Dame tres minutos

Hoy vengo a hablarte de la Fundación Jérôme Lejeune. Y de su labor para atender médicamente, cuidar, investigar y defender a las personas con síndrome de Down o discapacidad intelectual por anomalías genéticas.

La sociedad necesita de tu compromiso, de tu implicación personal. Necesita cimientos, escaleras para subir alto y ver horizontes, puentes para conectarnos. Gracias por estar ahí.

El heroismo y la importancia de que tú y yo y aquel hagamos bien las pequeñas cosas de cada día. Sé mejor que ayer.

Todos podemos y debemos aportar algo a nuestra sociedad. El bosque estaría muy silencioso si solo cantasen los pájaros que mejor lo hacen.

A veces pensamos que lo que hacemos es solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota. Santa Teresa de Calcuta.

La belleza: ¡qué bonita! Te indico a descubrir la mejor. Con sello de calidad. Y tú ¿cómo lo ves? 😉

Porque tú puedes cambiar el mundo. Como, día a día, lo hacen ellos. ¿Quiénes? Te lo cuento en el episodio.

Hoy vamos a ponernos algo “trascendentes”, pensará alguno. No. Hoy realmente vamos a ponernos “humanos”. Si lo somos, nos debe definir nuestra humanidad. Hay muchas personas en nuestro entorno con heridas en el alma (que duelen más que las del cuerpo) y muchas periferias muy cerca de donde estamos. Te convoco a que ayudemos a curar, a sanar las heridas de quienes nos rodean. Ese, y no otro, es el fundamento de este episodio… y de mucho más.

Si con todo esto no te quejas, estás muerto.

Son 10. Te van a ser de utilidad. ¡Para eso te las regalo!

3 sencillas preguntas que te puedes hacer antes de hablar de otra persona…

Siembra. La sociedad necesita de ti. De tu compromiso. A veces, muchas, los pequeños gestos, las pequeñas acciones valen oro. Siembra. ¡Gracias!

Mi debilidad por los más vulnerables. También en el ámbito educativo.

Una emotiva historia del amor del que fuera presidente de la República francesa por Anne, una de sus hijas. Anne tenía síndrome de Down.

Mira el bordado por su precioso anverso. Míralo bien. Con todo tu corazón. Si lo ves por el reverso ¡no sabes lo que te pierdes!

Mi amiga Ana: resiliencia y actitud positiva en silla de ruedas. Merece la pena.

¡Qué importante es el trabajo hecho con cariño, cuidando los detalles, queriendo a las personas! Sirviendo a la sociedad: que no es otra que la suma de cada una de las personas que la integran. Porque si no sirves, no sirves. Y tú sirves. Y vales. Mucho.

¡Qué importante es la gratitud! ¿Quieres saber por qué? ¡Muchas gracias por regalarme estos minutos! Espero que te gusten. Esto está hecho... pensando en ti

Están muy claras. Te servirán para prevenir o controlar situaciones de estrés. ¡Ojo con el vaso de agua!

¿Quieres sacar tu mejor versión? Coge un martillo y un cincel. Verás qué gran resultado. Hay pedazos de madera que acaban por descubrir que son... Aquí te lo cuento. ¿Qué te parece?

La libertad y la igualdad de oportunidades son clave para que los padres, con independencia de su situación económica, vean garantizado el derecho fundamental a la libre elección de centro. Hay mucho en juego. Y hemos de hablar alto y claro: con nuestros hijos no se juega. Y con nosotros, tampoco.

A veces crees con rotundo dar que te acabas de topar con tu mayor desgracia y sin embargo es un gran trampolín. Dios escribe derecho sobre renglones torcidos. Por cierto, ¿qué es para ti triunfar?

Dicen que el que la sigue la consigue. Con frecuencia ocurre. Y, en todo caso, si has dado lo mejor de ti, ¿qué más se te puede pedir? Ánimo. No se trata de ser mejor que otro, se trata de ser mejor que ayer.

Morimos el día en que guardamos silencio ante las cosas que importan. Piénsalo. Son tres minutos. Y... vas a acabar sonriendo.

Piensa hacia dónde te encaminas y... hacia dónde, en el fondo de ti, de veras quieres llegar. Y con quién.

Relativiza, amigo, amiga. Al menos, en lo que debes. Cuídate. Quiérete. Y no te agobies. Ahí te dejo una recetilla. Por si te sirve. Son tres minutos. O cuatro. Y un gran abrazo.

Déjame que comparta contigo la importancia de regalar sonrisas. Son, a veces, como un bumerán. Regresan a ti. Y si se quedan en quien las recibe... no pierdes nada. También ganas. Seguro.

Una anécdota en la historia y un imperativo en la actualidad: exprésate. Que nadie calle tu voz.

La especial debilidad que cualquier ser humano que quiera hacer honor al adjetivo ha de tener en relación con las personas más débiles. También por aquellas con necesidades educativas especiales.

En este episodio de Dame tres minutos quiero hablarte de “etc”: esfuerzo, talento y compromiso. Un puro recurso nemotécnico, este del “etc” para profundizar un poquito en esos conceptos y concluir... con una tortilla de jamón. Del bueno. ¿Me ayudas a difundir? ¡Muchas gracias!

Hoy Dame tres minutos te trae una carta póstuma, la del padre de Emilio, un amigo del podcast. En el sobre que la contenía figuraba este texto: “A abrir tras mi fallecimiento. Aseguraos de mi muerte, os lo ruego”. La carta aporta unas reflexiones, llenas de emotividad, dirigidas por un padre a su hijo, sabiéndose terminal. Pero bien lúcido. Te hará pensar...

El mundo está lleno de buenas noticias propiciadas por pequeñas acciones de muchas buenas personas. De personas concretas, anónimas, como por ejemplo tú que me escuchas. Porque las buenas noticias dependen de lo que hagamos cada uno de nosotros. Dependen, por ello, también de ti, de mí. No lo olvidemos...