesimoseptima canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Trigesimosexta
Trigesimosexta canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Trigesimoquinta
Trigesimoquinta canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Trigesimocuarta
Trigesimocuarta canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Trigesimotercera
Trigesimotercera canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Trigesimosegunda
Trigesimosegunda canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Trigesimoprimera
Trigesimoprimera canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Trigésima
Trigésima canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Vigesimonovena
Vigesimonovena canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Vigesimoctava
Vigesimoctava canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Vigesimoséptima
Vigesimoséptima canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Vigesimosexta
Vigesimosexta canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Vigesimoquinta
Vigesimoquinta canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Vigesimocuarta
Vigesimocuarta canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Vigesimotercera
Vigesimotercera canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Vigesimosegunda
Vigesimosegunda canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canciones Vigesimo y Vigesimoprimera
Vigesima y Vigesimoprimera canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Decimonovena
Decimonovena canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Decimoctava
Decimoctava canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Decimoséptima
Decimoséptima canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Decimosexta
Decimosexta canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canciones Decimocuarta y Decimoquinta
Decimocuarta y decimoquinta canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Decimotercera
Décimotercera canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Duodécima
Duodécima canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Undécima
Undécima canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Décima
Décima canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Novena
Novena canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Octava
Octava canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Séptima
Séptima canción del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Sexta
Canción sexta del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Quinta
Canción quinta del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Cuarta
Canción cuarta del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Tercera
Canción tercera del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Segunda
Canción Segunda del Cántico Espiritual de San Juan De la Cruz
Canción Primera
Cayendo el alma en la cuenta de lo que está obligada a hacer, viendo que la vida es breve (Jb 14,5), la senda de la vida eterna estrecha (Mt 7,14), que el justo apenas se salva (1P 4,18), que las cosas del mundo son vanas y engañosas, que todo se acaba y falta como el agua que corre (2R 14,14), el tiempo incierto, la cuenta estrecha, la perdición muy fácil, la salvación muy dificultosa; conociendo, por otra parte, la gran deuda que a Dios debe en haberle criado solamente para sí, por lo cual le debe el servicio de toda su vida, y en haberla redimido solamente por sí mismo, por lo cual le debe todo el resto y respondencia del amor de su voluntad, y otros mil beneficios en que se conoce obligada a Dios desde antes que naciese; y que gran parte de su vida se ha ido en el aire; y que de todo esto ha de haber cuenta y razón, así de lo primero como de lo postrero, hasta el último cuadrante (Mt 5,26), cuando escudriñará Dios a Jerusalén con candelas encendidas (So 1,12), y que ya es tarde y por ventura lo postrero del día (Mt 20,6); para remediar tanto mal y daño, mayormente sintiendo a Dios muy enojado y escondido por haberse ella querido olvidar tanto de él entre las criaturas, tocada ella de pavor y dolor de corazón interior sobre tanta perdición y peligro, renunciando a todas las cosas, dando de mano a todo negocio, sin dilatar un día ni una hora, con ansia y gemido salido del corazón herido ya del amor de Dios, comienza a invocar a su Amado y dice:
¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.
Canciones entre el Alma y el Esposo
Esposa
1. ¿Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste, habiéndome herido; salí tras ti clamando, y eras ido.
2. Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero: si por ventura vierdes aquel que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y muero.
3. Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras. Pregunta a las criaturas
4. ¡Oh bosques y espesuras, plantadas por la mano del Amado! ¡Oh prado de verduras, de flores esmaltado! Decid si por vosotros ha pasado. Respuesta de las criaturas
5. Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura, e, yéndolos mirando, con sola su figura vestidos los dejó de hermosura. Esposa 6. ¡Ay, quién podrá sanarme! Acaba de entregarte ya de vero; no quieras enviarme de hoy más ya mensajero, que no saben decirme lo que quiero. 7. Y todos cuantos vagan de ti me van mil gracias refiriendo, y todos más me llagan, y déjame muriendo un no sé qué que quedan balbuciendo. 8. Mas ¿cómo perseveras, ¡oh vida!, no viviendo donde vives, y haciendo porque mueras las flechas que recibes de lo que del Amado en ti concibes? 9. ¿Por qué pues has llagado aqueste corazón, no le sanaste? Y, pues me le has robado, ¿por qué así le dejaste, y no tomas el robo que robaste? 10. Apaga mis enojos, pues que ninguno basta a deshacellos, y véante mis ojos, pues eres lumbre dellos, y sólo para ti quiero tenellos. 11. ¡Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados formases de repente los ojos deseados que tengo en mis entrañas dibujados! 12. Apártalos, Amado, que voy de vuelo. El Esposo Vuélvete, paloma, que el ciervo vulnerado por el otero asoma al aire de tu vuelo, y fresco toma. La Esposa 13. Mi Amado, las montañas, los valles solitarios nemorosos, las ínsulas extrañas, los ríos sonorosos, el silbo de los aires amorosos, 14. la noche sosegada en par de los levantes de la aurora, la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora. 15. Nuestro lecho florido, de cuevas de leones enlazado, en púrpura tendido, de paz edificado, de mil escudos de oro coronado. 16. A zaga de tu huella las jóvenes discurren al camino, al toque de centella, al adobado vino, emisiones de bálsamo divino. 17. En la interior bodega de mi Amado bebí, y cuando salía por toda aquesta vega, ya cosa no sabía, y el ganado perdí que antes seguía. 18. Allí me dio su pecho, allí me enseñó ciencia muy sabrosa; y yo le di de hecho a mí, sin dejar cosa: allí le prometí de ser su Esposa. 19. Mi alma se ha empleado, y todo mi caudal en su servicio; ya no guardo ganado, ni ya tengo otro oficio, que ya sólo en amar es mi ejercicio. 20. Pues ya si en el ejido de hoy más no fuere vista ni hallada, diréis que me he perdido; que, andando enamorada, me hice perdidiza, y fui ganada. 21. De flores y esmeraldas, en las frescas mañanas escogidas, haremos las guirnaldas en tu amor florecidas, y en un cabello mío entretejidas. 22. En solo aquel cabello que en mi cuello volar consideraste, mirástele en mi cuello, y en él preso quedaste, y en uno de mis ojos te llagaste. 23. Cuando tú me mirabas, su gracia en mí tus ojos imprimían; por eso me adamabas, y en eso merecían los míos adorar lo que en ti vían. 24. No quieras despreciarme, que, si color moreno en mí hallaste, ya bien puedes mirarme después que me miraste, que gracia y hermosura en mí dejaste. 25. Cogednos las raposas, que está ya florecida nuestra viña, en tanto que de rosas hacemos una piña, y no parezca nadie en la montiña. 26. Detente, cierzo muerto; ven, austro, que recuerdas los amores, aspira por mi huerto, y corran sus olores, y pacerá el Amado entre las flores. Esposo 27. Entrado se ha la esposa en el ameno huerto deseado, y a su sabor reposa, el cuello reclinado sobre los dulces brazos del Amado. 28. Debajo del manzano, allí conmigo fuiste desposada, allí te di la mano, y fuiste reparada donde
Introducción al Cántico Espiritual
Introducción a la escucha de Cántico Espiritual realizada por Alberto Barrientos O.C.D.