Poder Interior

 No somos máquinas. Nos siempre estamos al 100%. No siempre podemos sacar un diez. Pero lo importante es "estar". Saber gestionar esos días menos favorables para no abandonar nuestro camino. Mantenernos ahí es la clave. Aceptar, gestionar lo que pasa y trabajar para superarlo. Eso nos permitirá sumar, has en esos días en los que todos queremos olvidar.

Cada año, con las campanadas que anuncian la llegada de un nuevo calendario, elaboramos nuestra lista de propósitos y objetivos. Listas que, en la mayoría de las ocasiones, suelen terminar en promesas incumplidas.

¿Cómo cambiar esa dinámica? Reúnete contigo mismo y descubre los tres motivos. Descubre el para qué quieres eso, qué te aportará a nivel material y emocional, y en quién te convertirás sólo con perseguirlo. 

Escúchanos y verás cómo ese propósito hará vibrar tu corazón y desde ese momento nunca terminará en la papelera.

Cuando se presenta un obstáculo, nos entra el pánico, las dudas y, en ocasiones, nos paralizamos. Da igual si estamos en un buen momento o no de nuestra vida, el caso es que, casi siempre, tendemos a bajar los brazos, a darnos la vuelta pensando un algo así como "a ver si se pasa la tormenta y luego vuelvo". 

Pero lo cierto es que este tipo de tormentas no se pasan. Siempre vuelven. De nada sirve agachar la cabeza deseando no ser vistos. Toca, por lo tanto, afrontarlas para provocar la solución, para aprender y desarrollar nuevas habilidades que nos permitan seguir nuestro camino. El que hemos elegido. Es sembrar semillas o salir corriendo hacia ninguna parte. 

La decisión es personal. Aquí os dejamos unos cuantos puntos para ver cómo podemos trabajar en nuestra cosecha y alejarnos de tirar la toalla

Astérix y Obélix, los personajes del cómic creado por Goscinny y Uderzo, recurrían a la pócima mágica que Panoramix les preparaba para obtener una fuerza sobrenatural y así mantener su aldea lejos del alcance de las legiones romanas. 

Nosotros también tenemos nuestra pócima mágica (nuestro verdadero YO). No la elabora el citado druida, nos viene de serie, Nacemos con ella. La guardamos en nuestro interior y sólo tenemos que apostar por ella para dejar que nos ayude a liderar nuestro caminar por la vida y a ser el mejor

¿Qué es ser el mejor? No es pasar por encima de nadie cueste lo que cueste. Es querer aprender más, querer hacer mejor nuestro trabajo de lo que lo hicimos el día anterior sin pensar en si nos lo agradecerán o no, es subir nuestro compromiso, ayudar al de lado, ser humilde, saber que de cualquier persona podemos aprender algo si tenemos las orejas tiesas y los ojos abiertos… Si hacemos todo eso, ya estaremos mostrando una mejor versión de lo que fuimos el día anterior y seremos un ejemplo para que los demás también se reten a ellos mismos. Estaremos ejerciendo de líderes sin cargo. 

¿Alguna vez habéis mantenido una conversación con vosotros mismos, cara a cara? Ha llegado el momento, la hora de probar “El Poder del Espejo”.

Cara a cara con nosotros, sacaremos los “trapos sucios y limpios”. Y a partir de ahí fijaremos el plan de ruta con el que guiaremos nuestros pasos desde ese momento. Escúchanos y te explicamos los beneficios de mirarnos a los ojos y de decirnos las cosas en voz alta. Qué y cómo debemos mantener esa reunión; la reunión más importante de nuestra vida.

Para ver las estrellas es necesario que antes llegue la oscuridad. No hay otra forma para poder brillar. Es decir, primero debemos pasar por un aprendizaje, superar obstáculos, curvas… Sin embrago, es cierto que no siempre nos apetece viajar por ese sinuoso camino.

La oscuridad nos da miedo porque implica cambios, romper o modificar nuestros esquemas y patrones, descubrir otros nuevos… A las personas los cambios nos cuestan. Pero no hay que olvidar que para conseguir nuestros objetivos hay que pagar un precio: el de crecer y transformarnos hasta merecernos ser esa estrella que durante un tiempo desafió a la oscuridad.

“Esto lo guardo para una ocasión especial” ¿Cuántas veces habremos dicho o pensado esa frase cuando hemos recibido un regalo o comprado cualquier cosa que nos ha  exigido un gasto extra?

Y yo os pregunto: ¿Cuántas veces hemos decidido que la que teníamos delante era realmente una ocasión especial? ¿De qué nos ha privado el guardar tal cosa o la otra para esa ocasión especial? 

Las personas ponemos tantas cláusulas en el contrato que la vida nos regala, que lo único que hacemos con ellas es levantar barreras a nuestra felicidad, desarrollo, consecución de objetivos, crecimiento personal, etcétera. “Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así” decía el gran Joan Manuel Serrat y nosotros nos sumamos a la causa. Escúchanos y os contamos cómo caímos en la trampa esperando "una ocasión especial".

Perder, ganar y competir.  ¿Alguna vez os habéis preguntado qué es más importante? No hablo sólo a nivel deportivo. La pregunta vale para el ámbito de la vida que queramos. Seguramente, la mayoría apostará por el “ganar”, pero el caso es que es imposible ganar, sin perder y sin competir. 

Digamos que “el perder” y “el ganar” se nos presentarían como caminos opuestos, pero resulta que no es así. Lo cierto es que van de la mano, uno detrás de otro, sucediéndose de manera repetida. Y digamos que “el competir” sería el aceite que los engrasa para que el uno encaje con el otro, y el otro con el uno, a modo de rueda dentada para permitirnos seguir caminando y no detenernos Así que no elijamos. 

Aprendamos los secretos de cada uno de ellos y juguemos el partido que nos toque, ya sea en casa, en el trabajo, en el colegio, con los amigos, con la familia, en el campo de fútbol, o en la cancha del deporte que practiquemos sabiendo que “el perder” y “el ganar” pueden ser tan beneficiosos como perjudiciales dependiendo de cómo los usemos. Y no olvidar que sin "competir" siempre estaremos a merced de lo que la vida nos depare.

Walt Disney le llamó Genio y le metió en una Lámpara Maravillosa para que concediera tres deseos a quien le liberara. En Coaching se llama YO Verdadero, vive con nosotros desde que nacemos y tiene deseos ilimitados para todos y cada uno de nosotros. El problema es que no siempre le escuchamos. De hecho, muchas veces le damos la espalda y nos quedamos con nuestro saboteador interior cercenando así nuestras capacidades y talento. 

Escúchanos y libera a tu Genio. Está deseando ponerse a tu servicio para guiarte y liderar tu vida. No renuncies a él: "Hoy va a ser un gran día. El primer día del resto de mi vida".

¿Alguna vez habéis pensado en la fortaleza de los árboles? Hay épocas del año, según la estación, en que les vemos como feos porque han perdido sus hojas. El tronco y las ramas parecen ser sus únicas ropas durante meses, pero eso no significa que estén enfermos. Ni que vayan a morir. Tampoco están reclamando ser talados por pérdida de vitalidad. Es justo, todo lo contrario.

Es decir, se trata de una fealdad que sólo vive en nuestra imaginación, motivada por nuestro afán de etiquetar. Si tienen hojas reflejan vida y si no, pues… Ellos, sin embargo, están en proceso de cambio, de volver a crecer, a florecer. Y repiten proceso año tras año. No se cansan de hacerlo. Aunque no tengan hojas, no están desnudos, se están transformando en el nuevo carbol que van a ser. Es su consejo silencioso, estaría muy bien escucharles e imitarles. 

¡Qué envidia me dan los niños! No sólo por su edad, sino también por su valentía, su espontaneidad y su naturalidad para expresar lo que sienten, sin miedo a ser juzgados y sin dar un paso atrás por aquello del que dirán los que le rodean.

El problema es que crecemos y le ponemos barrotes a ese niño valiente, que desafiaba gigantes. Ahora nos toca a nosotros liberarle, dejarle que nos enseñe cómo él entendió que el error es el primer trampolín para el aprendizaje. Eso fue lo que él hizo mientras paso de gatear a andar. Si no hubiera sido así, nunca se habría puesto de pie. Él nunca bajó los brazos. Lo que hizo fue convertirse en su destino. Escúchanos y libera al niño que llevas dentro.

A las personas nos cuesta celebrar éxitos, porque entendemos que esa palabra va unida a algo muy relevante o excepcional... Así la tenemos etiquetada y eso nos priva de celebrar otras muchas cosas que merecerían, y mucho, el hacerlo.

El levantarnos cada día sería un motivo para celebrar. El no dejar de mejorar en todas y cada una de las facetas que elijamos de nuestra vida es un éxito a celebrar. El hacer bien nuestro trabajo, aunque sea nuestro deber, es algo a celebrar pues puedo sentirme orgulloso por el hecho hacerlo bien. El estar con nuestros seres queridos viendo una película es digno de celebrar... La lista seria interminable.

Los pequeños grandes detalles son los que marcan nuestra vida. No les prestamos atención ni les otorgamos el valor que merecen porque damos por sentado que están ahí, al alcance de la mano. Pero, imaginaos vuestras vidas sin esos pequeños detalles. Estaríamos vacíos. Nos faltaría algo. ¿A qué esperamos para celebrarlos? Son nuestros éxitos.

Los japoneses nos hablan del "Ikigai". Donde "Iki" es vida y "Gai" es merecer la pena. Lo que significa: vida que merezca la pena. Todo esto se ha traducido a otras lenguas como razón de vivir, propósito de vida... Es decir un "Ikigai" será lo que da sentido a nuestras vidas.

Y... ¿Dónde está el Ikigai? En el interior de cada uno de nosotros. Allí reside esperando a ser revelado. Es decir,  requiere un proceso de búsqueda personal, pero cuando lo encontramos se convierte en el motor de nuestra vida. Ese propósito, misión o "Ikigai" puede cambiar durante nuestra vida o incluso podemos tener más de uno.. Pero ya sea uno o varios, lo cierto es que marcará el rumbo de nuestras vidas. ¿Lo buscamos?

Cada fin de año elaboramos nuestra lista de deseos para el nuevo año: apuntarnos al gimnasio, dejar de fumar, adelgazar, empezar a hacer deporte.... Pero ¿cuántas veces provocamos que esos deseos se conviertan en objetivos reales? ¿Cuántas veces provocamos que se hagan realidad? ¿Cuántas veces nos rendimos a los pocos días de empezar o incluso antes?

Vivimos abrazados al "lo mejor está por llegar" sin darnos cuanto de que esa es la mejor excusa para seguir sentados en el sillón. Lo mejor no vendría por sí sólo. Hay que provocar que ocurra. Eso hizo el abuelo que trabajó duro para levantar, por encima de su cabeza, a su nieta para que ella fuera quien pusiera la estrella en la copa del árbol de Navidad el día de Nochebuena. 

Es la diferencia entre deseo o expectativa y objetivo. Si nos escucháis os lo explicamos para así poder ser como ese abuelo que logró hacer su objetivo realidad = sueño (levantar a su nieta para que pudiera la estrella en el árbol) + fecha (el día de Nochebuena). 

El Covid nos ha robado el tiempo, nuestro día a día, se ha cobrado vidas... Es el mayor obstáculo que, hasta la fecha, la vida ha presentado a muchas generaciones de personas. Meses después, ahí seguimos peleando, sin rendirnos, empujando con todo lo que tenemos para poder batirle, para poder recuperar esas cosas cotidianas a las que antes no dábamos importancia y que hoy desearíamos poder hacer, como dar un abrazo, un sentido apretón de manos, bailar, cantar., ir a un concierto, pasar tiempo con nuestros seres queridos sin restricciones, mascarillas, ni geles hidroalcohólicos, volver a llenar un campo de fútbol....

Reflexionemos en esas cosas que por cotidianas no recibían su justo valor, pero que, sin embargo, podrán ser mágicas, únicas e irrepetibles si así lo deseamos cuando éstas vuelvan. 

Cuando todo esto acabe y podamos repetir  esas "pequeñas grandes cosas" recordad lo que nos perdimos en su ausencia.  Exprimidlas entonces al máximo para que sean mágicas. No hacerlo será no haber aprendido nada de este maldito 2020. 

¿Qué es quitarse la máscara? Dejar de pensar que el mundo y los planetas se alinearon en nuestra contra para impedir que alcancemos nuestros objetivos.

Quitarse la máscara es ser valiente para querer seguir creciendo, para seguir desarrollando habilidades, para aceptar nuestra debilidades y emociones y no avergonzarse por ello, para aceptar el error como parte del aprendizaje...

Es querer ser titular en mi equipo y entrenar cada día como si fuera el último de mi vida.

Cada uno elige dónde pone sus límites. Intentar empujarles o no hacerlo es una decisión personal. Es jugar con máscara o sin ella. Es querer ser titular o conformarse con la suplencia. Una cosa más, esto del Coaching no son palabras bonitas ni una moda. Hay que ser valiente para hacer de su práctica un hábito ¿Te atreves?

En Coaching usamos mucho el ejemplo de la bellota que se siembra y se convierte en un magnífico roble para explicar que todas las personas nacemos con un potencial enorme, que podría convertir nuestra bellota en el roble más hermoso del lugar.

Sin embargo, desde pequeños, con el paso del tiempo, empezamos a cercenar ese potencial sin darnos cuenta. Unas veces lo hacemos nosotros mismos, debido a nuestras creencias, la educación que recibimos... Y en otras ocasiones es la influencia del entorno la que lo provoca. . Todo eso hace que perdamos la oportunidad de convertirnos en ese preciso roble.

Hoy vamos a hablar de esos a los que calificamos como "ganadores" y que consideramos que son los robles más fuertes y hermosos del paisaje. ¿Qué tienen estas personas? ¿Qué les hace diferentes?

Ellos riegan a diario la bellota sembrada en su interior. No se cansan de intentar ganar. Y en esos intentos crecen y crecen. Para ellos lo mejor no esta por llegar, sino que se lanzan a buscarlo, a provocarlo. Todos somos "bellotas". Os lo aseguramos. Escuchadnos y aprended a cuidar y a hacer crecer la vuestra.

A las personas nos gusta pensar que el mundo está en contra nuestra al primer contratiempo que se nos presenta. ¡Qué buena excusa para justificarnos, para bajar los brazos! No nos damos cuenta que cada día es una carrera, una prueba para demostrar nuestro talento, pasión y esfuerzo para merecernos conseguir lo que tanto deseamos. 

Ponernos en la línea de salida sólo depende de nosotros. Nadie nos lo impide. Cómo haga yo mi carrera diaria, sólo depende de mi. A mi hijo le digo: "Entrena siempre y juega los partidos para que tu entrenador se vaya cada día a su casa pensando: ¡Qué suerte he tenido por tener a este chico en mi equipo". 

¿Estas ya en la línea de salida?, pues... Preparados, listos... ¡Ya!

Esta semana leí que un joven de 17 años, ex jugador de la cantera del Manchester City, había perdido la vida. No se especificaban los motivos del fallecimiento, pero los rumores apuntaban a un posible suicidio, como consecuencia de una supuesta depresión que habría sufrido después de que el club hubiera decidido tiempo atrás no contar más con sus servicios. ¡Qué horror!

Son muchos los ejemplos que podemos encontrar con jugadores incluso ya profesionales como víctimas, Hoy hablamos de cómo podemos aportar nuestro granito de arena para poner freno a esos trágicos desenlaces, que no sólo se dan en el deporte.

Y lo hacemos desde nuestro enfoque educacional que os presentamos hace unos días: el SER-hacer-tener. Trabajemos en esta ecuación, por este orden,  para evitar o, al menos, paliar el número de juguetes rotos que nos encontramos en todos los ámbitos de la vida. Escúchanos y cambia tu prisma desde hoy mismo. 

Lo urgente, por regla general, nos viene impuesto por los demás. Es decir, viene de fuera de nuestro camino. Son requerimientos del exterior para satisfacer las necesidades de sus remitentes, no las nuestras. Sin embargo, tienen un poder incuestionable sobre nosotros y nos hacen perder calidad de vida. 

Lo importante es aquello que nos mantiene en nuestro camino. Es aquello que nos pide consciencia plena… Presencia. Y no me refiero sólo al hecho del estar sólo físicamente, sino al hecho de sentir que estamos, por ejemplo,  leyendo un libro, escuchando nuestra música favorita, desempeñando nuestra actividad laboral. Es como convertirnos en nuestro camino. Aparcar lo urgente y exprimir lo importante nos dará calidad de vida. 

¿Qué relación preside tu vida: la de Hacer-Tener-Ser o la de Ser-Hacer-Tener?   

Con la primera, identificamos nuestro Ser con la consecución del objetivo. No lograrlo será un fracaso, un tirar la toalla.   

La segunda desidentifica a nuestro Ser del objetivo. Es decir, nunca dejaremos de ser eso que somos. Admitiremos que el error forma parte del proceso de aprendizaje y que con la superación de los obstáculos que encontremos en el camino hacia el objetivo, ya estaremos creciendo y, por lo tanto, teniendo un éxito que no teníamos antes.   

Si nos escucháis, os lo explicamos con más detalle. 

¿Alguna vez habéis recibido un email? Pues claro ¡Qué pregunta más absurda! Ahora os pido que miréis el buzón, pero no el buzón de vuestro servidor de correo entrante. Bajad al portal porque tenéis una "Carta desde el futuro".

Disfrutad de esta herramienta de Coaching. Dejad que vuestro "YO futuro" le escriba una carta a vuestro "YO actual". Metedla en un sobre y elegid un cartero para que la custodie hasta el día que vosotros le digáis que os la debe devolver. Cuando la recojáis del buzón de vuestro portal y la abráis, veréis que ha habido magia.  Escuchad el episodio de esta semana y recibid vuestra "Carta desde el futuro". Alguien os va a contar lo que os va a pasar en los próximos meses.

La vida es un gran teatro y nosotros somos los actores, que, a diario, tenemos que interpretar las diferentes escenas que ella, la vida, nos regala. Multiples y variadas escenas. Algunas conocidas y otras, inesperadas. Pero a la postre escenas a las que tenemos que hacer frente. 

¡Cómo queremos hacerlo? ¿Cómo actores principales o como actores de reparto? Esto no es ganar o perder, sino de crecer material, emocional y transcendentalmente (cuál es la razón interior que nos mueve a hacer una cosa u otra)  cuando estamos ahí en el escenario, con los focos apuntándonos y con el patio de butacas Leno, viendo qué decidimos hacer con nuestra vida. 

¿Qué obra de teatro te gustaría representar en tu vida? ¿Qué papel representarías? ¿Qué actor/actriz serías? ¿Cuál sería tu pincelada a la obra? ¿Quién serías si lo hicieras?

Hoy hablaremos del compromiso. ¿Cuántas veces hemos escuchado : “Le ha faltado compromiso, actitud"? Pero el caso es que el compromiso es algo individual. No se puede imponer. Surge en cada uno de nosotros, de manera personal y casi siempre en momentos de adversidad. James Bond lo demostraba casa dos por tres cuando respondía a la llamada de M con un "Nunca me he ido".

Sólo un detalle antes de darle al play. El compromiso no se puede imponer, pero sí se puede ayudar para que crezca en las personas. Lo dicho, esto es Poder Interior  y aquí estamos una semana más para compartir con vosotros otra manera de ver y vivir la vida. No decimos que sea mejor, pero sí que es diferente.

A veces nos levantamos y nos vemos como un superhéroe sin miedo a nada ni a nadie con la suficiente dosis de confianza para superar cualquier obstáculo que se cruce en el camino con el fin de pelear por nuestro objetivo.

Pero a veces también renunciamos a ese papel. Nos miramos al espejo y éste nos dice que hay otro más guapo y hermoso que nosotros. Entonces, como Blancanieves mordemos la manzana envenenada y renunciamos a nuestros objetivos (sueño + fecha).

¿Te vistes de superhéroe o muerdes la manzana de Blancanieves? ¿De quién te disfrazarías para salir a la calle? Contadnoslo y explicad el motivo. Nos encantará leeros

Hoy hablaremos de potenciar a los que nos rodean y de potenciarnos, de empatizar, de tener presencia, de positivizar, de liderar y liderarnos... Y lo vamos a hacer pidiéndoos que "seáis café". 

"Ser café" es el momento en el que todo fluye. El instante en el que interactuamos con otra persona y somos capaces de aparcar de manera momentánea  nuestras creencias, certezas, juicios.... Y nos ponemos los zapatos de nuestro interlocutor, quitándonos previamente los nuestros,  para caminar por su Tierra. 

"Ser café" es construir entre ambos una nueva realidad compartida, que tendrá lo mejor de cada uno y que provocará un crecimiento bidireccional. Rompe los esquemas, quítate la armadura. Sé café y disfruta del placer que experimentas al dar un sorbo de esa taza tan especial: potenciar, positivizar, liderar, construir, crecer...Hasta merecerlo

La presencia no es exclusivamente estar fisicamente en un sitio. Es, además, sentir que estás. Y eso solo lo puedo hacer en el presente, en el Aquí y el Ahora".

El presente es la llevar que impide que mi mente viaje al pasado y al futuro y que lo haga pilotada por mi saboteador interior

En la película, “El Guerrero Pacífico”, Dan tras una larga caminata de tres horas, siguiendo a Sócrates, lo resume en la siguiente frase: “El viaje, el viaje aporta la felicidad. No el destino”. El Aquí y el Ahora. La hoja más importante de nuestro trébol.

Claro que todas las personas tenemos nuestros límites, pero éstos están mucho más arriba de donde nosotros los ponemos y de donde nos imaginamos. 

No podemos controlar las realidades que el mundo nos lanza a diario. Pero sí podemos actuar sobre los efectos que éstas tienen en nosotros. Si te frenan, cambia tu enfoque de atención. Crea otra realidad, otra “verdad”, que esté alineada con tu objetivo y te permita superar tus límites. Es decir, seguir creciendo.

“Yo soy así; ya no puedo cambiar”. ¿Cuántas veces hemos escuchado o dicho esta frase? El problema es que no nos damos cuenta de que es la mejor excusa que tenemos para culpar al mundo de lo que nosotros dejamos de hacer y de lo que nos pasa.

Siempre hay otra “verdad”. La nuestra no es la única. Si tu realidad no te impulsa ¿para qué la quieres? Busca otra "verdad". Pon el foco de atención en otra cosa. Genera otra realidad ¿En quién te convertirás si lo haces?

El miedo, la ira, el amor, la tristeza, el orgullo, la alegría… Las emociones nos abordan a diario ¿Cómo nos afectan? ¿Cómo influyen en nuestras vidas? ¿Qué son realmente las emociones? ¿Crees que son buenas o malas?

¿Cuánto te gustaría controlar  tus emociones y ponerlas a tu servicio? Descubre cómo la gestión emocional te permitirá acercarte a tus objetivos y aumentar tu rendimiento, Recuerda, es crecer hasta merecerlo

Todos tenemos nuestro saboteador interior.; esa vocecita que, en el momento clave, siempre aparece y que, en el 99,9% de los casos, lo hace para frenarnos, asustarnos, generarnos dudas, restarnos confianza…

¿Cómo ponerle freno? ¿Has probado a darle un nombre? ¿Has intentado hablar con ella? Plantear ese diálogo nos permitirá tomar perspectiva de lo que nos sucede. Ver cómo nos afecta y ver qué podemos hacer. ¿Preaprado para dialogar con el saboteador? Es seguir prisionero o tomar el timón de nuestro barco. 

Siempre nos movemos en la dualidad fracaso-éxito. Y no nos damos cuenta que existen etapas intermedias ("Aún no, pero las") que son los pasos previos para alcanzar mi objetivo (un sueño más una fecha) y que me hacen crecer y adquirir nuevas habilidades. Aprende qué significan

Poder Interior es un podcast para descubrir una nueva vida. Una nueva vida porque desde aquí os animaré a trabajar, a estudiar, a amar, a compartir, a crear, a soñar, a superar miedos, a fijar objetivos, a ganar auto confianza… desde el Coaching. Y lo haré porque creo que realmente hay otra forma de vivir. No digo mejor, pero sí, diferente. Convertirnos en quién queremos ser sólo depende de nosotros: Y no es una frase hecha. Pero para conseguirlo debemos construir el camino, cada uno el suyo. Aquí os dejó, El encuentro, cómo empezó todo.